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La familia del pueblo: Una cornuda poniendo los cuernos

Es bien sabido por mucho que la mayoría de los hombres de la familia de mi madre son mujeriegos, y también que ellos se respaldan entres si, las típicas cuartadas, y porque les cuento esto, pues para que entiendan un poco la situación



Viaje hasta el pueblo de origen de mi familia (materna), iba a pasar unos días allá para distraerme un poco, alejarme del trabajo y de las situaciones que vivía en mi departamento, llegue al pueblo un jueves en la madrugada, llegue a la estación del autobús donde unos tíos me recibían, descendí del autobús y me pase a su carro, ya saben las típicas pláticas rutinarias, ¿Cómo has estado?, ¿Qué tal te va?, ¿Tus padres cómo andan?, y bla bla bla.



Llegamos hasta su casa donde ellos me ofrecieron morada, baje mis maletas y entre, me asignaron junto con una prima, solo había dos habitaciones en la casa, la de mis tíos y la de mi prima, claro que me opuse, pues no quería ser una molestia, pero tanto mi prima cómo mis tíos insistieron, así que no me quedo más remedio que aceptar.



Pasaré a contarles sobre mis anfitriones, mi tío, un hombre que ronda los 1.70, fornido, moreno canela, con pinta de militar, y bastante agresivo en su semblante; mi tía, 1.60, es gordibuena, tez blanca, tiene unas tetas enormes, caderas anchas que terminan en unas nalgas perfectas, es un tanto descuidada en su aspecto, pues mi tío no le permite arreglarse, siempre se le ve en vestido hasta las rodillas, tiene un cabello negro y largo hasta la espalda, tendrá unos 40, 7 años menos que mi tío; por último mi prima, tan solo tiene 18 años, pero sabemos que en estos tiempos a esa edad pues ufff, mide 1.62, complexión delgada, tiene unos pechos grandes, pero un culo pequeño pero respingón, es blanca igual que mi tía, cabello castaño hasta los hombros, e igual que mi tía no tiene permitido arreglarse, sin embargo no lo necesita.



Allá en el pueblo tienen la idea de que tiene que llegar un hombre de la cuidad y llevarse a una mujer, solo así las mujeres de ahí tienen permitido salir del pueblo, ahí los valores familiares realmente son superficiales, y sabrán porque.



Me invitó mi tío a un bar cerca de la entrada del pueblo, accedí puesto que no había nada que hacer, tomamos unos cuantos tragos, mi tío casi se coge a la camarera en el bar, pero se controló y nos fuimos, me llevo a casa de un compadre suyo, con la excusa de que pasaría por unas herramientas que le debía, entramos en el rancho del señor y nos recibió una señora alta, y con las carnes puestas en su lugar, pasamos a su casa y tanto mi tío cómo ella desaparecieron nada más entrar, yo me quedé charlando con la sirvienta, que a pesar de tener un rostro no muy agradable, bajo los ropajes que traía se le marcaban muy bien esos atributos.



Le invite una cerveza de las que traíamos:



—¿Gustas una cerveza?



—No joven, yo no tomo, además mi patrona se molestaría



Le tuve que insistir bastante para que me la aceptara, y los efectos del alcohol no tardaron en hacerle efecto, se ruborizó y se mostraba más relajada, supe que era mi momento, la tome de la mano y la lleve hasta el baño de la casa, entramos y la despoje de sus ropajes, y no me equivoqué, no traía ropa interior, tenía unos pechos medianos con pezones oscuros, su piel morena resaltaba en las paredes blancas del baño, más abajo se mostraba una mata abundante de vellos negros, me baje el pantalón y los boxers y la hice hacerme una mamada, era inexperta, pues la chupaba fatal, pero tomándola de su pelo la fui guiando, la levante antes de correrme, y la recargue contra el lavabo, le separé las piernas y le empecé a restregar la verga en su concha, ella se retorcía y me decía que tuviera cuidado, que era virgen y no sé qué más.



Puse la cabeza de mi verga en su entrada y comencé a empujar, ella se aferró al lavabo y empezó a jadear, para cuando llegue a su himen ella se retorcía y gritaba, así que le tape la boca y empuje, cuando se rompió aquella barrera sentí como sus piernas se doblaban, le solté la boca y la tome de sus caderas, una vez que se tranquilizó empecé con las embestidas, primero lentas y luego más rápidas, ella gemía, lloraba, gritaba y se movía con torpeza, después de un buen rato así, el momento había llegado, salí de ella, la puse de rodillas y le dije que abriera la boca, sus cara se embarró de semen, y era una mezcla de satisfacción y dolor.



Salí del baño y espere a que mi tío bajara, cuando salimos de ahí, me pidió que no dijera nada de lo que hicimos, en su casa nos esperaba mi tía con la comida, íbamos a comer cuando se levantó mi tío y nos dijo "vuelvo en un rato, me olvide que tenía un asunto con mi hermana", "no me esperen", me puse a comer con mi tía, ella se veía deprimida, así que una vez que terminamos de comer subió a su recamara, yo me sentía mal por ella así que subí a su habitación y entre, estaba mi tía recostada en la cama, llorando, me acerque y la tome de los hombros, ella se sentó y me miró:



—El cabrón estará follando con su hermana, mientras yo estoy sola, abandonada y con ganas de coger.



—¿Con su hermana?



—Si ese par de enfermos se la pasa cogiendo cuándo puede.



No supe que decir solo trate de consolarla, diciéndole que porque no lo dejaba, o porque no se conseguía un amante o cosas por el estilo, y ella siempre decía "no puedo, es la vida que me toca", me cansé de escuchar lo mismo y me levante, la tome de la mano y la levante a ella también, se quedó como extrañada, me miró a los ojos y sonrió:



—Basta de esto, tu marido se va todo el día a follar y tú aquí, no y no.



—Gracias hijo, pero nada puedes hacer, y no quiero causarte problemas.



—Problemas los que tiene el, por no darse cuenta de la mujer que tiene en casa, además, hoy vas a vivir de todo.



Me miró confundida, yo la lleve hasta su baño y entre con ella, parecía una muñeca, pues la movía y llevaba a mi antojo y ella obedecía, abrí la llave del agua y ya que regule la temperatura, me gire a mi tía y la desvestí, ella se resistía un poco, pero le plante un beso y ella se dejó hacer, le dije que se metiera a la ducha, ella obedeció, parecía un robot acatando las órdenes, me desvestí y me metí con ella, solo me miraba de arriba abajo, deteniéndose en mi verga, me miraba a los ojos, me lo acerque y la bese en la boca, ella me correspondió el beso, baje mis manos hasta su vagina y me encontré con una mata de vellos, me abrió paso y comencé a jugar con ella, poco a poco se fue desenvolviendo y gemía, me besaba y sobaba mi verga, cuando se corrió la primera vez, me puse de rodillas y le chupe su chorreante concha, ella me tomaba de los cabellos y me los jalaba, gemía y gemía, se corrió por segunda vez, me levante, la abrace y bese, separé un poco sus piernas y le metí lentamente mi verga, ella se aferró a mi en un abrazo, me movía de adelante hacia atrás, pero podía penetrarla, estuvimos así hasta que me corrí y se corrió por tercera vez.



Se limpió con el agua, cerré la llave, nos pudimos unas chanclas y la lleve a su cama, la recosté, pude sus piernas sobre mis hombros y la volví a penetrar, ella gemía fuerte, se mordía los labios y se aferraba a las sábanas, la gire y la puse bocabajo, le abrí ese par de nalgas, y embarrando sus jugos y los míos en su ano, me dispuse a penetrarla por el ano, fui difícil y ella se quejó, pero una vez que su ano se acoplo a mi verga, fui un placer infinito, me corrí en su ano abundantemente, salí de ella y me acosté a su lado, ella me miraba y acariciaba mi pecho:



—Muchas gracias



—A ti por dejarme quererte tía



—No no, a ti por hacerme mujer una vez más



Me beso tiernamente en los labios y se levantó:



—Me voy a limpiar, si tu tío llega y me encuentra así abra problema



Me levanté tras ella y le dije que aún no terminamos, bajamos y follamos en la sala y en la cocina, cuando estaba por acabar en la cocina, la puse en cuatro y me hice una paja monumental, tanto así que los chorros le cayeron en su espalda y su pelo, tome mi celular y le saque unas cuantas fotos, tanto mi tía como yo estábamos exhaustos, ella subió a bañarse y yo me vestí, cuando mi prima llego, y notó la felicidad de su madre me dijo:



—Parece que le ha sentado bien tu estancia aquí



—Ya ya se le ve más feliz



—Bueno pues a ver si me haces feliz también a mi



—Por supuesto, cuando tú quieras.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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