La segunda noche necesitaba meterme en la cama totalmente desnudo, y mientras mi tio se quitaba su ropa y prendia otras velas para disponer de mejor iluminacion, me gustaba exhibirme desnudo con naturalidad, provocando su ardiente mirada.
Habia algo en el ambiente que presagia una noche emocionante y llena de nuevas promesas.
Todavia sentia un hormiguillo por detras, como recuerdo de las repetidas penetraciones de mi tio, pero sentia una irresistible necesidad de volver a sentirlo dentro de mi.
Me pidio colocarme en cuatro patas directamente, iniciando caricias con su lengua y manos por la espalda y nalgas.
Mientras iniciaba una masturbacion muy lenta, enfilo mi ano, solo tocandome con su glande sin penetrar.
Yo arqueba mi cuerpo invitandole a inicar el juego que se retrasaba dolorosamente, pero disfrutando de la maravillosa masturbacion, la mas lenta que habia tenido nunca.
Asi estuvimos cerca de media hora, parando y reanudando y yo con el juego de empujar hacia atras, mientras el se alejaba.
Cuando empece a sentir los primeros anuncios de una corrida con quejidos precursores.
Mi tio empujo por fin hasta dentro, haciendome sentir algo dificil de narrar.
Mi miembro se habia relajado, centrando mis sensaciones en las nalgas atravesadas, que recibian unos sucesivos golpeteos, que queria fueran mas profundos, retorciendome y provocando una fuerte inundacion de esperma que a chorros salia por mi orificio anal.
Pero no habia acabado la funcion.
Sin apenas disminuir el tamano de su lanza, agarrandome con fuerza por el pelo siguio con el mete-saca, con variaciones de ritmo y profundidad.
No se corrio pero me volteo y ahora fue el el que se coloco boca arriba poniendo sus piernas a los lados de mi cabeza, apoyadas, dirigiendo mi instrumento hacia unas nalgas muy abiertas por la posicion.
Empece a bombear, sintiendo una nueva sensacion, cuando al mismo tiempo me introducia un dedo al compas de mi movimiento.
Fueron 20 minutos deliciosos en que tuve que parar muchas veces para alargar el orgasmo, y al final derrame toda la carga almacenada, quedandome tendido y vencido.
Mientras descansamos mi tio me pregunto si me gustaria hacer una orgia de tres, porque conocia a otro muchacho del pueblo, con el que lo hacia desde hacia varios anos.