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LA MUCAMA DE CASA ES UNA PUTA

Al llegar a casa luego de un día bastante corto de trabajo, unas horas y me volví a casa, Samanta la mucama se encontraba limpiando el sillón con un vestido muy corto y un plumero en mano, su culo enorme se transparentaba con semejante cuerpo, me la puso dura.

Sabiendo que mi esposa no volvía a casa hasta tarde, me acerque con mi verga dura y la apoye, sabiendo que como buena hembra siempre deseo a este macho para que se la coja.

Al principio intento resistirse, pero luego, luego de que le susurrara insultos de su culo en su oído, se calentó y tomo mi pija dura apretándola y pidiéndome a gritos que de una vez por todas le haga el culo.

La empuje contra el sillón, quedando en cuatro y con el culo al aire, le arranque el vestido y se lo comencé a chupar, todo el agujero, hasta llegar a su panocha, cada dedo que introducía ella gozaba, luego el mismo plumero de casa, que usaba ella y mi señora, se lo clave en el culo dejándoselo y pidiéndole que me meneara ese enorme regalo que le esperaba a mi pija dura.

Llego el momento, la clave, la rabia no se sostenía y tenía la obligación de descargarme con su cuerpo de hembra.

Juntos en movimientos rabiosos nos cogíamos, el agujero se abría y abría y mi pija ya muy venosa, se introducía con inmenso placer, gozando cada clavada, sacándola de repente para ver como chorreaba ese culazo y luego volver a clavarla como flecha asesina.

.Que macho resulto ser patrón, se notaba que deseaba más que nadie el culo enorme de su empleada.

-Es un placer enorme hacerte el culo hija de puta, este culo enorme está hecho para mi pija.

.Sus bolas sí que saben chocarse contra mi cuerpo señor pijudo, siga con esa rabia y déjeme reventada.

-Te voy a reventar para que tu cornudo se de cuenta que en su casa tiene una verdadera cogedora.

Ahora me pidió cabalgar una y otra vez sobre mí, esas tetas saltaban tanto que pensé por un momento estar en el paraíso, una hembra en celo disfrutando mi verga, me tocaba con sus manos hacia atrás las bolas, me hacía sentir un macho, cada cachetada en ese culazo sonaba como verdaderos golpes de placer, una y otra vez no parábamos, comenzaba a sudar su frente y como buen hombre que soy, la seque con mis manos y mirándola a los ojos me las lamia, demostrándole todo lo que me calentaba.

.Lo vuelve loco mis tetas señor pijudo, se pone como un toro cada vez que me las chupa.

-Tus tetas no son como las de mi señora, esta si son de hembras, se pueden amasar muy bien.

.Cogele bien el culo a esta zorra, cójaselo, con estas bolas enormes me aseguro tener mucha leche en mi cuerpo.

.Maldita puta, como calentas, te mereces que te reviente una y otra vez en el propio sillón donde los nenes ven la tele.

Abierta de piernas, con sus pies sutiles, sudorosos y finos, me pidió que se los lamiera antes de seguir clavándola, accedí sin dudarlo, comiéndoselos y disfrutando cada lamida de todos sus deditos, su planta y sus talones, puse mi verga entre ambos pies y me pajee, sus piernas en mis hombro, la verga bien profunda, mirándola bien a los ojos, empezamos a gozar, calvaba y le agarraba las tetas explotándolas, jugando con los pezones grandes y de puta que tenia, ella me escupió y luego de comerme su escupida le dio un lindo golpe en su mejilla para que aprendiera quien mandaba, ella se doblaba de placer, ambos estábamos conectados como nunca, la sentí mi esposa durante todo el largo el polvo que nos echamos.

.Macho hijo de puta, rompedor de conchas grandes y profundas, comete toda mi saliva.

-Ese golpe es para que veas quien manda en este polvo zorra inmunda, ahora si te ganaste que te calve más fuerte y veloz.

.Le voy a dejar todo el olor a culo a su mujer en este sillón familiar, no me importa nada patroncito pene grande.

-Mereces que te deje llena para que vuelvas satisfecha a tu casa y con el cornudo, ahora si te ganaste un buen amante para siempre.

Gritaba tanto, yo le daba tan duro y con rabia que era el momento de acabar, luego de ella, una gran flujuda, la arrodille pero en el sillón del placer para que se manchara con leche del macho de la casa, comencé a descargarle mis litros de leche, sin parar salía, pero no lograba contenerme ya que el deseo y la calentura habían llenado mis bolas y debía descargarlas.

.Ahora te das cuenta que bien te deslecheo maldito engañador, mira como está quedando este sillón.

-Entre tu olor y mi leche la cornuda se tiene q dar cuenta que su marido gozo con esta puta.

.Que se entere que como yo nadie te saco la leche jamás, mira qué cantidad, te la pongo bien dura macho.

-Lema lo que queda puta de mierda, lame todo, no dejes nada sin que lo allá gozado tu lengua sucia.

Fue así, que realmente por largo tiempo, la zorra de la mucama fue mi amante de planta, sin antes no cumplir profesionalmente con sus labores, siento en todo sentido de la palabra, una verdadera profesional.

Datos del Relato
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