~~Muchas veces deseamos a la mujer de un amigo, lo vemos como algo prohibido pero cuando realmente ocurre es una cosa morbosa y a la vez placentera. En este relato detallamos algo sucedido con la mujer de un amigo, y lo volvería a repetir.

Voy a contaros como sucedió lo de tener sexo con la mujer de mi mejor amigo, Eva.

Sexo con la mujer de mi amigo, el polvazo de mi vida

Amistades peligrosas...

Los indicios que algo ocurría entre nosotros eran siempre las miradas furtivas que teníamos, esa complicidad que había en el ambiente...

Todo eso y algunas cosas más me hicieron pensar en Eva como una mujer atractiva en lugar de pensar que era la mujer de mi mejor amigo, Jaime.

Las miradas pasaron a pequeñas conversaciones picaronas y con doble intención, se notaba pasión escondida entre ambos.

Empecé a estudiarla a fondo como si yo fuera un cazador en busca de su presa, me aprendí de memoria su número de teléfono, sus gustos y aficiones, sus horarios de trabajo, hasta cosas muy íntimas que es difícil de comentar.

Cuando quedábamos las dos parejas, habían toqueteos disimulados por debajo de la mesa, roces forzados y jueguecitos de todo tipo.

Hubo varios factores que me dieron pie a ir directamente a por Eva...

Primero que desde hacía mucho tiempo ya no deseaba a mi mujer ni sentía nada por ella, sólo pensaba en la mujer de mi amigo; segundo que entre las miradas cómplices entre nosotros y toqueteos furtivos pensaba que había algo más que amistad, y por último y lo más convincente fue un día que Jaime me pidió por favor que fuera a recoger a su mujer al trabajo ya que él no podía ir por una reunión laboral, cosas a la que accedí sin rechistar.

Ya en el coche después de varias conversaciones y confesiones, Eva me comentó que su marido era muy celoso y tenía celos hasta de mí.

Yo me quedé perplejo y le pregunté el porqué.

Eva me dijo que solía hablar mucho d mi a sus amigas y compañeras de trabajo, les decía hasta delante de su marido, que yo era un hombre muy atractivo y simpático...

Llegamos a su casa y antes de bajar del coche me dio un beso fugaz en los labios mirándome lascivamente.

Las semanas siguientes chateábamos en el ordenador y móvil, nos contábamos secretos de todo tipo y hasta cosas muy íntimas de pareja.

Cada vez teníamos más confianza con ella y se notaba que los dos queríamos algo más, lo necesitábamos.

En ocasiones mientras hablábamos o después de terminar iba tan caliente que me masturbaba pensando en ella, y yo creo que Eva hacía lo mismo.

Al final de todo, ocurrió lo inevitable, una semana que nos fuimos los dos matrimonios de casa rural para relajarnos unos días, tuvimos nuestro primer contacto físico que sería el comienzo de nuestra relación que hoy por hoy sigue adelante y con futuro.

Morbo asegurado con la mujer de mi amigo.

Amores encontrados...

Pasó que una mañana al despertarme, mi mujer había salido al pueblo a comprar víveres para la comida y mi amigo había salido con la bicicleta a hacer ejercicio, por lo que nos encontrábamos sólos en la casa Eva y yo.

Yo estaba en el baño aseándome cuando de repente apareció Eva con una camiseta de tirantes ajustada y un tanguita blanco.

De verla me quedé estupefacto, yo que iba sólo en shorts me empalmé de verla y me entraron de repente unas ganas locas de poseerla y hacerla mía.

Nos miramos por unos instantes y surgió esa chispa que durante tanto tiempo estábamos esperando.

Nos acercamos los dos sigilosamente y comenzamos a besarnos.

Había tanto frenesí, tanta pasión que se notaba en el ambiente. Nuestras lenguas se fundieron en una.

La desnudé rápido como un salvaje y chupé sus preciosos pechos, como si me los quisiera tragar.

Bajé mi lengua a través de sus muslos hasta llegar al monte venus de Eva, lamí su conejito depilado que sabía a gloria, a hembra en celo, a una mezcla entre hormonas y algo difícil de describir, simplemente fantástico...

Eva me agarraba fuerte con sus manos, llevando mi cabeza hasta su sexo húmedo y deseoso.

Al cabo de unos minutos me llevó hacia la ducha, me colocó pegado a la pared y se arrodilló para empezar a chuparme mi enorme falo que pedía guerra.

Su puntiaguda lengua lamía todos los huecos de mi polla, de arriba hacia abajo llegando hasta mis testículos, en ocasiones introducía mi capullo en su boca y otras veces se metía toda mi polla hasta la garganta.

Subió tanto la temperatura de mi cuerpo, que la agarré y la coloqué cara a la pared de espaldas a mi, deseaba empotrarla como un tigre salvaje..

Mientras me la follaba, tocaba sus senos con mis manos al mismo tiempo que cacheteaba su culo perfecto.

Había gritos por toda la casa, era una locura pero nos daba lo mismo queríamos hacerlo.

Antes de correrme me senté en el suelo de la ducha y Eva se puso encima de mi cabalgándome como nunca antes lo había hecho nadie.

Era un sensación única, fantástica, mientras follábamos caía una fina lluvia de la ducha y ese contraste de agua templada que inundaba nuestros cuerpos mientras nos besábamos y hacíamos el amor era algo que volvería loco a cualquier humano de este planeta, algo que volvería a repetir todos los días de mi vida...

Estuvimos un buen rato fornicando en la ducha hasta que al final nos corrimos los dos al mismo tiempo.

Después de aquello irremediablemente tuvimos que hablar con nuestras respectivas parejas y antes de dejar la casa, Eva y yo perdimos un matrimonio pero ganamos la felicidad.

Tras un largo período de pareja, Eva y yo somos felices y recordamos aquellos momentos con alegría y cariño.