Hace algunos años, yo tuve que vivir un mes en un lugar algo lejano de la capital de Guatemala, cerca de la frontera de México, y a unos pocos minutos de una playa del pacífico, era un parcelamiento llamado La Blanca. Como en este lugar no había hotel, viajaba a diario a un Municipio llamado Coatepeque, el transporte era escaso y pasaba un bus cada tres o cuatro horas, y me tocaba levantarme casi de madrugada. Yo almorzaba en casa de una señora llmada Sofía de unos cuarenta y cinco años de edad, maestra de la escuela del lugar, soltera y muy atractiva. Un día mientras almorzábamos, platicamos sobre los inconvenientes de mi llegadas al lugar, y fué cuando ella me propuso que viviera en una casita propiedad de ella, a unos cincuenta metros de su casa, y la renta era casi regalada, entonces yo ya hacia los tres tiempos de comida en su casa. A la semana de estar conviviendo, yo notaba que se me quedaba viendo mucho y notaba que le atraía mucho y ya casi no lo disimulaba. Un día me dijo que quería ir a Coatepeque para efectuar unas compras, y que deseaba tomarse unas cervezas conmigo, nos fuimos y de suerte el bus que tenía que salir a las cuatro de la tarde, por desperfectos no lo hizo, quedamos en ir a bailar ese día, y reservamos en un hotel las dos habitaciones. Pero ya bailando y tomando cerveza la cosa se calentó, y al llegar al hotel nos fuimos a mi habitación, empezamos a besarnos y las cosas empezaron a caldearse, poco a poco nos fuimos quedando sin ropa, su cuerpo era hermoso, de pechos grandes y duros, su vientre plano. sus caderas anchas y con un vagina grande peluda, y un clítoris inmenso, parecía pene de niño, al prensarlo con mi labios y lamerlo con fuerza se vino en un orgasmo estupendo, ella me sacó el boxer, y al ver semejante pija, gruesa y de un largo de 8 pulgadas se quedó atónita, y me dijo que a veces en el río había visto hombres desnudos al bañarse, pero sus penes no eran de ese tamaño, la empezó a chupar torpemente pero sentía delicioso, me dijo nunca he tenido en la boca un pene, y que quería que se la metiera pero con cariñito, pues era aún virgen. Nos colocamos en un 69 y así nos corrimos los dos, seguimos mamandonos en el 69, hasta lograr que nuevamente mi pene estuviera a todo, la acosté boca arriba, coloqué una almohada bajo sus nalgas y quedo la vagina abierta y sus piernas hermosas torneadas igual, su clítoris inmenso rígido, coloqué la cabeza en la entrada de su vagina y empezé a sobarsela en círculos, ella gemía y le temblaban los labios de excitación, luego se la pasaba del ano al clítoris, y así estuve como cinco minutos, hasta que volvió a venirse entre gemidos y sollozos, y me decía amor mío lo deseo tanto, estoy loca por usted desde que lo conocí por favor rómpame la panocha, hágame suya quiero sentirlo adentro de mí, la metí la cabeza y llegué al himen, ella se quejó un poco, subió sus piernas a mis caderas, y se empujó haciá mí, y yo a la vez empujé, sentí cuando se rompio su himen, y me fuí hasta la mitad, ella sólo suspiró y me dijo métala toda, y me fuí al fondo, sintiendo la caliente, apretado y húmedo de su canal, y empezé a bombiar primero despacito para luego acelerar el ritmo,. ella me siguió el compás, los dos sólo gemíamos y nos besabamos con pasión, la sentí venirse y momentos después yo le dejé ir toda mi carga de esperma, el pene seguía firme y le seguía dando hasta que nuevamente los dos nos corrimos de una forma espectacular, así ensartada y de lado nos quedamos dormidos, en la madrugada aún la tenía metida, y fué endureciendose nuevamente y empezé a bomberala de nuevo, ella se quejó de ardor y dolor, le dí vuelta y de lado a espaldas de mi pecho, se la acerqué al ano, lo tenía mojado por los liquidos y semen, y poco a poco se la fuí metiendo por el culo, la tope y empezé a darle hasta que le llené el culito de leche. A partir de ese día, ya no dormía en la casita sino que en su casa, fueron días de lujuria y placer, que señora tan maravillosa y guapa, aún la recuerdo.
Venimos a los cuentos eróticos, los y las que somos calientes.... muy bueno tu relato... me pusiste a mil... besitos sofi