Adriana nació en Grecia, su familia tenía una pescadería y un restaurante, a sus 13 años conoció a un español y se enamoró de él, huyó con él a España y tuvo a Charito, meses despúes del nacimiento de Charito el español la abandonó, y ella con sus conocimientos de comida tipica griega empezó s laborar en un restaurante del mediterraneo español. Luego conoció a un tunecino y viajó a América ya como su mujer.
Estando en Guatemala el tunecino falleció y ella empezó a trabajar por su cuenta iniciando un negocio de banquetes, aprovechando el dinero que habían ahorrado, el negocio era pequeño, y casi no le dejaba mucho, por lo que se trasladó al Puerto de San José con un negocio de comida que ya le dejaba para subsistir dignamente, Charito era una chica muy hermosa de un cuerpo fenomenal, era morena y coqueta, yo las conocí a través de Fátima de quien ya hablé en dos relatos anteriores, y con Charito habíamos tenido una situación de casi tener sexo, pero se nos frustró por su período, cuando ella tenía 18 años y yo 16, y la verdad no se nos había presentado otra oportunidad.
La otra vez que nos volvimos a ver ella tenía 20 y yo 18, y Adriana la mamá tenía 34 años. En esa oportunidad yo iba a cumplir precisamente los 18, y pensaba celebrarlo en la casa que teníamos cerca de la playa, en un lugar llamdo Iztapa, había pensado hacer un almuerzo e invitar a Charito y a Pili que eran mis unicas amigas del puerto, así como otros compañeros y compañeras de la capital, lo comenté unos días antes con ellas y así fué como la madre de Charito se ofreció prepararme la comida como regalo de cumpleaños, por lo que me puse de acuerdo con ella para comprar el marisco que usaríamos y deleitar la receta que era una combinación entre comida griega y española.
Al día siguiente mientras guardábamos el marisco platicabamos sobre mi exnovia Fátima y la forma sorpresiva que su familia desapareció del puerto por traslado de vivienda sin comentar nada a sus vecinos, Rato después yo salí a comprar algunos aderezos y cuando regresé no ví a Adriana, me metí al baño a darme una ducha y por descuido no puse cerrojo, y yo siempre he acostumbrado desde que tuve vello púbico a afeitarme porque no me gusta el olor del sudor en mis genitales, y estaba afeitandome cuando de repente ella entró al baño porque venía de la calle aguantando la ganas de orinar, era tanto la prisa de que no de dió cuenta que yo estaba frente a ella afeitandome, y fué cuando ya estaba orinando que se fijó, pude ver cuando se bajó la ropa interior, le vi sus piernas y su panocha, por cierto afeitada, yo no pude ni cubrirme y ambos viendonos fijamente a los ojos, ya pasados unos segundos, ella dijo que la disculpara pero sólo entró al primer baño por la urgencia.
Rato después yo entré a la cocina a entregarle las cosas y no hubo comentario alguno. Estaba guardando en los gabinetes, y en un momento dado tenía que pasar por donde estaba ella, el espacio era angosto y pasé por atrás de ella pero quedamos prensados, y mi verga quedo en sus nalgas, yo estaba en calzoneta y al contacto se me paró la pija, ella la sintió y se hizo hacia mi, a propósito y ya mi verga se endureció del todo, sintiendo la raja de su culo, yo me pegué a ella y ella disimuladamente se restregó en mi, y sólo murmuro: Es bien grande y gruesa, yo le respondí: creo que es justo a la medida de su vagina que es gordita y larga, la tomé de la cintura y le dí vuelta para quedar frente a frente, la iba a besar cuando ella colocó cu mano en mi pecho, y me dijo, no creo que sea justo, por lo que aclaremos algo, Tú y mi hija tienen algo, no le contesté, somos amigos al igual que Pili, pero no hay nada.
Ella estaba nerviosa, nos besamos algo timidamente, y poco a poco los besos fueron candentes, la llevé a la habitación y sobre la cama empezé a besarla y desvestirla, ella era una mujer relativamente joven 34 años, muy hermosa, sus pechos medianos firmes y cuerpo delgado de vientre plano y piernas muy bonitas, besé de sus tobillos hacia arriba, pasé a un costado de su vulva y subí por su vientre hasta los pechos, chupandolos y mamandolos suavemente hasta endurecer sus pezones, besé su cuello y su boca, volví a bajar hasta su panocha y me dí gusto chupando y lamiendo su vulva, su clítoris endurecido, luego fué ella quien me mamó divinamente la verga hasta hacerme acabar, le dije que lo iba a hacer,pero ella me dijo que s elo diera enla boca, que no haya probado el semen pero que quería tragarse el mío, que era leche de jovencito, la llené de leche, y lo dejó limpio, luego fuí yo que la empezé a mamar, cuando estaba por irse, me lo pidió dentro, poco a poco la penetré hasta el fondo se tragó las 8 pulgadas de verga gruesa, tardó poco en venirde, pujando gimiendo y temblando de placer, se vino una segunda vez cuando yo estaba por correrme.
Me pidió que no se lo fuera a char dentro porque no pensaba tener sexo, y que podía preñarla, por lo que le bañé las tetas y el vientre, descandamos un rato y minutos después estabamos como locos cogiendo, de nuevo al venirmos fué uan maravilla, y luego me volví a correr en su boca, le dije que quería hacerselo por el culo, pero me dijo que el tunecino le había sangrado en n oportunidad el culo, que era una verga grande y gruesa y que había sufrido mucho, pero que con la verga mia no se animaba porque era muy larga y demasiada gruesa, que después de cuidarse me iba a dejar llenar de semen su panocha lo que ocurrió muchas veces, pero había una doble relación, que se les contaré en otra oportunidad.