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La pensión de don Lito

Hacia unos días que Luciano vivía en una pensión para chicos del interior. Había venido de lejos para estudiar en la capital y había encontrado ese lugar después de buscar por varios lados... El lugar no era muy agradable, era una casa vieja con varias piezas y un baño colectivo pero estaba dentro de lo que podía gastar y el chico no se quejaba, quizás mas adelante pudiera encontrar un lugar un poco mejor.



Lo que menos le gustaba a Luciano era el dueño de la pensión, un viejo con cara de pervertido llamado Don Lito, desde el principio el chico noto que el hombre lo miraba con un interés que no le gustaba a Luciano. En una ocasión, cuando después de ducharse estaba en su cuarto desnudo el viejo entro sin avisar y se le quedo mirando, le miraba las piernas y la cola y el chico, sorprendido trato de taparse con una toalla, el viejo le dijo "Te traje otra toalla y jabón" y se los dejo en la cama, lo miro un rato más y después se fue.



A Luciano las miradas de otros hombres no le extrañaban, sentía un poco de vergüenza porque a sus 18 años tenía un cuerpo que sin ser gordo, marcaba unas curvas en su cadera y piernas que le parecían poco masculinas. Sumado al hecho de su cuerpo lampiño, de piel suave le asemejaba al cuerpo de una chica. Ya había sentido miradas de otros hombres en las duchas del gimnasio y se sentía un poco acomplejado con su cuerpo.



En una tarde de mucho calor decidió ir a la playa y se puso un short de jean muy corto y una remera. Cuando salía de la pensión se cruzó con Don Lito que le miro las piernas sin disimulo y le dijo "Que piernas que tenés nene" lo que hizo ruborizar al chico que sin contestar se escabullo de la pensión...



Cuando ya había transcurrido un mes y Luciano tenía que pagar el alojamiento, se encontró con la desagradable noticia de que sus padres no podrían girarle el dinero hasta dentro de quince días y fue a decirle a Don Lito que no podía pagarle.



El viejo le dijo que si no iba a pagarle se tenía que ir, que él no hacia beneficencia, el chico se quedó callado y triste sin saber que decir.



El pervertido viejo vio allí una oportunidad y le dijo en voz baja, mirándolo fijo "A no ser que seas buenito conmigo y entonces espero unos días por el pago".



Luciano le dijo, dándose cuenta de las intenciones del sucio vejete "que quiere que haga?" a lo que Don Lito le contesto "Venite esta noche a mi pieza, ponete ese short lindo que tenés y hablamos, capaz que así no te tenés que ir".



Luciano se quedó perplejo, se daba cuenta que nada bueno le iba a pasar si iba a la pieza del viejo, por otro lado si no iba tendría que irse, buscar otra pensión lo que era todo un problema y entonces le dijo "Esta bien, voy a su pieza y hablamos".



El chico se fue a su dormitorio y estuvo mucho tiempo pensando en la propuesta del degenerado Don Lito, era evidente que quería aprovecharse de él, incluso le había pedido que se pusiera el short de jean. Una vez que estuviera en el cuarto del viejo le iba a hacer de todo. Luciano trato de pensar que quizás solo quisiera tocarlo un rato y se contentara con eso.



Cuando ya era noche el chico se cambió, se puso su short, unas ojotas en los pies y una remera y fue a la habitación de Don Lito.



Toco la puerta y el viejo le abrió, tenía puesto una especie de bata, lo hizo pasar y Luciano vio con un poco de temor que el viejo pasaba cerrojo en la puerta.



En el interior solo había una cama, una mesa de luz y un gran placard.



El viejo lo tomo de un brazo y lo acerco hasta la cama. Luciano estaba tan atemorizado que no podía ni hablar. Fue Don Lito el que hablo diciendo "Desde que te vi me gustaste, estas muy bueno nene" y empezó a tocarle las piernas .Se había puesto frente al chico y le acariciaba los muslos con las dos manos mientras su cara se empezaba a contraer en una mueca de lujuria. "Por favor, no me haga nada" decía el chico mientras las manos del viejo se paseaban por los muslos suaves, del muchacho "Que piernas divinas pendejo, te voy a chupar todo" y acerco su cara para besar a Luciano, La lengua del desagradable viejo se metió en la boca del chico, que sorprendido no pudo evitarlo y sintió como una lengua extraña lo invadía y chupaba.



Dejo de besarlo en la boca para pasarle la lengua por el cuello mientras seguía sobando las piernas de esa preciosura, el viejo ya tenía la verga bien dura, el muchacho parecía en trance, solo repetía "no me haga nada" en voz queda. El viejo abusador paso a quitarle la remera, dejando al chico solo con su short de jean. Le empezó a acariciar con las dos manos los pechos y a frotar los pezones mientras le decía "que ricas tetas, pareces una chica" y enseguida se metió un pezón en la boca chupándolo fuerte, las manos del viejo pervertido agarraban fuerte de la cintura a Luciano apretándolo contra su cuerpo y haciéndole sentir lo duro de su bulto.



El chico se dio cuenta que el degenerado lo iba a violar, repetía en voz baja “por favor no me haga nada" pero sabía que nada lo iba a salvar... El viejo verde, ya en un estado de excitación que no se aguantaba, empezó a quitarle el short y también el slip, dejándolo desnudo. Se detuvo a mirarlo y la boca se le lleno de saliva, era un cuerpo tremendo, esas piernas lo volvían loco, lo giro poniéndolo de espaldas y las nalgas duras y redondas del chico lo pusieron a mil, se pegó contra el haciéndole sentir su verga contra las nalgas. Se quitó la bata y ahora su frote contra la cola era desquiciante, estaba por eyacular pero quería aguantarse.



Luciano no reaccionaba, como en un trance repetía "no me haga nada" con lo que solo conseguía calentar más al viejo abusador.



Don Lito tomo por la cintura al muchacho obligándolo a acostarse boca abajo en la cama, se puso sobre él y le empezó a acariciar todo el cuerpo, pero sobre todo esas portentosas nalgas, le paso la lengua por la espalda bajando hasta los impresionantes cachetes, salivando toda la raja y metiendo la punta de la lengua en el hoyo del chico. El cuerpo del muchacho se estremecía por los lengüetazos que le propinaba el viejo y en un momento sintió que algo se introducía en su culo. El viejo metió un dedo con fuerza y lo movía dilatando el ano del chico mientras seguía lamiendo con fiereza ese cerrado orificio.



Llego un momento en que Don Lito no pudo más, levanto con una mano al chico del colchón y con su otra mano llevo su pito hasta la entrada tan deseada, presiono con fuerza, el muchacho gimió diciendo ahora "No, por favor" pero el viejo fue implacable y le metió la mitad de la verga en el intestino...



Luciano grito de dolor, lo que enardeció al viejo violador y ahora empujo más metiéndole todo el pito en el interior, sintiendo como apretaban las paredes del culo del chico hasta que se empezaron a adaptar al intruso, que ahora empezó a culear con energía, haciendo gemir de gusto al viejo.



Luciano sentía que le desgarraban las tripas, ese viejo le estaba destrozando el culo, ya ni gritaba, simplemente exhalaba quejidos inaudibles mientras parecía que esa violación no terminaría nunca.



Finalmente Don Lito no se pudo aguantar más y con un gruñido de satisfacción empezó a eyacular dentro del culo del chico...



Luego de un rato se separó de las nalgas del muchacho, se levantó, se puso de nuevo su bata y tomando al chico por la cintura lo hizo vestirse y lo llevo hasta la puerta. Lo despidió diciéndole "Por lo bien que te portaste voy a esperar para que me pagues. Y si te portas bien de ahora en adelante te puedo hacer un descuento en el alquiler".


Datos del Relato
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