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Categoría: Maduras

La mujer madura de mi vida.

Ante todo quiero que todos los personajes que aparecen en este relato permanezcan el el anonimato, eso si... el relato es real.
Ante todo he de reconocer que mi fantasía sexual siempre fue tirarme a una madura y al ser posible la madre de mi amigo.
Siempre que me encontraba en casa de mi amigo buscaba cualquier momento para rozarme con su madre, verla su culo, el canalillo de sus tetas...
Lo que más llegué a ver fueron sus bragas, los días que ella llevaba falda y que yo, al asegurarme de que no corría peligro, me agachaba para vérselas, nunca se dio cuenta...espero.
En dos ocasiones haciéndome el despistado, me dirigí a su habitación, cuando sabía perfectamente que estaría cambiándose y llegué a verla en sujetador y bragas, pero fueron unos pocos segundos, prácticamente nada y sin ninguna e importancia.
También, varias veces iba al servicio, con la excusa de mear, y lo que hacía era abrir la lavadora y buscar unas bragas suyas, ya que era la única mujer en casa, con sus bragas me envolvía la polla y me la meneaba mientras las olía y sentía como entraba por mi nariz el olor a un coño maduro, de más de 40 años y al que yo y mi polla nos queríamos comer.
Su cuerpo me fascinaba, la verdad no se porqué, ya que no era bueno, pero tenía algo que hacía que mi polla se pusiera en pie cuando la veía.
Un día mis padres, que son íntimos amigos de los de mi amigo, me dieron la noticia de que tendrían que salir de viaje y por tanto yo me quedaría a dormir en casa de mi amigo, ya que mi hermana se encontraba trabajando fuera.
Mi sorpresa llegó cuando me enteré de que mi amigo no estaría en casa esos días, al encontrarse de excursión con el instituto. Su padre esa noche trabajaría y su hermano se encontraba fuera de la ciudad.
Llegó la noche, la cena transcurrió normal y tras ella decidí irme a la cama, pero eso si, antes fui a mear y ya de paso busqué en la lavadora y me la menee con unas bragas de color rojo y llenas de flujos vaginales.
Esa noche hacía un calor espantoso y al no poderme dormir, pensaba en que cojones podía hacer para follarmela de una vez por todas.
Me levanté a beber agua y al pasar por su habitación oí unos gemidos, por un instante pensé que sería su marido que había regresado de trabajar o un supuesto amante con el que le estaba poniendo los tubos.
Me armé de valor y sin hacer ruido me coloque en la puerta discretamente y pude ver como se encontraba sobre la cama, de espaldas a la puerta y cabalgando sobre un largo consolador.
La imagen era digna de hacerse una paja y eso hice. Allí mismo me quité el pijama y comencé a meneármela al mismo ritmo que ella cabalgaba, imaginándome que ese consolador era mi rabo, el ritmo no era muy acelerado pero el suficiente como para que le botasen esas grandes tetas con las que yo siempre había soñado, al mismo tiempo que se podía ver como se agitaba su gordo y carnoso culo que yo tanto quería tocar.
Ella cada vez aceleraba más el ritmo y yo, mi paja también hasta tal punto que fue tanto el ritmo que alcanzó que mi corrida golpeó en la pared, dejándola llena de semen.
Note que ella se sacaba el consolador y decidí esconderme detrás del mueble del pasillo para que no me viese.
Escuché como abría la puerta y fui consciente de que estaba perdido ya que fuese donde fuese tendría que pasar por mi escondite y me descubriría.
Pero eso no llegó a pasar, la oía y sabía perfectamente que se encontraba fuera del pasillo pero no la sentía andar. Decidí asomarme y la imagen que vi a ella agachada completamente desnuda, frente al trozo de pared que yo había manchado con mi semen, estaba chupando todo ese semen mientras que con una mano recogía los que cayeron al suelo y se llevaba la mano a su coño, el cual desde ahí podía ver con bastante pelo.
- Sal de donde estés, se que te has escondido- dijo ella, pero yo seguía escondido y sin decir nada.
- Se que yo te gusto, no soy tonta y noto la manera en que me miras siempre- Esas palabras hicieron que mi polla reaccionase
- Vamos a hacer una cosa... Si no sales mañana tu recogeras lo que yo manche esta noche y si sales verás como lo mancho pero te ayudare a recogerlo.
Al oir eso, fui consciente de que esa era el momento en el que me estaba pasando una cosa con la que yo había soñado tantas veces.
Así, salí de mi escondite, empalmado al cien por cien, llegue donde se encontraba ella agachada limpiando la pared.
- Uau!! Ya era hora de que viera una polla jovencita como esta- Y diciendo esto se puso de rodillas frente a mi, abrió la boca y vi como mi polla desaparecía poco a poco dentro de ella.
Aumento el ritmo de la mamada, de vez en cuando se la sacaba de la boca para tomar un poco de aire pero ella no paraba de meneármela.
- Será mejor que dejes de chupármela, me corro- Dije yo.
- ¿Estás loco? ¿Y no probar leche jovencita y fresca?.. ni de coña- Y tragó mi polla a la vez que todos los lechazos que salían de mi polla, se trago todos enteritos.
- Ahora te la voy a limpiar para que veas como te cuido- Dijo mientras volvía a metérsela en la boca.
Cuando termino me dijo que la acompañase, me agarró y me llevó a la cama, en la puerta me di cuenta de lo bobo que había sido ya que me escondí detrás del mueble pero con los nervios se me olvidó coger el pijama que me quité para casacármela.
- Ahora te toca a ti, ¿no?- Y en esa momento se abrió de piernas, me agarró la cabeza y me la dirigió hacia su coño peludito.
Su coño era gordo, el olor me era familiar debido las tantas bragas suyas que yo ya había olido. Le metía la lengua y la movía en circulos.
- Mmm siii...joder cómeme el coño...Vamos... me corro, me corro...- Mientras decía esto último sus muslos aprisionaron con fuerza mi cabeza, su espala se arqueó y su por su coño comenzaban a asomar flujos los cuales yo recogía con la lengua y me los tragaba.
Mi polla nunca se bajo en ningún momento y tras comerla el coño me tumbó en la cama, se puso encima de mi, agarró mi polla y la dirigió a su coño donde entro rápido y sin ningún esfuerzo, debido a lo mojado que estaba.
Comenzó a cabalgar y a cabalgar, mientras yo con una mano tocaba su culo y con la otra sobaba sus tetas que botaban y en ocasiones la golpeaban el ala cara.
- Ohh si!! Parece mentira, un niño folla mejor que mi marido...Jódeme cariño, yo siempre quise que me follaras pero me daba vergüenza porque eras pequeño, pero ahora ya solo veo que lo único que tienes pequeño es la edad.
Estas palabras hacían que yo me calentase mas, y lo la contestaba – Siempre quise follarme a una madura.
- Pues vamos sigue follandome y no te canses...Mmm sii...fóllame.
Y un cuarto orgasmo la recorría su cuerpo y tras este avise yo.
Antes de correrme saqué mi polla de su coño la tumbé en la cama, agarré sus tetas y empecé a hacer una cubana que en poco rato terminaría con una corrida mia que le mancharía toda su cara.
Pero ella sin decir nada la recogía con su propia lengua y con sus dedos para luego tragársela, dejo su cara limpia.
Después de este polvazo nos quedamos en la cama descansando por poco rato, porque a los dos minutos ella comenzó a hacerme otra mamada haciendo que mi polla se levantase nuevamente.
- ¿Con que quieres más zorrilla?-la dije-
- ¿Sabes que? Con todos los polvos que he echado en mi vida y con los años que tengo, hay un agujerito mío que nunca ha visto una polla y no me gustaría que se quedara sin saberlo.
Diciendo esto dejó de comerme el rabo y se puso a cuatro patas sobre la cama.
- Vamos por favor rómpeme el culo-dijo
Yo escupí en su agujero introducí un dedo y lo movía en círculos para tratar de hacerlo más grande.
- Vamos no me hagas esperar, estoy ardiendo, me da igual que me duela, lo único que quiero sentir es tu polla en mi gordo culo.- Dijo impacientemente.
Yo la obedecí, coloqué la punta de mi rabo en su culo y poco a poco iba empujando a medida que iba entrando mientras ella gritaba con mezcla de dolor y placer.
Por fin entro, y así poco a poco fui aumentando mi ritmo.
- Joder, si esto da más gusto que por adelante, sigue sigue, no pares de romperme el culo- Decía mientras que con tres dedos se masturababa.
Tras estar enculándola un rato ella alcanzo dos orgasmos en los cuales pude averiguar en sus ojos lágrimas debido al dolor que le producía su culito que estaba dejando de ser virgen.
- Ohh si, estos es un polvo y no lo que te echa el pichacorta de tu marido.- Dije yo.
Y con esto me corrí dentro de su culo, fue una corrida larga y al sacar la polla pude ver como salian todo el semen de su agujero y otra vez más ella untaba su mano y se la llevaba a la boca, otra vez se limpió ella mismo de mi leche.
Después, nos dijimos únicamente “gracias” el uno al otro, me fui a mi cama y al despertarme ella se había ido a trabajar.
De vez en cuando cuando se queda sola en casa me llama por teléfono, voy a echarla unos cuantos polvos para satisfacerla ya que me dijo que desde que la folle, ya no ha vuelto a hacerlo con su marido.
Olé con las maduritas!!!
Datos del Relato
  • Autor: Anonimo
  • Código: 9289
  • Fecha: 30-05-2004
  • Categoría: Maduras
  • Media: 6.41
  • Votos: 76
  • Envios: 15
  • Lecturas: 6999
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
MARTA
invitado-MARTA 14-06-2004 00:00:00

me exito mucho es un consuelo para personas como yo que no tienen a una pareja por timides, ya que soy una mujer separada hace 15 años, gracias

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