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LA PEQUEÑA LILY
La pequeña Lily viene cruzando la plaza Sarmiento, con su pollera a cuadros rojos y negros y su blazer rojo uniforme de la escuela privada a la que concurre en el turno tarde.
Viene apurada y el viento le levanta la pollerita y se dejan ver unos muslos apetecibles y bien formados. Blancos, carnosos, ella se aprieta la pollera como puede y acelera el paso.
La llaman la pequeña Lily porque es petisa, su estatura no le impide ser de una belleza rara. Pero su cuerpo esta bien formado por unas enormes tetas, un culito respingón y se le nota a veces unos labios vaginales pulposos y protuberantes.
Se ha peleado con su mejor amiga y viene rumiando rabia. Ha sido por una tontera, pero bueno, ya se calmara , se dice a si misma.
Cruza las calles y en la esquina ve a Corcho que mueve la cola. Ella se siente ,mas tranquila. Le cambia el humor y su cara sonríe.
Mueve la cola. El perro peludo y de raza dudosa, pero tan buen amigo. Es el perro de su vecina Marta, ellas se llevan bien. Ella, la pequeña Lily acaricia al animal que se coloca en dos patas y le toca la cara. Los lametazos la cruzan de un lado a otro. Ella se ríe, le gusta, aquel animal peludo, marrón y blanco, tan cariñoso.
__Hola mi lindo Corcho…Hola…Como estas…precioso…__sigue caminando y entra a su casa, donde sabe que no hay nadie. Tira su mochila en el sofá. El perro la sigue moviendo su larga cola, la mira y ella mira al perro.
Se quita el saco y aparece la camisa blanca pegada a su corpiño, se quita la camisa. Sus tremendas tetas aparecen detrás del soutien crema con encajes.
Corcho olfatea debajo de la pollerita a cuadros. Ella se resiste y se ríe a carcajadas. El perro mete la nariz húmeda debajo de la pollera. Ella va hasta el baño y se baja la tanguita para orinar, deja que el chorro caiga en el inodoro blanco impoluto. Las gotitas que quedan resbalando en su vagina depiladita y sin ningún vello las deja no la limpia, porque la lengua de Corcho rápidamente accede a ella y se hace cargo con largos lengüetazos.
La pequeña Lily camina con el animal casi colgado de ella, veloz con la lengua. Se quita el corpiño y sus senos saltan jóvenes y con los pezones duritos y levantados. No se quita la pollera y en su cuarto se sienta en el sillón de respaldo alto, abre las piernas para que Corcho se explaye tranquilo y a gusto. Los primeros gemidos de la chica se hacen sentir. Acaricia la cabezota del animal entusiasmado con el bocado.
__Ohhh lindo cachorro, eres una belleza…amorcito…Que lengua maravillosa, así, así__ la pequeña Lily se contorsiona. Se olvida del mundo y se relaja con esa tremenda lengua clavada en su conchita que babea y chorrea jugos, haciendo más ancha la abertura, más dilatada, acaricia el botoncito, recostada feliz. Tiembla vibrando todo su cuerpo por uno y luego otro orgasmo, saltan y chorrean más jugos, a lo que el Corcho reacciona con más lengua y con más hambre.
__Sigue, sigue, cariño, eres tan lindo, mmmhhh, ahhh__ el animal da unas vueltas y vuelve mete su hocico ancho y mete la lengua, escarba, se para en dos patas y la chica lame la lengua con sus jugos. La víbora del animal quiere salir endurecida de su funda. Se ve el lápiz, queriendo meterse donde ya conoce. Donde ya ha estado, donde ha gozado. Conoce los pliegues de la pequeña Lily y lo que a ella le gusta.
Corcho trata de insertar el miembro canino que se va inflando a medida que golpea las paredes vaginales. Ella abre las piernas esperando que ya entre, entregada al placer que le dará aquel animal.
Entra la pijota gorda y se inflama caliente y largando líquidos, mete y saca, mete y saca, ansioso y veloz, como una máquina, la bola entra hasta el fondo y queda, un instante, dado un salto del piso, se ha levantado hasta los muslos de la chica, la bola queda trabada y la larga morcilla perruna expulsa interminable cantidad de jugos.
El perro jadea, pareciera que se va a quedar sin vida. Está quieto ahora, pero con su bola enterrada en la pequeña Lily que tiene orgasmos uno detrás de otro.
Luego el perro se gira, apoyando las patas delanteras en el piso. Ella lo toma de la cola para que no se mueva. El queda ahí babeando, cayéndole gruesas gotas de saliva que chorrean por su larga lengua, usada como tobogán infinito.
Ella se acaricia con la otra mano, apretando sus tetas enormes y abundantes, perfectas, duras. Corcho tironea suave, ella grita de placer, sintiendo como el animal sigue arrojando escupitajos de néctar rico y sabroso.
Cuando la bola por fin se desprende del interior, la pequeña Lily se tira al suelo y con avidez y hambruna se mete la pistola en su bocota. Traga, sigue bebiendo la leche de Corcho que la alimenta y le da placer. Mientras termina de ordeñar al can, aprieta las bolas, las exprime, Corcho, más tranquilo jadea y goza de las atenciones de la vecina de su dueña.
Sigue largando líquidos, cada vez con menos frecuencia, y además el fierro rojo y ardiente se va aflojando, igual ella sigue pasando la lengua, lo acaricia, lo toca. Finalmente lo deja y ella queda tirada en el piso acariciando con sus deditos la vagina chorreante y caliente como siempre.
Corcho se acerca y la sigo lamiendo en los labios.
Después de un rato, se quita la pollera y se dirige al baño. Abre la ducha y se mete allí. Se termina de acariciar el bello cuerpo. Metiendo sus dedos en el culito, limpiando y cogiendo su cola. Ella es muy caliente. Corcho la observa desde lejos. Ha pasado un tiempo, ya ha lamido el mismo, sus genitales, terminando de limpiarlos.
Igual, el intenso animal no deja de observar los movimientos de la chica que lo coge tan bien.
La pequeña Lily camina desnuda por la casa luego de que se ha bañado y perfumado y encremado.
Ve los mensajes del celular y descubre un mensaje de Marta la vecina
__Estas con Corcho__ pregunta inquieta la mujer
__Sí__ le contesta la pequeña Lily__ Te lo llevo en seguida__ dice y comienza a vestirse con un vestido suelto y sin nada de nada debajo.
Sale con el animal moviendo la cola por detrás. Enseguida está tocando la puerta de la vecina jovial y distendida.
__Lily como estas pequeña__ saluda a la chica y le besa la mejilla sonoramente
__Marta que dices__ le pregunta ella
__Me imagine que este amiguito estaría contigo
__Nos divertíamos
__Supongo que si…El sabe tratar a las chicas__ el animal se refugia entre las piernas de Marta.
__Tiene una buena profesora__ dice la chica sonriente
__Es mi amor secreto, es nuestro secreto…__ le dice la madura mujer y la abraza de la cintura. Lily apoya su cabecita dorada en el pecho ansioso y caliente de la vecina, que ella sabe está caliente.
Siente el golpeteo del corazón latiendo, ardiendo. Acaricia las nalgas de la joven, mientras Corcho mira como si las mujeres estuvieran bailando, se mecen despacio, lentamente, como lentamente, Lily fue abriendo la boca para recibir la lengua cálida de la mujer.
Corcho con su hocico husmeando se pierde debajo del vestidito de la chica y roza con su lengua las nalgas duras y fibrosas de la joven, que se enciende minuto a minuto un poco más, ella también aprieta las regordetas nalgas de Marta, que gime enervándose.
Agarra mas fuerte y segura la cintura de la chica, la palpa. No deja la boca y las babas se comparten de la una a la otra, alzadas, bullendo, en tanto el amigo Corcho lame las nalgas haciendo caer los jugos de la conchita que el conoce tan bien. Se va encendiendo de a poco.
__Extrañaba tus besos, me tenías abandonada
__No es que no quiera, a veces no quiero aburrirte__ dice la chica
__Tu no me aburres, como no me aburre el…__ dice mirando a su perro que ya les muestra a las mujeres su nabo saliendo. Le acarician la cabeza y Lily se arrodilla, levantando su vestido y quedando desnuda como vino al mundo. Los ojos de Marta se encienden mientras se quita su ropa y queda desnuda también.
Marta se prende a las tetas de Lily que gime rápida y explota en un orgasmo salvaje. Corcho se acerca y mete su lengua en la vagina de su dueña madura. Salta y se apoya en las tetas de Marta, las mujeres se siguen explorando, reconociéndose, calientes, entregadas, sin pudor.
Los dedos se clavan en los orificios. Marta abre las piernas sentada en el sofá y Lily se arrodilla frente a ella. La lengua de la chica se pierde en la vagina que chorrea sus jugos. Brama la mujer tocada por aquella lengua fina y vivaz.
Corcho se trepa a las caderas de la pequeña Lily tratando de ensartarla. Una vez y no lo consigue. Ella sigue atenta a las caricias que le ofrece a la madura vecina que le acaricia los cabellos rubios y a la que se les escapan los orgasmos, uno tras otro.
El animal inquieto y alzado clava el aguijón en el ojete de la chica, que grita, descuidada, pero lo quiere ahí, ya lo ha tenido al bello peludo marrón y blanco en otras ocasiones en su glorioso agujerito y le encanta.
Su lengua sigue escarbando y arrancando gritos de su alocada y ardiente vecina, que fue la que la guió en sus andanzas con la zoofilia. El pijón del perro entró felizmente a fondo por el túnel y la creciente bola dilata las paredes del culito hermoso de la agitada chica, que gime de dolor y lujuria y placer, sin dejar de meter la lengua en la almeja de la vecina.
Siente que el perno animal se ha multiplicado, inflándose demasiado, estirando las paredes del anillo a máximo, esta acomodado, y el can poderoso, se da un giro, Marta tira de la cola del animal para que siga dentro de la chica sin tirar demasiado.
__Está muy bien dentro tuyo, ahhh
__Si me está partiendo…Al medio ay, ay…Pero como me gusssttaaaa__ grita la abotonada Lily.
__Tu lengua es tan preciosa, cariño, me gusta tanto__ gime la vecina madura totalmente entregada a las caricias que le profesa su pequeña Lily, a la cual adoran su perro y ella con la misma intensidad.
Los líquidos del perro inundan el orificio de la chica, se va ablandando. El bolón se va haciendo pequeño, se va adormeciendo, no del todo, pero va saliendo del orificio caliente.
Sale por fin con todo un torrente de líquidos, jugos, flujos. Lily no saca del todo el largo pijón. Mueve sus caderas y el pijón recorre el estrecho canal lujurioso.
Marta suelta la cola del animal y busca la boca de Lily para besarla otra vez, besa y muerde el cuello y las tetas de la chica, acariciando con los dedos la vagina babosa de la joven.
Luego las mujeres se apropian de la salchicha aún gorda de Corcho y la chupan, la besan, la maman de forma continua hasta que el bello animal queda al borde del desmayo.
La noche va llegando y la pequeña Lily debe retornar a su hogar, donde su familia se estará preguntando donde andará esta chica.
Las mujeres se visten, se besan apasionadamente, besan a Corcho que apenas puede con su cuerpo, se prometen verse al otro día para seguir jugando con el bello animal.-
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