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Categoría: Orgías

La fiesta que publicaron en el diario

Esta historia sucedió cuando tenia 25 años y asistí a una fiesta que se anunciaba en un diario local, sin sospechar lo que sucedería en ella.



Mi nombre es Kathy y en la época que me sucedió esto, muchas de mis amigas ya se habían casado o estaban de novia y yo seguía soltera, así que conversando con una amiga me aconsejo que lo que me faltaba era salir con mas frecuencia e ir a fiestas ya que ahí podría conocer algún hombre con quien iniciar una relación.



Fue así como esta amiga me mostró un aviso en el periódico, en el cual organizaban una fiesta para personas solteras, y me animé a tomar el teléfono y averiguar de que se trataba. Me contestó un hombre el cual me mencionó que la reunión se realizaría este viernes y que deseaba que le diera mi edad y que confirmara mi asistencia, ya que querían que hubiera una cantidad igual de hombres y de chicas para que nadie se quedara sin pareja.



Me animé a ir ya que en la empresa en que trabajo, casi todos los hombres están casados y se me acercan pero con otras intenciones, así que esperé el día viernes con ansias y me fui a comprar ropa para estar linda en caso que conozca a alguien que valga la pena.



Luego de darme una ducha empecé a probarme la ropa que me había comprado y vestirme de una manera coqueta. No quería ponerme braguitas así que en vez de usar unas medias de encaje, opté por ponerme unas pantimedias de color negro. Particularmente pienso que las chicas que tienen las piernas delgadas no deben usar medias de color oscuro, ya que eso hace que se vean aún más delgadas, pero ese no era mi caso ya que las mías son llenitas y me quedan muy bien.



Me puse un sujetador de media copa, de esos que parece que no tuvieras puesto nada y me lo puse, porque si no tuviese nada cubriendo mis senos se moverían de forma exagerada y todo el mundo se daría cuenta que no traigo sujetador, además a la fiesta que iba a asistir no conocía a nadie y mejor era no ir mostrando mis atributos por ahí. Me puse una minifalda negra de terciopelo, la cual manejaba bien ya que al no llevar braguitas debía evitar que alguien me viera solo con las pantimedias.



Tomé un saquito de tela color plata y me lo puse sin blusa ya que era delgado, finalmente calcé mis pies con unos zapatos de taco aguja que tiene punta, pero no talón y me vi al espejo para ver si me quedaba todo bien. Esta combinación me quedaba muy bien ya que tengo la piel blanca y mi cabello castaño claro. Cogí una cartera de fiesta y me dirigí a la dirección donde se realizaba la fiesta.



El lugar quedaba en el barrio de Jesús María y se notaba muy tranquilo, solo esperaba que no fuese la primera en llegar a la fiesta. Era una casa de dos pisos y al tocar me abrió un hombre como de unos 32 años, diciéndome que era el dueño de casa y dándome la bienvenida. Noté como me miró de pies a cabeza y sentía su mirada cuando me dirigía al salón de la casa. Era un salón acogedor que en el centro tenia una chimenea y muebles de buena calidad. En el piso había una alfombra y había también un bar con bebidas de fantasías listas para los invitados.



A diferencia de lo que me habían dicho, se encontraban en el salón más hombres que mujeres y pude ver que los asistentes en su totalidad no llegaban a 15 personas, de las cuales solo 10 eran mujeres. Algunas parejas bailaban al centro del salón y otras se encontraban en el bar o al pie de la chimenea. Podía notar las miradas de los hombres y francamente algunos me desnudaban con los ojos. A medida que pasaba el tiempo tomé algunas copas y varias de ellas estaban bien cargadas de alcohol y apenas acababa la que tenía en la mano, había un caballero dispuesto a traerme una más.



Debido a que todos eran solteros, podía conversar y bailar libremente con quien yo quisiera y francamente me pude dar cuenta de que muchos de ellos lo único que querían era irse a la cama con una. Cuando bailé con algunos de ellos pegaban su pelvis contra la mía, haciéndome sentir su bulto en mi chochito, pero como casi todo el mundo bailaba igual yo no hacia nada por separarlos, ya que es agradable sentir el pene inflamado de un hombre contra ti y la mayoría de los que estaban ahí, eran agradables y educados.



La fiesta estaba muy animada, pero pude notar que algunas parejitas ya se retiraban, seguramente por haber logrado alguna conquista esa noche y fue así que casi sin darme cuenta, quedamos solo tres chicos y yo. Como me vi sola en ese momento tomé mi cartera y les dije que ya me retiraba, pero el dueño de casa me dijo que por favor me quedara un rato más ya que aún era temprano y había quedado bebida. Acepté quedarme ya que los que aun permanecían en la fiesta eran con los que más había conversado y bailado esa noche. La cabeza ya me daba vueltas pero no podía hacerles notar mi mareo. Ellos también estaban muy alegres y festejaron que aceptara quedarme. Eran las 2 de la mañana pero como era sábado al día siguiente, podría dormir hasta el mediodía.



Debido al alcohol ingerido, me reía de cualquier ocurrencia de mis acompañantes y cuando bailaba una pieza con alguno de ellos, otro venia por detrás y se pegaba a mí, quedando yo en medio de ambos. Como todo lo hacían muy natural, yo también me movía al compás de la música. También cuando bailaba con mi pareja de turno, éste bajaba la mano de mi cintura a mis nalgas y yo me daba cuenta después de un rato, porque estaba un poco adormecida y sentía que la lengua me pesaba para hablar. En cada baile me hacían dar vueltas y pude ver a uno de ellos hizo como que se le cayó el encendedor, seguramente para ver debajo de mi falda.



Tanto toqueteo y miradas me estaban excitando un poco y debido a mi estado etílico ni pensar en irme porque me hubiera quedado dormida en el taxi. La música seguía y se peleaban entre ellos a modo de broma para bailar conmigo y tenerme apretada entre sus brazos. Al parecer me habían perdido el respeto un poco ya que al bailar ponían su mano directamente en una de mis nalgas en vez de mi cintura y aprovechaban para levantarme la falda, dejándoles ver a los otros dos espectadores que no traía nada debajo de las pantimedias.



Así pasaba de mano en mano y pude ver que uno de ellos se agarraba el pene encima del su pantalón mientras yo bailaba con otro de ellos. La situación era peligrosa para mí ya que los tres estaban bebidos y no creo que me hubiesen dejado ir en ese momento, así que seguí bromeando y bailando hasta que nuevamente sentí que uno de ellos se puso detrás de mí, quedando yo en medio de dos y los movimientos para pegarse a mí eran mas fuertes cada vez, solo que en esta oportunidad sentí algo diferente entre mis nalgas y al voltear a mirar al que estaba detrás de mi, pude ver con sorpresa que se había abierto la bragueta y tenía su pene afuera, sobandolo contra mis nalgas.



No podía hacer nada a estas alturas y sentir ese pene entre mis nalgas por encima de mis pantimedias, hizo que se me humedeciera el coño. El que estaba delante de mí me abrió el saquito que tenía y pude ver con sorpresa que mis senos se habían salido del sujetador y desbordaban por encima de él, dejando a la vista mis pechos. Así que el que estaba adelante los comenzó a chupar con fuerza, mientras que sentía la verga del que estaba detrás, tratando de agujerear mis pantimedias. Al voltear hacia donde se encontraba el tercero de ellos, lo vi sentado en un sofá bebiendo una copa en una mano y con la otra agarraba una verga descomunal, tanto así que tuve que pestañear varias veces para comprobar que no me engañaban mis ojos.



En un momento estaba parada en medio del salón solo con el sujetador y mis tetas para afuera y sin falda, de tal modo que a través de mis pantimedias podían ver la raya de mi culo y por delante mi matita de pelos. El que estaba sentado se paró y se puso delante de mí y yo solo atinaba a mirarle la verga tan grande que tenía. Su mano derecha la metió entre mis piernas, masajeando encima de las pantimedias y otro por detrás metía su mano intentando empujar con su dedo y presionando mi ano.



Mientras me metían mano me desabroché el sujetador y dejé mis senos libres, pudiendo comprobar que mis pezones se encontraban duros y en punta, signo inequívoco de la excitación que dominaba mi cuerpo. Ellos también se empezaron a quitar la ropa y el primero que quedó desnudo me ayudó a echarme sobre la alfombra, quitándome los zapatos y luego las pantimedias. Tomó uno de mis pies y se metió mis dedos a la boca y los lamía y chupaba haciendo que me chorree del gusto, otro de ellos me empezó a lamer la concha y a beberse seguramente los líquidos que salían de ella, sentía lengüetazos y un placer enorme de sentir como me chupaba la chucha.



El que tenia la verga enorme se arrodilló a la altura de mi cara y tomándome de la nuca me llevó hacia su tranca, y empecé a chupársela con ganas, ya que quería retribuir las sensaciones que me estaban dando estos tres machos, chupándome literalmente todo mi cuerpo. De pronto sentí que una verga entraba por mi chucha y me encontré con mis piernas sobre los hombros de uno de ellos. Yo seguía chupando la verga gigante y el tercero amasaba mis tetas y las chupaba alternadamente.



De pronto sentí que mi coño se inundaba con el liquido caliente, que salía de la verga del que tenia dentro y entre resoplidos dio lugar para que el otro empezara a culearme de la misma forma. Que puta me sentía, quería sentir más orgasmos y apretaba mi concha para darle más placer y dármelo yo también. No aguantó más y se vino dentro de mí también. Ahora venia lo bueno, ya que iba a experimentar lo que era ser ensartada por la vergota que tenia en mi boca.



Saco su verga y se tendió boca arriba diciéndome que me siente encima de él y así lo hice. Me senté despacio por miedo a sentir dolor, pero para mi sorpresa y debido al semen de los otros que aún me chorreaba, ésta entró en su totalidad y comencé a cabalgar mientras que mis tetas subían y bajaban por la fuerza de mis movimientos. Los otros dos estaban sentados en el sofá masturbándose y viendo el espectáculo de la culeada que me estaban dando. Mientras el que estaba debajo de mí culeandome me atrajo hacia él y me besaba en la boca mientras me abrazaba, fue entonces que sentí un dedo en mi ano que entraba y salía y luego dos. Ahora iba a ser enculada y fue así como empezó a meter su pene en mi ano y hacerme delirar entre ambos.



Los orgasmos que sentía eran tan deliciosos, que salían lagrimas de mis ojos de tanto que gozaba. Luego se separaron de mi y me dijeron que me arrodille y los tres se pusieron delante de mí con sus vergas apuntando hacia mi cara y me metía a la boca una cada vez y a veces dos en ocasiones, mientras que por los rostros que ponían sabia que se vendrían de un momento a otro. Mi brazo ya se estaba cansando de masturbarlos y de pronto sentí el torrente que soltó el primero, cayéndome directo en la boca. así chisgueteando aún el segundo me baño también y la lechada de ambos me chorreaba de la boca, quedándome al final con la más grande y era el mas resistente también, ya que aún no se había vaciado en mi. Se lo empecé a chupar fuerte y con la mano lo masturbaba y lo veía desde mi posición a la cara y podía ver como apretaba los dientes para no venirse aún, pero no pudo más y cuando eyaculó, el primer chisquetazo me cayó en plena cara y el resto en mis tetas.



Así quedamos exhaustos y nos quedamos dormidos. Al despertarme me extrañe verme en ese lugar. Luego recordé todo lo que había pasado y la boca la sentía toda pegajosa y me dolía el brazo. Mire alrededor y vi a mis tres amantes dormidos aún, así que me vestí y me fui a mi casa con el mareo que aún me quedaba, me di una agradable ducha tibia y luego me fui a mi cama para quedarme dormida como un angelito. Posiblemente otro día busque en el periódico una fiesta similar o alguien me invite a una fiesta privada en su casa.


Datos del Relato
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