La nueva experiencia de Eleanora.
Usted nunca se imaginaría que Eleanora es una muchacha acompañante. Parece de todo menos eso: mas bien una estudiante normal. Medía como cinco pies con tres pulgadas de alto; un cabello largo esponjoso que le llegaba casi hasta la cintura. Una boca ancha o alargada.
Cuando hablaba su tranquila voz daba la impresión de que era demasiado educada – de hecho, iba por la mitad de la carrera de Idiomas y Teatro en la universidad de Los Andes. Tenía muy buen gusto para vestirse, siempre usaba pantalones de pana, con blusa de algodón y chaquetas de cuero. Sus pechos eran espectacularmente grandes que llenaban un sostén talla 36, carnosos, que se derramaban sobre los lados de un brassiere de lazos que siempre usaba.
En resumen, la niña Eleanora de 19 añitos era de clase - y como era de clase, no cobraba barato. Se había metido a acompañante, igual que otras muchachas estudiantes de esa universidad, porque era una forma fácil y divertida de conseguir buen dinero para pagarse todos sus gastos.
Al comienzo el jefe de la agencia contratante de las muchachas en donde ella se había afiliado, no estaba seguro de si Eleanora cumplía con las condiciones que se necesitaban para ser una muchacha de primera clase, de las que acuden cuando el cliente llama por teléfono, pero de todos modos la contrató, porque vio que era demasiado bonita, y si tenía excito, pronto podría ser la preferida de la agencia, y la mas solicitada por los clientes.
Igual que la mayoría de las mejores acompañantes, Eleanora rápidamente se hizo de su grupo de clientes regulares. Uno de ellos, Marcos, la solicitaba y hacía la reservación por lo menos una vez a la semana. Este era un señor como de cuarenta años, de muy buen parecido, con mucho dinero que gastar, agradable. Además tenía un apartamento muy grande en el sur de Altamira. Una de las cosas que a Marcos le gustaba mas era enseñarle a las jóvenes trucos nuevos, que ellas desconocían. Fue así como Eleanora perdió su virginidad anal.
Todo comenzó como si fuera una cita normal para tres horas, y dos de esas horas, como siempre, se pasarían tirando bastante con Marcos en su cama tamaño matrimonial. Después de las sesiones calientes, la joven acompañante y su cliente se acostaban y permanecían abrazados. Pero a Eleanora le resultaba muy difícil mantenerse acostada sin moverse - ella sabía que Marcos tenía pensado cogérsela por el fundillo por primera vez ese día, y a ella le gustaba, de manera que estaba esperando aquel momento.
Igual que todas las acompañantes de esa universidad, Eleanora era el tipo de muchacha a quien le gustaban demasiado las aventuras sexuales – Le gustaba mucho intentar cosas nuevas en la cama.
Después que Marcos descansó bastante al finalizar la primera sesión, lo cual le tomó algunos minutos, había llegado el momento para seguir la diversión. Suave y cuidadosamente, colocó sus manos en el flanco suave de Eleanora, sus manos recorriéndole su suave
piel hacia arriba y hacia abajo; lo hizo como una o dos veces. Luego, sin obligarla, le dio la vuelta y la colocó con el culo frente él, acostados en la cama.
Ella no opuso resistencia alguna, y se acomodó bien para facilitarle las cosas, el culo bien parado. Marcos admiraba la forma como sus grandes y jóvenes senos presionaban la firme superficie del colchón. No deseaba ninguna clase de apuros y se tomó su tiempo: pasó unos minutos mas con sus manos recorriendo la espalda de arriba abajo hasta llegar al centro de las piernas y muslos. Un momento después llegó cuidadosamente con ambas manos hasta el bello culo de la muchacha. Las nalgas estaban bien entonaditas, redondas y bien llenas, hermosas. Le colocó una mano en cada nalga y luego, suavemente, se las separó, para dejar ver el diminuto hueco del ano.
Eleanora temblaba de placer, y sobre ella, Marcos había decidido probar el culo para ver si estaba suficientemente apretado. Se agregó una pequeña cantidad de lubricante en la punta del dedo y colocó la punta en el hueco entre las nalgas. La muchacha tembló aún mas. Al ver que ella no oponía ninguna resistencia, Marcos comenzó a meterle ese dedo. Luego siguió introduciéndolo hasta la segunda articulación. Siempre lo tenía bien apretado y Eleanora emitía quejidos y temblaba.
Marcos estaba muy complacido al ver que era el tipo de chica que obtenía mucho placer cuando la penetraban por el culo. Y este era solo el dedo: ¿Cómo se comportaría cuando le introdujera el huevo? Era el momento de probar. Marcos introdujo sus manos entre las rodillas de Eleanora para separarle las piernas y también quedara explayada boca abajo sobre la cama, con el culo parado y en cuatro patas. Sus suaves y bronceados brazos abrazando una almohada y su largo cabello le caía a una lado de la cama. Ella sabía que cuando Marcos se lo metiera por detrás la iba a besar en el cuello, así que de una vez se recogió el cabello para dejar al descubierto la blanda y suave piel debajo de este. Marcos se colocó en la posición adecuada, de rodillas y entre las piernas de la sexy adolescente acompañante. Sacó un condón y comenzó a aplicar lubricante por cantidades, tanto a su huevo como al apretado hueco del culo de la chica - Quería que la primera experiencia anal de Eleanora resultara suave y fácil.
Finalmente, inclinó su cuerpo sobre ella, sosteniendo el peso de la chica con ambas manos y comenzó a introducírselo. Había menos resistencia que la esperada, y con una simple empujadita metió la cabeza del huevo dentro del culo de la bella joven. Ella trataba de buscar aire y apretaba la almohada fuertemente, respirando aceleradamente. En lugar de detenerse, Marcos tomó la decisión: mantuvo presionando de manera que todo el recorrido del pene se le enterrara en aquel ano virgen. Ella se retorcía y se quejaba dando grititos de placer. Seguro de que no la estaba lastimando, Marcos comenzó a cogerla - lenta y suavemente al principio, pero luego agregando un poquito mas de velocidad hasta que se dio cuenta que el lubricante estaba haciendo su trabajo muy bien y la bella acompañante ya se había relajado, y fue cuando le introdujo y sacó el pene constantemente, sintiéndose ambos cómodos y sin problemas.
Por su parte, a Eleanora le encantaba sentir un largo huevo en su culo, que la llenaran, tenerlo bien metido. El placer era intenso, y como le gustó mas, la chica metió una mano debajo de ella y comenzó a restregarse el clítoris. No tardó mucho en acabar sabrosamente y varias veces. Marcos estaba bien pegado, dándole y dándole. - el apretado y caliente culo de esta chica no le dejaban detenerse un minuto para descansar, y pronto el placer de sentir su suaves nalgas golpear contra su cuerpo con cada metida, cada vez que le empujaba el huevo dentro de su apretada profundidad ya lo estaban llevando al final y no aguantaba mas, para llenar el condón con una espesa explosión de semen.
Eleanora estaba muy complacida. La estaban cogiendo por el culo y ya no se sentía como una chica sin experiencia. ¡Se había graduado de acompañante!!
FIN
Traducido por Marcos Urbina
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CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS:
Ellie's New Experience
You would never think that Ellie was an escort girl. If anything, she looked like a typical student. She was around five foot three, with long, silky chestnut hair that reached nearly down to her waist. She had a wide mouth and pale blue eyes. When she spoke her quiet voice made it plain that she was educated - in fact, she was in the middle of studying English and Drama at a London university. She had a very good taste in clothes, often wearning suede and corduroy, with silk tops and leather jackets. Her breasts were quite spectacular - a full and fleshy 36dd that spilled over the sides of the lacy black bras she usually wore.
In short, 19-year-old Ellie was class - and because she was class she wasn't cheap. She had gone into escorting, like so many other sexy student girls in London, because it was an easy and fun way of staying out of debt. At first the boss of the London escort agency she applied to wasn't sure if Ellie really had what it takes to be a first-class London callgirl. But he took her on all the same, reasoning that she was exceptionally cute, and, if a success, would quickly become the pride of the agency.
Like most of the best escorts, Ellie very quickly found herself with a collection of regular clients. One of them, Rod, booked her at least once a week. He was a good looking guy in his mid forties, with plenty of cash to spare and pleasant and spacious flat in South Ken.
One of the things that Rod liked most was to teach sexy young girls new tricks, and so it was that Ellie found herself losing her anal virginity. It had started as an ordinary appointment for three hours, and the two of them had, as usual, spent the first hour fucking hard on Rod's kingsize bed. After a hot sessions, the sexy young escort girl and her client lay under the duvet, having a post-fuck cuddle. But Ellie could hardly lie still - she knew that Rod was planning to do her up the bum for the first time, and she was looking forward to it enormously. Like all London escorts, Ellie was the sort of girl who was very sexually adventurous - she absolutely adored trying anything new in bed.
After Rod had taken a few minutes to recover, it was time for the fun to begin again. Gently and carefully, Rod put his hand on Ellie's smooth flank, running his hand up and down her baby-soft skin for a moment or two. Then, exerting just the minimum pressure, he rolled her over on to her front. The young call girl didn't resist - she rolled over easily, and Rod admired the way her large young breasts pressed into the firm surface of the mattress. Not wishing to hurry things, he spent a few minutes more running his hands up and down her back and down between her thighs. After a few moments he carefully moved both hands towards the cute escort's bum. The cheeks were toned, round and full. Putting a hand on each, he gently eased them apart, revealing the tiny hole of her anus.
Ellie shivered with pleasure. Above her, Rod decided to test her arse for tightness. He dabbed a tiny bit of lube on to the end of his finger and placed his fingertip against her bumhole. She shivered some more. Feeling no resistance, Rod began to worm his finger inside. He went up to the second knuckle. She was tight all right. Ellie moaned and shuddered - Rod was delighted to see that she was the sort of girl who clearly derived a lot of pleasure from having her arse penetrated. And this was only his finger - what would she do when he slid his cock into her?
It was time to find out. Rod slid his hands down between Ellie's knees and eased her legs outwards so that she was splayed face-down on the bed, her smooth brown arms wrapped around a pillow and her long hair cascading over the side of the bed. She knew that when Rod took her from behind during normal sex he liked to kiss her neck, so she gathered her hair up and exposed the soft flesh underneath.
Rod positioned himself, kneeling, between the legs of the sexy teenage escort. Rolling on a condom, he was lavish in applying lubricant both to his own cock and tight hole of her arse - he wanted Ellie's first experience of anal to be smooth and easy. Finally, he angled his body over hers, taking his weight on one hand and lining up the tip of his cock with her bum. Satisfied that he was in the correct position, he took his weight on both hands and began to slide inside.
There was less resistance than he had expected. With just a single push the head of his cock popped into the young London escort's tight young arse. She gasped and gripped the pillow tightly, breathing hard and fast. Rather than pausing, Rod decided to be decisive - he kept up the pressure so that the full length of his cock was quickly buried in her virgin anus. It was the tightest sensation he had ever felt. She squirmed and moaned. Confident that he wasn't hurting the sexy young escort, Rod began to fuck her arse - slowly and gently at first, but then adding a little speed as he realised that the lube was doing its job and the cute young escort was relaxing enough to let his cock slide in and out comfortably.
For her part, Ellie loved the feeling of a long cock in her arse, filling her up. The pleasure was intense, and became more so when she slid a hand underneath herself and began to play with her clit. It wasn't long before she was coming hard and repeatedly.
Rod wasn't far behind her - the tight warmth of the teenage escort's arse was too much for him to hold out for long, and soon the pleasure of feeling her soft bum cheeks push against his body with every thrust into her tight depths pushed him over the edge. He filled the condom with a thick burst of cum.
Ellie was overjoyed. Now she's been fucked in the arse she didn't feel like just a young girl anymore - she was a proper London escort!
THE END