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Al final de la anterior entrega Sonia me sorprende con una respuesta positiva a una propuesta que le hice, la de contratar a una prostituta para hacer un trío, utilizarla como juguete sexual para satisfacer nuestros deseos, era abrir una nueva puerta para nuestros juegos sexuales que cada vez se intensifican más. Esto es lo sucedido ante tal propuesta, narraré lo más destacado porque con tanta pasión se me olvidaron detalles.
Con el paso de los días la idea se fue madurado, también cabía la posibilidad de planteárselo a una amiga común de alguno de los dos que quisiera prestarse, algo difícil por aquello de la discreción, o bien acudir a un bar de ambiente lésbico y ver si alguna de nuestro agrado tiraba los tejos a Sonia, algo no descartable dado el atractivo que desprende Sonia, una madurita de 37 años de muy buen ver que muchos, y en este caso muchas quisieran catar, sobre su descripción no quisiera repetirme refiriendo a los nuevos lectores al primer encuentro en su propio domicilio. Hicimos esto último un día que quedamos en el centro para tomar algo, como siempre sexi no obstante en esta ocasión algo más recatada, con unas mayas negras cubiertas con unas botas altas y un vestido marrón con falda por el medio muslo, si bien denotaba buena silueta y unas bonitas piernas y mejor culo como para despertar la lívido a alguna hembra. Al rato en la barra mientras me ausenté varios minutos, Sonia quedó sola con una copa en la mano, estaba guapísima y elegante, por lo que no tardó en llegar una chica de unos 25 años, yo de lejos observaba veía le escena; lo cierto es que estaba muy rica, era guapa con la nariz algo prominente, pelo largo castaño por la mitad de la espalda, tetas medianas, y buenas piernas y culo por lo que se advertía por las insinuantes mallas negras ajustadas como un guante, se le notaba todo el culito, muy proporcionado y rico junto a un top rojo marcándoles los pechos, la posibilidad de tirarme a esta chica junto con Sonia pasó por mi cabeza pero dependía de Sonia, la muchacha tenía un punto de inocencia que me ponía, ya la veía gimiendo a cuatro patas penetrándola, no niego que me puse cachondo imaginándome la escena.
Se marchó, e inmediatamente llegó otra, más bastota, con cara no muy agraciada, no todo en el bar eran pivones claro está, todo en ella era grande, rubia y al parecer muy echada para adelante, manoseándole el culo a Sonia que, al parecer, se impresionó un poco y la despachó rápido al tiempo que yo buscaba con la mirada a la anterior chica. Al rato llegué donde Sonia y me comentó todo, al parecer se le insinuó claramente la segunda con un “te quiero comer todo el coño…”, la primera solamente flirteo un poco. Sonia estaba algo asustada, sobretodo por aquello de la discreción, por lo que salimos de ese bar y resolvimos finalmente contratar a una buena profesional como planteamos al principio aunque nos costase algo de dinero. Esa misma noche, con el calentón que teníamos, aparcamos el coche en un terraplén y echamos un polvo como dos adolescentes dentro del coche. Recuerdo que en ese instante le propuse relatar nuestra historia a través de estos relatos eróticos, algo que por cierto la puso muy perraca suministrándome una mamada muy salivada.
El siguiente paso fue contactar con esta chica, ya habíamos echado el ojo a varias en la red, principalmente a una todoterreno al parecer insaciable, guapísima, cariñosa, y con un cuerpo que derrite portaaviones. Comencé las gestiones, hay que decir que me costó algo hablar con ella, sin duda debe tener bastante trabajo, al parecer es muy popular y buena en su oficio. Una vez me cogió el teléfono, le expliqué la situación del trío, y gustosamente accedió con una voz muy sensual y muy agradable, de esas que solo escucharla enamora, es un encanto de chica de origen extranjero, latina para ser más exacto, de 27 años, resultando no ser bisexual, pero no le importaba, el trabajo es el trabajo y, por lo demás no era la primera vez que tendría sexo con una mujer, la idea la sedujo y “si es hetero mejor…” me reseñó sobre Sonia, ella sabría, luego lo entendí todo. Ni que decir que estaba pletórico pensando luego me la iba a montar con dos mujerones, ninguna de ellas era lesbiana y, por seguro, se tocarían entre ellas. Quería ver la reacción de Sonia ante este nuevo estímulo sexual.
Llegó el día indicado, recogí a Sonia en el lugar convenido, estaba nerviosa pero muy guapa con una falda a rayas horizontales blancas y negras de tubo y ralle alto, medias negras, un sensual chaleco blanco cubriéndose con una chaqueta negra, “que guapa te has puesto para ir de putas” comenté entre bromas pero no hizo efecto, se puso más nerviosa aun:
Sonia: “Uffffff, estoy cardiaca solo de pensar que voy a estar con una mujer…”, “¿y si al final me gusta”.
Yo: “Tranquila, jejejejejeje…, si tienes las cosas claras, no pasará nada, además no te va a hacer nada que yo no haga, yo te haré más, te lo aseguro, pasémoslo bien, ella es un encanto, ya lo verás…, es como se anuncia, espero que no haya engaño”.
Sonia: “Eso espero, tranquilizarme y estar a gusto, ¿Cómo sabe un coño?, espero no probarlo”.
Yo: “Bueno eso ya veremos, un consejo: déjate llevar, no estés tensa, y sobre la discreción no te preocupes…, parece una gran profesional”.
Nos dirigimos hacia el sitio, llamamos y tomamos el ascensor, Sonia estaba muy nerviosa, normal, era la primera vez que hacia algo así y encima con una mujer. Distinguimos una puerta entreabierta y tras llamar entramos, hallamos detrás de la puerta un bellezón latino con amplios ojos negros y bonitas pestañas, un cuerpo espectacular, de cabellos rubios y finos hasta el final de la espalda, alta de 1,75 m. con taconazos, muy fuerte con unas tetas bien puestas, desprendía una elegancia natural, vestía una especie de salto de cama semitransparente color rosa que le llegaba poco más debajo de la cadera, lo suficiente para tapar un tanga negro, calzando unos altos tacones igualmente negro; el camisón tapaba bien poco dejándonos intuir su generoso busto y caderas, sus piernas son esculturales, las caderas si bien no eran estrechas tampoco lo era amplias, una talla 63 aproximadamente, vamos es una tía que está en su punto por todos lados, con unas hechuras imponentes. Las fotos no engañaban resultando por lo demás una mujer guapísima y simpatiquísima, llena de erotismo. Nos recibió dándonos dos muerdos a cada uno, especialmente a Sonia dedicándole además unas palabras a la vez que le toqueteaba el culo, “así que nunca has estado con una mujer, mmmmmmm, veras como tu y yo lo pasamos bien, mmmmm, que culo tienes mi amor….”.
Taconeando y vacilando de sus perfectas hechuras e increíble superculo, vaya meneo, nos acompañó a una habitación muy limpia y confortable donde había una amplia cama, todo muy limpio y en orden, los dos nos desnudamos si bien a ella ayudó a Sonia que estaba sumamente ruborizada y algo avergonzada, le soba un poco los pechos a Sonia y nos indica que la acompañemos al lavabo, allí frente a nosotros eróticamente se despoja del camisón rosa, primero una tiranta, después la otra y lo deja caer dejándonos ver unos pechos perfectos con unos pezones de impresión, dibujados de aproximadamente talla ente 95 y 100, después se vuelve de espaldas y agachándose se despoja del tangazo y vimos un chocho enorme, carnoso, y todo depilado, no os engaño si os digo que ya tenía la tranca enorme deseando taladrarla…, nunca olvidaré ese maravilloso cuerpazo desnudo, se dirigió hacia mí y, al verla henchida con el capullo bien fuera, me la cogió suavemente y, tras darme unas friegas dóciles, ante la atenta mirada de Sonia me lavó con suavidad la tranca de arriba abajo sin parar de comerme la boca y echándome unas miradas increíbles; a continuación colocó a Sonia de espaldas abierta de patas y le introdujo el jabón y la mano en la entrepierna enjabonándole y lavándole el chochete, dejó caer el jabón y hurgó en el conejo por todos lados, Sonia gemía de placer ante este toqueteo intenso; al finalizar le entregó el jabón a Sonia para que la lave, “cariño, hazme lo mismo, lávame bien…”, Sonia hizo lo propio siendo a primera vez que palpaba un conejo ajeno, debía de hacerlo bien pues la chica comenzó a gemir y no parecía fingir, al finalizar y quedar como una patena se volvió y como una loca le comió la boca a Sonia hasta la campanilla. Me empecé a tocar pero con una señal me detuvo con un “vamos al catre, cariño…”.
En la habitación, ante la cama, me insinuó que comenzase la acción con Sonia, cosa que hice comiéndole la boca ardientemente, estaba cachondísima, yo también sobretodo tras ver las hechuras y las mañas de este mujerón que sabía me iba a follar poco más tarde. Mientras a Sonia le sobaba las tetas y los muslos por todas partes, al momento la escuche gemir intensamente abriendo y cerrando la boca suspirando, con los ojos semicerrados, fue cuando advertí como aquella muchacha por detrás y el cuclillas le besaba y lamía el coño a Sonia, fue una sorpresa para ambos y mi nabo, ya de por sí pletórico, estaba nervioso por traspasar alguno de los conejos a su disposición; cuando dejó de meter y meter la lengüita se levantó despacito, poco a poco, refregándole las tetas a Sonia en la espalda masajeándola por todos lados, manteniendo una de sus manos en la entrepierna masturbándola, “¿te gusta cielo…, creo que sí, veo como te corres…?” le decía al oído mientras me guiñaba un ojo, ciertamente Sonia comenzó a manar flujos, sin solución de continuidad los dos magreamos a Sonia por todas partes, nos sentamos los tres en la cama y solamente Sonia, en éxtasis, permaneció echada mientras la chica y yo nos repartíamos su cuerpo con numerosos juegos eróticos, desconociendo en momentos quién ni cuando uno de los dos le comíamos el coño manando flujos como un río de los orgasmos que estaba teniendo. La situación era nueva para ella.
Dejó a Sonia sobre la cama y comenzó a darme un gran mamazo en toda regla mirándote a los ojos con el culo en pompa total, se la metía enterita, de esos que llaman garganta profunda, chupaba y chupaba de vicio lenta y rápidamente hasta terminar en un gran 69 en el que comenzó a pajearme con la boca, le como el culo, el coño y magreo las cachas, se me pone cachonda cuando le toco el chichi mojadito, se me sitúa encima de frente y me coloca el preservativo con la boca, y sin soltar la polla se folla ella misma cabalgándome perfectamente con movimiento lento y acompasado, ansiosamente de menos a más marcando el ritmo moviéndose vivamente en redondo, ¡como folla esta mujer!, comiéndome a besos me anima a comerle las tetas estimulándola aun mas, cosa que hice seguidamente sosteniéndola por la cintura para darle más energía a la penetración a la vez que clavaba mis dedos en su trasero alzándole esas nalgas; cambiamos de postura y ahora al revés me quedo tumbado observando su impresionante y recio culo cabalgándome y moviéndose arriba y abajo, botándome encima, primero sentada y más tarde en cuclillas metiéndose mi polla hasta dentro enterita, la verdad es que folla muy bien marcando los tiempos sabiendo como y cuando moverse, propio de una gran profesional digo yo; al pronto se coloca a cuatro moviendo su culazo sin un gramo de grase en vaivén al tiempo que tragaba y tragaba mi tranca por el mismísimo, al tiempo que le propiné varios azotes que la pusieron cachondísima pidiéndome que continuara, le di algunos más en las nalgas mirando como se corría, ante tanto frenesí me incliné follándola con sus tetorras entre mis manos, le di enérgicamente bufando intensamente, la chica daba gemidos de placer, hasta que no pude más, me vino un gran cosquilleo previo a las convulsiones para terminar explotando mirando ese culazo ante la mirada lasciva de Sonia tocándose los pechos y los bajos. Excitante…
Recuperados, los tres nos sentamos al borde de la cama, Sonia y yo a ambos lados de la chica que, masajeándose las tetas, nos invitó a hacer lo propio con cada una, eran sabrosas chuparlas como biberones, con aquellos pezonazos recios y erectos, Sonia me miraba e imitaba como lamía los pezones, sobaba y en definitiva me comía los pechos de la prostituta; la chica dirige miradas lujuriosas hacia Sonia, le come nuevamente la boca como una posesa, y me coge la polla ofreciéndosela a Sonia para que me la coma, cosa que hace sin pensarlo poniéndomela al poco como un roble, cuando mejor estaba la chica se baja para acompañar a Sonia haciéndome una felación de campeonato y chupármela a dos bocas, es la primera vez que me han hecho esto, ambas me miraban y se liaban con mi polla entre sus bocas, cuando descansaban se comían las suyas hasta la campanilla. Al pronto se levanta, se tumba, y hace que Sonia le coma el coñito dejando el culo de ésta en pompa ante mi vista, colocándome tras ella no dudé en penetrarla, cogiéndola bien de menos a más, Sonia jamás se había imaginado cuatro meses antes que la estarían follando duramente poniéndole los cuernos a su marido al mismo tiempo que le comía el coño a una mujer…, precisamente lo que quería evitar y luego no dudo en hacer. Realmente estaba gozando de estos nuevos placeres sexuales experimentados, algo que me satisfacía; hice lo propio que antes con la prostituta, inclinándome para sobarle las peritas a Sonia hasta correrme plenamente contemplando como con énfasis Sonia con apetito lujurioso comía bien el clítoris a la otra, que gemía y se retorcía del gusto, chorreando una gran cantidad de flujos vaginales provocándole un descomunal orgasmo, ¡olé por Sonia!, me estaba resultando muy lasciva, mucho más que lo que me suponía en un principio, aunque hay que decir que la entrega total de la muchacha ayudaba, queriendo siempre que estuviésemos a gusto y ella además parecía gozar y disfrutar plenamente con cada uno.
Con todo esto la chica la emprendió con Sonia a la que situó bajo su cuerpo en un 69 lésbico descomunal con numerosos tocamientos, ver aquello me repuso pronto, se movía como pez en el agua, sin embargo Sonia no le iba a la saga, se la veía a gusto disfrutando con tanta lujuria, se estaban devorando los coños mutuamente, Sonia alzaba su cabeza para comérselo a la otra respondiéndole esta bajando su cabeza, eran dos hermosos cuerpos femeninos retozando, alcanzando el clímax cuando la chica comenzó a manar flujos, sin duda a pesar de su experiencia y profesionalidad disfrutaba del momento, además los gemidos no eran simulados, era sexo puro, una máquina, buena en todos los terrenos, y yo estaba ardiendo con el nabo nuevamente empalmado deseando otro asalto más cuando aprecié por los jadeos y gemidos como ambas se corrían en la boca de la otra. Cuando finalizaron, nuevamente forniqué con esta muchacha, yo arriba y ella abajo, mientras me liaba con Sonia, aunque me centraba más en la chica que pedía insistentemente que le diera caña, Sonia me puso el coño en la boca, yo no podía controlarme así que me fui totalmente. Fue un polvo corto pero no podía más con las dos encima de mí frente a frente toqueteándose.
Situándose las dos cuatro patas al borde de la cama, acaricié en redondo ambos culos al mismo tiempo, del culo de Sonia lo he dicho casi todo pero el de esta chica es todo lo siguiente y demás…, parecía dibujado; los toqueteé, besé, masajeé, e incluso les di cachetazos; introduje mi lengua en ambos chochos, recorriéndolos de arroba hacia abajo y viceversa, primero uno después el otro; las dos sentían una lengua recorriendo su coñoy se estremecía del gusto al tiempo, incluso se metieron algo de mano entre ellas. La chica comenzó a mover su riquísimo pandero como ella sabía incitándome a penetrarla, Sonia la imitó y al parecer había aprendido rápido, tenía ante mí dos coños formidables para follar, no esperé y se la clavé primero a Sonia para que no creyese que la dejaba desatendida aunque continué hurgando en los muslos, culo y coño de su “amiga”, la follaba despacio porque no quería terminar pronto, el mete y saca era insistente y efectivo, de menos a más; la saqué y sin esperárselo follé a la otra del mismo modo, a los pocos minutos continué con Sonia y así hasta en tres ocasiones, compartiendo la follada con las dos, en la última tanteé el esfínter de esta jaca latina y, para mi sorpresa, se tocó con una mano abriéndoselo, lo tomé como una lujuriosa invitación y allí fui con todo, ya estaba a punto de eyacular por lo que descansé un poco sabiendo lo que venía, nada más y nada menos que coger por el culo a esta hermosura, la embadurné un poco abriéndose un tanto de piernas y en pompa, y casi todo para dentro, hasta la mitad enculándola poco a poco hasta dentro, sentía muchísimo placer por lo que aceleré los embates, estaba ardiendo follándome a esta diosa, y propiné diversos cachetazos “te estas portando bien, mereces la pena lo que hemos pagado por ti…” le dije todo cachondo iniciando sacándola y metiéndola recreándome en ese culo tremendo, comenzó a moverse de adelante hacia atrás, me quedé quieto comprimiendo sus glúteos haciéndome una paja con el culazo; en el delirio Sonia se agachó para comerle el conejito y comerme huevos que chocaban contra su cara, finalmente me incliné y apretujé aquellas tetorras facilitando a mi sensual Sonia la comida de coño, todo me resultó muy excitante, se comportaron como auténticas zorras, y exploté en el ano de aquella chica, si bien llene de semen el preservativo, pues aunque con Sonio por sus métodos anticonceptivos en ocasiones lo hacemos a pelo, en aquellos instantes por razones obvias utilizamos la dichosa gomita. Es lo mejor que me ha sucedido en este terreno en años y, créanme, me cuesta describirlo detalladamente y se me olvidan algunos hechos.
El final fue apoteósico, aunque habíamos contratado una hora, pasamos el tiempo con creces al no esperar algún cliente, sin duda estaba disfrutando con nosotros y le gustaba lo que hacía, al vernos sudorosos igual que ella nos ofreció una ducha para relajarnos. Accedimos, y dentro de la ducha los tres juntos nos enjabonamos, retozamos haciendo juegos eróticos sin dejar de besarnos y acariciarnos por todas partes, las dos agachadas o en cuclillas volvieron a comerme la polla y los huevos que estaban inflados, ¡que gustazo!, si bien Sonia ya era una experta, lo de esta muchacha con la felación no tenía nombre sirviéndole de improvisada profesora a Sonia bajo el agua de la ducha, también merendé sus respectivos coños, y cuando parecía todo acabado la chica se situó de espaldas, colocó las manos en las rodillas y agachándose sacando culo y mostrando el enorme coño expresó un sensual “fóllame otra vez…” al tiempo que sacaba la lengua a Sonia que inmediatamente atacó su boca comiéndosela y magreándole las tetorras, por mi parte le perforé nuevamente el conejito pensando que me fallarían las fuerzas de tanto y tanto…; fueron solamente varios gloriosos minutos hasta que se quitó para emplazar a Sonia que recibió su merecido, ante tanta excitación me volví loco propinándole azotes y diciéndole guarradas, “toma Sonia, no sabía que eras tan puta, eres una putona guarra, ¿le vas a contar todo esto a tu marido”, excitándola en demasía hasta la extenuación corriéndome plenamente en su interior.
Nos despedimos de la muchacha con nuevos morreos, aproveché para palparle el pandero y las tetas por última vez. De vuelta, a mí me temblaba hasta el alma, había sido mucho, y Sonia tenía una sonrisa de oreja a oreja, la veía más bonita que nunca,“oye, nunca me habían besado ni comido el coño como esta chica”, “¡y ese coño!, como sabe…, mmmmm, que ricura, ¿siempre es igual”, “me ha encantado la experiencia, tenemos que repetirla de vez en cuando…”, comentó mirándome mientras le palpaba los muslos a la dulce y sensual Sonia a la que acompañaba a casa para dejarla junto a su cornudo marido.
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