Después de las folladas de la noche anterior con Valeria, yo me moría del hambre, y cuando estaba arreglando mis cosas para marcharme, llegó mi anfitriona, para ofrecerme algo de comer, yo le dije que la invitaba a desayunar en el hotel cercano. Mientras desayunabamos me preguntó que conocía de la Ciudad de La Antigua Guatemala, le dije que tres hoteles, y que había caminado por las noches por las calles empedradas, y que conocía el parque central y otro que estaba más al sur, y algunos restaurantes. Ella se ofreció a llevarne a las ruinas de las iglesias católicas que habían sido derribads en los terremotos, así como el palacio de los capitanes generales, y las primeras instalaciones de la Universidad de San Carlos de Borromeo. A todo esto eran casi las dos de la tarde, y nos fuimos a almorzar a San Felipe una comida típica de la región. Ella me comentó que el novio de Valeria era catedrático de la facultad, que si bién era un hombre guapo, era engreído y vanidoso, y que después de haberse cogido a Valeria, ya no le ponía mucha atención, pero que Valeria a partir de haber cogido conmigo, tampoco le ponía atención al profesor y este ya se comportó distinto, no le dejaba a solas y se notaba que sospechaba algo.
María José tenía 24 años de edad, alta de un bonito cuerpo y tetas grandes, era hija de una nativa de la ciudad, y el padre era de nacionalidad francesa. Ella tenía unos ojos hermosos, tirando a un gris oscuro, boca carnosa y nariz pequeña chatita, que le daba una belleza enigmática. le pregunté si tenía novio, me dijo que no, que sólo había tenido uno cuando tenía 14 años, que era Irlandés y que lo había conocido en la escuela de español, propiedad de su madre, pero que por abusivo lo había mandado a volar, porque cuando tenían una semana de novios le había manoseado los pechos, e intentó meterle la mano bajo la falda. Me dijo además que seguía siendo virgen, pero que conocía algunas cosas del sexo, que una amiga suya sacaba las películas porno, del negocio de su padre y que junto a Jessica, su vecina hija de Estadounidenses, las tres las veían y terminaban masturbandose o haciendose sexo oral entre ellas. la verdad me sorprendió la confesión porque era primera vez que platicabamos. Cuando llegamos a su casa eran las cinco de la tarde, yo me disponía a viajar a la capital, y fué cuando me dijo que en la habitación donde había dormido con valeria, había un agujero de un diámetro de una pulgada que ella cubría con sera de un panal de abejas, y que como era la habitación de huéspedes, ella siempre espiaba a las parejas que llegaban como invitados a su casa, y que nosotros con valeria no éramos la excepción, y que me había visto el inmenso pene cuando Valería me lo estaba comiendo. Me dijo que le había fascinado mi pene y que me quedara esa noche a dormir con ella que lo quería chupar y que yo le hiciera el sexo oral, pero que no tratara de penetrarla, que quería tener orgasmos pero no perder su virginidad. Inmediatamente nos fuinmos a su habitación y nos desvestimos los dos, era un cuerpo escultural, hermoso, sus senos grandes y duros, sus pezones rosados, tenía una vagina gordita, y sumamente peluda, de labios gruesos y clítoris de regular tamaño, me pegó una soberbia mamada, si había visto bien las películas porno, porque su lengua y sus labios trabajaron mi polla excelentemente, y no tardé mucho en llenerle su boca con mis chorros de semen, para luego chuparle su vagina, tuvo dos o tres orgasmos, mi pene estaba otra vez firme y ella se sentó sobre mi, y restregaba su vagina a todo lo largo de la polla desde los testículos hasta la cabeza, estaba super mojada, sentía su clítoris rozar a todo lo largo de mi verga, luego se estremeció, gimió como perra en brama, se pegó con fuerza sobre el tronco de la polla y fué un orgasmo espectacular, se colocó la pija en su boca y empezó a mamar, luego me preguntó que si ya me venía y le dije que casi, se sentó sobre mi cintura y lentamente se la empezó a meter por su ano, sentí como mi cabeza se abría paso por su culito hasta que se la metió al fondo, culió un par cde veces y me vine en sus entrañas. A las ocho de la noche salimos a cenar y caminando por las calles empedradas, me dijo que le había dolido mucho, haberse metido el pene en le trasero pero tenía mucha curiosidad por probar, y que al regresar a casa quería que se lo metiera en la vagina- Esa noche tuvimos orgasmos simultaneos de forma oral, luego la coloqué boca arriba, nos besamos freneticamente, yo había comprado gel lubricante, y luego de colocarle generosamente en su vagina, y embarrarme toda la verga, coloqué mi pene en su entrada y lentamente empezé a empujar sentí su himen, y luego sentí cuando lo destrozé, para luego penentrarla al fondo, y despacio empezé con el saca y mete, ella sollozaba de dolor y ardor, para luego empezar a gemir pero ya era de placer y empezó a empujar sus caderas, me pidió que le diera más rápido y se vino, para casi de inmediato correrme en su vagina.