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La señora y el nene

Candela es una mujer de 45 años, guapa, aunque parece mucho mayor. Es una señora andaluza con un cuerpo rotundo, unos pechos muy grandes, culo grande muslos musculosos, ojos verde intenso, labios carnosos, que siempre lleva bien pintados,  Está casada con Francisco, camionero de profesión, pero eso no le impide tener “deslices”.  Tiene 3 hijas, Es muy bromista y guasona, Le gusta divertirse con sus amigas, irse a las discotecas, fumar, beber...



 



Era sábado por la mañana, las nenas habían ido a la piscina y no volverían hasta la hora de comer, Paco estaba de ruta haciendo la línea Sevilla Gijón. Como se iba a quedar sola ese fin de semana, había pensado irse con las amigas de discoteca. Antes quería pasarse por un pueblo cercano para comprar condones, (estaba descansando de la píldora), por si caía algo por la noche. No quería comprarlos en el pueblo para evitar comentarios.



Eran las 10 de la mañana y Candela se acababa de levantar. Tenía la bata puesta mientras se hacía el desayuno. Sonó la puerta y apareció la vecina con su hijo.



Hola Cande, ¿te puedes quedar con mi nene?, voy con mi marido al centro comercial y si lo llevo se pone nervioso…



Claro Merche, iros tranquilos…



El hijo de la Merche era un chiquillo de 15 años, gordito, más bien bajo para su edad y parecía muy tímido, aunque últimamente Candela notaba que le miraba hipnotizado a los pechos y al culo. A ella le hacía gracia, pero le parecía normal que sintiera curiosidad.



Hala Gonzalo, pasa y siéntate le dijo cande al crío.



 Le hizo pasar a la sala y le mandó sentarse en un sofá. El chiquillo se sentó en el sofá con la mirada baja, muy cortado.



Ea, no te vas con tus amigos por ahí



Gonzalo negó con la cabeza.  Era imposible sacarle una palabra. 



Cande dijo,



Bueno… si quieres ponte la tele… yo me voy a vestir y hago la limpieza…



Me voy a reír de este chiquillo pensó. No dice ni una palabra, pero le voy a dar un buen espectáculo. Anda mirándome, pues le voy a poner bien cachondo. Tenía un buen arsenal que usaba para ir de caza a las discotecas. Se puso unas medias liguero, minifaldas escocesas tableadas muy amplias y botas altas de charol hasta los muslos, con buen taconazo de aguja, y agarró un plumero.



Entro en la sala taconeando, qué… ¿no pones la tele?... como quieras…



El chiquillo abrió los ojos como platos cuando la vio aparecer así vestida. Empezó a pasar el plumero haciéndose la distraída, y, estando de espaldas, se agachó, de manera que el chiquillo tuvo la visión más gloriosa de sus nalgas. Se incorporó y le miró. Estaba rojo como un tomate y con los ojos muy abiertos, alucinas chaval, pensó cande, pero de repente se dio cuenta de que el nene entre sus piernas tenía un enorme bulto. Ahora fue cande la que abrió los ojos como platos Caray con el quillo, sintió como se le calaban las bragas…. La situación era súper morbosa, estaba a solas con “aquello” a mano… pero era solo un chiquillo… mejor no me meto en problemas le decía su cabeza, pero su entrepierna le decía otra cosa… al final decidió que al menos quería verla… ideó una estrategia, hacerse la ofendida.



¿Qué es eso? Le dijo señalándole el miembro ¡qué vergüenza!



 Perdón señora… yo no quería… no sé lo que me pasa…



 ¡Se lo voy a decir a tus padres!



No por favor me da mucha vergüenza no diga nada.



Vale, tranquilo ¿Tienes novia? Le preguntó.



No balbuceó.



Pero… te gustan las chicas ¿no? Asintió con la cabeza



Cande se sentó a su lado y empezó a decirle tiernamente…



No tienes por qué ser tímido conmigo, tranquilo nene mientras le tocaba la rodilla al chico, tú relájate, no tienes nada que temer,



Iba diciéndole mientras subía despacio su mano por el muslo del niño acariciándole,



Eso es, tranquilo vida ¿Te parezco guapa?



Si, ¿sí? Si es usted muy guapa,



Pero no me trates de usted, llámame cande cari. Mira… Tú no quieres que les diga a tus padres lo que ha pasado ¿verdad?



No.



Bueno, pues… te diré algo… hay chicos que les pasa lo que a ti y lo que necesitan es un masaje…   yo pienso que lo correcto es que me lo enseñes… si veo que sólo es un calambre no le contaré nada a tus padres, pero sino… no tendré más remedio que decírselo…



No por favor…



 Vamos a ver… que tienes aquí… le abrió los pantalones y surgió un miembro enorme, venoso,



vaya, dijo tragando saliva, menuda manguera… y mientras le deslizaba la yema de los dedos por encima, notando una dureza tremenda… empezó a hablarle susurrando, con voz cálida, muy amorosamente, estate tranquilo, le dio un beso en la frente, ya veo que es un calambre, le dijo dándole otro en la barbilla, no te apures que te puedo ayudar, besándole el pecho, te voy a hacer un masaje especial, le dio un beso en el ombligo, después empezó a besarle la punta del miembro, un beso, luego otro, y otro, y cada beso era un poco más largo que el anterior, luego empezó a cogérselo con los labios poquito a poco iba metiéndosela en la boca, hasta que la hizo desaparecer en su garganta. Se arrepintió de no tener condones… pero se le ocurrió una idea…



Le dijo “túmbate nene, déjale hacer a mami…”, había pensado simular ser la amazona de aquel potrillo, pero sin llegar demasiado lejos. Quería sentirla a través de la tela de las bragas. Con aquella falda tan “cómoda” para la labor se puso encima con las bragas puestas. Se detuvo un momento admirando aquella enorme lanza de carne desafiante, apuntando al techo, pensó para sí misma tiene muchas ganas de mujer. Empezó a frotarle la vulva embragada contra el pene, disfrutándolo. El chiquillo la agarro de las caderas, la inmovilizó un instante y con un movimiento logró deslizar su miembro por debajo de las bragas.  Sintió la carne dura del muchacho  contra sus tiernas y bien mojadas  intimidades. Sintió el peligro, ya no había nada que separara sus sexos…  estaba abierta y húmeda, y si quería al nene no le costaría nada…  estaba a su merced… Dios mío, no… aquel crio estaba saltándose el guion… No que haces para…  por favor por favor Fue un momento. Sintió un momento de presión, seguido de una sensación de dureza caliente deslizándose dentro de sí, llenándola.



Ya no había marcha atrás. La sentía dentro. Un pene realmente grande, duro como una piedra, llevando a los límites de elasticidad de su funda.  Su vagina reaccionaba agarrándolo, se sentía mujer. No había condón por medio, era carne con carne. Solo un poco… solo un poco… se dijo a si misma… pero no contaba con la inexperiencia del machito… Aunque por su miembro era todo un macho, era demasiado para aquel niño adolescente, sentir aquella humedad caliente asiendo su barra. Sintió la explosión en lo más íntimo, sus entrañas se llenaban del semen de aquel niño-hombre. Notó una tremenda cantidad de semen, lleno de vigor, pero su miembro no perdió la erección, se mantenía férreo. Ella enloqueció de deseo, pensó ya da lo mismo… voy a gozar y ya me preocuparé luego… empezó a mecerse adelante y atrás, marcándose una lambada de escándalo, el niñato le amasaba las tetas por momentos y por otros le agarraba las caderas. El semen batido de la primera corrida iba mojando los huevos del chaval, hasta que inevitablemente la Cande empezó a convulsionar en un orgasmo brutal, su vagina, como el puño de un luchador, estrujaba intermitentemente el miembro, y el niño hombre le ordenó que se tumbara, ella obedeció, era su hombre, su macho. Le separó las piernas y volvió a penetrarla, colocando los talones de cande encima de sus hombros. La escena era tremendamente erótica, la señora con aquellas botas altas y aquellas faldas escocesas penetrada sin cesar, profundamente, por un niñato... El chico comenzó a bombearla, y terminó por correrse otra vez en lo más profundo. Ella lo abrazó y lo lleno de besos. Se quedaron dormidos aunque sin perder la liaison. Sonó el timbre; era la madre del chico que pasaba a recogerlo. Tuvieron el tiempo justo de vestirse él y ponerse una bata encima ella. Pasaron algunos meses y a todo el pueblo le cogió por sorpresa la noticia, al primero, a paco, el marido de la cande, aunque eso no impedía que paseara orgulloso con su esposa luciendo un enorme bombo. La vecina de la Cande, madre del chaval, estaba encantada con lo bien que se llevaba su hijo con la vecina, ya que desde que la visitaba regularmente, su hijo era más lanzado y estaba perdiendo la timidez… así que todos contentos.



Nota; Me encantaría intercambiar impresiones con mujeres mayores de 50 años que compartan las mismas fantasías.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 9.67
  • Votos: 3
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Vicky
invitado-Vicky 09-02-2017 12:09:12

Ay te juro mi vidaa yo tambien quisiera estar con otro de 13 a 15 o 16, chicas esos son maquinas de cojer, creanme no se van a arrepentir

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