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Categoría: Maduras

La profe de física

Hola, soy un chico de Madrid, de 21 años, mido 1,86 , 75 Kg. y aparte de dedicarme a dar masajes a mujeres de buen ver y entradas en años, estudio Informática y la verdad que la asignatura que peor llevo es la de Física, no sé, el resto se me dan más o menos bien, pero en física ya me he puesto en una situación peligrosa, así que este verano he decidido ponerme en manos de un buen profesor o profesora que me ayude a superar las dificultades que me da esta asignatura.



Después de mirar varios anuncios en la Biblioteca, el ayuntamiento y los periódicos vi uno que me llamó la atención, la llamé y acordamos en que iría a visitarla a su casa los lunes y los miércoles a media tarde, sobre las cinco de la tarde. Llegué a una casa lujosa aunque antigua en el madrileño barrio de Salamanca, ella era profesora de Física y Química para chicos de COU y de BUP en un Instituto de la zona sur de Madrid. Se llamaba Luisa. Entré a su casa y me encontré con una autentica señora de 49 años, rubia con unos pechos enormes y un poco culona como me gusta a mí lo cual me encantaba, y eso sólo bastó para elegirla como la candidata perfecta para que me diese clases.



--- Hola Óscar, ven pasa y ponte cómodo, ¿ quieres un café ? --- Bueno, muchas gracias señora --- No me llames señora por dios , que me haces sentir una abuela... llámame Luisa ¿ vale cielo ? --- De acuerdo, pero Luisa, no eres ninguna abuela, estás aún en la flor de la vida además eres preciosa ( primer misil directo lanzado )



Nos sentamos en un saloncito muy decorado y muy lujosete mientras Luisa me trajo el café.



--- Mmm está delicioso el café, aunque si no le importa luego le pediré algo de agua o una coca-cola --- No te preocupes, la primera coca-cola es gratis pero las siguientes te las cobro a veinte duros la lata >> Me dijo mientras se reía, sus dientes eran blanquísimos y muy cuidados, se notaba que no fumaba y que sus dientes eran naturales y súper cuidados. Y si eran postizos la verdad era algo que no me traumatizaba lo más mínimo. --- Bueno, vamos aquí a la mesa, y me explicas el temario que dais y la parte que peor llevas ¿ok?



Le estuve explicando que lo que peor llevaba era la parte de Campo Magnético y de Electroestática. Nos despedimos para empezar ya con las clases. A siguiente día acudí a su casa a las cinco de la tarde hacía mucho calor, en su casa no tenía aire acondicionado así que me quité la camiseta y me quedé sólo con unos pantalones cortos deporte, ella estaba en bañador, un bañador de lycra ajustado puesto que había estado tomando el sol en la terraza, qué culo madre mía qué culo que tenía esta señora.



Al rato de estar en clase, vi cómo se marcaban a través de su bañador los pezones, bastante grandes, yo no podía quitar la vista de encima de sus inmensas tetas, sería una talla 130 o 140 aproximadamente, y lo más importante, 100% naturales, sin aditivos ni conservantes, todo natural como la vida misma, nada de silicona.



Ella me miró y comprendió lo que yo buscaba, su lengua pasó por la comisura de sus labios, mientras se bajaba lentamente las tiras de su bañador.



--- Te gustan mis pechos ¿ eh ? --- Sí Luisa, me gustan mucho, son preciosos.



Me levanté de mi butaca y me acerqué a ella, la rodeé con mis manos masajeando sus pechos, y mojándome un dedo con saliva para ponerme a acariciar circularmente esos dos pezones, mientras la empecé a besar el cuello, y susurrarle al oído que me gustaba mucho, que era toda una señora y que me gustaba muchísimo su cuerpo y que iba a disfrutar de un jovencito de 21 años sólo para ella.



Se levantó y quedó totalmente desnuda mostrándome un coño con una mata de pelo encima de su vagina pero depilado en los labios, etc. Se pegó a mí notando el calor de sus tremendos pechos en mi cuerpo, cogí nata de la nevera y fui acercando mi lengua a todos los rincones de su cuerpo bajando lentamente desde sus pechos hasta su ombligo, su monte de Venus, hasta llegar a sus muslos, los cuales besé por su lado interno, para empezar a sentir ese calor que salía de allí dentro, era como un infierno que me llamaba a gritos, no podía resistirlo más, y mi lengua comenzó a recorrer el pliegue de aquellos labios y a investigar en aquel enorme coño, se notaba que había tenido 3 hijos, aun así estaba muy cuidada aquella vagina ya chorreante de flujo. Ella se sentó en el sofá y yo de rodillas comencé a lamer sus labios y ver cómo ese clítoris me llamaba a gritos con su color sonrosado lo acaricié con la punta de mi lengua, cogiéndolo con mis labios en forma de O y succioné suavemente aquel clítoris, lo lamí circularmente de un lado a otro y vertical de arriba a bajo mientras notaba aquellas suaves manos de aquella madurita sobre mi pelo, le puse nata en los pezones y en su coño y la devoré entera.



La verdad es que me encanta comerle el coño durante el rato que haga falta, las veces que haga falta a una señora que me lo pida, siempre está mi lengua dispuesta para saborear el delicioso aroma del coño de una mujer de verdad, desde que descubrí mi pasión por las maduras, las niñas dejaron de interesarme, de 18, 19 años, que son unas crías y no saben ni lo que quieren y siempre están andándose con tonterías.



Lo que más me gustó fue cuando comencé a verter todo el bote de Aceite Johnson en el cuerpo de Luisa y nos empezamos a frotar allí en el sofá mi pene ya estaba como una barra de hierro candente, me dolía y todo , pues aún estaba bajo mis bóxer, me frotaba con el vientre de aquella señora mientras me acariciaba la cabeza, el cuello y la espalada, y yo chupaba y chupaba aquellos enormes pezones tan duros y a la vez tan ricos.



Ella me metió la mano por debajo de mis bóxer y sacó a relucir mi miembro, me empezó a acariciarlo muy suavemente notando sus manos deslizándose sobre la piel de mi pene empapada en aceite Johnson lo cual hacía que la sensación fuese especial.



Se arrodilló delante de mí y lamiendo con su lengua el glande como si se tratase de un helado de lo más dulce, comenzó a desaparecer mi polla entre esos labios rosados con un brillo plateado, esta señora tenía gusto y clase hasta para pintarse los labios.



Con el aceite ya estaba bien lubricada y más aún con la saliva de su boca, que recorrió mi pene milímetro a milímetro, centímetro a centímetro, su base, su longitud, su grosor... de repente se dio la vuelta y quedó a la vista su enorme culazo... comencé a masajear sus glúteos , llenándolos de aceite, y también poniendo aceite perfumado de otro tipo que ella tenía, era un aceite con olor y sabor a plátano, de los que venden en los sex-shops y se utilizan para dar masajes. Metí mi dedo índice en su ano , y pude ver en ese momento cómo ella aprovechaba para sacar de un cajón en el salón al lado del teléfono, una bolsita de plástico que contenía un enorme consolador de látex mezclado con gelatina liquida o algo similar, era negro y medía unos 26 cm por 6 de diámetro, inmenso...



--- Cómeme el culito mientras me metes el vibrador



Procedí a poner un par de pilas como pude con una mano mientras mi mano derecha seguía con el dedo índice y corazón lubricados en aceite y saliva, entrando y saliendo de su ano. El tacto del consolador era alucinante, la verdad es que cada día hacen los juguetes mejor, aún recuerdo cuando le pillé a mi madre un consolador, modelo años 60 por lo menos, de plástico duro con bolas, nada real, sino que más bien parecía un cohete de la NASA, sobre todo porque casi era más grande el receptáculo de plástico inmenso que albergaba una pila de esas de las más grandotas que hay en el súper. Esto sólo era un trozo de pollon negro de tacto súper real, con un receptáculo minúsculo para dos pilas alcalinas de las pequeñas y muy finas, esto sí era útil . Le fui introduciendo la polla de látex negra en su coño mientras que con mi lengua comencé a lamer su ojete, era delicioso respirar el aroma de su culo, el aroma a mujer de verdad mezclado con el olor a plátano de los aceites. A todo esto yo notaba su mano pajeándome.



Y yo ya no aguantaba más, tiré el consolador de polla negra en el sofá, y comencé a penetrar con el culo en pompa a esa madura, me encantaba chocar con sus enormes glúteos a cada embestida..



--- Mmmm sigue Oscar, qué bien lo haces



Su vagina parecía una enorme cueva caliente que me encerraba , después de penetrarla tenía ganas de correrme se dio la vuelta y haciéndome una cubana con aquellos pechos, me corrí irremisiblemente sobre ellos, dejándolos empapados con unos buenos chorros de semen que calientes, abundantes, regaron con generosidad todo su pecho... me tumbé extasiado en el sofá y parecía que estaba en otro planeta pero aún no se me había bajado el empalme cuando tenía a Luisa relamiendo el semen que quedaba en mí quería exprimirme hasta la última gota. Una vez que me puso muy dura otra vez mi polla se montó encima de mí y empezó a cabalgar sobre mi sable, que se fue introduciendo en su culo, sus tetas se agitaban a un ritmo frenético y no podía resistir la tentación de lamer esos pezones mientras mi polla se introducía en ese culo.



Después de darla por el culo, la avisé de que me iba a correr, ella con una cara de vicio que no podía con ella me suplicó que me corriese en su boca, y yo no iba a ser menos así que de pie con Luisa de rodillas con la lengua fuera esperando mi rico licor, dejé caer varios trallazos de semen alojando en su lengua y su boca la mayor parte de semen posible que Luisa se afanó en degustar con delectación.



--- Mmm qué leche más rica tienes... es deliciosa, realmente de las mejores que he probado en mucho tiempo, tan caliente y tan rica... Me decía mientras se relamía el dedo índice recogiendo en él lo que había caído en su cara. Nos metimos en la bañera y nos duchamos. Mientras nos duchábamos ella aprovechó para pedirme que me pusiese de rodillas y allí estaba yo cuando Luisa comenzó a mearse en mi pecho, su pis caliente se mezclaba con el agua caliente que salía de la ducha, y chocaba en mi pecho y se iba deslizando era una sensación maravillosa. La enjaboné, después me enjabonó ella a mí, y después de la ducha nos tumbamos en el sofá donde me invitó a la segunda coca-cola de la tarde, terminamos exhaustos por lo que no pudimos seguir dando clase durante ese día, me fui a mi casa muy feliz y contento.



--- Hola mamá , ya he llegado. Grité en el pasillo de mi casa mientras subí a mi cuarto y tumbado en el sillón me serví una copa de whisky con coca-cola bien frío, un cubata bien frío para degustarlo mientras escuchaba uno de mis discos preferidos de U2 y me relajé allí durante un rato .



--- Oscar, ¿ qué tal las clases con Luisa ? >> Gritó mi madre por el hueco de la escalera que separa mi cuarto de la planta baja



--- Genial mamá... ( uff ya te digo... ) , ha sido genial mamá, he aprendido hoy muchas cosas ( la más importante es que donde esté una mujer casi cincuentona, autentica, caliente y real como la vida misma, dispuesta a pasar un buena rato de sexo agradable con un joven de mi edad que se quiten todas las niñas de plástico que salen en la tele , siliconadas, requeteoperadas y súper mega ñoñas )



Aquellos dos meses de verano los pasé a razón de 2 o 3 polvos por cada visita a casa de Luisa, lógicamente las clases se alargaban muchísimo más de las dos horas que estaban previstas llegando incluso una tarde en la que no quedé ni siquiera con mis amigos y estuve con Luisa desde las cinco de la tarde hasta las 11 de la mañana del día siguiente , entre sus tetas, entre campos magnéticos, entre su delicioso coño, entre formulas , entre su culo, entre sus labios y entre cargas electrostáticas y Leyes de Keppler. Me quedé a dormir allí con ella, y fue maravilloso despertarme entre los brazos de una mujer madura a la mañana siguiente, era real... no era un sueño.



Llegó septiembre y se acabaron mis clases con Luisa, le pagué todas las clases y bien a gusto que lo hice no como el año pasado que tuve que pagar a un pijo gafitas que no sabía disfrutar de la vida, que era feo, empollón y repelente, que hablaba a razón de 1000 palabras por minuto y al final suspender de nuevo. Llegó mi examen y saqué un 7,5 , realmente no me lo creía ni yo, aún recuerdo cuando Silvia mi profe de física en la uni, una morena de 27 años, me dijo :



--- Oscar, enhorabuena, me he sorprendido gratamente porque se nota que no has copiado y se nota que has trabajado este verano y has sudado mucho para conseguir esta nota, has hecho uno de los mejores exámenes que he corregido.



Ya lo creo que he trabajado y sudado pero no como ella creía... jeje .



Por supuesto Luisa y yo seguimos liados, nos vemos cuando ella quiere o cuando yo quiero algo de compañía adulta, con una mujer que sabe cómo tratar a un joven de mi edad, ella ahora es mi profe particular de Electrónica y mi maestra en Sexo, la mejor maestra que un chico de mi edad pueda tener.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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