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Tiempo atrás comencé a trabajar con una pequeña empresa de abarrotes, que me abastecía de productos para mi pequeño negocio. Era casi un trato a diario que sostenía con Don Juan, hombre ya mayor de unos 65 años, grande, gordo, muy moreno, hombre serio , de pocas palabras, pero muy responsable y Mara, su mujer, completamente distinta a él , unos años más joven que él , pero bordeando ya los 60 , en extremo delgada , extrovertida , muy conversadora, polos completamente opuestos. Jamás en la vida se me ocurrió tener algo con ella distinto al trabajo, de hecho no me atraía para nada. Era muy flaca, sin culo ni tetas, tez blanca, pelo corto, ni siquiera era bonita, pero tenía cara de caliente , el hombre es hombre y cuando se presenta la oportunidad muy pocos pueden decir que no, y en ese grupo, yo no figuraba.
En mi trabajo me había ido bien, para mis 36 años ya tenía montado mi negocio y estaba abriendo otro en una ciudad muy cercana a la mía, no más allá de 25 minutos en vehículo. Por lo mismo necesitaba abastecerlo y esa tarde fue la señora Mara la que junto con el conductor del camión de ellos, llegaron a mi nueva tienda con el pedido solicitado.
Yo ya estaba ahí desde hace un rato ordenando todo. Comenzamos a descargar el camión entre los 3, ella incluida, ya que no le tenía ningún asco al trabajo y descargo el camión como uno más de nosotros. La verdad que hacía un calor de los mil demonios. Ella misma fue a comprar un pack de cervezas heladas al negocio de la esquina , las que bajamos en pocos minutos entre los 3.
Estábamos terminando de bajar las últimas cajas, cuando su marido la llama, preguntándole si le faltaba mucho, ya que necesitaba el camión para hacer otro reparto. La Sra. Mara le dijo que ya estábamos por terminar de bajar todo, pero que se quedaría a ayudarme a ordenar, porque tenía todo un despelote y que después se iría conmigo o tomaría algún tipo de locomoción.
A su marido, le dio lo mismo que se quedara conmigo, solo necesitaba el camión, jamás seguramente se le pasó por al mente , que esa tarde , su vieja mujer terminaría con toda mi verga enterrada en su delgado cuerpo. Fue así como el chofer luego de bajar la última caja se marcho, dejándome a la Sra Mara ayudándome a mover cajas y ordenar la mercadería. Partí a comprar otro pack de cervezas y cerramos la cortina de metal de la tienda para evitar que entrara algo de calor.
Nos tomamos un descanso para bebernos la cerveza y fumarnos un cigarro, donde aproveche de entrar al baño, sacarme la polera y refrescarme con el agua del lavamanos, saliendo así, con el pelo mojado, sin camiseta.
- Disculpa, pero no aguantaba más el calor y me tuve que mojar un poco
- No te preocupes.. con el calor que hace. Lástima que nosotras no podamos hacer eso de sacarse la camiseta
- Por mi no hay problema… si tienes calor
- Ja ja ja …. ¡Que fresco! , ¡ ESO TE GUSTARÍA ¡
- Yo decía nada mas , JA JA
- Tienes una cara de ser niño bueno, pero para mi que es solo la cara
- Si , soy niño bueno … buen para el webeo … ja ja
- Ja ja … Pero si me voy a mojar la cabeza y los brazos, no aguanto el calor
Me quede sentado sobre unas cajas, mientras la señora Mara entraba al pequeño baño a refrescarse. Hasta ahí, en ningún momento se me había pasado por la cabeza tener algo con ella, sin embargo, cuando sale del baño, con todo su pelo mojado, parte de su blusa se había también mojado y a pesar de no transparentarse nada, al parecer el contacto con el agua fría, había hecho que sus pezones se endurecieran, notándose a través de la tela mojada. Solo eso falto para que me empezara a imaginar cosas con ella.
Como andaba con jeans, se sentó sobre una caja grande, con sus pies colgando, piernas abiertas, prendió otro cigarro y destapando otra cerveza. Ya era la cuarta cerveza que se tomaba y se reía mucho, no en estado de embriaguez pero si le estaba comenzando hacer efecto. Se notaba sorprendentemente, algo coqueta, me miraba mucho con esos ojos de caliente, alababa mi cuerpo y comencé a pensar que tal vez se estaba pasando rollos conmigo. La verdad a mí la cerveza me pone caliente y sus pezones marcados sobre la tela, hacían que mi vista se fuera una y otra vez hacia ellos.
Me preguntó si hacía ejercicios, que me mantenía muy bien. La verdad no hacia ninguno, pero a mi edad tenía bien marcado los músculos y presentaba obviamente un cuerpo muy distinto al de su gordo, negro y viejo marido. Le dije que no, algo de barras de repente en la casa y coquetamente me dijo que me acercara el brazo para tocármelo.
Me acerque y le pase mi brazo flexionado sacando músculos, el que toco detenidamente
- ¡Guau! , lo tienes muy duro ( diciéndolo con un doble sentido )
- Ni tanto , aunque después de otra cerveza , yo creo que si se me pone duro
- Ja ja … ¡eres muy fresco tu!
- Yo estoy hablando de mi brazo
- Si .. como si yo fuera tonta .. Aunque pensándolo bien , tomate otra cerveza para ver , ja ja ja
- No me provoque Sra Mara , mire que a mi le cerveza me despierta
- Mmm , somos dos
- ¿A Ud. también la pone?
- Uff , claro .. ¿ o crees que a mi edad ya no?
- No, seguro que si … y seguro va a tener suerte Don Juan esta noche
- ahh no! .. Ja ja … con el gordo no , si es así , mejor me aguanto
- Ja ja … ¿siempre lo mismo?
- Si .. ya después de 35 años casados, no pasa nada con mi viejo
- Ahhh … entonces es peligroso
- ¿Por qué peligroso?
- Los dos solos , tomando cervezas ..
- Ja ja .. si … es peligroso el efecto de la cerveza
- En un lugar solos …
- Correcto … personas adultas con ideas claras
- El efecto del alcohol ….
- Eso si … a mi ya me está haciendo efecto …
- Mmm , parece que me está dando más calor
- Yo también me siento muy acalorada ..
- Que problema .. ¿verdad?
- ¿y en que topamos? ( sonriéndome , mirándome con una cara de caliente que con solo la mirada me lo decía todo)
- En nada … en nada topamos …
Sentada sobre la caja alta, jugando con sus pies, me miraba sonriendo, mordiéndose el labio, esperando mi movimiento, casi ofreciéndoseme en bandeja. Me baje de mi caja, me metí entre sus piernas y no halle nada mejor que agarrarle descaradamente una teta y comenzar a pellizcarle el pezón que hace rato me tenía caliente, mientras ella tan solo con tenerme cerca , estiró su mano y me tocó el paquete.
- Mmmmm , era verdad que se te pone duro con la cerveza .. que rico! … mira que rico!
- Si …. Muy duro … y a ti se te ponen duro los pezones?
- Mmmmm siiii … ¿se notan?
- Parece que esta teta tiene gana que la chupen
- Mmmm seguro que si … ¿la quieres ver?
- Veamos que tenemos acá…
- Toda tuya
Se levantó ella misma la blusa y bajó su brasier , mostrándome con orgullo una pequeña teta de pezones parados. La verdad la Sra Mara tenía unas tetas muy pequeñas, flacas y caídas, pero de pezones muy marcados, pero con lo caliente que estaba, no lo pensé dos veces y inmediato me la llevé a la boca, chupándosela fuertemente
Sobre la caja ella misma se terminaba de sacar la parte de arriba de su vestimenta, quedando desnuda de la cintura hacia arriba, mientras no dejaba de quejarse mientras yo le chupaba las tetas.
- Mm que rico .. ¡me encanta que me las chupen! .. mmmm
- Mmm ¿que más te gusta?
- Todo … todo me gusta .. todo! ( retorciéndose de placer y eso que solo le estaba chupando una teta)
- ¿todo todo?
- Siiiii .. ¡todo! .. hazme lo que quieras … todo lo que quieras
- Mmm … ¿todo lo que queira? … mmm … te voy a coger por todos lados entonces …
- ¿ ah si?.. que rico …
- Ohh si , te la voy a meter entera, por todos lados
- Ahhh siiii . hazme tuya como quieras , soy muy caliente y hace mucho rato que no me cogen bien cogida
- Mmm veamos .. saquemos esto .. te quiero sin nada ,para cogerte entera
- Ohhhhhh que rico .. si, eso necesito .. ¡que me cojan bien cogida!
Desabrochó sus pantalones y yo mismo se los saque de un tirón, incluyendo sus pantaletas, dejándola completamente desnuda sobre la gran caja. Abrió sus piernas, mostrándose por completa, como si tuviese el mejor cuerpo. Unas piernas flacas, sus pequeñas tetas caídas y su sexo expuesto completamente, peludo, con arrugados labios vaginales de color café muy oscuros, los que se frotaba ella misma con su mano, mirándome con deseo.
Para muchos quizás no era una imagen muy excitante, una mujer bordeando los 60 años, muy delgada, de tetas caídas, sobre una caja de cartón tocándose la concha deseosa de sexo, mirando como yo me sacaba también mis pantalones quedando también desnudo, listo para sacarme las ganas con ese viejo cuerpo.
- Guau!.. ¡que pedazo verga te gastas!
- ¿tu crees ….?¿ , ya veremos si te cabe toda
- Mmm déjame acariciarla… oh Dios mío, mira nada mas que cosa mas rica.
Tal cual como estaba, con una pierna colgando y la otra sobre la caja, me metí entre sus piernas, le comencé a tocar el coño con dos de mis dedos, metiéndolos sin problema, notando la abundante humedad de este, llevándolos a mi boca chupándolos delante de ella, cosa que la excito aun más, para luego bajar y ya comerle el coño descaradamente, sacándole gemidos de placer, mientras ella me restregaba fuertemente la cabeza contra su sexo. Mi lengua dentro de esa vieja, pero mojada concha, le lamia con fuerza su intimidad a mi casera que no dejaba de quejarse y decirme lo mucho que estaba disfrutando.
- Ah ufff . que rico mi amor ¡!!!!!!! . siiiiiiiiiii ahhhhh que rico como me comes la concha !!!!!
- Mmmm la tienes mojadita ..
- Ufffff. Si … cómemela! … cómemela! … cómemela! … ahhhhhh
Estuve un rato comiéndole el coño, me encanta el sexo oral, jugando alternadamente entre mi lengua y mis dedos dentro de su concha, mientras Mara movía su zona pélvica, disfrutando a mas no poder la comida de coño que yo le daba. Luego la bajé de la caja y me senté yo arriba de esta. La Sra Mara sonreía y se saboreaba , mirando la verga que estaba lista para engullir. Con toda calma, me la agarró con sus delgadas manos, admirando el grosor y tamaño, haciéndome un suave cariño, alabándomela, diciendo que ojala su marido la tuviese así de rica.
Suavemente comenzó a tocármela , de arriba abajo, para luego pasar su lengua desde la base hasta la punta, muy suavemente disfrutando lo que se le venía, pasándosela por la cara , agarrándola con ambas manos repitiendo una y otra vez que rica la tenía. Luego abrió sus boca y se la metió solo un poco, pasándome la lengua por la punta, hasta que abriendo bien su boca, comenzó a tragársela hasta donde su boca se lo permitió, sacándola y volviéndola a meter por completo.
Ya luego de un rato la mamada se torno profesional. Me dijo que no me bajara, prendió uno de sus cigarros y luego de darle una gran bocanada, me lo pasó encendido. Luego abrió otra lata de cerveza, dándole un buen sorbo, también me la pasó, diciéndome que me relajara y que ella se encargaría de mí.
Completamente desnudo, con una pierna colgando y la otra sobre la caja, con un cigarro en una mano y una cerveza en la otra, dejé que mi cacera me hiciera una mamada de otro mundo, alternando entre la suavidad y la rudeza, pero haciendo un trabajo profesional. Mil veces mi verga se perdió en la boca de la señora Mara, que se quejaba y ronroneaba como una gata, mientras se tragaba toda mi verga, haciéndola sonar en su boca, tratándome como a un rey, sintiendo mi verga dentro de su boca , acariciada por su lengua. A veces la sacaba y me besaba las bolas, metiéndoselas a la boca, succionando tan fuerte que a veces hasta me dolían. Fue mucho rato que Mara trabajo con mi zona genital, me la tenía completamente mojada con su saliva , dándome cuenta que no había sido tan mala idea pescarme a esta vieja , se notaba que en realidad era caliente y que estaba falta de sexo.
Pero ya luego que me tomé la cerveza y fumé mi cigarro, a pesar de estar sintiendo delicioso el trabajo del a veterana, y de haber querido, haber pasado un buen rato mas sintiendo las caricias de ella, bajé de la caja y me paré, delante de ella , dándola vuelta bruscamente, manoseándola por todos lados, en especial su concha y culo, diciéndole que ahora, todo lo que había tenido en su boca, lo tendría dentro de ella. Se apoyó contra la caja, dejándose tocar por este degenerado, que le abría por detrás las escuálidas nalgas y le pasaba la mano abierta fuertemente, pasando desde su mojada concha, hasta su estrecho ano, una y otra vez. En 90 grados apoyada contra la caja, con sus piernas abiertas, yo parado detrás, le apunté la verga a su vieja concha y de un solo golpe, se la mandé a guardar por completo, llegándola a levantar del fuerte empeñon que le di. Ya de ahí, le di con todo, haciéndola gritar de placer golpeándola con mi pelvis sobre sus nalgas.
Una y otra vez, mi gruesa verga se perdió en el delgado cuerpo de la Sra Mara que gemía como poseída, pidiéndome mas y mas. No sé cuanto rato estuve así, pero no me detuve si no hasta un buen rato, con nuestros cuerpos todos sudados. Hubiese querido tener una cama para poder follármela de otra manera, pero lamentablemente no contaba con nada como para hacer una cama, ni una frazada nada.
Me detuve y saque un montón de cajas que ya habíamos desocupado. Ella misma me ayudó a juntar cajas, para hacer una improvisada cama de cartón en el suelo, luciendo sin ninguna vergüenza su delgado cuerpo desnudo, que aun pedía más placer. Me daba morbo y risa , al ver como la veterana , paseándose completamente desnuda , me ayudaba hacer rápidamente una improvisada cama para seguir disfrutando de mi verga.
Cuando la cama estuvo lista, me acosté sobre esta, mientras ella, prendiendo un nuevo cigarro, se sentó sobre mí, como si nada estuviese pasando, enterrándose mi verga hasta el fondo y fumando con calma, mientras yo la tenía ensartada sin moverme. Me conversaba tranquilamente, el hacer la cama algo nos había enfriado a ambos, aunque mi verga sin estar tan dura, aun permanecía levantada. Me decía que hace años que no se la cogían así con tantas ganas que se había tenido que aguantar y parar varias veces para no acabar. Me hablo de los encuentros con su marido, el Negro Juan, que eran cada dos meses con suerte, y algo muy rápido. Que obviamente la dureza y dimensión de mi verga contra la de él, era completamente distinta.
- La tuya , es exquisita, me encantó
- Aunque ya se me anduvo “desparando”
- Si , no la tienes tan dura como antes , pero igual esta rica , me llenas toda … con una buena chupada, te la dejo dura de nuevo ¿o no?
- Seguro que si, eres muy buena en eso
- Ya , se acabo el “pucho”, sigamos en lo que estábamos.
- Si , pero colócame la zorra en la cara para comértela
- Mmmm que rico .. lastima de no estar en una cama ¿ no es cierto?
- Si , pero igual podemos hacer algo acá
- ¿ te gusta el sexo oral?
- Me encanta
- Mm a mi también ..
Nos pegamos un monstruoso 69 , chupándonos con deseos por todos lados , enfermos de calentura, apretándola fuerte y metiéndole la lengua hasta lo mas profundo de su sexo, mientras ella hacia lo mismo con migo, solo sacándosela de la boca para quejarse de placer. Su delgado culo en mi cara , no puso ninguna objeción cuando mi lengua se lo trajinó, advirtiéndole que también sería ocupado, recibiendo por respuesta …. “todo lo que tu quieras”
Se paró, y quedando de frente a mí, se fue agachando como lo hacen las mujeres para orinar, tomándome la verga desde la base y colocándola a la entrada de su concha comenzó a subir y bajar enterrándosela por completo. Lo hacía tan bien , era tan morbosa la escena de ver a la vieja en esa posición , con los ojos cerrados enterrándose mi verga que tuve que hacer que se detuviera por que estuvo a punto de hacerme acabar y eso aun no lo quería.
Nos pegamos otro pequeño descanso, abriendo una nueva cerveza . Mientras se la tomaba, la di vuelta y me paré detrás de ella, agarrándole las tetas y el culo, metiéndole un dedo en este. Me dijo que hacía muchos años que no se la metían por el culo, que tendría que ser cuidado, que lamentablemente no teníamos ninguna crema para lubricar. Tome un poco de su cerveza, me agache detrás de ella y abriéndole las nalgas le escupí la cerveza en el ojete. Ella se rió pero colaboró con la operación abriéndose bien de piernas. Le metí al lengua lo más adentro que pude y luego subi, apuntándole la verga a su ano tratando de meterla.
- Ahhhh . espera
- Mmmmmm quiero entrar por acá
- Ahh yo también , pero me duele …
- Despacio seguro entra
- Ahhh para, para! .. me duele! … ¿no tienes alguna crema?
- No …
- Pucha … me duele
- Tengo una idea , con jabón !!!!
Caminamos desnudos por la tienda, entrando al pequeño baño. Afortunadamente quedaba un diminuto jabón. Entre ambos lo tomamos y mientras ella se hacia una lavaza con el jabón y se lo pasaba por el culo, yo hacía lo mismo con mi verga , hasta que quedo bien jabonosa , colocándome detrás de ella, apuntando nuevamente a mi objetivo.
Ya con todo el jabón que nos habíamos puesto , ahora si entró , aunque muy apretado. Apoyada contra el lavamanos, de cara al espejo y yo detrás, miraba la cara de Mara que hacia su mejor esfuerzo por que le entrara , pidiéndome que lo hiciera despacio, hasta que comenzó a entrar mas fácilmente. Vi en su rostro un arrugado una cara mescla de dolor y placer, hasta que ya su culo no puso mas obstáculo, y entre sin problemas , mientras ella abrió la boca y comenzó a disfrutar de sentirse enculada por este joven mucho menor que ella.
Mi verga comenzó a entrar cada vez más adentro de Mara , cada vez mas rápido, haciendo estremecer a mi casera, la que se quejaba como loca, con la boca abierta, jadeando a más no poder , con su rostro arrugado recibiendo mis estocadas las que dada vez llegaban más adentro.
La tenía enculada por detrás, con una mano en la cadera y la otra en su boca, con dos dedos metidos dentro de ella , y mientras jadeaba me pasaba la lengua por ellos enferma de caliente, pero no acababa !! , mientras yo ya no aguantaba más.
Hasta que lanzando un largo alarido me gritó que se corría, gritando como loca , mientras yo tomándola fuertemente de la cintura , ya le di con todo, golpeándola fuertemente , casi levantándola de los empeñones que le daba, a la pobre veterana ,mientras ella no dejaba de gritar con la feroz follada que nos estábamos pegando avisándole que me estaba corriendo dentro de ella.
Dándole unas últimas estocadas de carne, mi verga salió de su escuálido culo, dejándola muerta de cansada al igual que yo. Nos reímos de la espectacular follada que nos habíamos pegado. Se sentó en la taza de baño, nada sensual, con sus piernas flacas abiertas , botando los restos de semen de su ano, mientras yo bebía litros de agua y me mojaba por todos lados para quitarme el sudor.
Mara también lo hizo, lavándose lo mejor que pudo, riéndose, diciéndome que al otro día no iba a poder caminar. Se quejaba de dolor de culo, pero me decía que se me había pasado la mano, pero había estado fabuloso. Que la próxima vez lo haríamos en una cama, más cómodos. Ya cansados, dejamos todo desordenado, tomando mi auto y volviendo a la ciudad, riéndonos de nuestro extraño encuentro.
Al otro día Don Juan me fue a llevar unas cajas que le habían faltado, siempre serio, me comentó que la Sra. Mara había amanecido muy adolorida, que al parecer el esfuerzo de haber estado descargando tantas cajas , la había tirado a la cama …. Ja ja … si supiera cómo me ayudó su mujercita!!
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