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Categoría: Primera Vez

La ingeniera visitando y conociendo hasta recorriendo el invernadero y más.

Fascinadisíma sobre todo halagad sima inclusive exhortadisima, por supuesto alegradísima igualmente espectacularísima sobre todo maravillad sima también consentidísima, propiamente encantadísima especialmente rodead sima hasta sal picadísima finalmente apasionadísima y admiradísima por las fragancias que huelle y siente directa, fija y específicamente la mismísima Ingeniera de servicios generales al entrar como al pisar el invernadero al darle la cordial como la merecida hasta atenta bienvenida. Con la cortesía, el favor, la caballerosidad, amabilidad y personalmente mostrándole las grandiosas variedades tanto de matas, flores, plantas y cultivos que convergen además exhiben dentro de este quedando bien informada al detalle conociendo la historia de origen y la procedencia de estas.

Tomando con una mano acercando su nariz al atraerse por la delicia del aroma y la fragancia, colmad sima hasta reconocible también inolvidable sobre todo identificable, retornando en sus memorias los días de colegio el curso de educación para el hogar.

Observando de cerca con detenimiento una carnívora que está abriendo sus pétalos enorme al mirar unas filosas y puntiagudas espinas la misma Ingeniera, donde el encargado del invernadero le advierte que un solo pinchazo de una de esas espinas, automáticamente y al momento corre un veneno letal al tratarse de seres humanos y animales provocando así la muerte, en menos de 24 horas después de ser envenenado e infectado por la carnívora.

Dándole las sinceras gracias la ingeniera al encargado. Entretenida por la belleza de una flor lindísima que le echa un ojo, agradándole su olor al pasarle levemente la punta de la lengua en una de las hojas hasta probando la esencia que tiene el mismo pétalo al cerrar los ojos, imaginándose esa probadita al sobarse todo el vientre y bajando las dos manos a su micha continúa por las piernas luciendo y vistiendo el atuendo del uniforme de ejecutiva universitaria. De repente se le pega sin avisarle ni comunicarle ni hablarle al respeto el mismo encargado del invernadero por detrás de ella, al rosarle y sobarle toda la pinga en todo su culo al ponerle una mano detrás de su cabeza al sobárselo al jadear y gemir como una autentica lobo salvaje en celo, desatada la mismísima ingeniera en que le habla: Hazme el sexo sin más que preguntar ni averiguar ni consultar ni revisar ya escuche todo lo que tengo que saber y conocer en absoluto, adelante buen hombre…..

Acostándola boca arriba con las piernas dobladas y levantadas hasta abiertas con la falda en la cintura con las pantimedias e hilo dental en el suelo de tierra del invernadero, propinándole, realizándole, dándole, entregándole, gozándole y merecidamente la folla con todas las velocidades, fuerzas, ganas, oportunidades, gozadas, a venturanzas, victorias, triunfos, erecciones, enardecidos, ardido, aguerrido y enloquecido como endemoniado por la misma ingeniera. Colosal no paran de moverse por todos los lados siendo unas fieras desquiciadas sujetándose y agarrándose con firmeza a una pata de una de las mesas de cosecha y plantaciones de semillas la mismísima ingeniera que vive hasta está placentera igualmente apasionadísima con un frenesí finalmente un clímax con múltiples orgasmos.

Se la coge de rodillas como estuviera rezando al bombearle y jugueteando con la punta de la pinga del encargado en la raja, al metérselo de un solo tiro que le duele un poquito pero al paso que se la coge se olvida del dolor de tener penetrado ese miembro dentro de ella, al cabo de una larga espera se viene el mismo encargado al chuparle como limpiarle con toda la boca la leche espesa del polvo que tuvieron ambos, al desabotonarse la blusa se baja a la altura del estomago el brasier abrazándolo parada para que se deleite y se entretenga hasta coma de las tetas y de los senos de la ingeniera; mimándolo al calmarlo totalmente por las ansias de tenerla como un premio mirando a la distancia otras plantaciones que tiene el encargado al acariciarle la cabeza, fijándose en su reloj mira que le quedan escasamente una media hora al vestirse y acomodándose incluso limpiándose toda la evidencia en el uniforme como sacudiendo el hilo dental y las pantimedias de la tierra que cogieron y colocándose el brasier al cerrarse la blusa. Le da un beso al abrazarlo fuertemente diciéndole que lindo eres y que maravilloso fue venir a visitar y conocer este invernadero tengo que irme ya, que se me acaba la hora de almuerzo no quiero que me descuente en la quincena la tardanza abordando la ingeniera un taxi al instante que se retira del invernadero.
Datos del Relato
  • Autor: Relator
  • Código: 24486
  • Fecha: 13-08-2011
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 6.19
  • Votos: 26
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2449
  • Valoración:
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