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Categoría: Incestos

La madura, la sobrina y la hija (parte 2)

Después de ese viaje que hice con Mélida, nos veíamos todos los sábados en su oficina, ya que se iba a preparar sus clases de la semana,(era catedrática de la facultad de derecho, los martea y jueves de 6.15 a 20.30 hrs.). Llegaba al rededor de las 14 hrs, y estámabos hasta las 16 hrs. Desde que llegaba nos besábamos ardientemente como locos, me encantaba su boca de labio delgado el superior y grueso el de abajo, su lengua fina, y su forma de como me chupaba mis labios, poco a poco nos quitábamos la ropa, besaba su cuello sus hermosos pechos duros, y su vagina hermosa y rica. Ella le gustaba luego chupar mi pene hasta hacerme venir en su boca, luego yo le chupaba su vagina, y ya cuando estaba a punto de terminar, le encantaba correrse cuando mi verga iba deslizandose en su vagina estrecha. Y así bombeanos por largo rato, en diferentes posiciones, tratando siempre de dejarle parte del pene afuera, porque le topaba era muy corta de canal, y sólo podía meterle 6 ó 6 1/2 pulgadas, y casi siempre terminábamos juntos, o casi juntos, y así nos pasábamos la tarde, cuando ya le ardía mucho su cuca, el último chorro de semen se lo vaciaba en el culo, ya que allí si podía meterle las 8 pulgadas e irme al fondo.

Cuando se trasladó de casa, me pidió ayuda para lo del camión de mudanzas, al finalizar el traslado del menaje de casa y acondicionar todo casi en orden, llegó ella con su hijita Bertita, de 11 años y Cecilia su sobrina de 20, a quién yo no las conocía, ella me presentó como el vecino que le ayudó en su traslado, y como hijo de su conpañera de edificio, a pesar de vivir al lado, siempre los sábados era nuestro día de lujuria. Con Cecilia empezamos a hacer amistad, aunque siempre de hola cuando estaba su tía, pero los días que ella iba a la U a dar clases, yo acompañaba a las chicas por estar sólas y nunca se podría pensar en algo fuera de lo normal con la mayor por estar presente la menor, además que Ceci tenía 20 años y yo 17, y el novio llegaba razón por la cual era la
insistencia de Mélida de que las acompañara previendo que se la cogiera. El novio dejó de llegar, pero igual yo llegaba a hacerles compañía. Cecilia enpezó a interesarse en mi, me decía que era guapo que le gustaba el color de mis ojos, etc. Y poco a poco el acercamieto fué más intímo, mientras Bertita veía televisión en la cocina nos besabamos, y con el correr del tiempo le chupaba sus tetas, que por cierto noeran muy grandes pero duras como piedras, y le tocaba sobre la ropa su panocha hinchada y al tacto se notaba que era super peluda.

Mélida llegaba a casa pasadas la 9:15, 9.30 pm. Yo llegaba como a la 7:00 pm, en una oportunidad estábamos en el jardincito, escondidos, acariciándonos, cuando ella se quitó su tanga, y yo me saqué el pene para frotárselo por su raja del ano al clítoris, ella estaba supermojada y muriendose por tener mi pija adentro, me pidió que se lo metiera,pero por la posición incómoda no podía, le pedí que se pusiera de espaldas a mi, y que se inclinara con las piernas abiertas, apoyada sobre el tronco de un árbol, acerqué la verga a su entrada, y despacito empezé a resbalarme en su conchita, poco a poco se fué metiendo hasta toparla, no era virgen como había supuesto, estaba oscuro y nadie podía vernos, le dí duro, y la sentí jadear y me pidió más fuerte, apretó sus piernas a mi, y se vino gimiendo de placer, yo estaba por correrme. Me pidió que no lo hiciera dentro, saqué la pija, y se la llevó a la boca, era experta para chupar. Momentos después, le llené la boca de semen, que le corrió por el cuello y las chiches, me dijo que se iría a limpiar, pero como faltaba poco para que llegara Mélida me fuí a casa. Dos días después que la volví a ver, siempre nos fuimos al jardincito a coger, le había gustado, me dijo que cuando se la metí había senbtido que se le había super ensanchado la pusa, y que la había sentido profunda, y que cuando la mamó se dió cuenta del tremendo pene que se había tragado y gozado, y así seguimos por varios meses, martes y jueves cogía a Cecilia y los sábados le volaba huevo a la tía. Con el tienmpo nos volvimos más osados,me despedía de ella y de Bertita, y salía, luego me metía por una ventana al cuarto de Cecilia, y así podíamos coger más cómodos, hasta que una noche, empezamos con todas las caricias preliminares, nos besabamos, le mamaba las tetas, sus esbeltas piernas, le mordía su culo parado, y ella me pegaba unas mamadas estupendas y luego la clavaba, pero en esa oportunidad, la tenía hasta el tope, bombiando, y ella se detuvo de repente, y me apretó contra ella, y me dijo quedo al oído, pará, en el closet hay alguien, nos quedamos quietos, tratando de ver en la oscuridad, y de repente se encendió la luz, era Bertita, se acercó a nosotros y dijo:, he visto todo lo que han estado haciendo desde el principio, me lo hace él a mi, o le cuento todo a mamá. continuaré.
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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2 comentarios. Página 1 de 1
lobo_caliente
lobo_caliente 08-08-2013 00:37:28

muy buen relato ojala sigas con él

Hebab
invitado-Hebab 01-04-2011 00:00:00

Buen relato amigo, una historia bastante interesante.

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