LA PRIMERA VEZ DE MÓNICA
Madura, hetero, polvazo, primera vez. Llamó a un número de un periódico para conversar. Con la conversación se pusieron tan cachondos que decidieron tener una cita a ciegas.
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Lo que les voy a contar fue verídico, impactante y delicioso, por lo mismo me encantaría que ustedes lo supieran y lo gozaran tanto como yo lo goce.
Mi nombre por razones obvias lo voy a cambiar, y digamos que es Gerardo, soy chileno, santiaguino tengo 21 años, delgado pelo largo, 175, normal, nada del otro mundo pero tampoco tan peor, y esto comenzó con un simple aviso en el diario, un fono amigos, uno de esos números para conversar y conocer gente, suelen ser carísimos esos números, pero este era gratis, por la inauguración creo yo, así que me decidí a llamar, a ver que aparecía, de repente revisando unas presentaciones de mujeres me tope con la presentación de Mónica, que era la siguiente:
"Mi nombre es Mónica, tengo 45 años soy separada, ni gorda ni flaca, pero atractiva y simpática"
Al leerla no debe tener mucha gracia, pero tendrían que haber escuchado la voz de ella, era deliciosa, sonaba tan agradable, tan dulce, tan sincera, eso me sedujo así que decidí saludarla e invitarla a hablar.
Ahí Mónica me contó de su vida, su edad, y una serie de problemas, y cuando llegamos a la parte sexual me hizo una infidencia que no pude creer al comienzo: hace 20 años que no tenia sexo con nadie, lo cual nunca puse en tela de juicio, sino que lo deje pasar, pero no puedo negar que conseguí una gran erección, la cual me fue imposible de ignorar y mientras hablaba con ella comencé a tocar mi pene, no se como pero ella se dio cuenta que estaba haciendo algo e inocentemente me preguntó:
-¿Que estas haciendo corazón?
Con una voz que me hizo ponerme a mil nuevamente, le dije la verdad, que estaba con la verga dura pensando en ella y en sus 20 años sin sexo, con lo cual ella me dijo:
-Realmente necesito a un hombre, te necesito a ti, a ese pene erecto del cual comienza a brotar liquido, necesito masajear ese pene, tenerlo entre sus piernas, exprimirlo, darle placer.
Me fue imposible evitarlo y mientras decía todo eso me corrí una de las mejores pajas de mi vida, el semen broto por montones de mí, mientras ella me decía:
-Córrete corazón, mira que yo no quiero hacerlo sola, me estoy masturbando y solo lo hago al imaginarme a ti, imaginarte dentro de mi haciéndome sentir mujer después de años sin poder sentir a un hombre de verdad.
Mónica se estaba masturbando, y soltó un alarido descomunal, el cual se extendió por un largo rato, era casi un sonido gutural, un sonido de un placer inmenso, contenido durante años en el cuerpo de una mujer, lo cual es antinatura para cualquier mujer, no sentir los ricos e interminables placeres del sexo.
Después me dijo que hace casi 4 o 5 años que no se masturbaba, con lo cual al parecer nos calentamos mas, ya que acordamos una cita al siguiente día, ninguno podía esperar.
Llego el día que los dos esperamos, una cita a ciegas una cita con una madura, llego a su domicilio y se asoma Mónica, nunca le pedí una descripción física; el sexo para mi es interno, todos somos iguales a la hora de hacerlo; la mire a los ojos y nos besamos sin mediar palabra, sin dejar de besarnos ni de tocarnos nuestros cuerpos nos dirigimos hasta la habitación de Mónica, a la cual la desnude lentamente, ella jadeaba, estaba ardiendo, me quería besar, pero ahora yo tenia las riendas del juego, después ella me desnudo a mi, mientras las puntas de mis dedos recorrían su piel, sus pechos, sus piernas, todo su cuerpo, Mónica gemía, llego a un punto de cerrar los ojos y palidecer, ahí fue cuando le dije:
-Toma mi pene, es tuyo!!
Mónica se lo llevo de inmediato a su boca, y ahí pude comprobar su falta de experiencia en ese aspecto. Intentó hacerme una mamada y me lastimaba con sus dientes, lo cual lo corregimos en cosa de segundos y fue impresionante, no dejo parte de mi entrepierna sin lamer, tenia hambre, hambre de sexo, de semen, de un hombre, hasta que mi pene comenzó a eyacular, hizo el gesto de sacarlo de su boca pero le dije:
-"Tienes que beberlo todo"
Y como Mónica era obediente lo bebió todo, tanto así que me limpio el pene y tomo el semen derramado y lo lamió lentamente, sin quitar sus ojos de mi, ahí fue cuando mientras ella estaba en cuatro patas lamiendo el suelo le dije:
-"Prepárate"
le acomodé su culo a mi altura y mientras el pene luego de unos segundos recobraba fuerzas, comencé a lubricar su culo con saliva, no le dije nada, ella realmente no sabia que iba a hacer , hasta que la embestí con fuerza, ella me dijo:
-"Por favor me lastimas"
-"Calla y no te arrepentirás"
Dicho y hecho, sus gemidos de dolor se convirtieron el placer después de cada embestida, después de cada choque de mis muslos con su cuerpo, después de cada bombeada, ella es estremecía, y comenzaba a masturbarse ,a tocarse su clítoris, el cual perfectamente era del porte de una arveja, con el cual la llegada a su orgasmo fue maravilloso, con mayor estruendo que el de la noche por teléfono, mientras yo me corría por tercera vez dentro de su culo, pero yo sabia que estas dos formas de sexo que eran nuevas para Mónica, no eran las que ella esperaba, ella quería que le diera por su vagina, por su zorra, por lo cual me dispuse primero a besarla, un beso de amor.
A Mónica la amaba, recorrí todo el camino desde sus labios hasta su vagina con mi lengua, deteniendo me un buen rato en sus pechos, unos pechos grandes, un poco caídos, pero grandes, con unos pezones inmensos y durísimos y de un color café que a cualquiera les encantarían, luego llegue a su vagina, tenia un olor que me volvió loco, realmente me la comí completa, le mordía su clítoris con ternura, le lamía sus labios vaginales con pasión, la trataba con cariño, quería que se corriera en mi cara, y lo logre, tuvo su segundo orgasmo y en mi rostro, lo cual me volvió loco, y comencé a penetrarla, bombeando lentamente, Mónica no paraba de gemir, de jadear, de retorcer sus brazos , de contraer su vagina, hasta que no aguante mas , me corrí dos veces nuevamente dentro de ella, quien lograba sus orgasmos con una facilidad envidiable hasta para un hombre, con lo cual, después de mi tercer orgasmo, me desplome en sus pechos, me abrazo y comenzó a besarme y me dijo:
-"Nunca había tenido un orgasmo"
Me dio las gracias, un beso realmente tierno y lento en mis labios, y así abrazados, dormimos hasta el otro día, abatidos por una noche realmente deliciosa.
Esta historia es verídica, para mí fue mi primera y única experiencia con una mujer tan mayor que yo, fue increíble.
FIN
Autor: Joselo