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La hija de mi vecina

Hola de nuevo, soy David y tengo 35 años. Estoy divorciado y vivo solo en mi pequeño apartamento. La verdad es que no salgo mucho de casa, pues cuando vuelvo de trabajar no me apetece salir demasiado a menos que haga buen tiempo. Un día que intentaba terminar un importante informe, el volumen exagerado del televisor del piso de arriba no me dejaba concentrarme en mi trabajo. Inmediatamente subí para rogarle a mi vecina que bajará el volumen, pero lejos de atender mis requerimientos, se enfadó notablemente conmigo insultándome y diciéndome “que quien demonios me creía, que todos los hombres somos iguales, etc, etc”. Llegados a este extremo, me marché bastante enfadado y dispuesto a cortar totalmente mis relaciones de buena vecindad con María a quien últimamente se la había agriado el carácter sobre todo desde que su marido la había abandonado para marcharse con otra. María vivía sola con su hija de unos dieciséis años que se llama Leire y esta solía bajar a casa de los vecinos del segundo para estar con su hija de una edad aproximada a la suya. A veces me la encontraba en el ascensor y normalmente bajaba en pijama y con una bata de estar en casa.
Ese día volvía tardísimo del trabajo ya que mi jefa me había dado la tarde con que todo tenía que estar terminado ese día. No estaba de muy buen humor, así que, decidí subir directamente a mi piso desde el garaje así que me subí en el ascensor con cara de circunstancias y este se paró en el segundo piso entrando en el mismo Leire. La salude y ella me devolvió el "Hola". Me fije en su ropa, llevaba puesto solo el pijama y parecía tener bastante frío ya que sus pezones se hacían notar bajo la camiseta. Por otra parte se le notaba contrariada. Galantemente me quité el chaquetón y se lo coloqué por encima de los hombros. "Gracias, creo que tengo bastante frío” me dijo. Ya me he dado cuenta, le contesté, ¿Cómo es que has salido de casa con tan poco abrigada?. “es que discutí con mi madre y me he bajado a casa de Amanda" me respondió.
"Creo que tu madre se está volviendo una persona complicada de tratar.
¡Y que lo digas, siempre me dice que eres una mala persona y que no te dirija la palabra".
"¿Y tu que piensas?”,
“Que no eres en absoluto lo como dice mi madre”.
¿Sabes el motivo de nuestras diferencias?.
“No y me gustaría saberlo”.
Si quieres te lo cuento.
“De acuerdo".
Le propuse ir hasta mi casa, donde estaría más cómoda y aceptó.
Cuando llegamos a mi piso pasamos al salón y le invité a tomar algo. ¿Una Cola?.
¿Puede ser una cerveza?.
Claro, siempre que estés acostumbrad a ellas.
Si, lo estoy me dijo, y yo le serví la cerveza. Para mi preparé una ginebra.
Comencé a contarle lo motivos de mi "bronca" con su madre y así pasamos un buen rato. ella se terminó su cerveza y me pidió otra. Lo cierto es que comencé a mirarla no como la niña que me había parecido sino como una adolescente. Me fije en su carita y su nariz respingona. Su busto anunciaba que sería potente, por debajo de su pijama (en mi casa hacía calor y me devolvió el tres cuartos). Sus ademanes eran los de una pequeña señorita. Me di cuenta que sus caderas estaban desarrolladas y, cuando se levantó para ir al servicio, me fije en su culo pequeño pero prometedor.
Como unas dos horas después me dijo "¿Sabes el motivo por el que he salido de casa de Amanda, sin la bata?.
No. Su padre se ha puesto pesado. ¿Qué quieres decir?, Que ha tratado de bailar conmigo". Lo cierto es que me hice una idea y quise saber mas "¿Qué pasó?. El estaba solo cundo he bajado llorando. Primero ha tratado de consolarme y para ello me ha abrazado. Luego me ha dicho que nos sentáramos en el sofá y se ha quedado allí, rodeándome con su brazo. La verdad es que me hacía sentir bien. Después ha tratado de besarme y le he dicho que me daba vergüenza. Cuando me ha propuesto bailar no me he negado pero cuando me abrazaba me tocaba el culo y no me ha gustado, así que me he marchado y es cuando te he encontrado".
Lo cierto es que, cuando terminó de contarme eso mi polla estaba dura como un hierro. "Te había pasado esto antes?". Me miró con cara colorada y me dijo que sí. "Cuando mi padre vivía con nosotras yo me metía en la cama con él y mi madre. Un día estaba ella dormida y sentí la mano de él sobre mi tripa. No sabía que pasaba y le deje. Comenzó a bajarla hacia mis braguitas y se metió debajo, comenzando a acariciarme" "¿Cuantos años tenía? 13, me contestó. ¿Y qué pasó?. Él siguió haciéndolo todas las veces que me acostaba en la cama. Cuando yo no iba venía él a mi habitación a darme un beso y me lo hacía también".
Os aseguro que mi polla no podía seguir dentro de mis pantalones. "¿Y te gustaba lo que te hacía?, Me hacía sentir cosquillas en la tripa". En ese momento decidí follarme a esta chiquilla por ella misma, creo que lo haría si la presionaba un poco ya que no le disgustaban las caricias sexuales por lo que decía. Estaba sentada junto a mí y me levanté para ofrecerle un trago de ginebra, ella hizo un gesto de levantarse y golpeó el vaso y la bebida le cayo encima. "Lo siento, cómo te has puesto, ¿qué dirá tu madre?. Ella vendrá tarde hoy porqué salió con su amigo" (era viernes) "Entonces pasa a la habitación y cámbiate de ropa. Se me ha mojado toda. Date un baño y luego te pones ropa mía hasta que subas a tu casa y te cambies."
Yo había pensado un plan sobre la marcha, pensaba emborracharla para follármela, pero al mancharse la ropa me vino la idea de entrar en el baño cuando ella estuviera dentro y ver si me la podía joder allí. Efectivamente, cuando sentí correr el agua del baño me desnude por completo y abrí la puerta . Ella estaba bajo la ducha, me fije en sus pecho floreciente y en el pelo de su coñito, casi me corro al anticipar los placeres que me haría sentir esta joven. "Te he traído una toalla y quería ofrecerme por si necesitas algo." Ella me contestó sin mirarme, gracias, solo la toalla. ¿Quieres que te enjabone? , no hace falta". En ese momento abría la cortina del baño y ella se dio la vuelta. "¡¿Qué haces? "He venido preparado para darte una buena pasada de jabón y pienso hacerlo".
Me miró con cara sorprendida y yo no la dejé hablar, la tome de las manos el jabón y le abracé la cintura comenzando a besarla. Ella se resistió un poco, pero yo no le deje que saliera de la ducha. Mi polla le rozó en el culo y ella la miró asombrada. tengo una buena tranca y, creo que ella no había visto ninguna de ese tamaño. "Prueba a enjabonarme tu a mi" y le di el jabón. Primero se quedó quieta pero yo llevé su mano hasta mi polla, con su mano izquierda le hice que me agarrara el pene y con la izquierda que me diera jabón. Le quedaba un poco lejos, de forma que la empuje par que se arrodillara. En esa postura, su cara quedó frente a mi polla palpitante. Me miró desde esa posición y yo le dije "¡Chúpala!". tardo un poco en comprender y yo empuje su cara hasta que su boca quedó sobre mi glande. ¡Chúpala!", volví a decirle, y ella abrió la boca y poco a poco me la fue chupando .
La deje un buen rato con mi pene en su boca, quería que se acostumbrase a él. Como unos diez minutos mas tarde no pude contenerme y eyacule dentro de su boca. No se retiró y se tragó todo lo que salía de mi polla. Luego le hice que me chupara los testículos. La puse de pies y le chupe yo a ella los pezones.
Fue una delicia, chupar por primera vez los pezones de esta jovencita me dio un placer difícil de narrar. Mientras mi boca chupaba sus pechos, mi mano se dirigió a su coñito. Los pelitos estaban mojados y mis dedos comenzaron a acariciar los labios de su vagina. Poco a poco abrí su coñito y se lo acaricié suavemente, haciéndolos entrar. Busqué su clítoris y comencé acariciarlo. Así estuve hasta que se corrió, lo cierto es que la tuve que sujetar pues se le doblaban las piernas.
Decidí que ya estaba bien de ducha, la saque de allí, la seque de cualquier forma y la trasladé a mi cama. Estaba boca arriba y le dije "¡Chúpate un dedo!". Se metió el índice de la mano derecha en la boca y comenzó a chupárselo. Era un espectáculo que me puso a cien, mi polla ya estaba dispuesta para el segundo polvo, que para ella sería el primero. Doblé sus rodillas y su coño semi abierto quedó a mi disposición. Con la mano se lo abrí y observé el color de sus labios, ella se movía al borde del orgasmo, hasta que lo tuvo.
Entonces puse mi polla en la entrada de su coñito y comencé a metérsela. estaba muy lubricada y cachonda. Se la fui metiendo dentro, hasta que tope con su himen. Di un empujón fuerte y se la metí hasta dentro. Ella hizo un gesto de dolor. "¿te ha dolido? Un poco, pero sabía que tendría que doler" . Empecé a metérsela y sacársela despacio moviendo mi polla hacia los lados para ensancharle el coño y una vez conseguido su segundo orgasmo, me salí para correrme sobre su cara bañándola en semen caliente. No quise forzar más la situación y la volví a llevar a la ducha y una vez enjabonada le comí su coñito hasta que sus espasmos y sus gritos me indicaron que se había corrido otra vez. Se vistió con su ropa aún mojada y subió corriendo hasta su piso
Al día siguiente Leire llamó a la puerta de mi casa. Sin decir nada entró y me beso. "He estado todo el día pensando en ti, me gustó lo que me hiciste ayer." Me sentí complacido, esta nena de 16 años volvía mi sin necesidad de llamarla, le di un beso mientras agarraba sus tetitas y se las estrujaba. La lleve a la cocina y la tumbe en la mesa. Baje sus braguitas y le clave mi polla, que como os podéis imaginar, estaba dura como un estaca. Leire estaba súper excitada, los jugos de su vagina lo delataban. Follamos intensamente y ella dio sus primeros suspiros de placer, cuando mi polla dejo su coñito para eyacular mi semen sobre su vientre. Esa noche su madre había salido con su amigo de nuevo y regresaría tarde. Desde la cocina nos fuimos al salón y la fui desnudando por el camino. llevaba ropa interior de color azul claro, el sujetador dejaba entrever unos pechitos crecientes, con los pezones duros por la excitación que sentía. Su coñito estaba rodeado de un suave vello moreno y estaba caliente como un horno de fundición.
Cuando llegamos al salón me senté en una silla, totalmente desnudo, y la puse frente a mi. Separe sus piernas y puse una mía entre ellas. Su coño quedó a mi disposición, le introduje un dedo y luego otros, cuando tuvo tres dedos dentro comencé un mete saca acompañado por el roce continuo del pulgar sobre su botoncito y al poco rato, se corrió copiosamente. Entonces hice pasar su pierna sobre la mía y la senté frente a mi. Puse mi polla delante de su coñito y se la metí mientras la atraía hacia mi. Fue otro polvo dulce y delicioso. Ella era muy flexible y, como no pesaba mucho, yo la ponía en cualquier situación.
Desde entonces hemos follado en cualquier parte, en el ascensor, en mi coche dentro del garaje, en su casa un día que no estaba su madre, en casi cualquier sitio.
El pasado verano se quedó sola en casa cuando su madre estuvo de vacaciones. Entonces ella bajaba a mi casa todas las tardes y follábamos duro y seguido. Su culito ha merecido mis atenciones también pero no creo que esté preparada para meterle mi tranca por detrás...todo es cuestión de tiempo.
David
Datos del Relato
  • Autor: Siol Anep
  • Código: 11676
  • Fecha: 10-11-2004
  • Categoría: No Consentido
  • Media: 6.12
  • Votos: 153
  • Envios: 11
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
joke
invitado-joke 02-06-2010 00:00:00

uyy me calento tanto que me tengp que pajear..................................................................................................................

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