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Mi madre y yo, hemos vivido solos desde hace ya algunos años, metida siempre en el trabajo, casi no tiene tiempo para sí misma, y resulta que un sábado se me ocurrió invitarle un trago, ella al principio se hizo de rogar, pero de tanto insistirle al fin accedió y empezamos por un tequila, suave para no espantarla porque ella no es afecta a tomar.
Como siempre pasa, después del primero los demás y estos más seguidos uno de otro, ella se fue alegrando y más animada hasta para platicar, empezó a contarme de lo sola que se sentía sin la presencia de mi padre, y todo el esfuerzo que tiene que hacer para mantener la casa, así fueron pasando los minutos.
Puse la música y empezamos a bailar, ella al principio mantuvo su distancia y claro entre baile y baile un tequila, y yo con las ganas que le traía, no encontraba la forma de tratarle el tema del sexo... Ella es de estatura media, sus pechos no son grandes, más bien pequeños, lo que si tiene es un trasero sabroso; está hecha a la antigüita, no es destrampada, sino recatada, un poco gordita, de esas gorditas que se antojan a cualquier hora con solo verlas.
Cuando menos nos dimos cuenta, ya estábamos en estrecha confianza y me preguntó:
—Luis, ya tienes novia...
—Claro mamá, te la voy a traer para que la conozcas, a ver si te cae bien...
—¿Y qué tal te la pasas con ella?
—Bien… vamos al cine, al teatro, a cenar y luego a dar la vuelta por ahí...
—¿Y nada más das la vuelta…?
—¿Cómo que si nada más doy la vuelta…?
—Sí, quiero decir, no la besas, no la acaricias, o algo...?
—Bueno si, la beso, la acaricio y nos abrazamos, creo que lo normal, o ¿qué más hay que hacer mamá? le contesté haciéndome el inocente, aprovechándome de la oportunidad que me daba para no descubrir mis lujuriosas intenciones...
—Bueno, es que ahora los tiempos están tan cambiados que según me platican, los jóvenes desde los 18 años o antes ya saben todo lo que es el hombre o la mujer y antes, que esperanza que nos dejaran salir a solas con el novio...
—A poco tú y papá no salieron solos alguna vez...?
—Claro que no y sí, porque si nos dimos nuestras escapadas y pues una también siente ganas de eso que los hombres quieren y una desea...
—A ver mamá cuéntame que te hacia papá, le pregunté...
Ya con esta plática pensé que mi madre también andaba con ganas de coger y no podía desaprovechar la ocasión y, empecé a preguntar cosas más calientes a modo de despertar los deseos de mi madre...
—Que tanto acariciabas a papá cuando dices que se escapaban mamá?
—Cositas que no te voy a contar, porque son mis cosas íntimas y tú eres mi hijo y a lo mejor no está bien que te las platique...
—Mamá que ya estoy grande, tengo 20 años mamá, además estamos solos tú y yo y ni pensar platicarle a nadie...
—Bueno solo que me prometas que todo quedará entre tú y yo, porque capaz que me muero de vergüenza si alguien se entera...
—No mamá ya soy hombre, puedes confiar en tu hijo, además a quien más puedes platicarle si no a mí, no crees mamá?
—Bueno, es que tu papá siempre andaba tocándome lo que podía, y claro aunque a mí me gustaba, no era bien visto que una se dejara, pero me acuerdo que yo me ponía bien caliente de mi vagina, empezaba a mojarme y a desear más y más que me acariciara... se iba sobre mis tetas, era lo primero donde metía las manos y pues yo no era de piedra, me dejaba acariciar y mis pezones se ponían duros y empezaba a respirar agitadamente, creo que eso calentaba más a tu papá, se nos olvidaba todo, luego de las caricias empezaba a chupármelas y ahí sí ya no podía hacer nada por resistirme, luego sus manos bajaban a mi pantaleta sin darme cuenta o, tal vez con lo caliente que me ponía, ni cuenta me daba cuando ya me estaba acariciando mis vellos, y de eso a meter sus dedos tan solo un instante, me acariciaba tan delicadamente que me derretía en sus brazos y a escurrir mis orgasmos...
Al escuchar todo esto, mi verga se fue poniendo dura a más no poder, y como estábamos bailando, la fui apretando contra mi cuerpo y a pegarle lo grueso de mi verga para que la fuera sintiendo, ella como si no se diera cuenta, también se fue pegando más y más a mi sexo, bajé mi mano sobre su espalda y llegue a sus nalgas, esas nalgas que me han traído alucinando, las empecé a acariciar... ella no decía nada y para calentarla más, le pregunté:
—Oye mamá y tú no le hacías nada?
—Bueno, él tomaba mi mano y la metía en su pantalón para que le acariciara su verga, la primera vez que la toqué, sentí hervir mi sangre y mi cuerpo se puso caliente, caliente...
—Y luego mamá...?
—Pues luego, él me levantaba la falda y me ponía su verga en la vagina, yo me moría porque me la metiera, pero como todo era a escondidas y no podíamos estar mucho tiempo sin que supieran donde estábamos, me dejaba toda caliente y ganosa...
Metí mi mano en su pecho y le acaricie una teta, ella como que se quiso retirar de mi cuerpo, pero más la apreté hacia mí y empecé a jugar con su pezón que se puso duro... luego le dije al oído... “así te hacia mamá? así te apretaba tu pezón...?... te gusta mamá, te gusta mi caricia...?”.
Ella no respondió nada, pero empezó a respirar agitadamente, se abrazó a mí y me besó en la boca, yo reaccione con todas mis ganas, la abracé también y mis manos se fueron a acariciar sus enormes nalgas y mi verga buscando su rajada...
Así estuvimos un rato agasajándonos, le empecé a meter mano en su vagina y ella dejándose llevar por lo caliente que ya estábamos los dos, sus vellos son sedosos y muy hermosos, bueno a mí me encantan, mi dedo entraba y salía suavemente de su rajada, que para este momento ya estaba destilando sus jugos calientes, y con ese aroma tan excitante de quien tiene tiempo sin haber cogido... el ambiente se puso enloquecedor...
Nos fuimos a la cama, me baje el pantalón y le enseñé mi sexo, le dije:
—Mamá te gusta mi verga?
—A ver déjame verla bien... Luis, pero si está hermosa, que bárbaro sí que la tienes buena eh?... diciendo esto y se empezó a sonrojar... mi verga como si estuviera modelando, empezó a lucir sus venas llenas de sangre.
Mi mamá no quitaba la vista de mi verga y como que se le hacía agua la boca.
La tienes más desarrollada que tu padre y eso me gusta Luis.
Aproveché y le dije:
—mamá me la quieres mamar? te gustaría chupármela y tenerla en tu boca mamá?
No dijo nada, pero abrió su boca y empezó a mamármela, sentí la suavidad de sus labios, lo caliente de su boca, su saliva empapando toda mi verga, entrando y saliendo de su boca, yo a punto de vaciarme, haciendo esfuerzos por resistir sus caricias, esas caricias que con sus manos y su boca me estaban volviendo loco y me tenían a punto de explotar en mil alucinantes pedazos...
La recosté sobre la cama, le bajé su pantaleta le abrí las piernas y pude deleitarme con su hermosa vagina rosada, anhelante, brillosa, ansiosa me coloqué sus piernas sobre mis hombros, su vagina me quedó en la cara, tomé con mis manos sus pechos metí mi lengua en su vagina, lamiéndole suavemente gozando el momento sublime de tener semidesnuda a mi madre, ella empezó a retorcerse de placer y a gemir como desesperada, mis manos acariciando sus pezones y sus tetas, mi boca succionando su clítoris tan duro que me fue fácil atraparlo con mis labios y junto con la lengua darle masaje que no aguantó... y empezó a balbucear:
—Luis me vengo mi amor... me vengo... me vengooo...!!!
Me tomé todo su orgasmo, me inundó la boca con sus líquidos, los saboreé, gozando infinitamente el indescriptible sabor de sus efluvios vaginales... así nos quedamos unos momentos, hasta que nuestros cuerpos se medio apaciguaron.
—Luis, mi amor eres único, me has hecho vivir nuevamente, gracias cariño... me encantas amor.
—Me alegro mamá, me alegro que te haya gustado y que hayas gozado mis caricias...
Luego me puse de pie junto a ella y mi verga quedó al aire a todo su esplendor, ella se le quedó viendo y dijo:
—Que hermosa está y no se puede quedar así, ahora me toca a mí hacerte los honores... espero poder satisfacerte completamente...
Tomé de la bolsa de mi pantalón un preservativo, lo saqué de su envoltura y le dije:
—Mamá colócame el condón —y ella de tan emocionada y caliente que estaba lo tomó al revés y no podía ponérmelo...
Entré en su auxilio diciéndole:
—así no mamá, debe de desenrollarse sobre lo grueso de la verga...
—Bueno enséñame cariño que yo no sé de estas cosas, además está tan delgado que se puede romper...
—Si lo tomas con las uñas no nos va a servir, mira mamá, esto que sobresale aquí le dije mostrándole la punta del condón debe de quedar precisamente en la punta de la verga para que deslizándolo sobre de ella quede colocado, mamá...
—Ay Luis, que chistosa se ve, fue el comentario de mi madre...
—Si mamá, pero te va a gustar mucho y seguí deleitándome con lo que tenía al frente, una carne deliciosa, deseada por mi durante noches y días en que la lujuria se apoderaba de mis sentidos...
Aquí está mi manjar, mi sueño de muchas noches, estos muslos suaves, acariciables y también llenos de deseos... tenía por primera vez a mi madre a mi disposición, para hacerla mía y llenarle su vagina con lo grueso de mi verga, metérsela toda era mi mayor locura, mi más grande deseo y estaba a punto de conseguirlo... la locura en mi mente, en mi cuerpo y en mis pensamientos, mis deseos insatisfechos, el placer, mi pasión ardiente a punto de ser la más delirante realidad...
A mí también me falló la colocación del condón, pero me valió madres ya lo que quería era cogerme a mamá, sentirme adentro de ella y verla disfrutar...
—Mamá abre tus piernas que ya no aguanto más, quiero estar dentro de ti, quiero que me sientas penetrarte, quiero deslizar mi verga en esa "cosita deliciosa" que tienes para darme el mayor placer de mi vida...
—Ven Luis, ven a mí que también te estoy deseando, hazme tuya y méteme tu sexo, quiero que me claves con fuerzas esa hermosa verga que tienes amor... y lentamente fue separando sus piernas y dejando para mi lujuriosa vista, su vagina mojada y sus vellos revueltos y llenos de su orgasmo.
Pasión, lujuria, deseo, irrefrenable sensación de poseer a mi madre, ardiente ansiedad de llenar su vagina con lo grueso y duro de mi verga... me acerqué lentamente a ella y colocando sus piernas sobre mis brazos, se las fui levantando, suave y lentamente para ir abriendo sus nalgas y exponiendo su deliciosa vagina a la impaciente verga que irremediable y dulcemente le iba a meter...
Le puse la cabeza de la verga en la entrada de su vagina y se estremeció gimiendo y respirando con ansiedad, le di unas talladas a todo lo largo de sus labios vaginales y su vagina empezó a contraerse convulsivamente, su respiración entrecortada empezó a acelerarse, tomando mi verga se la restregué en su clítoris y no pudo contener un largo “agggghhhh!!!”
Al escucharla, se la restregué con mayor fuerza, de derecha a izquierda haciendo que su delicioso y duro clítoris se tensara más, no resistí el deseo de volvérselo a chupar, me volví a bajar a su vagina y directo al clítoris dirigí mi boca para succionar tan hermoso y delicado botón de placer de mi madre...
Fueron tantas mis ansias y mis ardores sexuales, que empecé a mordisquearlo, mi madre no soportó y en segundos se volcó en un estremecimiento y en una convulsiva contracción vaginal, con tanta fuerza que con sus piernas atrapó mi cabeza y así me mantuvo hasta que terminó su orgasmo... mi cara quedó empapada de sus líquidos vaginales, sabor enloquecedor, indescriptible sabor a mamá...
Sin darle tiempo a reponerse, me volví a colocar sus piernas en mis brazos y nuevamente la tuve en posición fantástica para meterle todo mi sexo y se lo fui dejando ir lentamente, gozando el deslizamiento en su ardiente vagina, cuando ya lo tuvo todo adentro, empecé a bombearla y ella con sus ojos cerrados contraía rítmicamente a cada embestida mía sus músculos vaginales y la locura en mi sexo, sentir las succiones en mi verga, y bombearla hasta el fondo fue como detener el tiempo y ansiar desesperadamente tener una enorme verga para atravesar con desenfrenada pasión el cuerpo entero de mi madre...
Así seguimos por un largo rato, se la clavé con ansias, gocé al irla penetrando, lo que más deseaba era tenerla en mis brazos por tiempo interminable, metiéndole toda mi verga, poco a poco se la fui dejando ir lenta y furiosamente, viendo como totalmente se la comía... la vagina de mamá está deliciosa, es grande y de labios gruesos, llena de vello púbico que me pusieron a punto de vaciarme... como pude me mantuve sin moverme para poder controlar mi venida, sus piernas sabrosas, las tuve en mis brazos, me fasciné mirando la penetración que le estaba dando, ella empezó a retorcerse de placer, sus ojos brillaron con lujuria... deseo... pasión ardiente y desenfrenada.
Le saqué la verga a mamá, y su vagina quedó medio entreabierta, ansiosa, golosa, insaciable, pidiendo más y más verga... ella me dijo:
—Luis cógeme agachada... ardo en deseos de sentir que me partes en dos con tu verga...
Se fue colocando como ella quería y me ofreció ese enorme culo que tiene mamá y me extasié en sus voluminosas nalgas, enormes, deliciosas, sabrosas, con esas caderas apropiadas para apoyarse en ella y penetrarla con toda fuerza y de golpe para hacerla enloquecer...
—Mamá agáchate más y párame bien tu trasero, quiero verlo bien, quiero disfrutar esta alucinante visión... estas tremenda mamá, estas deliciosamente buena, tienes el culo perfecto para mi verga y te la voy a meter toda mamá, voy a ver cómo te penetro, voy a ver como se pierde mi verga dentro de ti...
La acomodé de tal manera que el enorme culo de mamá se abriera un poco, y apareció maravillosamente su rajada, una inmensa rajada, una vulva abultada y jugosa, con sus vellos enmarañados, una locura de vagina... la tomé de sus caderas y lentamente la fui jalando hacia mí y mi verga se fue perdiendo en esas grandiosas nalgas de mamá...
—Ayyy Luis... me matas... me estas volviendo loca...
—Si mamá eso quiero, volverte loca, quiero que vuelvas a sentir y a gozar a un hombre... quiero que encuentres en mi todo el placer y las fantasías que hayas alguna vez soñado...
—Luis... Luis que ardiente eres cariño...
—Te gusta mamá?... estas gozando la verga de tu hijo mamá...?
—Estoy volviendo a vivir cariño... estoy enloqueciendo de ganas, siento la delicia de tu verga cuando se va deslizando dentro de mí, es una ansiedad desquiciante la que siento en mi vagina cuando me clavas tu vergota cariño... aggghhhh!!!
La locura fue cuando después de bombearla y sujetarla por sus caderas, le di con furia como queriéndola desbaratar y que acabara con otro orgasmo, se empezó a estremecer y a gemir ardientemente...
—Ya Luis cariño que me matas... ya mi amor que no aguanto más... aaggghhhh!!! Me vengo Luis... me vengooo agggghhh!!!
Estalló mamá en mil convulsiones y estertores... su vagina se contrajo con tantísima fuerza que de mi verga brotaron chorros de leche, caliente y espesa... me aferré a las caderas de mamá, le clavé las uñas y en un empujón brutal, le volví a clavar toda la verga y terminé de expulsar el semen... caí recostado sobre mamá, así la tuve un buen rato con la verga adentro de sus inmensas nalgas, su culo maravilloso que supo sacarme la leche, como jamás me la han sacado... esa es mamá y esta es mi deseo cumplido.
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