Me llamo Fernando, tengo 23 años de edad y nunca había tenido una experiencia erótico con un persona afecta a su mismo sexo hasta que conseguí trabajo en un local de venta de aluminios y vidrios en el centro de Guayaquil. Un pariente me avisó que estaban buscando un ayudante de bodega en la empresa Aluminios Pacific en el centro de Guayaquil, así que fui para la entrevista portando mi currículum como se acostumbra en estos casos.
El dueño del negocio se llama Jimmy Mayorga Sánchez, observé que era muy afeminado y que cuando me vio al parecer le gusté mucho como hombre porque me recorrió el cuerpo de arriba abajo como si quisiera morderme con su mirada morbosa, él era un tipo de unos 37 o 40 años de edad, delgado, bajo de talla y intensamente amanerado, me causaba desagrado verlo caminar meneando las caderas y la poca o casi nula nalgas que tenía porque era de la sierra y es muy sabido que en esa zona del Ecuador la gente carece de culos pronunciados como en cambio si ocurre en las personas costeñas. El gay me hizo pasar a su oficina privada y cerró la puerta de manera que nos quedamos solos adentro. El tipo no dejaba de mirarme con deseo y de deslizarse la lengua por los labios como apaciguando un apetito sexual incontenible, yo me sentía incomodo sobre todo cuando detenía su mirada en el bulto que formaba en mi pantalón mi miembro sexual pero como necesitaba el trabajo seguí adelante con la supuesta entrevista, pero en lugar de preguntarme cosas sobre mi experiencia anterior me preguntaba mariconadas como ¿porqué tienes tan buen cuerpo? Yo le respondía: “es que hago pesas, voy todos los días al gimnasio que queda por mi casa y además hago bicicleta y natación para mis piernas”, el tipo exaltado volvía a preguntarme cosas como ¿y porqué eres tan grandote? ¿Todos en tu familia son tan altos y fornidos? ¿Y todo en tu cuerpo es tan grueso como los brazos y los muslos? La verdad es que yo sentía timidez con sus preguntas tan fuera de lugar pero respondía a todas por respeto y parece que el tipo se fue arrebatando con cada una de mis respuestas, finalmente me dijo que comience mañana mismo en el trabajo y me contrató.
Desde el primer día de trabajo me sentí acosado por él, porqué como se usa uniforme en el trabajo, me dio un jean muy apretado y una camiseta con el nombre del local que también resultaba apretadísima, le dije que no eran de mi medida pero insistió en que me los ponga, me sentía sumamente ceñido y como un prostituto revelando las formas de mi cuerpo porque se me marcaba el culo, el paquete delantero, los muslos, el pecho, los hombros, y la musculatura de los brazos, era como degradarme para su satisfacción pero le seguí el juego por lo que necesitaba ganar un sueldo.
Todos los días sentía la mirada del jefe gay desde el ventanal de su oficina observando mis movimientos, y aunque me sentía incomodo me traté de acomodar a la situación, inclusive mis compañeros de trabajo comentaban: “parece que el jefe tiene un nuevo entretenimiento” “por lo visto la loca encontró marido nuevo…” y se carcajeaban entre ellos, esto solo me hacia irritar aun mas porque yo jamás he tenido cosas con homosexuales y además soy bien hombrecito y tengo mi enamorada a la que amo mucho.
Al pasar de unos tres meses, el jefe me ordenó una tarde que me quede luego del trabajo para que lo ayude a empacar unas cosas, obedecí y cuando ya se bajaron las puertas metálicas y todos se fueron, el me llamó a su oficina, estábamos solo los dos, el tipo me preguntó ¿tu sabes guardar secretos? Y yo le respondí que si, el se me acercó y me manoseó todo el cuerpo con lujuria, agarrándome el pecho, la cintura, el bulto que formaba mi pene, las nalgas, los muslos y exclamaba: “que ricura de cuerpazo que tienes Fernando, me gustas mucho, desde que te vi me quedé enamorado de ti por tu cuerpazo pero me he tenido que aguantar hasta ahora para poder sentirte….” Yo vibraba de vergüenza e incomodidad porque me sentía muy mal con todo esto y le dije: “disculpe jefe pero yo no hago ese tipo de cosas” el me dijo ¿cómo? Acaso no eres un macho? Y yo le dije, “sí, claro pero a mí me gustan las mujeres no los gays” el se rió muy afeminadamente y me dijo “mira, si luego de lo que te voy a hacer no te gusta, te dejo tranquilo, pero si te gusta sigues adelante hasta el final…¿si?”, yo asentí con mi cabeza porque no sabía que es lo que me iba a hacer….y permanecí obediente de pie ante él mientras que mi jefe me bajó la bragueta del pantalón y me sacó el pene flácido y comenzó a besarlo, relamerlo y mamarlo de una manera tan agradable que no me pude aguantar y solté extasiado en voz baja un suspiro y un: “ oh…..que rico…..” al tiempo que mi pene empezó a robustecerse velozmente dentro de su ardiente y jugosa boca mamona.
Si bien es cierto que mi jefe me estaba proporcionando un placer delicioso, yo aún me sentía avergonzado por lo que estábamos haciendo, así que no lo miraba a él sino que me mantenía inmóvil con la mirada al frente como si fuera un guerrero recibiendo una orden de su superior, al cabo de unos minutos mi verga ya estaba plenamente tiesa, yo cerraba mis ojos resignándome a dejarme llevar por el apasionamiento de sentir las sabrosas mamadas que el gay me proporcionaba….luego mi jefe se sacó mi pene de su boca y me dijo: “pero tú sí que has tenido un huevote morrocotudo muchacho” yo sólo miraba al frente con los ojos a medio cerrar, ebrio de delectación por el formidable deleite que me estaba brindando con su experta boca el especialista gay mamador.
El jefe me preguntó: “te gusta?” yo le dije medio embobado del placer: “y no me va a gustar jefe….” entonces el gay contento y satisfecho al haberse salido con la suya persuadiéndome de que lo deje chuparme el pene me terminó de bajar íntegramente los pantalones y me sacó la camiseta y los zapatos dejándome de pie completamente desnudo ante él, en la misma posición de soldado y con la mirada al frente…entonces el jefe gay exclamó: “pero que cuerpazo que tienes muñeco!” a continuación el me mamó las tetillas haciendo que mi cuerpo vibre por completo ante las descargas eléctricas que generaban las succiones de su boca sobre mis pezones duros que punteaban al frente igual que mis ojos y mi pene… mi cabeza daba vueltas debido a la gran excitación que sentía y ya para entonces no oponía resistencia a las exigencias sexuales de mi jefe homosexual porque me había calentado tan, pero tan bien que me dejé someter por su autoridad y por sus retorcidos deseos sexuales…luego el jefe se ubicó detrás de mí y separó mis apretadas nalgas metiéndome su legua en mi orificio anal y lamiéndome con la puntita de su lengua mi apretadito anillo invicto de carne mientras acariciaba mi pene con su mano, haciéndome sentir una pasión carnal que ninguna mujer me había proporcionado en la vida.mi cuerpo desnudo se estremecía ante el vigor de sus lamidas, mi pene se endurecía aún más y mis ojos no dejaban de mirar al frente como si mi jefe gay me hubiera hipnotizado…permanecí inmóvil mientras disfrutaba sintiendo que me lamiera el culo…lo único que atiné hacer es separar bien mis piernas para que mis glúteos se relajen y poder sentir esa sensación tan deliciosamente extraña que sentía en mi culo y que me hacía estremecer…
Luego él también se desvistió y se recostó al filo de su escritorio, elevó sus piernas por los aires hasta revelarme su culo abierto y su ano brotado ofreciéndomelo para que yo lo penetre… asiéndome de mis caderas me atrajo hacia él, para luego colocar mi glande abultado y lustroso por los líquidos seminales que brotaban de mi pene…lo instaló en su perforación anal y yo deslumbrado por la lujuria encajé mi pene en su culo hasta el fondo y mi falo ingresó sin ningún problema porque su ano estaba completamente accesible seguramente por la cantidad de vergas que se habrá merendado quien sabe desde hace cuanto tiempo atrás….luego comencé un mete y saca, un empotra y retira de su culo proporcionándole al gay un gusto bárbaro porque mi jefe comenzó a aullar como loca “así, así papacito culéame duro, méteme todo tu sable de carne, desgájame el ano……” yo estaba transformado en un bárbaro culiador y también grité apasionado: “toma verga Jimmy Mayorga, toma verga como te gusta, aquí es dónde soy yo quien manda…” pero la loca aunque estaba bien atorada y no dejaba de gemir apasionado, me reclamó: “jefe idiota, llámame jefe, chucha, que así me esté yo comiendo tu rico huevote, yo soy tu jefe y tu eres mi macho!”, así que obedecí a sus peticiones y me lo culié intensamente mientras le gritaba: “tome la vergota de su macho jefe….deguste verga manabita…ha…..no pude evitar excitarme con este dialogo y le metí mi lengua en una de sus orejas al mismo tiempo que le perforaba el culo con mi vigoroso taladro de carne!. el gay berreaba como un poseso porque al mismo tiempo que sentía mi tronco grueso dilatarle el ano, mi lengua le producía un cosquilleo en su oreja….de pronto eyaculé dentro de su culo colmándole el hueco abiertote con mi espesa crema ardiente y mientras lo anegaba por dentro nunca deje de mirar a la pared del frente como un sumiso soldado al que le habían ordenado culiar como un dios griego.
Esa fue la primera vez que un gay me chupó el pene y la primera vez que yo me culié a un gay, pero no fue la única porque desde entonces, cada vez que mi jefe tiene apetitos de verga me pide que me quede luego de las horas de trabajo para chuparme la verga, provocarme y luego me lo culeo en todas las posiciones que él me ordena, porque ya no soy un simple asistente de bodega, fui ascendido a culiador exclusivo del jefe y soy un empleado sumiso y cumplidor.