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Categoría: Confesiones

LA HIJA DE MI AMIGA PALOMA

Tenía 42 años. Tenía una supervisora mayor que yo. Nos hicimos amigos. Me hablaba todas las mañanas. Tenía una hija llamada Nuria que también trabajaba allí. Solía faltar bastantes días y seguro que no tardarían en despedirla. Era guapa por lo jovencita que era, como de 19 años. Se le veía muy desvergonzada y no quería tener nada con ella por respeto a su madre.
El día de mi cumpleaños, Nuria se me acerco y me beso en la mejilla. Yo miré a ambos lados avergonzado. Afortunadamente no estaba por allí Paloma. En esto que apareció Petri, la chica delgadita y que se acostaba con diferentes chicos.
- ¿Te apetece sexo oral?- me dijo.
- ¿contigo?
- ¿Y con Nuria?
- No, con ella , no.
- Te esperamos en el gran baño de abajo donde no suele haber nadie.
La verdad que pasada una hora me picaba mucho la polla. Así que me levanté y bajé al servicio. No sé si me habían visto. Pero tan sólo en cinco minutos aparecieron.
Nos metimos silenciosamente en uno de los vateres. Se agacharon y me desabotonaron el pantalón y luego me desabrocharon el cinturón. La primera en chupar fue Petri. Nuria era muy macarrita. Se pasaban mi polla de una boca a la otra. Aunque Petri pretendía dar lecciones, la verdad es que tironeaba mejor Nuria.
- Pero que guapo eres-me decían.
- No voy a tardar en correrme-contesté.
Fue el ímpetu de Nuria el que me llevó a la cima. Se trago todo el semen.
Las invité a ir esa tarde a mi casa.
En mi casa estaba enloquecido por el placer que me proporcionaban la delgadita y la jovencita. Se la volvieron meter en la boca y me lamían también los huevos. Iba de una boca a la otra.
-Esperad, esperad- dije.
Primero me follé a Petri encima de mío, frente a frente. Notaba su peso y sus movimientos. Me volvía loco. Estuvimos un cuarto de hora. Se levantó y se puso Nuria en la misma posición. Noté que pesaba un poco más. Bajando y subiendo me enloquecía. Como gruñían de placer. Hasta que no puede más e inundé sus entrañas de mi leche.
Se despidieron otro cuarto de hora besándome en la boca.
-Hasta mañana- me dijo Petri.
Al día siguiente hablaba con Paloma. Me daba vergüenza por lo que había hecho la tarde anterior. Su hija se quedó con mi semen.

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