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Después de haber estado chateando lasciva y libidinosamente con una procaz y vulgar madura en celo y mandarnos mas de mil lujuriosos mensajes pornográficos, decidí pasar a la acción y tantearla y ver de quedar con ella para lograr echar un concupiscente polvo y ver si era tan guarra y lasciva como me soltaba en sus concupiscentes mensajes. Dicho y hecho, logré ese tanteo y conseguí lo que buscaba. Me vestí como un actor porno de peli porno, me "entoligué" mi mas libidinoso tanga sexy, me vestí como un auténtico chulazo para darla morbo y me perfumé con impudicia para que ella al olerme le ardieran las bragas o el tanga. Hablamos de quedar en una conocida discoteca para gente de nuestra edad de como iríamos vestidos. Yo había llegado cinco minutos antes de la hora acordada para ver como iría ella. Mientras esperaba, degustaba un whisky solo "on the rocks". Al llegar ella, supe que era la fulana con la que yo había quedado en ese lúbrico garito infecto y nauseabundo, pues ella vestía como una basta y vulgar fulana barata. Tenía unas gordas tetas que destacaban mucho y un prominente trasero que realzaba su figura de guarra buscona. Llevaba el pelo largo de color teñido morado pálido y eso me puso nervioso pero impúdico y vestía una mini falda y una blusa muy ceñida que resaltaba todo su gordo tetamen y que terminaban en unos erótico zapatos de tacón de aguja del mismo color morado pálido. Yo, muy solícito, me dirigí raudo hacia ella, pues sabía que era mi cita — ¿tu debes ser Natalia? — inquirí
— y tu Lorenzo, ¿no? — afirmó ella
La llevé de la mano como si fuéramos amigos de toda la vida y los hombres que por allí habían, babeaban de envidia al ver la guarra que yo había seducido eróticamente. Yo estaba brutalmente empalmado, pues la guarra con la que estaba charlando tenía una desvergonzada y obscena pinta de ramera que me estaba embelesando y embobando. La conversación que tuve con ella iba por los cauces eróticos y libidinosos que yo esperaba, pues la cita era puramente sexual y en eso habíamos quedado desde el principio.
Natalia se dio cuenta de la tremenda y formidable erección que yo tenía y a la muy golfa y ramera le brillaban lujuriosamente los ojos de concupiscencia e impudicia y de vez en cuando me guiñaba un ojo lascivamente y me lanzaba descarados besos. Ya no esperé mas y me acerqué lentamente a su oído para declararla que si habíamos quedado para follar era el momento idóneo para salir de aquel antro repugnante y libertino. Dicho y hecho, nos pegamos un morreo con lengua, un par de mutuos magreos y salimos con un mutuo precalentamiento que nos vendría perfecto para follar en su apartamento. Al salir de aquella fétida pocilga de fulanas y cabrones, pedí un taxi, pues había una parada y nos adentramos en el primer buga que había listo. Le comunicamos al taxista la dirección, puso el "aparatito" en cuestiónMientras íbamos hasta el lugar donde follaría a esta puta puerca de Natalia, nos metíamos mano desaforada y muy frenéticamente, mientras yo le masageaba a Natalia las tetas, ella me pajeaba como una loba en celo y nos comíamos salvajemente los morros con placer, deleite, disfrute y regodeo sexual. Ambos teníamos un calentón brutal y el taxista iba disfrutando de la peli porno que ambos le habíamos montado en el asiento trasero. Al llegar a la dirección que le habíamos nombrado, no nos cobró pues el también tenía un soberbio calentón y se iba a follar a una fulana amiga suya. Entramos rápida y solicitamente mientras subíamos las escaleras hasta el portal, Natalia con las tetas fuera y yo con el rabo de la misma manera, pues eran horas de madrugada y no había nadie por la puta rúe. Esperamos el ascensor y mientras los hacíamos, continuaba el magreo tan cafre que nos estábamos propinando el uno al otro y jadeábamos como perros en celo. Al penetrar en el ascensor, continuaba nuestra impúdica lascivia y gemíamos y proseguíamos sobandonos sexualmente. Al llegar al piso, continuaba nuestro erótico manoseo sexual y entramos casi desnudos, pues ya parecíamos dos seres en celo con furibundas y procaces ganas de catar y saborearnos sexual y pornográficamente. — Eres un cabrón, me has puesto cachonda perdida — advirtió Natalia
— Pues tu no te quedas atrás, bonita. Cuando te pille bien, veras . . . — indiqué
Nos adentramos al apartamento de Natalia y nada mas cerrar la puerta, terminamos de despojarnos las ropas y realmente parecíamos dos actores de peli porno. Natalia llevaba una cara lencería que realmente parecía una chabacana fulana burdelera y yo un semental con mi excelente y provocativo tanga sexy de actor porno.
— ¡Me pone muy cerda ese tanga tan sexy que llevas, cabrón! — reveló Natalia. — ¡pues tu a mi me pones como un berraco, so guarra! — afirmé extasiado
Me abrí de patas y Natalia arrodillada, abrió su apetecible bocaza de zorrón y comenzó a lamer, relamer y lengüetear mi obsceno tanga y comencé a jadear, bufar, resollar, y desgañitarme del gustazo que esta puta zorra me daba al sentir su libidinosa lengua depravada y como recorría cada milimetro de mi tanga esta puta puerca. — ¡Eres un cabrón semental, te voy a dejar seco, cerdo! — exclamó NataliaMe encantó lo que me largó, pues yo tenía una dura y terrible erección fantástica, pues deseaba que Natalia me demostrase todo lo puerca y fulana podría ser conmigo después de las mil guarradas sexuales me había soltado en nuestro chateo libidinoso.
— ¡Ahora vas a saber lo que es joder conmigo, cacho cabrón! — imprecó NataliaNatalia agarró mi mano, me llevó hasta su cuarto y al llegar allí parecía la habitación de una auténtica fulana de burdel, pues no solo estaba decorada con espejos grandes en paredes y techo sino que además tenía un par de cuadros en posturas sexuales y dos fotos pornográficas de dos actrices porno y dedicadas, en actitudes "mamatorias", pues ambas mamaban pollas que eyaculaban. Natalia palpó mi rabo de semental para ver lo duro que estaba— ¡que "peazo" de rabo tienes, canalla! — clamó Natalia
— ¡Pajeame guarra! — vitoreé lascivamente
— ¡Enseguida, bandido! — clamó NataliaNatalia se quitó lenta y lascivamente el sostén mientras miraba con vicio desmedido y enorme a mi rabo que ya parecía un gancho de acero enriquecido— solo quiero darte placer, zorra — manifesté lascivamente
Me despojé del procaz y sexy tanga lenta y libidinosamente mientras la puerca de Natalia babeaba por engullir mi rabo — Te voy a meter la polla hasta que salga por tu cerebro, zorra — aseguré depravada y muy viciosamenteLa sucia de Natalia me hizo una cubana con sus tetazas tan enormes que me hacía gemir — Eso es todo lo que hay, te enlefaré todo lo que desees, puerca — bramé libidinosamente.
Después de hacerme esta lasciva paja, empezó a engullir mi rabo como una cerda poseída, pues hacía tiempo que no tenía una verga tan dura y tan gorda como la mía dentro de su bocaza de fulana desmedida— ¡uff!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡ugh!, ¡uuhm!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah! — gemía yo
— ¡chock!, ¡sluurrp!, ¡slap!, ¡slurp!, ¡Chlok!. ¡Chuik! — lamía Natalia sin parar
— ¡chupa rabo, cerda!, ¡toma polla, puta! — bramaba yo todo lujurioso— ¡slurp!, ¡Chlok!. ¡Chuik!, ¡sluurrp!, ¡slap!, ¡slurp! — engullía Natalia mi rabo
Yo miraba alucinado como esta vulgar y chabacana fulana de Natalia tragaba y engullía mi duro rabo, pues tanta necesidad tenía que parecía que jamás la hubieren follado a lo bestia — ¡traga, puta!, ¡traga guarra! — ordenaba yo alucinadoLa ramera barata de Natalia no paraba de saborear, recrearse y deleitarse con mi duro rabo en su bocaza hasta que la pedí que me hiciera correr de puto vicio pues yo advertía que estaba casi a punto de enlefarla— ¡vamos, zorra, ¡casi estoy a punto!, ¡sigue puta! — ordenaba depravadamente
Yo tenía un brutal y violento calentón, pues sentía que podría pegarle un brutal polvo, pues antes de salir me había tomado dos estimulantes para darla mas ración de rabo. — ¡sigue, puta!, ¡sigue guarra! — exigí libidinosamente
La indecente Natalia, sacó mi estupenda verga toda pringada en saliva de su bocaza y volvió a hacerme una espléndida y magnífica cubana obscena con sus soberbias y admirables tetazas de fulana desbocada hasta que eyaculé en una excelente y majestuosa corrida que la pringué bien con mi cremosa lefa de macho semental— ¡que bien me has hecho correr, cerda! — exterioricé viciosamente
—¡ahora me darás mas, ¿no cabrón? — inquirió Natalia super caliente— ¡si puerca, si!, ¡te voy a dar mas rabo, guarra! — hablé taxativamente
Mientras me había estado pajeando Natalia con sus tetazas y bocaza de furcia libidinosa, habían explotado y reventado sus humores y mil secreciones vaginales y tenía una lujuria que la hacía estar fuera de si. —¡cabrón!, ¡cabronazo!, ¡clavamela ya! — gritaba Natalia lujuriosa— ¡te voy a apuñalar con mi rabo carnal, zorra! — provoqué lascivamente
Mientras follábamos como dos impúdicos y libertinos seres en celo, nuestros cuerpos se reflejaban en los espejos con lasciva obscenidad y vicioso libertinaje y parecía que estábamos dentro de una auténtica y genuina película pornográfica. Mientras se apoyaba en sus sensuales tetazas, yo aprisionaba sus nalgas y la petaba y entaponaba el ojete y la puta obscena de Natalia no paraba de gañir, aullar, ulular y gemir como una chabacana ramera depravada — ¡uuhm!, ¡uff!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm! — gemía Natalía
— ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡toma rabo, zorra!, ¡uuhm!, ¡uff! — jadeaba yo
— ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡fóllame, cabrón!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah! — rugía Natalia— ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡toma polla, golfa!, ¡uuhm!, ¡uff!, ¡agh! — bramaba yo
— ¡clávamela cabron!, ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡hijo puta! — graznaba Natalia— ¡gózame, puta!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡sienteme, zorra! — aullaba yo
La estaba asestando un cafre metisaca primero en el coño hasta pringar mi rabo con sus mil secreciones vaginales, mientras la puerca de Natalia no paraba de gemir, graznar, bramar, gruñir y mugir del placer que tenía al soportar los sexuales embates de mi rabo a su bullente coño de fulana depravada. — ¡Mira como te jodo, puerca! — solté mientras la obligaba a mirarse en el espejo mientras la daba su ración de rabo
— ¡si, cabrón!, ¡jódeme!, ¡jode a esta puta puerca! — gritó lascivamente Natalia
— ¿te gusta mi rabo, eh zorra?, ¿te gusta, puta? — interpelé lascivamente
— ¡claro que me gusta, cabron!, ¡me estás poniendo como una puerca, bribón! — clamó Natalia depravadamenteTenia bien agarrada con fuerza a las nalgas de Natalia y la muy puerca seguía sofocada, y agitada como una ramera profesionalDespués de volcar y revolcarnos varias veces y obligar a esta sucia fulanadepravada de Natalia a mirarse al espejo mientras la follaba, me situé delante de ella y la junté las piernas para clavarla sin piedad ni compasión, todo mi gordo pollón que estaba mas duro todavía que antes. — ¡goza, zorra!, ¡toma polla, puta!, ¡gozame, hija puta! — bramé viciosamente
— ¡que gustazo me das bribón!, ¡aaahg!, ¡aaahg!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡si! — jadeaba Natalia— ¡toma rabo, zorra! — gritaba yo
— ¡me pones muy caliente, canalla! — exclamaba Natalia con lujuria
— ¡toma rabo, puta!, ¡todo para ti, cerda! — jadeé viciosamente
Yo flexionaba las piernas rapidamente y la ramera facilona de Natalia chillaba y graznaba del inmenso e intenso placer que tenía al recibir los mil golpes de rabo en su ardoroso y bullicioso coñargón de guarra en celo. — ¡Eres un bastado hijo de puta!, ¡jódeme el culo, cabrón! —ordenó NataliaSaqué con celeridad mi rabo y se lo clavé con facilidad en su agitado culo pues al estar mi rabo bien pringado de sus excreciones vaginales, entró con facilidad en todo tu ojete. —¡infame, que bien me ha entrado!, ¡muévete cabrón! — exigió Natalia
— ¡toma rabo, zorra!, ¡todo para ti, golfa!, ¡me pone muy cachondo encularte! — advertí entre jadeos— ¡humm!, ¡ay!, ¡si!, ¡ay así!, maaas!, ¡ay!, ¡siii!¡jodeme mas, canalla!, ¡no pares, cabron! — conminó lascivamente NataliaYo continuaba petando y entaponando bárbara y cruelmente su culo inquieto, mientras ella no paraba de jadear resollar, bufar y resoplar como una fulana burdelera y me insultaba chabacana y groseramente con lujuria y sexualidad
— ¡cornudo!, ¡canalla!, ¡vas a joder así a tu puta madre! — bramaba Natalia de lujuria
— ¡quiero saborearte entera, guarra!, ¡siento como te arde el culo, puta! — chillé coléricamente lascivo
— ¡como me pones de salida, cacho cabronazo! — berreó Natalia toda lujuriosa
No paraba de darle a la depravada fulana Natalia una interminable sucesión de embates y empellones mientras le petaba el ojete y ambos intercambiábamos insultos chabacanos sexuales mezclados con mil aullidos, rugidos y berridos de frenesí sexual. Mientras la entaponaba frenéticamente el ojete, esta puerca de Natalia me agarraba de las pelotas y me ponía mas libertino y lascivo y sentíamos comome ardía la pringosa lefa dentro de mis cojones. Ambos estábamos presos de una brutal furia sexual debido a las acometidas que le daba al ojete de la zorra Natalia — ¡no pares, cabrón!, ¡sigue, canalla! — vociferó Natalia — ¡eres una jodida zorra!, ¡toma rabo, puta! — articulé de brutal arrebato sexual
— ¡mira el careto de furcia libidinosa que tengo! — confesó Natalia viciosamente— ¡si, puta, si!, ¡pareces una vulgar fulana barata! — manifesté de efervescencia sexual
Nuestro calor corporal aumentaba al ritmo de los empellones que le daba al ojete de esta fulana procaz de Natalia que reflejaba su careto de golfa mientras la follaba sin misericordia y con mucho placer para ambos— ¿sientes mi rabo, zorra? — inquirí depravadamente
— ¡como lo siento, cabrón!, ¡me gusta como sigue entrando! — berreó Natalia de lascivia
Continuábamos en un eterno jadeo interminable, mientras le atizaba en las nalgas un feroz palmeteo que me ponía mas y mas cachondo y a ella le volvía loca que le zurrara las nalgas de esta forma — ¡como siento tu rabo, cabrón!, ¡me estás matando de gustirrinín! — descubrió Natalia lujuriosamente— ¡estás jodiendo con todo un semental, so puta! — evidencié de frenesí
Mientras recibía mil embates en su ojete, yo agarraba su pelo y le obligaba a que se mirara al espejo para que viera la pinta de ramera burdelera que tenía y los sudores que nos caían del cuerpo mientras fornicábamos como depravados seres libidinosos. — ¡dame mas rabo, canalla!, ¡no me la saques, bribón! — ordenó Natalia lascivamente— ¡toma rabo, guarra!, ¡toma polla, golfa!, ¡disfrutame! — ordené lascivamente
Seguíamos follando frente al espejo, pues no sabía si estaba yo mas caliente que esta ramera barata de Natalia o Natalia mas que yo, pues tenía la sensación de tener metido mi rabo dentro de un alto horno, pues me ardía el rabo y sentía que de un momento a otro explotaría toda mi pringosa, oleaginosa y pegajosa lefa de macho semental en celo— ¡me encanta joderte tu puto culo, sucia cerda!, ¡siento como te arde el culo y como lo tienes de dilatado, cacho guarra! — bramé de lujuria
— ¡sigue!, ¡sigue!, ¡no pares canalla!, ¡sigue!, ¡sigue!, ¡sigue así, cabrón! — berreó Natalia depravadamente
— ¡quiero saborearte entera, guarra!, ¡me pones muy burro, zorra! — chillé de puta lujuria
— ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡pétame mas cabrón!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! — mugió Natalia— ¡toma rabo, puta!, ¡toda para ti, zorra!, ¡me encanta encularte, golfa! — rugí viciosamente
Ya ambos apreciábamos que nos venía el orgasmo y Natalia se puso mas y mas cachonda y empezó a vociferar mas groserías que me estaban poniendo mas libertino y cachondo pues notaba que su culo ardía mas y mas —¡vamos, macarra!, ¡estoy a punto! — mandó Natalia lascivamente — ¡casi estoy a punto, golfa!, ¡toma rabo, puta! — indiqué depravadamente entre vagidos sexuales
— ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡jódeme mas, cabrón!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah! — bramó Natalia
— ¡ya casi estoy, zorraaaa! — advertí entre jadeos y chillidos
— ¡yo tambieeennn! — chilló Natalia entre espamos. Finalmente, tuvimos un orgasmo bestial pues el morbo del momento y el follar frente al espejo y mirarnos con vicio, desenfreno y depravación sexual aumentó la lujuria y acabé explotando la cremosa lefa dentro del ojete de Natalia y caímos como bestias después del metisaca a que sometí a esta puta puerca de Natalia. Estuvimos amodorrados unos pocos minutos y cuando despertamos fuimos los dos a la ducha y a esta ramera depravada de Natalia, todavía le dio tiempo para hacerme una mamada que me dejó seco. Finalmente, quedamos para otro encuentro sexual…
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