Erekt esperaba sentado delante de la pantalla de su ordenador a que alguna idea literaria llenara el vació de la hoja en blanco antes de empezar una nueva novela policíaca.

Erekt era justo como Wet se lo imaginaba; moreno de pelo corto y ondulado, la tez morena casi brillante, unos ojos verdes que desprendían sensualidad, coronados por unas cejas anchas, adornado con un piercing en la derecha, nariz prominente y bajo ella, unos labios carnosos, rosáceos, y su lengua, perfecta para ofrecer un sin fin de placer húmedo y caliente. Su cuello ancho donde destaca su nuez varonil y bien formada. Su espalda es como una tabla, al igual que su abdomen pero no excesivamente marcado; sus pectorales son perfectos, simétricos, duros, acogedores para acurrucarse en ellos tras una noche de sexo desenfrenado. Más hacia abajo, su cuerpo es de locura. Sus músculos pélvicos describen una "V" muy erótica, y entre ambas… su pene, de unos 19 benditos centímetros, lo suficientemente ancha para hacer gemir de placer a toda mujer, lo suficientemente bonita y apetecible para pasar horas lamiéndola, saboreándola, chupándola.

La cabeza de Erekt iba a estallar, hoy no tenía buenas ideas, en aquel momento, frente al ordenador recibe un e-mail:

"En el mismo momento en que llegaste…empecé a dilatar y sentí desprender ese calor de entre mis piernas, el pulso se aceleraba en mi zona inguinal hasta inflamar mis labios menores; el impulso de subirte encima de la mesa y bajar tu cremallera era lo que deseaban mis sudores; gotas que van por mis pechos para pararse en mi monte de Venus, y allí mezclarse con el flujo que se desprende de mi vagina, flujo de anhelo de ti, ansias de agarrar fuerte entre mis manos tu miembro duro que quiero tener dentro de mí, tan dentro que tu pene sienta mi calor interno, tan profunda que me hagas sentir en un éxtasis de delirio, penetrándome como siempre he soñado , y tener tu lengua entre mis pechos o mis pezones dentro de tu boca, mientras más abajo estas golpeando tu cuerpo en mis caderas…follándome; sí Erekt, fóllame, hazme tuya, haz que caiga a tus pies…fóllame…"

Firmado: Wet

Bajo la cremallera de Erekt sucedieron montones de acontecimientos. Su pene se llenó de sangre en cuestión de segundos, se dilató y se empalmó fuertemente apretándole el pantalón vaquero. Su corazón latía rápido, en su mente hacían eco aquellas palabras calientes que Wet había escrito para él. Erekt estaba a mil, se tocaba levemente la entrepierna aunque él sabía que su miembro estaba cada vez más grande y más erecto, aun creciendo. Allí sentado, sin camiseta, totalmente empalmado no sabía que hacer; masturbarse con esas sensuales frases o dejar fluir la imaginación y responder aquel erótico e- mail. Erekt cogió el teclado y sin pensar escribió:

"Wet, te espero a las 20:30 en el "Gran Vía".Soy el hombre de zapatos blancos; deseoso de hacerte…gemir de placer".

Firmado: Erekt

Erekt se quedó allí sentado, pensativo, imaginando como sería su encuentro con Wet, como sería la cara de Wet, como serian sus pechos, sus piernas, su sexo. Miraba el reloj impaciente, eran solo las 15:30, aun faltaban cinco horas para verla, conocerla, y su estado de excitación era cada vez mayor cuando pasaban rápidamente por su mente las escenas sexuales que la pelirroja le describía. Y sin más miramientos, desabrochó el botón metálico de sus vaqueros, bajó la cremallera con moviendo brusco y dejó libre aquel excitado, duro y erecto pene. Suavemente lo abrazó con su mano izquierda al mismo tiempo que cerraba los ojos. Agarró el miembro con fuerza, sintió el calor de su mano, y empezó a moverla suavemente mientras que se mojaba de saliva los dedos de la mano derecha para lubricar su glande. Erekt aceleraba el movimiento, y contraía su bonito trasero por que así aumentaba su placer. Gemía levemente, sudaba, estaba muy caliente, en ese momento le gustaría tener la lengua de Wet en su miembro, esperando a que su licor blanquecino la inundara. Con ese pensamiento Erekt se sintió a punto de fallecer. Moviendo la mano cada vez más rápido hasta que alcanzó el éxtasis del orgasmo; su semen caía ahora con fuerza, su boca recogía una sonrisa, y su mente las palabras: "sí Erekt, fóllame, hazme tuya". Así, tal como había terminado de correrse, con su pene cubierto de semen, Erekt se quedó muy quieto, como esperando que llegara el momento de su encuentro con su apasionada Wet.