Nos habìamos conocido esa noche, màs allà que hacia unos dìas que hablàbamos por telèfono. Desde un primer momento nos habiamos demostrado cierta simpatìa, lo que ayudò bastante. De hecho al rato de estar tomando algo juntos, nos habìamos besado casi sin proponèrnoslo. Habìa cierto calor allì pero, nada hacìa preveer lo que vendrìa màs tarde.
La llevè hasta su casa e insistiò en invitarme un cafè, unos minutos antes de despedirnos. Obviamente accedì, y despuès del cafè, seguimos con los mimos, pero esta vez màs audaces, porque las primeras caricias tomaron forma y calor. Poco me costò meter mi mano debajo de su blusa, donde
un pecho hermosamente redondo encajò perfectamente . Comencè a masajearla suavemente, a la vez que tome su mano, para llevarla a mi boca. Humedecì la punta de sus dedos antes de empezar a chuparlos muy despacio. Separè sus dedos medio e indice para lamer entre ambos, dàndole una inequivoca señal de cual era el destino de mi lengua. Me reparti unos momentos entre esa mano y sus labios, carnosos, calientes,
que apetecibles me dejaban actuar libremente. A todo esto sus pezones, duros fuertes, ya pedian
algo mas que mis manos, asì que deje la blusa en
un costado, y le dia ami boca un manjar en forma de pechos, que junte, ya duros, y una vez asì, mi boca se abrio todo lo posible , para que ambas aureolas fueran el bocado mas exquisito. Mi lengua empezò a girar frenèticamente, al tiempo que succionaba, lo que aumentaba su respiracion, y sus manos clavadas en mi nuca, apretaban fuertemente en su pecho. Mis manos, desocupadas, bajaron de a poco, por su cintura, sus muslos, y
luego , con mi mano derecha, sujete fuerte, sobre su tanga a su concha que hervìa, necesitada. Senti esa tanga mojada, y comprobe metiendo mis dedos que ese volcan me esperaba, absolutamente entregado. Tres de mis dedos desaparecieron dentro suyo, y al apretar sus piernas en un movimiento de pleno goze, senti como acababa gimiendo para adentro. Susurrò un - No Pares !
que me dio la posibilidad de masturbarla cuando
entreabrio un poco sus piernas. Ella, busco mi pija con su mano para masturbarme tambien. Mi cabeza, mojada totalmente fue acariciada por
la palmade su mano, que una vez humeda, lamio
cual helado, para despues acomodarnos de manera
que nos busquemos con las bocas, para un 69, pletòrico de jugos. Me lamio desde los huevos hasta la punta, me succiono, me chupo, me beso,
despues busco mi cola, que abrio para meter su lengua de una manera casi desacarada. La sentì hervir dentro mio, senti succionar mi cola como
nunca antes. Esto, hacia que yo enloquecido abriera su concha casi desgarràndola, para sumergirme y devolver gentilezas. Por un momento hubiera deseado ser una piton para tragarla sin
màs, comerla, casi devorarla. Cuandi su lengua
aùn giraba en mi cola, senti explotar mi leche
que empapo sus pechos. Se refrego todo el espeso y blanco liquido sobre sus pechos, lo que casi
nos dejo adheridos uno al otro. Para rematar la
situacion, y despues de que me regalara un par de
orgasmos que ingerì con muchisimo placer, con su lengua, aùn caliente retiro las gotas que quedaban en mi pija para tragarlas suavemente. Entonces un profundo beso, mediante el cual nos
intercambiamos las escencias que recien nos habiamos prodigado. No fueron mas de 20 mts, pero
por ser la primera noche no podriamos quejarnos.
El futuro nos depararia cosas increìbles en la cama. Ya llegarà eñ dìa que tomen forma de relato.
Dr. Seductor