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Categoría: Confesiones

La hija del carpintero

A Francisco, Don Chico, como le llamaba, lo conocí desde cuando empezé a ir a clases de artes marciales en lo que hoy es el centro Histórico de la ciudad de Guatemala, cuando yo tenía 5 años de edad. Pasó el tiempo, yo ya tenía 25 años, y derepente a Don Chico ya no se le vió por el Dojo, sino unos meses después, los que lo apreciabamos lo extrañabamos mucho. Pero cuando regresó supimos que su esposa murió tras una larga y dolorosa enfermedad. Un día nos dijo que él era de profesión ebanista, pero con lo escaso de los trabajos finos estaba dedicado de lleno a cualquier trabajo de carpintería y nos dió unas tarjetas de presentación por si podíamos recomendarlo para tales menesteres.

En las oficinas de la fábrica de aceite vegetal propiedad de mi madre y mía, que normalmente servía de bodega, desde que la planta de producción se trasladó al departamento de Escuintla, como a 70 kms, de la capital buscando el litoral del pacífico, y debido a la visita de clientes inportantes tanto nacionales como extranjeros, decidí modernizar la oficina,por lo que hice varias mejores, dejando a las secretarias en el primer nivel, y en el segundo organizé el despacho, e incluso un dormitorio anexo, ya que a veces salía demasiado tarde y por la delincuencia que arreciaba por el sector tomé mis precauciones. En las paredes de construcción rústica, decidí arreglar con madera fina, y colocar también madera en el piso, y desde luego un pqueño closet en el dormitorio, recordé a Don Chico, y busqué su tarjetita y dispuse ir a buscarlo el día siguiente para que juntos diseñaramos lo que quería. Llegué a su casa como a las tres de la tarde, me abrió una señorita de 21 años de edad, morena clara, de cabello corto, de una carita preciosa, con una sonrisa que derrite a cualquiera, me identifiqué y me hizo pasar, y me dijo que ya se imaginaba quién era al verme, ya que su padre hablaba mucho de mi persona y me describía muy bién, agregando que en una oportunidad cuando ella tenía 6 años y yo 10, ella y su padre esperaron a que fueran por mí y que habíamos comido un helado de paleta en una tienda frente al Dojo(gimnasio), y que la otra oportunidad fué para la misa de sus 15 años, agregando de que constara que no asistí a su fiesta. Yo estaba embelesado escuchando a la chica, era tan dulce al expresarse, pero luego reaccionando me dice, pero disculpe voy a cambiarme mire en que fachas me encontré, estaba con una playera sin mangas y corta que no le cubría el ombligo, se notaba que no tenía sostén porque se dibujaban sus meloncitos redondos sueltos y su pezoncito, un short cortísino que le llegaba donde terminaban sus nalgas redonditas y paradas, su cintura finita, y sus piernas largas morenas torneadas, estaba descalza, de pies chicos y finitos, que le daba un aire sexy, que poco a poco la verga empezaba a pararse, ya incómodo por lo visto, le dije que buscaba a Don Chico para unos trabajos en madera, y le dí una tarjeta para que me buscara.

Al día siguiente por la mañana, llegó Don Chico, tomó medidas e hizo una lista de lo que necesitaba, y me diseñó un plano, nos pusimos de acuerdo en honorarios, y luego fuimos a comer, ya que se nos fué el tiempo como agua. En el Restaurante le dije a Don Chico que Yadira, así es el nombre de Ella, tenía una memoria fantástica, ya que se acordaba de que comimos un helado frente al gimnasio hacía tanto tiempo y de la misa de sus 15 años, a lo cuál me interrumió, diciendome que se había entristecido porque no me vi{o en la reunión, luego con un poco de tristeza me dice, que esa noche de su fiesta estuvo bailando con un chico de su barrio, y esa amistad siguió hasta hacerse novios, y de allí vino la desgracia de Yadira. Prosiguió diciendo que cuando ella tenía 17 años, en la casa del novio llegaron a tener relaciones íntímas, paso una semana y joven no aparecio, dos, tres semanas, pasó un mes y medio y nadam Ella lloraba día y noche hasta que el se dió cuenta y le confesó la verdad, fueron a la casa de los padres y ellos tampoco sabían nada del joven o al menos así decían por protegerlo. Don Chico terminó su trabajo, excelente por cierto, y seguimos visitandonos, a veces el no estaba en casa por sus ocupaciones y Yadira me atendíam era notoria su alegría al verme y sin pecar de modestia sentía que ella se estaba enamorando de mi si no es que ya lo estaba, y yo me sentía muy atraído hacia ella, su cuerpecito hermoso lo veía al cerrar los ojos, su rostro radiante y su sonrisa dulce, con sus hoyuelos en la comisura de su boca cuando sonreía. Una tarde me buscó Don Chico para decirme que el trabajo le estaba funcionando pero no como él quería, y me comentó que hacía un tiempo un abogado le había hecho encargo de hacerle un mueble de dormitorio, en madera fina, para lo cual el mismo le llevó la madera. pero cuando lo terminó, llegó a su casa y supo que el abogado había fallecido junto a su esposa en un accidente, le comentó a los hijos sobre el trabajo que había hecho, y ellos le dijeron que lo vendiera, porque a ellos no les interesaba y que era demasiado dinero. Trató de venderlo pero sin resultados, y que había pensado que de repente a mi me interesaría y de ser así me lo daría a un precio bajo, quedé de ir a verlo a su taller el sábado siguiente por la mañana. Cuando llegué Don Chico había salido fuera de la capital por un trabajito importante y dejó encomendado a su hija para que mostrara el mueble, Ella estaba preciosa, un maquillaje discreto, un olor a colonia suave como de flores recién cortadas, con un vestido de tela delgada que acentuaba su figura, pegadito de arriba marcando sus tetas duras, y ceñido de la cintura, suelto hacia abajo, arribita de sus rodillas, y zapatos cerrados de taco alto reluciendo sus bien formadas piernas, y su culo parado. nos saludamos con el beso en la mejilla, y entramoa al taller, quitó las mantas que cubrían el mueble, y era una verdadera obra de arte, la cabecera eran dos osos polares, esculpidos en madera de palo blanco,(árbol propio de la región sur-orientak de Guatenala, su corteza y su madera son blancos, troncos y ramas rollizas alcanzan hasta 70 mts, de altura y su flor es amarilla, dan sombra a los cafetales de la región y llenan de colorido la bocacosta. Al otro estremo dps leones esculpidos en cedro e inscrustaciones de caoba, y la armazón del mueble, de madera guayacán, otro árbol del nor-oriente del país de madera durísima, que al estar seca nole entra clavo sino es acerado, por lo que lo taladran y lo unen con tornillo de ascero inoxidable, esta armazón con sus pliegos bien definidos justo ´para montar los somieres, era el regalo ideal para el día de las madres muy próximo, pensé que un estimado del precio a juzgar por las etiquetas que uno vé el los almacenes y claro de ese tipo de muebles, calculé de 40,0 a 50,0 Quetzalesn(Q40,0 a Q50,0.00) al cambio actual estoy hablando de US$ 5,0 a 6,0, en ese entonces ahora se puede duplicar, de reojo ví a Yadira que cruzaba sus dedos haciendo clavito que me gustara, le dije me gusta y lo compro, cuanto quiere tú padre por el mueble, ella bajó los ojos y me dijo, pues lo más que le han ofrecido son Q15,0.00 pero dice que para venderlo a otra persona a ese precio prefiere que Usted se lo lleve en esa cantidad, sonreí y nos fuimos hacia el comedor, saqué mi chequera e hice un cheque, y se lo extendí, ella me dice que su padre le dijo 15,0 y el cheque era por una suma muy superior, le dije que ese precio le había calculado y que así quedaba y que sólo me pondrpia de acuerdo con él para mandar a recogerlo, y que ya me iba porque la estaba entreteniendo ya que de seguro iba a salir porque estaba muy elegante, ella sonrojó y colocando sus brazoa a mi cuello me dijo que se había arreglado para mí, nos besamos tiernamente, ella me chupaba un labio y yo uno de ella, lo alternabamos y luego sentí su lengua en mi boca se la chupe suavecito y luego ella a mí, el beso se fué prolonf¿gando y ya era más fogoso, besé sus ojos, mis labios humedeciso recorrieron su mejilla y mordisquié sus orejas, besé sus cuello, baje el zipper de su vestido y quité su sostén, y empez{e a deleitarme con sus meloncitos duros y dulces, y mis manos ya estaban bajo su vestido, con una frotaba su vagina ya humedecida y con la otra apretando sus redondas nalgas duras, la cargué pra sentarla sobre la mesa, ella se recostó en ella y abrí sus piernas, apoyamdo ella los talones en la orilla de la mesa, saqué su tanga, ella se arqueó para ayudarme y empez{e a besarle de sus tobillos hacia arrina recorriendo sus hermosas piernas con lbios y lengua, llegué a su panocha, cubierta por una pelambre negra suave y exagerada, abrí camino con mi lengua entre pelos y sus labios, recogiendo con la punta de la lengua sus ya abundantes líquidos, para legar a un clítoris hermoso y robusto, rosadito pálido, ya erecto, lo metí entre mis labios y se loo chupaba suavemente, ella culiaba empujamdo sus caderas hacia mi boca, lo soltba para lamerle en círculos su orificio acidito y saladiro, y metía la punta de milengua, ella suspirana y gemía, con ayes de placer, las piernas empezaron a temblarle, su cuerpo también, con sus ,manos enpujaba mi cabeza hacia su cuca, y sus pienas trenzaban mi espalda, se arqueó y soltó un prolongado ah, y se quedó quieta,era su primer orgasmo provocado por un macho, se levantó se subió la parte de arrina de su vestido, se puso la tanguita, y me dijo que fuéramos a su habitación que quería ser penetrada por mí, cuando nos dirijiamos a su habitación, teníamos que pasar por la sala, y en ese momento giro la cerradura de la puerta era Don Francisco, menos mal ella se había vestido, le dije que en ese momento me estaba despidiendo, que le llamaría después.

Yo sabía a traves de Don Chico que Yadira había estudiado Magisterio, pero como no había podido ubicarse en algún colegio, ella trabajaba en un gimnasio para Damas como instructora, y como había aprendido los sábados el arte de los masajes, cuando alguna señora lo requería pues eran ingresos que bién le caían, pensaba ver como la ubicaba en una dependencia de la fábrica, se lo había comentado a ambos, el día que mandé a recoger el mueble, llegó ella a dejarlo, y ya en mi oficina, platicamo del susto que llevamos, y reímos de buena gana, las caricias continuaron, y paramos en la cama del dormitorio adjunto, empezé de nuevo con mis caricias hasta hacerla correr de nuevo, me desvestí, Ella no apartaba la vista de mi verga, estaba sorprendida y acercó su mano para agarrarla, diciendome que era un pene demasiado grande y grueso, que nunca pensó ver uno así, le pedí que lo chupara y torpemente empezó a lamerlo y luego a darle chuponcitos suc¿aves, ya con la excitación ue le produjo ya se lo metía a la boca y lo mamaba, yo jugaba con su cabello corto, me dijo que quería tenerlo dentro, sauqé de la gaveta de la mesa de noche un tubo de gel lubricante y lo cubrí generosamente, en mi dedo tomé una cantidad y se lo deposité al rededor de su orificio, y un poquito adentro, ella me decía que sentía rico lo frío del gel en su cuca que ya estab cuper caliente, le coloqué el glande enla entrada, y deslizó en su panocha, entraron como tres pulgadas, y sentí su canal muy estrechito y caliente, seguí enpujando, sentí que algo radgó me fuí más adentro, cuando quise besar su boca vi su rostro desencajado, y unas lagrimas empezaron a rodar, la besé tiernamente, y sentí como sus paredes abrían trecho a mi verga, sentí toparla, estaba totalmente adentro, ella estaba super tensa lo que me hacía sentir la presión de sus paredes ahorcamdo mi pija, no me moví se la dejé toda adentro, sentía sus pulsciones enla verga, la besaba y besaba ella empezó a corresponder mis besos, ya afoljó su cuerpo y empezé a salir y entrar suavemente, su vagina estab super empapada y ya dilatada, estuvinis varios minutos bombiado ella seguía ya mi ritmo, sentí que me corría, y la llené de leche, ella sintió delicioso cuando disparaba semen en sus entrañas, la pija no se aguadaba seguía firme, seguí bombiando, ella subiío sus piernas en mi, y se pegaba cada vez más fuerte, me mordía el hombro y yo sus pezones, enpezamos los dos a sudar y jadear, gemía ella y yo no me quedaba atrás, sentí el chispazo eléctrico de mi espalda para venirmw enun orgasmo fuerte y delicioso y ella estaba en las mismas condiciones, quedamos rendidos, empezé a scr mi pene, de su cuevita estrecha, tenía manchada la pija de sangre, ell se levsanó y la tomó entre sus manos y se la metió a la boca chupandola suavemente hasta dejarla limpia y besaba mi glande. Luego con la duda le pregunté que fué lo que pasó exactamente cuando intimidó con su ex. Ella me dijo que empezaron con jugueteos y toques de ambos, luego él se acostó sobre ella y que cuando él empujó sintió un punzazo de dolory que sintió que algo empezaba a entrarle, lo empujó se zafó se puso el calzón y había salido corriendo a su casa, y que al llegar entró al baño y tenía húneda su ropa por la excitación inicial y una manchita de sangre, o sea que el tipo, le rasgó el himen pero no alcanzó a penetrarla, razón pr la cual yo sentí otro desgarre pero este fué total, y el rostro desencajadose debió al dolor de la penetración, pero al orinar chillo del ardor. Ese día no lo volvimos a hacer, la fuí a dejar a su casa, y para evitar más complicaciones le dije a Don Chico que habíamos tardado un poco pero que ya Yadira estab ubicada en la empresa, y que la esperaba el primero del mes siguiente, osea una semana después.

Hablé con mi madre que en la oficina de recuros humanos nos estaba haciendo falta una mujer para el trato mas confidencial con la mujeres de depto. de mepaque ya que habían quejas del sector masculino, estuvimos de acuerdo, y ya tenía a Yadirita más cerca de mí, el rpumer día de trabajo, era la segunda vez que haríamos el amor, la presente a sus nuevos comnpañeros y luego dije que iríamos a la planta para presentarla y que viera cosas propias del trabajo. Estuvimos media hora a lo sumo y luego nos fuimos a la casa de playa, nos devoramos en besos y caricias, empezé a besar su cuerpo conpletito, quería sentir su orgasmo en mi boca kkenandomne de jugos, ahora su panocha estaba completamente depilada para evitar cortarme con sus bellos como la prinera vez, y abora pude ver la hermosura de su panocha, sus labios rojitos, gruesecitos, y su clítoris generoso y enérgico, nos corrinos en un superdelicioso 69, y la penetración fué fantastica, sentir su calor mientras su vulva se abría paso ante la mole de carne,. ella sentía las venas de mi pija al roze con su piel, la puse a cabalgarme y era un espectáculo ver su rostro de placer en cada embestida y lo mas dulce de todo, cada vez que kllegaba aa su climax lloraba de placer, pasó el tiempo, y Don Chico se dió perfectamente cuenta de la relación, nunca me reclamó nada ni hubo reprocehes para ella, aceptó todo, Yadira era mi amante, en una oportunidad, fuí invitado a almorzar a su casa era cumpleaños de Yadira, mientras ella nos sercí un oar de tragos, me dijo Don Chico, que él sabía que al faltar él su hija nunca iba a estar desamparadam porque me tenía a mí, y ella estaba profundamente enamorada de su hombre, pero que el siempre soñó con un nieto, en ese momento entró Yadira y se puso roja al darse cuenta que su papá sabía todo, la tonó de la mano y sentandola junto a él, le dijo que esa tarde saldría donde su hermana que la cuidaría es noche porque estaba enferma, y que me quedara yo a dormir con ella para no estar sóla. Esa noche embarazé a Yadira y tiempo después don chico correteaba atrás de su nieto.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.33
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
yosca
invitado-yosca 25-01-2011 00:00:00

te queria preguntar si tu no tienes experiencias homosexuales y si te gustaria

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