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La esposa de un ex jefe.
Este es el tercer relato que les envío, en los dos primeros ( No todo puede ser trabajo I y II ), les conté de una experiencia con una mujer ya madura, ahora les hablarè de cómo empezaron a gustarme estas damas.
Para quienes no los leyeron, les digo que soy un abogado de 29 años , soltero que trabajo con un socio de toda la vida ( vecinos del barrio, compañeros de colegio y universidad ). Antes de graduarnos comenzamos a trabajar en el estudio de un hombre que hacía negocios con el padre de mi socio. Ahora nos hemos independizados hace un par de años y mantenemos nuestro propio estudio, Pero la historia que quiero contar se desarrolla cuando aún trabajábamos para el otro estudio y yo contaba con 23 o 24 años.
Como recién llegado a una oficina grande nos hicieron rotar por diferentes secciones para aprender los secretos del negocio. Al par de meses de estar así llegué al Depto, de Contabilidad de la oficina. Ahí conocí a la jefa del depto. quién además era la esposa de uno de los socios, al parecer le caí bien de inmediato pues me dejó conocer su sección ayudándome en todo lo que necesité. Era una bella y exuberante mujer de aprox. 45 años con carnosos labios de risa fácil y una mirada como invitando al vicio. Su cuerpo se repartía en 1.65 mts. 58 kl. aprox, y unas curvas que ya quisieran mujeres de 25 años. Luego del paso por esa sección me destinaron a labores que ya tenían que ver más con mi profesión y dejé de verla tan seguido por algunas semanas.
Generalmente después de la jornada diaria con Francisco, mi socio, nos íbamos a tomar una cerveza a algún bar antes de irnos para nuestras respectivas casas. En una de esas tardes ella y su marido entraron en el bar en que estábamos para servirse un trago y mi amigo mirándola me comentó de ciertos rumores que corrían de ella en la oficina respecto a que le ponía los cuernos a su marido. Riéndome pensé que no era difícil imaginársela con una verga en la boca o en cuatro patas sobre una cama pidiendo ser penetrada.
Transcurrieron los meses y fuimos a la fiesta de aniversario del estudio, con comida, baile y bar abierto. Al par de horas que estábamos ahí ya muchos y muchas estaban algo pasado de copas así que el ambiente se fue relajando y todos bailábamos con todos ( gerentes con secretarias, socios con administrativas, jefas con auxiliares etc,, ) en una de esas me topé con esta mujer que llamaremos Estela, quién estaba bien achispada y que encantada me aceptó un baile. La pista estaba llena, por lo que la cercanía de su cuerpo y la humedad de sudor que impregnaba el lugar ( además de varias copas y un par de porros fumados por mi socio y yo en los jardines del restaurant ) hacía fácil tomarla de la cintura para guiarla, su risa y su mirada no facilitaba en nada mi intención de mantener mi miembro tranquilo, ella a veces se giraba, quedando de espalda a mí y con su movimiento acercaba peligrosamente su trasero a mi pelvis. Luego de un rato, y ya perdida la inhibición del comienzo, pegué poco a poco mi cuerpo al de ella y bailando aproveché de restregarme contra ella todo lo que pude, mi pene ya estaba duro cuando ella lo tocó con su espléndido par de nalgas y me pareció que lo dejaba ahí más tiempo del necesario, estábamos en lo mejor de eso cuando paró la música y nos separamos para ir a nuestras mesas.
Con la mejor de mis sonrisas le agradecí el buen momento que me había dado y ella mirándome fijo a los ojos me dijo que la agradecida era ella. Para que les cuento como quedé después de eso, lo único que quería era llevarme a esa mujer a mi cama, al rato me di cuenta que eso era imposible pues su marido no se apartaba mucho de ella, cuando terminó la fiesta mi socio lamentó dejarme sólo pero había se liado con una compañera y se iba con ella. Solo y con mis hormonas alteradas debí conformarme con irme a mi casa a dormir.
Pasaron un par de semanas en las cuales nos cruzábamos en la oficina y ella siempre me saludaba con esa sonrisa que me cautivaba cada día más. Cierto día que me retiraba del estudio por la tarde, me la crucé en un pasillo, me despedía de ella cuando se quedó mirándome y me preguntó si aún salía a beber antes de irme a mi casa, me sorprendió la pregunta pues pensaba que la vez que la había visto en el bar con su marido no se había fijado en mí. Tirando un lance le respondí que solo lo hacía cuando tenía compañía pero que ese día estaba sólo,
- ¿ Y tu amigo que siempre te acompaña ? - preguntó Estela.
- Está con su nueva novia. - Respondí.
- Entonces no soy yo la única que no tiene compañía hoy. Mi marido está de viaje.
Recogiendo de inmediato el guante, y pensando en las historias que de ella se contaban, la invité a un trago conmigo. Me lo agradeció pero me dijo que no podía ser en los bares de la zona pues nos podían ver y la gente era muy mal hablada.
Jugándomela todo le dije que conocía un lugar en que estaríamos tranquilos y lejos de la mirada de cualquier persona. Le dije que me siguiera en su auto. Ante mi sorpresa aceptó, y me dijo que en 5 minutos estaba en el estacionamiento. Bajé lentamente tomándome mi tiempo y cuando me subía a mi auto la vi que ella entraba al estacionamiento. Esperé que se subiera al suyo, encendí el mío y partí lentamente para darle tiempo que me alcanzara. Sin pensarlo dos veces me dirigí a mi departamento con ella detrás mio sin saber donde la llevaba. Al llegar a mi estacionamiento ella bajó de su auto y me preguntó donde estábamos, le dije que en mi casa pensando que no le gustaría, pero solo me miró y sonriendo me dijo : Vamos.
Mientras subíamos en el ascensor no hablábamos solo la miraba a través del espejo y podía sentir una cierta tensión sexual en el aire. Al abrir la puerta de mi depto. esa tensión aún podía palparse. Me pidió entrar al baño, lo que aproveché para hacer lo que más me gusta en momentos así, salí al balcón y encendí un porro y lo fumé tranquilamente esperándola. Luego comencé a prepararme un trago y cuando ella volvió me pidió un whisky que no tardó en vaciar, puse música y le ofrecí otro trago.
- Después. - respondió
- ¿ Después de qué ? - pregunté.
- Después de lo que vinimos a hacer - me dijo acercándose y abrazándome. - Hace mucho que me gustas y cuando alguien me gusta siempre lo tengo.
Pensando que las habladurías eran cierto la tome desde las nalgas y levantándola un poco enterré mi lengua en su boca hasta tocar sus amígdalas. Mis labios cubrían los suyos y nuestras lenguas se batían en feroz combate cuando sus manos bajaron por mi espalda hasta mi cintura y empezó a sacarme la camisa de los pantalones. Mis manos no estaban quietas tampoco y ya se habían apoderado de sus nalgas por debajo de su falda metiendo mis dedos entre ellas y su calzón. Su cuello lo recorrí con mi lengua en viajes de ida y vuelta que la hicieron emitir sus primeros gemidos. Ella mientras ya había desabotonado mi camisa y comenzó a besar mi cuello y pecho, bajó con su boca hasta mi estómago y lentamente desabrochó mi cinturón. Sin poder seguir acariciando su trasero me saqué por completo la camisa y le ayudé a quitarme los pantalones y zapatos. La levanté y la despojé de su ropa y seguimos besándonos de pié en medio de la sala. Su boca era un volcán que succionaba todo lo que encontraba a su paso, nuestras lenguas volvieron a batirse sin descanso mientras mi miembro saltaba espasmódicamente dentro de mi boxer golpeando su estómago. Así como estábamos la llevé a mi dormitorio. Frente al espejo de cuerpo entero que tengo en una de las paredes la detuve y comencé a bajar lentamente su cabeza hasta que llegó a mi boxer y sin perder tiempo metió su mano dentro hasta agarrar mi pene y comenzar a amasarlo hasta que este creció en toda su dimensión, Bajó mis boxer y dejó mi tranca libre frente a sus ojos
Mirándome caliéntemente a través del espejo abrió sus labios y se lo fue tragando todo hasta llegar a su garganta, me sobaba los testículos mientras mi tranca entraba y salía de su boca, estuvo haciendo eso como 15 minutos. Viéndola en el espejo tragarse de esa manera mi pene la calentura que tenía hizo que todo el semen acumulado, después de un par de semanas sin sexo, confluyera a mis testículos y pujaran por salir disparados a través de mi glande que era engullido golosamente por esta viciosa que se había cruzado en mi camino. La tomé del pelo para avisarle que la descarga era inminente pero sin dejar de chupar me dijo, con su boca llena, que le descargara toda mi leche sin asco. Los espasmos cruzaron mi columna vertebral y sentí como mi polla se llenaba de semen que comenzó a salir a borbotones directo a su garganta, 6,7,8 abundantes chorros de leche llenaron completamente su boca pero ella no dejo que nada escapara, lo que se rebalsó por la comisuras de sus labios fueron prontamente contenidos por sus dedos y llevados devuelta a su destino inicial : su boca. La eyaculación fue tan potente que mis piernas casi se doblan y tuve que afirmarme del espejo para no caer. Después de tragarse toda mi leche se levantó y de pié dándome la espalda apoyó sus manos en el espejo y sonriendo apoyó su trasero en mi conmovido miembro mientras se restregaba contra mi, mis manos fueron hasta los tirantes del sostén y los bajé por sus brazos, sin sacárselos, dejando sus tetones al aire a merced de mis manos. Restregando sus pezones con mis dedos y sus nalgas con mi polla nos mirábamos a través del espejo y pude ver todo el vicio que habitaba en su cara y como lo trasladaba por su cuerpo para entregarse si ningún pudor a las delicias del sexo. Echando su cabeza hacia atrás y girándola hacia mí abrió nuevamente su boca y me ofreció la esplendidez de sus labios y lengua en un beso lleno de lujuria y depravación que yo no había visto en otra mujer.
Mi polla comenzó nuevamente a brincar y abandonando su caliente boca comencé a bajar por su espalda hasta llegar a sus calzones que sin preámbulo los bajé y saqué, besé lentamente sus piernas desde sus tobillos hacia arriba hasta llegar a su concha que destilaba un manjar que atrapé con mi lengua y lamiendo todo lo que encontraba a mi paso se la enterré dulcemente mientras ella abría sus piernas y dejaba escapar un suspiro de satisfacción. Su clítoris fue ubicado de inmediato por la punta de mi lengua y comencé a darle de lametazos hasta que sus suspiros se transformaron en gemidos cada ves mas audibles y de ahí llegaron los jadeos que me pedían no detenerme. Su orgasmo llegó en forma de grito de placer que inundó mi habitación y luego el otro que hizo tensarse su cuerpo y el otro que hizo que también sus piernas se doblaran y casi cayera de rodillas.
Me incorporé poco a poco y sin darle tiempo de recuperarse puse mi polla a la entrada de su chuchita y agarrándola de sus tetones se la clavé lentamente sintiendo como mi polla avanzaba por ese canal húmedo y cálido que abrazaba cada centímetro que penetraba, cuando mis bolas tocaron sus nalgas y no pude incrustárselo más me quedé quieto mirándola a través del espejo, en el cual aún estaba apoyada, y dejé que fuera ella quien hiciera el primer movimiento. Me miró a los ojos y echando su cabeza hacia atrás nuevamente volvió a besarme hasta casi deshilacharme los labios. Separó su boca de la mia y dijo : Párteme, y comenzó a echarse adelante y atrás con mi polla entrando y saliendo mientras mis manos apretaban sus tetones y mis bolas rebotaban sobre su culo ese vaivén enloquecedor nos hizo presa de una pasión incontrolable, mirábamos en el espejo como nuestros cuerpos entrechocaban rítmicamente y mi verga entrar y salir de su vagina, mis manos no dejaban de manosear sus tetas hasta que un grito y otro y otro que salían desde su garganta me avisó que su orgasmo se aproximaba, por lo que aceleré mi penetración hasta sentir como ella explotaba en otro glorioso orgasmo que la dejó tiritando aferrada entre el espejo y mi cuerpo que seguía bombeando dentro de ella. Volvimos a besarnos y me pidió que la llevara a la cama, nos tiramos arriba de ella y sin respirar siquiera se aferró a mi cabeza y comenzó a besarme frenéticamente, luego, y mientras no dejaba de enterrarme su lengua hasta mi garganta, se puso a horcajadas sobre mí y se restregaba mi polla en su vagina. Soltando su boca vi sus pezones a la altura de mi boca y dándome cuenta que hasta el momento no se los había chupado, me di a la tarea de hacerlo, me introduje uno de sus pezones, que de inmediato se endureció, entre mis labios y comencé a chupar, lamer y succionarlos alternadamente mientras crecía la sinfonía de gemidos en mis oidos, mientras trataba de introducirme toda su teta en mi boca ( lo que era imposible dado el tamaño de estas ), ella se irguió un poco hasta que logró introducirse todo mi pollón en su chuchita. Con mi penca dentro de su vagina y su tetón dentro de mi boca el ritmo del mete-saca llegó solo a nuestros cuerpos. Estela me cabalgaba como una poseída mientras yo la sujetaba de las caderas, cuando mis bolas se llenaron nuevamente de leche que quería explotar la sujeté firmemente y sin dejarla moverse, con toda mi polla enterrada, y con Estela corriéndose como una loca una y otra ves le solté 5 ó 6 descargas que nos hicieron temblar como si tuviéramos escalofrios y acabó derrumbándose sobre mi pecho.
Para mi sorpresa el nabo no bajó ni un milímetro, por lo que saliéndome de debajo de ella la besé escandalosamente mientras metía dos de mis dedos entre nuestros labios para ensalivarlos. Mirándonos en el espejo que reflejaba nuestros sudorosos cuerpos bajé mis manos hasta sus nalgas y ahí me di a acariciarle su ano suavemente, pero no tardé en darme cuenta que ese agujerito ya había sido transitado anteriormente pues a mis dedos no le fue difícil incrustarse en él. Estela giraba lentamente sus nalgas para que los dedos entraran más aún, después de estarnos besando y penetrando su culo con mis dedos un buen rato, me bajé de la cama y parándome en la orilla de ella la tomé de sus piernas y la atraje hacia mi.
Poniéndome de manera que pudiéramos mirarnos en el espejo bajé mi cabeza hasta su trasero y le introduje mi lengua en su culo que comenzaba a abrirse en señal de bienvenida, mientras le langueteaba el ano mis dedos jugaban con su clítoris y entraban y salían de su mojada concha, cuando me pidió que le llenara de leche el único orificio que aún no recibía su ración apunte la punta de mi polla a su culito y comencé a presionar hasta que entró la cabeza y poco después todo el resto de la palpitante carne que se alzaba entre mis piernas. Cuando estuvo todo dentro, dejé nuevamente que fuera ella quien hiciera los primeros movimientos para saber de que forma lo quería, no fue tanta sorpresa cuando Estela sin ningún miramiento por su ojete se dio a embestir a mi polla en forma furibunda y sin dejar de mirar el espejo, tomada de las caderas como la tenía, le ayudé a imprimir mas velocidad y profundidad en cada penetración, sentía mi polla entrar y salir rozando las paredes del ano de Estela y llegando hasta el fondo de ella, giró su cabeza hacia el espejo y gritó su próximo orgasmo, espere que lo disfrutara completamente y cuando ví que se recuperaba comencé a bombear mi tranca dentro de ella hasta que logré arrancarle otro orgasmo y aproveché de vaciarme dentro de ella uniéndome a sus jadeos y desplomándonos sobre la cama.
Luego de reponernos un rato, dijo.
- Ahora si, te acepto otro trago.
- Si logro reunir un poco de energía me levanto y te lo traigo de inmediato. - Contesté.
- Reúne energía para eso y para otra cosa también, pues esto aún no ha terminado. - Contestó
Sacando fuerzas de flaquezas me levanté para servirle su trago, pero ella me tomó del brazo y me susurró al oido,
- Espero que quieras repetir esto ahora y también próximamente.
- Es lo mismo que iba a proponerte yo.- Atiné a decir.
Y me fui a mi bar a servir dos tragos que nos hicieran recuperar nuestras fuerzas pues recién eran las 22:30 hrs. y al parecer aún quedaba mucha noche por delante. Como también hubo innumerables ocasiones posteriormente, y no solo en mi casa, sino que en hoteles, autos y hasta en la propia oficina con toda la descarga de adrenalina que implicó ello, por la posibilidad ser descubierto.
Al tiempo de irme de ese estudio para formar el mio propio con mi socio, dejamos de vernos, pero siempre la recuerdo con cariño y pasión, y le agradezco haberme ayudado a descubrir el mundo de las mujeres maduras.
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