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LA FIESTA CON PILAR

LA FIESTA CON PILAR

Desde hace tiempo estoy observando a una compañera de trabajo, una señora de 50 años, mas o menos, alta, delgada de pelo blanco, muy cuidado y siempre muy bien peinada, me han contado que esta divorciada desde hace 5 años, mas de un compañero me tienen dicho, que no le preste atención, pues a esta mujer le gustan mas las chicas que los hombre. Efectivamente es muy amiga de otra compañera que se llama Esther, a la que también le gustan demasiado los chicas.
No hace mucho tiempo, en la Empresa se efectuó una cena, a la cual asistimos la casi totalidad de la plantilla, una cena que se celebra para conmemorar el nacimiento de la misma, en el sector textil, como se puede decir la empresa paga la mitad y nosotros la otra mitad, en estas cenas el vino es muy abundante y de muy buena calidad.
Al finalizar la cena, el que más o el que menos estaba algo mareado, no mucho, pero si contento, las personas se fueron marchando con sus parejas o con sus amigos y fuimos quedando los rezagados, entre ellos un servidor, Pilar y Esther, a las cuales me ofrecí a llevar en mi coche a sus domicilios, en el viaje de pocos kilómetros, ellas trataron de pasar la noche en el domicilio de Esther, un poco en broma les pedí si me podía quedar con ellas esa noche, a lo que me contestaron que no, que no les hacia falta ninguna.
El llegar al domicilio de Esther, se bajaron del vehículo, se despidieron de mi persona, y cuando estaba arrancando, vio como Pilar hablaba con Esther, y me mandaron parar un momento, se acerca Esther y me dice:
-Te puedes quedar con una condición-
¿qué condición?
-Que pase lo que pase, tienes que hacer lo que te mandemos y nada de penetración- ¿Estas de acuerdo?
-Si respondí- sin pensarlo, claro que si, conteste
-De acuerdo puedes quedarte, pero recuerda las condiciones-
No podía haber ningún tipo de penetración, bien era viernes de noche y no tenia nada que hacer, por que no, después de todo mas de una vez una paja, soluciona este tipo de problemas, y una vez mas, no seria nada raro.
Subimos a la vivienda de Esther y esta, una mujer de unos 30 años, soltera era la que mandaba en el grupo, volvió a repetirlo, nada de nada y tendría que hacer lo que ellas me pidieran.
Una vez en el interior de la vivienda, en la sala de estar, nos sentamos, y comenzamos a hablar, yo tendría que obedecer a Esther en todo, este era el juego, y en este momento, pues decidí jugar pasase lo que pasase
Pilar se puso de pie, se me acerco y mirándome con aquellos ojos negros y su pelo blanco, me dijo en voz autoritaria:
-Nos vamos a preparar, para jugar con nuestras condiciones-
-Acepto-, respondí
-Esta bien, comienza a desnudarme, con suavidad y sin tocar nada-
Comencé a quitarle la chaqueta, que colgué en una silla, la blusa de seda de color blanco, la falda de color rojo, la combinación blanca, quedando esta mujer solo con un sujetador de color blanco, muy pequeño que marcaba sus dos redondos pechos y su braguita blanca que transparentaba el vello del pubis.
-Quieto no sigas- dijo secamente Pilar
En cuanto Esther apareció por la puerta con un mini camisón de color granate y una braguita a juego.
Esther lo ordeno a Pilar que se sentara en el sofá, esta obedeció y se sentó, me ordena que comience, sin tocar con las manos a lamer los pechos de Pilar con la punta de mi lengua, la punta de sus pezones, por encima del sujetador, me costo muchísimo el tener las manos quietas, en cuanto realizaba este trabajo, se acerca Ester y sacando un pecho de Pilar de la copa del sujetador me ordena que siga lamiendo este pecho, al mismo tiempo que con el sujetador de Pilar, me ata las manos a la espalda, para que no las use. Esther solo daba ordenes, lame, chupa, muerde con suavidad, mama, vuelve a lamer, obedece o te hecho fuera, seguí sus ordenes ciegamente, pues el cuerpo de Pilar me ponía a tope y mi lengua seguía trabajando y recorriendo aquellos pechos, me suelta la manos de la espalda y me ordena que le saque su braga con los dientes, avisándome que si no volvía a obedecer, me ataría la manos para el resto de la noche.
En cuento Pilar que se quedo sin bragas, me ordeno que comenzara a besar la cosita de esta, y me ordeno que comenzara a lamer suavemente sus rajita, con suaves lametazos y seguidos, ya podía poner mis manos en los pechos de Pilar en en sus posaderas, para acercarla mas y más a mi boca, en cuanto Pilar comenzó a gemir, por el recorrido que realizaba mi lengua, Esther me hecho de allí, tomo mi posición y comenzó ella a lamer aquella cosita tan rica, al tiempo que yo de rodillas tenia que estar viéndolas sin moverme, los ojos de Esther me miraban fijamente, y me ordeno, comienza a hacerte una paja, comencé con la mano a mover mi pene, despacio me decía, mientras sus dedos recorría la raja de Pilar, cuando le pareció me dijo, comienza de nuevo con Pilar, quiero que gima, que grite, quiero que se corra de gusto, volví a colocar mi lengua en su raja y comencé como un loco a lamer sus clítoris, a chuparlo, mamarlo, al tiempo de Esther me acaricia el pene, el cual había envuelto con sus bragas de color granate.
No se el tiempo que tarde en que Pilar tuviese un orgasmo entre gemidos y movimientos convulsivos de sus caderas, cuando al final ella me aparto de su vagina, me dijo, ya esta.
Fue entonces cuando Esther, se coloco en el sofá, con su mini camisón, casi transparente pero ya sin sus braguitas y Pilar tomo el mando, esta vez había cambiado de dueña, ella era la que mandaba, y su voz era autoritaria, se volvió a repetir la historia, todo lo que le había hecho a Pilar, ahora se lo tenia que hacer a Esther, pero Pilar era mas enérgica y mas mandona, me obligaba a trabajar el cuerpo de Esther con la lengua a mas velocidad, de vez en cuando se acercaba y me decía como tenia que hacerlo que ella mandaba, después de los gemidos de Esther y del orgasmos que mi lengua había conseguido, me obligaron a sentarme en el sofá, mientras ellas dos se besaban y se acariciaban delante de mi persona, tenia prohibido mover las manos, con el deseo que tenia, estaba totalmente empalmado, mi pene estaba duro como una piedra, pero no podía ni tocarlo, en cuanto ellas con la delicadeza femenina se acariciaban se besaban y se lamían mutuamente.
Al finalizar con sus juegos, me obligaron a acostarme en el alfombra, y cada una de ellas se acostó a mi lado, colocaron sus labios en mis tetillas, y comenzaron a hacer conmigo lo que yo había hecho con ellas, con sus manos tomaron mi pene y las dos a la vez me hicieron una gran paja, con sus movimientos suaves al tiempo que sus lenguas trabajaban mis tetillas, mi pene sentía las dos manos femeninas que los acariciaban, en poco tiempo lance al espacio un chorro de semen caliente y aquí se termina todo.
Me dice Esther, lo hemos pasado bien, hemos disfrutado y no hubo penetración, si estas de acuerdo puedes volver a repetirlo otras veces, sino aquí termina todo.
-Claro que estoy de acuerdo- dije sin pensarlo, estoy de acuerdo.
Mi ilusión era penetrar a Pilar, pero nunca lo conseguí, pero puedo decir que la paja final vale la pena.
Un saludo a todos y a todas.
Anonimo
Datos del Relato
  • Autor: FOUCELLAS
  • Código: 15496
  • Fecha: 16-08-2005
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5.12
  • Votos: 57
  • Envios: 5
  • Lecturas: 4871
  • Valoración:
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