Me llamo Pilar, para el que no haya leído el relato anterior me presento, mi hijo se llama Raúl que es quien a veces cuenta historias las cuales son totalmente ciertas. 

Todo pasó hace dos noches, mi hijo Raúl y yo estábamos viendo la tele en el salón después de cenar, cuando hubo un apagón. Toda la casa se quedó a oscuras y tuvimos que ir en busca de linternas. En ese lapso de tiempo en el que ocurrió el apagón, mi hijo me preguntaba si estaba asustada. Al poco tiempo de volver la luz, nos fuimos a la cama, aunque Raúl no dejaba de mirarme los pechos. 

A la mañana siguiente, me levanté un poco antes que mi hijo, mientras levantaba la persiana, se despertó y salió de su habitación, los dos nos dimos los buenos días, y fuimos a desayunar a la cocina. Mientras desayunábamos le preguntaba a Raúl que tal había pasado la noche y si había dormido bien. Al acabar de desayunar, me fui a hacer la cama mientras que Raúl recogía la cocina, después de hacer la cama, me quité la bata que llevaba puesta quedándome en ropa interior lo que provocó que mi hijo se excitara, en ese momento, Raúl salió de su habitación, lo que me dio pie a pensar que Raúl se excitaba cada vez que me veía en ropa interior, en ese momento, me lo empezaba a preguntar, así que se lo pregunté para ver que decía:

Pilar: cariño, una pregunta. ¿Te excito cada vez que voy en ropa interior?

Nada más hacerle la pregunta, se puso colorado y me dijo avergonzado que muchas veces, aunque el tema no llegó a más. Poco después, entré en el baño diciéndole a Raúl que me iba a duchar, como siempre, dejé la puerta abierta del baño mientras me iba quitando las bragas y el sujetador. Antes de entrar en la ducha, me agache un momento para coger las bragas y meterlas en el cesto de la ropa sucia, cuando se acercó mi hijo por detrás y aprovechando la postura en la que estaba me tocó el culo, entonces, me di la vuelta y le dije: 

Pilar: ¿te gusta mi culo?

En ese momento se quedó totalmente callado y avergonzado por la situación, así que lo tomé con naturalidad, y le dije que era algo natural, mientras entraba en la ducha, abrí el grifo y me empecé a duchar mientras Raúl me veía, salí de la ducha, me sequé delante de él mientras me miraba, dejé la toalla en el toallero y salí del baño desnuda mientras que mi hijo me seguía detrás de mí hacia mi habitación, así que fuimos a la habitación, la situación parecía incómoda, y le volví a decir que no pasa nada y que fue una cosa natural. Pero la polla de mi hijo estaba en plena erección y menuda erección, cogí unas bragas y un sujetador, mientras cogía la ropa, Raúl se acercó de nuevo por detrás y me empezó a coger las tetas, me di la vuelta y le quité el calzoncillo, cogí su enorme polla y la empecé a masturbar lentamente mientras se la chupaba, mi hijo me había cogido las tetas y no las soltaba, después, se tumbó en la cama, metiéndome su polla en la boca hasta el fondo mientras se la llenaba de babas, después, se levantó, de la cama cuando le dije que iba a buscar un preservativo, cuando me dice, espera un momento mama, no sabía muy bien porque quería que esperase, se acerca a mí, y me pasa la mano por el coño, y acto seguido me introduce dos dedos, los cuales se mete en la boca para saborearlos, nada más sacarme los dedos, fui a por un preservativo a la mesita de noche y comenzó a penetrar por el coño, despacito, mis gemidos se intensificaban a cada momento, hasta que finalmente, mi hijo me regalo una corrida de las que hacen época.