Becky era una chica fiestera muy dura. El licor y el sexo eran sus adicciones. Ella y su novio Aaron llevaron vidas muy sexuales. Todo esto terminó hace unos ocho meses, cuando Aaron y Becky estuvieron involucrados en un accidente de un solo vehículo que le quitó la vida a Aaron. Dejó a Becky hospitalizada durante ocho meses. Becky fue acusada de conducir bajo los efectos del alcohol. Su abogado pudo llegar a un acuerdo con los fiscales por el cual Becky sería enviada a rehabilitación, y la decisión final sobre su sentencia se retrasó hasta que se conocieran los resultados de su rehabilitación. El Tribunal asignó a Becky al Centro de Rehabilitación de Horaceville.

Poco sabía ella lo que iba a pasar.

A Becky la asignaron a una habitación que, a todos los efectos, se parecía a una típica habitación de hospital. Las diferencias iban a ser una verdadera sorpresa para ella.

La Dra. Anne Anderson, la Directora del Centro y Alex, uno de sus terapeutas, entraron a la habitación cerrada de Becky. "Becky, como Alex es una terapeuta muy diligente y concienzuda, estoy seguro de que ella…

"Sí, pero yo...", fue todo lo que Becky pudo responder antes de ser interrumpida.

"Entonces sabe que todas las formas de conducta sexual no autorizada, incluida la masturbación, deben prohibirse si espera obtener el control de su adicción".

"Espera, no puedes simplemente..."

"No podemos hacer excepciones para usted. Las políticas de este centro deben cumplirse de inmediato. Cualquier violación no quedará impune, sin importar cuán pequeña sea. La mala conducta repetida resultará en el fracaso de su rehabilitación y será devuelta a la corte" para encarcelamiento inmediato. Si acepta trabajar con nosotros, trabajaremos para usted. Alex tiene algunos documentos que ella le ayudará a completar y espero que no haya más problemas".

Anne no esperó una respuesta antes de girarse para salir de la habitación. Su voz se quebró a través de los pensamientos de todo lo que estaba incluido en ese informe que Anne había visto. Alex tenía una voz profunda y sedosa que sonaba muy diferente a lo que Becky había imaginado. Era la primera vez que consideraba a Alex como una persona, no solo como la perra faldera de Anne.

"¿Hay algo que pueda hacer por ti antes de que empecemos?" preguntó Alex mientras abría un archivo ya grueso.

"Bueno, necesito usar el baño. ¿Qué le hice a la Doctora?"

"Ella siempre es así con los nuevos pacientes, así que no puedes tomarlo tan personal. Una vez que has progresado lo suficiente, comenzará a relajarse. Lo siento, pero te lo dije antes, incluso el baño está regulado" como parte del programa aquí.

Alex cerró el archivo y mientras se ponía de pie, Becky pudo sentir un espasmo que comenzaba a desarrollarse.

"Enserio tengo que ir al baño. ¿No puedo ir a orinar ahora y comenzar con la parte del baño más tarde?" preguntó Becky, cruzando las piernas.

Alex se acercó a ella, se inclinó y besó suavemente a Becky en la mejilla. Si ella va a ser la primera persona con la que podré tener sexo, pensó Becky, entonces podría hacerlo peor.

"¿Por qué no intentas aguantar un poco si puedes?", susurró Alex. "Necesito obtener una muestra de orina para el laboratorio, así que veré si puedo obtener una autorización rápida para abrir la puerta del baño. Esa luz sobre la manija es verde cuando está desbloqueada y lista para usar, en lugar de roja como está ahora. Vuelvo enseguida".

Alex cerró la puerta detrás de ella y Becky inmediatamente se puso de pie y metió la mano dentro de sus jeans. Pellizcó los labios de su coño y agarró su entrepierna tan fuerte como pudo. Le repugnaba la idea de tener que aguantarse.

"¿Cómo puede la gente evitar que hagas pipí?" se suplicó a sí misma, "¡No puedo simplemente orinarme por todo el piso!" Nunca se había visto obligada a aguantarse como lo estaba haciendo ahora.

El espasmo se hizo más fuerte y su agarre estaba perdiendo efectividad. Se desabrochó los vaqueros con la mano libre y, después de quitárselos, sintió un poco de alivio al instante. Unas pocas gotas lograron salir y mojar sus bragas antes de darse cuenta de que su mano ahora se movía rápidamente sobre su coño para cortar el flujo. Pasó una mano desde la dureza de su vientre hasta la dureza de cada pezón.

A medida que el espasmo disminuía, ahora podía concentrarse en lo bien que la estaba haciendo sentir. Levantando la cabeza, pudo ver sus bragas empapadas en el espejo de la pared frente a la cama. Se dio la vuelta y apretó las caderas contra su mano. Justo cuando podía sentir que comenzaba a correrse, un dolor le atravesó el estómago y supo que ya no podía contenerse más.

Rápidamente se levantó de la cama y agarró la planta del escritorio. Tirándola al suelo, se quitó la ropa interior y empujó la planta a un lado con la esperanza de que no le importara el exceso de agua esta semana. La orina salpicó de ella mientras se agachaba sobre la planta e instintivamente, su mano una vez más encontró su coño. El alivio que sintió ahora, junto con un dedo rápido contra su clítoris, se combinó en el orgasmo más intenso que jamás había sentido. Se derrumbó boca abajo en el suelo, incapaz de moverse mientras más líquido goteaba de su coño.

No podía creer lo bien que la hacía sentir mientras rápidamente volvía a colocar la planta sobre el escritorio. Arrojó su ropa interior rasgada y mojada debajo de la cama y volvió a la cómoda y sacó algo más para ponerse. Luchó un poco para ponérselos, ya que eran algo más pequeños de lo que estaba acostumbrada a usar. Acababa de subirse la cremallera de los vaqueros cuando se abrió la puerta y entró Anne.

"Ojalá supieran tocar la puerta", le gritó Becky a Anne.

"Becky, estoy muy decepcionada por tu falta de disciplina", dijo Anne, sonando más severa que decepcionada.

"¿De qué estás hablando?", respondió Becky, "Estoy esperando a que vuelva Alex. Dijo que terminaríamos los papeles entonces".

Anne la ignoró mientras encendía la televisión y la videograbadora.

"Obviamente, intentas hacerte esto más difícil al ignorar las pocas reglas básicas que te han dado hasta ahora".

Becky no dijo nada mientras se sentaba en la cama que momentos antes había quitado las arrugas. Anne puso una cinta en la videograbadora y se paró junto a ella, mirando directamente a los ojos de Becky. En un instante, ahí estaba ella, mirando a la cámara entre sus piernas. Todo, desde que Alex salió de la habitación, había sido grabado detrás del espejo. Su coño, la planta, el orgasmo, todo estaba en esa cinta, con sonido.

Miró a Alex, que ahora estaba de pie con las manos vacías en la puerta, aún más divertido. No necesitaba preguntar dónde estaba el recipiente para muestras de orina. Ya se había dado cuenta de que había sido engañada y había fallado la prueba.

"Vas a tener que ser castigada por esto, Becky", dijo Anne con frialdad. “No puedo tolerar esta falta de autocontrol o disciplina. Alex, quiero que te quedes aquí y continúes con el papeleo. Cuando esté completo, vista a Becky y llévela a la sala B-106 para un entrenamiento conductual y espere con ella hasta que llegue el entrenador".