La Reconciliación parte II

Ese viernes, mi objetivo era reconciliarme con mi novio, pero yo quería de verdad reconquistar totalmente a este hombre y estaba dispuesta a todo.

Entonces después de un descanso muy breve, teníamos rato haciendo el amor, el acostado boca arriba en la cama, me puse a mamar de nuevo, normalmente el es quien manda, dirige, pero yo esa noche apenas lo vi acostado me puse a mamar sin esperar instrucciones, entonces yo chupando que parecía una aspiradora.

El me dice “amor, que me vas a regalar por mi cumpleaños” (yo le pregunto entre una mamada y otra, esperando que no quisiera algo costoso porque estoy en la quiebra) le pregunto “qué quieres” entonces el dice “el culito, quiero que me des ese culito” de verdad no me esperaba ese comentario así, aunque el lo deseaba desde hace meses, entonces yo sólo me sonreí, pero el volvió dice “entonces por fin me lo vas a dar para mi cumpleaños”.

Pensé en lo que me aconsejo Sofi (una amiga) Ella me dijo que se lo diera, que me iba a doler pero que no era tampoco “mal de morirse”. Pensé mientras mamaba, las mujeres o yo cuando menos, cuando me siento segura con un hombre me pongo un poco malcriada, hasta un poquito arrogante si se quiere, pero este mes separada de el me hizo valorarlo. Pensé, este hombre ya tiene meses esperando. Estaba asustada, porque mis primeras experiencias fueron muy difíciles, pero luego de haber experimentado con consoladores (claro más delgados que el pene) además con los consejos de Sofi y los traguitos que tenía encima se lo ofrecí. Luego le dije “lo quieres hoy amor, quieres que te lo de hoy mismo”.

El apenas me escucho hizo sh, hasta me lo saco de la boca, pienso casi lo hago venirse, me dice “en serio? Estás segura?” yo digo “si amor”. Entonces el dijo “pero no tengo lubricante, te tocará con saliva” también leí que la saliva ayuda, pero no es lo mejor, puede haber mucha fricción porque se seca, como vez leí cuanto pude de esto, pero como me dijo Sofia “niña, eso no se aprende estudiando, es como manejar, aprendes manejando, no leyendo” entonces titubee un momento, pero luego me dije a mi misma, no te pares ahora, recordé también lo que me dijo Sofi acerca de los piercings, ella dijo “duelen, pero como una quiere el bendito piercing se aguanta” entonces pensé “que sea lo que Diosito quiera, pero tengo que intentarlo” (raro meter a Dios en esto), todo esto pasaba por mi mente, mientras mamama como la puta en que me convertí en esa noche para el.

Entonces me puse en 4 patas. Una vez leí que esa posición no es buena para una novata, pues una no tiene control, pero eso lo pienso ahora que escribo, en el momento no. Luego el dijo “ven, de ladito (en cucharita), para no llegar tan profundo”. Le di otra mamada bañándole el pene con saliva abundante, el también me escupió en pleno culito.

Luego, acostada, sentí como apoyaba su cabeza hinchada en mi culo, trate de respirar profundo para relajarme, entonces el empujó, nada que ver con el consolador, el grueso es mucho mayor, sentí un dolor agudo, intenso, brinque hacia delante. El dijo “tranquila” o algo así. Entonces volvió a intentar, esta vez sentí la presión y la fricción, pero no el dolor agudo, el dijo “si duele mucho me avisas”. Entonces yo coloque mi mano atrás, entre su pene y mi culo, es decir, lo tenía ya clavado, pero yo colocaba la mano para evitar que fuera a fondo, así como a veces hacemos las chicas cuando mamamos, para evitar que nos atraganten.

Entonces el comenzó a moverse suavemente, esperando que mi culito dilatará, me ardía, pero el no podía ir a fondo. Luego, el dijo “amor, por favor, quítame la manito” yo no la quite, el entonces me quito la mano y con su izquierda con la que me abrazaba, me tomo la mano dejándola hacia el frente de mi, tal vez no sé explicarme, pero en resumen, dejo la vía libre para poder penetrarme a fondo, completo como el quería, como debía ser. Se me escapo un “no Juan, no papito” entonces el dijo “qué pasa, si o no?” yo dije “nada, nada” es que en realidad yo quería, pero el sentirme tan indefensa me dio un poco de miedo.

Luego, comenzó a entrar, sentí súper caliente, debe ser la fricción, uff, me dolía, un dolor no tan intenso, pero dolía, no sé si es que soy masoquista, pero recuerdo aquello y siento deseos de que vuelva a pasar, no entiendo, porque en realidad no fue muy placentero, pero la idea de repetirlo me excita, me llena de morbo. De mi boca escapaban quejidos.

Creo que tendría ese palo casi completo dentro de mi, cuando el comenzó a meter y sacar muy suavemente, entonces fue más difícil, comencé a quejarme más, el preguntó “te duele amor” como si no supiera que me estaba abriendo, que mi culito no sería el mismo después de eso. Yo no dije nada, me quejaba porque me dolía, pero no quería parar, es decir, me quejaba pero no protestaba.

Entonces volvió a preguntar “te duele’” me molesto un poco, porque era obvio que me dolía, pero además yo no quería tener oportunidad de echarme para atrás, quería que el tuviera el control, tal vez no sé explicarme, en resumen yo quería seguir adelante. Claro, el preguntaba porque yo comencé a quejarme bastante por el mete y saca. Entonces le dije “amor, no preguntes más quieres, no preguntes más”.

El se quedo callado y ya mi culo lo estaba aceptando más o menos bien, se había lubricado y dilatado bastante, pero el no había ido a fondo totalmente aún. Luego, lo empujo completó, en lo profundo, dentro de mi, ya no en el ano, ni en el camino, si no en lo más profundo, me dolió mucho, es como que llego a mi tope.

Entonces grite más fuerte de dolor “ay, uf, arggr, no, amor, no” y cosas así, el dijo “lo saco?” y yo nada, no dije nada, seguí quejándome (grititos, gemidos) pero sin pedir que parará. El no todo el tiempo iba a fondo, pero de pronto lo hacía y me dolía, no sé que pasaba conmigo esa noche, pero a pesar que me dolía, me gustaba aquella situación, me excitaba, no como para venirme, pero me gustaba, esa expectativa de no saber cuando se clavaría a fondo, me tenía totalmente excitada.

Luego, en una de esas, de nuevo se me escapo un gritito, porque de verdad se clavo muy duro, el volvió “duele?” entonces respondí “me duele, pero me gusta”. Desde luego, después de esto, el siguió gozándome, a sabiendas que me dolía pero a la vez me gustaba.

De verdad me gusto todo aquello, que el se diera gusto. Pienso un hombre debe valorar eso, que una aguante un poco por el, bueno para ser honesta, no sólo el disfruto aquello, yo también, un placer distinto sin lugar a dudas, pero lo disfrute.

Hay algo para mi con el sexo, de cierta forma, me gusta que haya un poco de maldad, no sé, me gusta que me traten muy bien y con educación en todo momento, pero en el sexo es distinto, me gusta lo romántico antes del sexo (una cena por ejemplo) y después esa parte tierna de caricias y eso, pero ya propiamente el sexo, me gusta la malicia, que no me pidan permiso, ni tantas consideraciones, es decir, no es que me gusta que abusen, pero me gusta un poco la maldad, que me digan y hagan cosas un poco fuertes.

Volviendo a aquella noche, después de un ratito dándole, entonces si desee que ya acabará, que se viniera, ya era incomodo para mi, le pregunté “amor, te falta mucho” el dijo “un poco, pero si no aguantas más me dices”, yo me dejé hacer, el ritmo subió bastante y aunque ya mi culo estaba lubricado y no sentía tanta fricción, me dolía en lo profundo.

Siguió un ratito más y de pronto acabo, se clavo a fondo, muy fuerte, se que no hubo mala intención, entiendo que fue parte de la reacción al venirse, me abrazo fuerte, luego se relajo, cuando lo sacó también me dolió un poco. Pero todo bien.

Entonces el me dice “si eres exagerada” refiriéndose a mis quejidos, yo respondí a manera de broma “un día de esto te lo vamos a hacer a ti y entonces me dices”. Luego, estuvimos conversando allí en la cama, sentía que me ardía, pero de verdad estaba súper contenta, mientras hablábamos de una cosa y otra, me sentía bien, orgullosa de lo que había hecho.

Bueno, espero que te haya gustado y me digas como te pareció.

Paty