Kate se despertó con muchas ganas de irse. Después de cinco años de lucha, finalmente consiguió un papel secundario en una película importante. Iba a interpretar a la víctima de un psicópata enloquecido.

Mientras repasaba sus líneas por última vez, Kate se preparó una gran taza de Nescafé. Lo que le dio el impulso necesario, así que se preparó otro. Mientras bebía, miró el reloj y se dio cuenta de que tendría que irse pronto. Prefería estar en el plató al menos una hora antes de lo previsto para refrescarse y leer sus líneas una y otra vez.

Mientras conducía hacia el estudio, se deleitó con la brisa fresca de la mañana que acariciaba su cabello. También se dio cuenta de una leve necesidad de hacer pis, pero no era lo suficientemente grave como para preocuparla. Estaba demasiado ocupada pensando en sus líneas y absorbiendo la brisa marina. Y luego se topó con atasco en la vía. Al principio, ella no hizo nada al respecto. Sabía que estaría allí con tiempo de sobra. Pasaron veinte minutos. No hubo movimiento.

"Mierda", murmuró, "Vamos. Vamos. Necesito llegar a mi set".

Pasaron otros veinte minutos. A estas alturas, se había dado cuenta de la necesidad de orinar. Esto se estaba poniendo serio. Por suerte, tendría que detenerse en un surtidor de gasolina y podría usar las instalaciones allí.

Diez minutos después, el tráfico comenzó a moverse. Kate ahora se retorcía en su asiento. Tenía que llegar a la bomba de gasolina rápido. Después de lo que pareció una eternidad, vio una y corrió hacia ella. Apresuradamente, llenó el tanque y corrió hacia el empleado para pagar la gasolina y pedir las llaves del baño.

Mientras estaba de pie frente al mostrador, no pudo evitar cruzar las piernas. "Disculpe", preguntó con una mirada sonrojada en su rostro, "me gustaría pagar la gasolina y usar el baño, por favor".

"Lo siento, señora. Los baños no funcionan", dijo el vendedor.

Este bit de información envió una onda de choque a través de su cuerpo. Era un viaje de media hora hasta el estudio y apenas llegaría a tiempo para usar el baño. Y para colmo, el vendedor parecía un poco tonto. Él estaba tardando una eternidad en completar la transacción, obligándola a endurecer cada músculo para evitar romper en un baile de pipí.

Mientras se dirigía al coche, necesitaba endurecer los muslos. Su vejiga estaba prácticamente palpitando. Con cada paso que daba, se dio cuenta de su urgente necesidad de alivio.

Puso el pie en el acelerador, rezando para que no la detuvieran por exceso de velocidad. Cinco minutos después, tuvo que detenerse en un semáforo en rojo que tardó una eternidad en cambiar. Durante este período, movió las piernas y se retorció en su asiento.

"Mierda. Tengo que ir al baño urgente", se dijo a sí misma.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, vio las puertas de su estudio y condujo hacia su plató. Rápidamente, salió de su auto y corrió hacia los baños. En el camino, fue descubierta por el director.

"Kate, ¿eres tú?" dijo: "Llegas cinco minutos tarde. ¿Sabes cuánto me puede costar?".

"Lo siento", dijo, luchando por quedarse quieta, "pero..."

"¡No hay excusas! Tienes dos minutos para entrar y prepararte para tu escena o estás despedida. Hay muchas actrices que pueden ocupar tu lugar.

Avergonzada e irritada, Kate se apresuró a entrar en su vestidor y se sentó en su silla con las piernas fuertemente cruzadas. Esta era una situación imposible. No había manera, ella aguantaría. Se retorció en su asiento, haciendo todo lo posible desesperadamente por no mojarse. El maquillador la preparó rápidamente para la escena.

Y entonces llegó el momento de que ella se pusiera de pie. Con las piernas rígidas y encorvada hacia adelante, cojeó hacia el plató haciendo todo lo posible para evitar la fuga. Por suerte, esta era una pequeña escena. Terminaría pronto y entonces podría encontrar su alivio. Lo que ella no sabía era que incluso las escenas más pequeñas tardan horas en filmarse en películas de gran presupuesto.

En la escena, tuvo que ser amordazada, vendada de los ojos y atada a una silla, mientras el asesino en serie se burlaba de ella. Mientras se sentaba en la silla, cruzó las piernas y en cuestión de minutos estaba completamente atada y nadie más se dio cuenta de su incomodidad. Pero ella debía ser fuerte.

En medio de la oscuridad que la invadía, ella era consciente de dos cosas: la primera era su urgente necesidad de orinar, y la segunda era la voz del actor que interpretaba al asesino.

"Pronto serás liberada a lo desconocido", decía, "Estarás libre de todo pecado".

"¡¡¡MMMmmmmmm!!!" ella respondió. Ahora solo quería llamar la atención del director para poder usar el baño. Pero él, por supuesto, no se dio cuenta.

La verdad es que estaba encantado. La niña estaba mostrando una cantidad inusual de angustia. "Excelente actuación", pensó, "Esta niña va a llegar lejos. Debo disculparme con ella al final del día por ser tan duro con ella. Y creo que la incluiré en mi próxima película como protagonista”.

Los músculos de Kate se estaban debilitando. Mientras el villano se preparaba para pronunciar sus últimas líneas en la escena, sintió un chorro en sus bragas.

"Oh, Satanás. Te lo suplico. Acepta este sacrificio".

Kate se puso roja. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Esto no podría estar pasando.

El director estaba aún más encantado. Qué descubrimiento, pensó. Tanta angustia, tanto dolor. Siguió otro impulso y Kate se dio cuenta de la inutilidad de la batalla. Mientras continuaba su lucha contra su esfínter, siguió goteando en sus bragas. Una mancha oscura se extendió por su entrepierna mientras rompía en sollozos incontrolables.

Hubo un silencio atónito cuando todos se dieron cuenta de que una joven y hermosa actriz acababa de tener un accidente. Y luego, un par de manos conectadas en aplausos. Era el director. "¡Maravilloso! ¡Maravilloso! Nunca había visto tal realismo antes. Filmemos esta escena de nuevo, exactamente de la misma manera, pero desde un ángulo diferente".