Estacionándose en la cera del frente se baja de un automóvil una señora madura pero con un cuerpazo de la mismísima madre que con el caminado tiene boquiabierto a todos los hombres que se encuentran en esa área quedan babeándose inclusive deleitados y sobretodo encantados por lo sexy que se muestra está al paso del caminado que hacia un edificio de dos pisos, no le quitan la mirada de encima todos estos lujuriosos como pervertidos hasta morbosos especialmente excitados igualmente fascinados finalmente todos unos acosadores sexuales por excelencia con todas las mujeres indefensas como inocentes hasta buenísimas en personas como en vivo y a todo color.

Sube por las escaleras hiendo hacia la tercera puerta del apartamento al tocar con mucha fuerza e insistencia la puerta en que le abre un rufián mal encarado asimismo mal oliente; le dice la mujer madura me deja entrar que vengo hacer un trato lucrativo y beneficio para usted como para mí, la hace pasar al cerrar la puerta al darse la vuelta se quita los anteojos oscuros al pedirle devuélvame la joya que se robo antes de ayer en la noche de mi mansión entonces se hace en tonto como en que no sabe ni siquiera está enterado por viva voz de lo que le habla la mujer madura que resulta ser la propia dueña de la joya que es falsa, le saca este grueso de billetes. Bueno el rufián le ordena desnúdese sin más que poder hacer es obligada si desea recuperar a toda costa la joya la señora madura, inicia al desabrocharse el bléiser al quitárselo de ahí se baja el zipper del falda del mismo color que el bléiser quedándose en botas negras de tacón alto puestas con hilo dental cachetero para nada carga brasier; se le acerca el rufián haciéndole propiamente en persona como en vivo y a todo color un reconocimiento más cercano en que la acaricia, la toca, la manosea, la nalguea, la hurga, la besa, le lame, la muerde superficialmente las tetas con los mismos pezones finalmente se la rosa con las mismas uñas en sus glúteos como muslos al pegársele y olerla divina como deleitosa hasta deseada mente a está señora madura dueña de la misma joya que se la entrega de inmediato recibiendo a la vez, en sus propias manos ese botín millonario que se vuelve a vestir la señora madura al ponerse sus anteojos negros abre la puerta del apartamento al salir y perderse al bajar de inmediato por las escaleras al caminar cruzando a la calle de inmediato se sube a su automóvil parqueado frente al edificio al marcharse alta velocidad de ahí.