Mi nombre es Raúl y tengo 18 años. El pasado día miércoles mi amigo Pedro me invitó a jugar un partido de fútbol en su pueblo junto a otros colegas, yo como el deporte me encanta acepte su propuesta, cogí el autobús y me puse en marcha.
Llegados al pueblo comenzamos a jugar pero cuando estábamos acabando entró la madre de Pedro por las puertas de aquel pabellón una mujer tremendamente hermosa, luciendo un vestido minicorto blanco, transparentando un tanga de hilo dental, unos tacones de unos 20 cmts de altura, y un escote que se podía ver unos pechos impresionantes. La madre de Pedro iba a llamarlo para ir a cenar, al ver que me llevaba tan bien con su hijo me invitó a cenar con ellos. Mientras estábamos cenando mi cubierto se desvaneció y cayó suelo, cuando de repente miro hacia el frente y la madre de mi amigo no tenía ropa interior, Las yemas de sus dedos acariciaban su sudoroso coñito, sin embargo por la parte de arriba de la mesa todo estaba tranquilo.

Bebimos un poco de vino con la cena y a mi amigo le sentó un poco mal por lo que decidió ir a recostarse antes de terminar de cenar. Nos quedamos su madre y yo solos, nunca antes había tenido el pene tan duro como aquella vez, su madre se me acercó me preguntó si yo estaba nervioso; como para no estarlo yo era virgen nunca antes había estado con alguna mujer y esta era una oportunidad clara de estrenarme; solo mi cabeza sabe lo que pasaba por ella en ese momento me levanté agarré, agarré a la madre de mi amigo, le di la vuelta, la agarré de los pelos le levanté el vandilon y empece a follármela como había visto en alguna película, ella gemía pero yo le tapaba la boca y la penetraba cada vez mas fuerte, se corrió un par de veces ya que en el suelo estaban esas gotas húmedas y pastosas. Me di cuenta que ella tenía el ano algo dilatado, saqué mi pene de su vagina y muy bruscamente, metí mi pene ella comenzó a llorar pero era un llanto de alegría.
Ella me decía al oído:

-Hacía tiempo y tiempo que no me daban por el culo y me duele un poco.

Yo no hice caso de eso y seguí seguí estaba tan emocionado que cogí una botella de champan y se la metí poco a poco, su culo sangraba, pero eso a ella no le importó ella sentía demasiado placer como para preocuparse de como quedaría su culo. Acabé haciéndome una paja y corriéndome en su boquita, mirando como tenía esa botella en su grande culo. Después de esta magnifica noche estoy seguro que voy a volver más veces a la casa de mi amigo Pedro.