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Categoría: Confesiones

La profesora de mi caserío (3)

Salud a los lectores de esta interesante página, disculpen la demora por no haber continuado antes con esta historia de mi adolescencia.

En días pasados les narré como fueron mis primeros encuentros con Alcina la profesora de mi caserío, una mujer bonita, agradable y cariñosa que me hizo vivir momentos muy placenteros sexualmente que jamás olvidaré.

Alcina vivía con otra profesora de nombre Doris, en la misma casa, dormían juntas, los viernes que Doris se iba a su pueblo para regresar lo lunes, me correspondía a mi ir a dormir con Alcina y pasarlo bien entregados al amor y al sexo.

Un viernes fín de més, noviembre para ser exactos, Alcina viajó a Trujillo sin decirme nada; ese día por la tarde lluvió mucho, pero a mi no me importó la lluvia, salí de Usquil con dirección a mi caserío para dormir con Alcina, dejé la moto en el corredor de Don Joaquín y subí a la casa dónde vivía Alcina, era de noche y la lluvia era fuerte, toqué la puerta suavemente y escuche una voz debil que preguntaba:

-Quién es?

-Soy yo- contesté

Se demoraron unos instantes antes de abrir, cuando lo hicieron, apareció el rostro de Doris en la puerta, la otra profesora con la que vivía Alcina. Se sorprendió al verme a esa hora y supongo se imaginó por quién iba. Cortezmente me invitó a pasar y le expliqué no se que pretexto por mi visita, tomamos café con leche y la lluvia no cesaba, conversamos de todo, nos reimos, ya era como las 11 de la noche y no escampaba, me miró a los ojos y dijo:

-Hay una sola cama pero si quieres quédate, te acuestas a los pies

-No hay problema, gracias- le contesté

Se entró al dormitorio, sentí que se ponía la piyama y después de unos instantes me llamó que pasara; entré, estaba sentada al borde de la cama, me saqué la cazaca, la camisa y los pantalones quedando con camizeta calzoncillos largos y medias. Ella levantó las frazadas y se acostó, entonces le comenté que no se sentiría bien teniendo mis pies junto a su cabeza.

-Entonces acuéstate a mi lado- me dijo

Me acosté junto a élla y seguimos conversando, estando en esas, acerqué mi mano para encontrar la suya, la tomé delicadamente, élla se dió media vuelta y me cogió con la otra.

continuará.
Datos del Relato
  • Autor: Hebab
  • Código: 22666
  • Fecha: 30-04-2010
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.98
  • Votos: 45
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1749
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