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Categoría: Zoofilia

La culpa fué de mi novio por dejarme excitadamente caliente

~En una de sus tantas visitas, como era de esperarse, apenas pudimos comenzamos a tener sexo, y así lo seguimos haciendo durante un buen tiempo, hasta que una noche en la que él me estuvo besando, y acariciando por todo mi cuerpo, me fue quitando toda la ropa como de costumbre, hasta dejarme completamente desnuda.
De momento sonó mi celular, era su mamá, mi futura suegra, que lo andaba buscando ya que su hermano había tenido un accidente, y se encontraba hospitalizado. Bueno en lugar de terminar lo que ya habíamos comenzado, sin escucharme, me dejó tal y como me encontraba, agarró su ropa, y se marchó al hospital donde se encontraba su hermano.
Mientras que yo me quedé mirando el techo, dándome dedo yo misma, para pasar la gran calentura que mi novio me había provocado. Estaba bien molesta con él, pero a pesar de eso, apenas y pude disfrutar de un mísero orgasmo, gracias a mis dedos.
Como siempre estoy sola en la clínica de noche, ni tan siquiera me preocupe por vestirme, y para distraerme un poco decidí darles una ronda a los animales, para echarles un ojo. Al entrar a la sala donde se encuentran varios de los animales, apenas entré me di cuenta de que alguno de ellos en especial los perros se mostraban algo alterados.
Al principio ni idea tenía de lo que les podía estar pasando, hasta que al acercarme a una de las jaulas, el perro que se encontraba dentro, comenzó a mover su rabo con fuerza, y cuando coloque mi mano derecha contra la jaula, el perro ese de inmediato comenzó a lamerla profusamente, pero de una manera que me intrigó. Así que abrí la jaula, y casi de inmediato aquel perrazo dirigió su morro directo a mi coño.
Fue cuando caí en cuenta que de seguro gracias a su olfato, se dirigió directo entre mis piernas, yo comencé a separarlo, pero ya cuando lo tenía casi dentro de la jaula nuevamente, me ha dado una buena lamida directamente sobre mi abierto coño. Que me dejó casi paralizada. Yo que aun tenía unas ganas locas de tener sexo, cuando sentí esa áspera lengüetada. No lo pensé mucho, agarré aquel tremendo mastín, y lo llevé al salón donde había estado con mi novio besándonos y acariciándonos.
Yo hasta esos momentos había leído algunos artículos, relatos, narraciones, y hasta había visto uno que otro video, de mujeres teniendo sexo con animales, sobre todo con perros. Pero de eso, a llegar hacerlo, hay mucha diferencia. Por eso digo que fue culpa de mi novio. De él no haber salido corriendo, seguramente nada de eso hubiera sucedido.
Yo estaba desesperada, por sentir una buena verga dentro de mi coño, por lo que apenas me tiré al piso, y el condenado perrazo, comenzó a olerme, y lamer mi mojado coño, supe que lo iba a disfrutar intensamente.
A los pocos segundos de estar oliéndome, y lamiendo mi coño, se trepó sobre mí. Las dos primeras envestidas fallaron, pero como dicen a la tercera va la vencida, yo agarré su grueso y sonrosado instrumento, y con mi propia mano lo dirigí directo a mi coño. Sentí como ese duro miembro, caliente, y hasta medio puntiagudo, se fue abriendo paso dentro de mí coño.
No lo podía creer que después de llevar varios años trabajando en la clínica por primera vez se me ocurriera hacer eso. Yo a medida que el perro continuaba metiendo y sacando su verga de mi caliente coño, yo restregaba mi cuerpo contra el de él, para sentirlo más y más dentro de mí.
Fue cuando me di cuenta de que el placer iba en aumento, ya que su verga se comenzó a inflamar, y de qué forma dentro de mi coño. No es que eso me haya agarrado de sorpresa, es más quizás hasta esperaba que sucediera, pero jamás pensé que fuera así de esa manera.
Yo prácticamente, digamos que aullaba de placer, sentí como bien profundo dentro de mi toda mi vulva se fue llenando de su semen. Y como al inflamarse su verga, digamos que se formó una especie de tapón que impedía que se saliera su leche de mi coño.
Perdí la cuenta del sin numero de orgasmos que disfruté esa noche, aunque estaba bien consciente de que debía esperar a que el perro se relajase para separarnos, quedé completamente exhausta, tanto que cuando después de quizás una media hora, él pudo sacar su verga de mi taponado coño, yo continuaba disfrutando de bestiales orgasmos. Y cuando yo pensé que todo había terminado, comencé a sentir nuevamente su sabrosa y áspera lengua lamiendo todo mi coño.
Desde luego que apenas pude incorporarme lo llevé a su jaula, aunque varios otros perros parecían protestar por el trato especial que le terminaba de dar a su compañero de jaula. Luego me di una buena ducha, y me asee hasta con vinagre para evitar alguna infección.
Al Mastín su dueño lo pasó a buscar al siguiente día, mientras que yo, aunque al principio pensé en no volver hacer una locura como esa, la verdad es que apenas tengo la menor oportunidad lo hago, ya sea con otros perros, y en una ocasión lo hice con un caballo enano, que habían dejado para que lo cuidásemos una semana.
Mi novio ni idea tiene, de las cosas que yo hago, con los animales cuando él se retira. Quizás el día menos pensado, si deseo terminar con él se las cuente…
 

Datos del Relato
  • Categoría: Zoofilia
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1 comentarios. Página 1 de 1
diana
invitado-diana 02-11-2015 19:38:13

adelante , gosala chica

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