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(APOYANDO A MÍ PRIMA DIVORCIADA)
La felicidad de mi prima es evidente, así como la paz con la que vive día a día, aunque por momentos se queda pensativa, pero vuelve a sonreír al ver la felicidad de sus hijas conmigo. De que más que la figura de un tío, me ven como esa figura paterna que no han tenido.
La noche de ese mismo viernes, al llegar a casa, mi prima detrás de la puerta. Me recibe con gran alegría, que al pasar, me abraza y da un apasionado beso, en el que nuestras lenguas juguetean y se enredan entre ellas, haciendo que mi prima gima ahí mismo de placer. Al pasar, me luce una bata color carne con abertura en frente que apenas si le llega a sus bellas nalgas y una diminuta tanga del mismo color.
Esa noche luce más traviesa y atrevida, más insinuante y lujuriosa. Me manda a bañar en lo que sirve la cena, cuando termino y llego al comedor, la encuentro sentada sobre la mesa con las piernas separadas y el plato entre medio de ellas. Es una vista excitante. Entre medio de sus piernas hay un plato con divisiones en el que hay papaya troceada y con miel, trozos de queso, unos camarones pelados y yogurt natural frio, más una copa de vino tinto…una cena un poco extraña, pero excitante por la flor que hay en la mesa, la suya. Me siento, separo si bata y admiro su diminuta tanga, luego tomo el tenedor botanero y pincho un trozo de papaya con miel, jalo la tanga de su pierna izquierda y tallo el trozo de papaya en la raja de su puchita, luego me la llevo a la boca y degusto ese rico bocado, ante la sonrisa de mi prima.
-¿Qué haces? Eres un loquito.- Me dice sonriendo y acariciando mi cabeza.
-Saboreando esta rica cena, nada más.- Le contesto, mientras agarro pincho un trozo de queso y repito la misma acción. Muerdo la mita del queso y le comparto la otra mitad a ella, quien con sensual movimiento lo muerde. Tomo la copa le doy un trago, luego le convido y toma. Luego tomo un camarón y lo mojo con el yogurt, ante los sorprendidos ojos de mi prima, lo tallo en su con más fuerza en la raja de su puchita, hundiéndolo más, hasta casi penetrarla con él…mi prima lanza un suave gemido mientras cierra sus ojos, que al abrirlos me mira y mordiéndose el labio inferior me dice algo que no esperaba oír de ella, a quien conocía como una niña buena…
-¡Muchos me decían que no me juntara contigo, que podías ser una mala influencia para mí! Pero a mí no me parecías malo, al contrario, si recuerdas, me gustaba estar contigo.- me dice, mientras la miro a los ojos.
Luego tomo otro trozo de papaya con miel, la mojo en el yogurt y se la tallo de nuevo en la raja de su puchita que ya está brillosa de sus propias mieles.
-En ese entonces tenías como diez años, pero estabas preciosa y a mí me gustaba desde entonces.- Le contesto.
-Estuvimos viviendo tres años con los abuelos, todos juntos con las otras tías, nuestros primos y tú. Nos fuimos al año cuando tenía once.- Me contesta mientras agarro un trozo de queso, lo paso por la raja de su puchita y se lo meto, lo saco y vuelvo a meter, lo cual hace gemir a mi prima, para luego llevarme a la boca y morderlo.
-Me hubiera gustado que me desvirgaras en ese entonces. Que me la metieras y que fueras el primero en cogerme y llenarme de tú leche.- Me dice entre gemidos.
-¿Y porque no me lo dijiste?– Le pregunte mientras mi verga la tenía ya bien dura y queriendo explotar.
-Porque mi madre y la tía toña ya no me dejaban estar cerca de ti o solos, decían que eras mala influencia para mí y mira ahora, fuiste el único que me ayudaste.- Me contesta.
Entonces tomo un camarón y se lo meto casi todo en su puchita, se lo saco y vuelvo a meter una y otra vez, haciéndola gemir y que lleve sus manos a sus pechos y los estruje, los saque de su bata y me los muestre. Luego jala el listón de esta y los desanuda, abriéndose la bata por completo.
-Pero yo deseaba que me cogieras y siempre me quede con eso.- Me dice mientras voltea a ver con dirección a las recamaras.
Entonces saco el camarón y me lo llevo a la boca, muerdo la mitad y el resto se lo doy a ella.
-También ellas te quieren mucho, te adoran.- Apenas me dice cuando se le escapa un fuerte gemido.
-Son hermosas las dos, se parecen bastante contigo…tienen los mismos ojos, la misma nariz, la misma boca…el mismo y hermoso cuerpo, así como tú a esa edad…tienen un culito igual de bello y rico como el tuyo.- Le digo mientras acerco mi boca a su seno derecho y lo chupo despacio.
Las manos de mi prima acarician mi cabeza -¿Deberás esta bello mi culo? ¿Cuál te gusta más, el mío, el de Susy o el de Ali?- Me pregunta entre gemidos.
-Los tres están exquisitamente bellos…si los pechitos de Ali se parecen bastante con los tuyos a esa edad.- Le digo.
-¿A poco te acuerdas de como los tenia? Si nunca te los enseñe.- Me contesta mientras me toma con sus manos y me mira a los ojos.
-Te espié una vez mientras te bañabas, por eso los recuerdo.- Le contesto entre risas.
-Que pícaro eres, pero como me hubiera gustado enseñártelos y que me los acariciaras.- Me dice mientras lleva mi cabeza de nuevo a sus pechos y chupo sus pezones uno a uno. Luego tomo la copa de vino y se la vierto sobre sus pechos, chupándolos con ansias y arrancándole fuertes gemidos a mi prima.
-¿Nada más eso hubieras hecho?- Le pregunto.
-Que me los chuparas, mordieras y besaras…que me chuparas la pucha como lo haces ahora, que me acariciaras las nalgas y picaras la cola…que me hicieras todo lo que tú quisieras primo.- Entre jadeos me dice.
-¿Y si te la hubiera querido meter? ¿Cogerte por la pucha y el culo?- Le pregunto.
-Te hubiera dejado, porque también yo deseaba que me la metieras, aunque nunca te lo pude decir.- Me dice al tiempo que anexa – Como ahorita, ya quiero que me la metas por donde quieras y como quieras.- Me dice mientras meto mi mano derecha en su puchita y el dedo medio se lo entierro en su cuevita caliente y empapada -¿Te gusta mi pucha y mi culo?- Me pregunta mientras jadea y gime con fuerza.
-Me encantan los dos, me fascinas toda. Así como tus deliciosas tetas- Le contesto.
No aguanto más y meto mis manos debajo de sus caderas y la levanto, llevándola a mi cuarto, donde la deposito sobre mi cama y le despojo de su batita, luego la tumbo sobre la cama y jalo de su tanguita, separándole las piernas y abalanzándome sobre ella para devorar su exquisita puchita. Meto mi lengua en su empapada y caliente cuevita, con sabor a miel y yogurt, la cual sabe deliciosa.
Que al contacto tiene un orgasmo de escándalo en el que su gemido se escucha por toda la casa, pudiendo incluso despertar a las niñas. Succiono con fuerza, mordisqueando con suavidad toda su rica puchita con mis labios y con mi lengua luego encuentro su botoncito que presiono con fuerza, para luego juguetearlo de arriba abajo, lo cual hace sacudir las caderas de placer a mi primita. Una y otra vez, para luego volver a meter mi lengua hasta el fondo de su cuevita, hurgando por todo su interior, mientras sus manos bajan y empujan mi cabeza con fuerza contra ella.
-¡Que rico me la chupas primo!- Me dice entre gemidos -¡Así! ¡Así que me la hubieras chupado! –Repite.
-Que me hubiera encantado cogerte cuando eras peque y yo de esta edad.- Le digo mientras saboreo sus ricas mieles.
-Aun puedes hacerlo, solo que hoy no, hoy eres mío y solo para mí por esta noche.- ¿? Me dice y añade– ¡Sí! También me hubiera encantado, así como que me dejaras todos los días con mi pantaleta embarrada y escurriendo de tu leche.-
-¿Así te hubiera gustado?- Le pregunto.
-¡Si! Me excita solo pensarlo e imaginarlo, así como quedan las de Ali y Susy por las mañanas. Termino masturbándome en el baño hasta mis piernas se me aguadan jajajaja.- Me confiesa. -¡Ven ya! ¡Métemela primito!- Me jala hacia arriba, agarra mi verga y la talla en su puchita, haciéndola retorcer de placer. Luego la centra en su cuevita y comienzo a metérsela despacio, disfrutando cada milímetro de su caliente, suave y empapada puchita, hasta llegar al fondo de ella. Comienzo a bombearla despacio y mi prima comienza a gemir de placer mientras me abraza con fuerza, araña mi espalda lo cual me excita, pero el clímax llega cuando me muerde el hombro izquierdo, entonces comienzo a bombearla con mayor. Se la meto y saco así, con fuerza, empujando hasta el fondo de su matriz. Una y otra vez. Luego de golpe me detengo metiéndosela hasta el fondo, ella gime con fuerza, con su respiración acelerada me mira, me toma de la cara y nos fundimos en un apasionado beso.
-¡Así primito, así! ¡Métemela con fuerza, lléname de leche! – Me dice y luego rodea sus brazos mi cuello y mordisquea mi oreja izquierda mientras bombeo con fuerza una, dos, tres veces más, para luego sacársela de golpe, me levanto y la hago girar para que se acomode boca abajo, poniéndole una almohada debajo de sus caderas, le separo las piernas y me coloco entre medio de ellas. Sus manos agarran sus nalgas y se las separa, centro con mi mano derecha la punta de la verga en su cuevita y se la meto de nuevo con fuerza. Apoyo los puños a los costados de sus hombros y vuelvo a bombearla. Siento como golpeo el fondo de su matriz y es delicioso.
-¡Más primo más! ¡Así! Como me hubiera gustado que así me la hubieras metido de chica, que así me hubieras desvirgado y que me dejaras tu leche escurriendo en mis pantaletas.- Me dice, a lo cual, así, en ese momento le pregunto.
-¿Cuántos años tenías prima cuando te desvirgaron? ¿Quién fue al que le diste este regalito?- Y bombeo con más fuerza.
Por unos segundos se cada callada, solo gime y jadea suave, al tiempo que se la dejo con fuerza quieta hasta el fondo, entonces me dice:
-Once, once años tenía…no pares primo, sigue por favor.- Suplica y mueve sus caderas para que siga bombeándola. –Fue mi tío, mi tío Juan, el hermano de mi papá.- Me declara entre jadeos…aumenta mi excitación, su tío, hermano de su papá pienso e imagino la escena.
–Apenas nos acabábamos de ir de donde la abuela a nuestra casa cuando llegó mi tío Juan. Mi papá para celebrar después de mucho tiempo de no verse, comenzaron a beber, mi tío no dejaba de decir que estaba bien linda y grandota, chuleaba mis piernas, mi cara y mis nalgas, me agarraba del brazo y me sentaba en sus piernas, me acariciaba mi espalda y mis nalgas, me convidaba de su bebida, mientras mis papas no dejaban de esmerarse en atenciones y beber junto con él. A mí me estaba gustando que me chuleara y acariciara, pero más cuando acaricio mis nalguitas por encima de mi falda, no sé si era también por la bebida.- Decía.
-¿Y tus papas no decían nada?- Le pregunto.
-Ni atención ponían, estaban más preocupados por hacer sentir bien a mi tío que por mí, así como por beber.- Me contestaba entre gemidos.
-¿Y cuándo te desvirgo?- Le pregunte mientras le embestía con fuerza.
-Esa misma noche. Mi papá quedo tumbado en el sillón de borracho y bien dormido, mientras mi mamá apenas si se sostenía en pie y se levantó para ir a la recamara en la que se iba a quedar mi tío. Yo me quede con él en la sala, seguía bebiendo y me convidaba, yo bebía porque me estaba gustando lo que sentía. Mi mamá no regresaba, en eso sentí como la mano de mi tío se metía debajo de mi pequeña falda. Ya me sentía mareada y cualquier cosa me daba risa, lo que dijera o hiciera, yo simplemente me estaba dejando porque me gustaba lo que sentía.- Me dice mientras imagino la escena y excita más.
Me detengo un instante con toda la verga hasta el fondo de su matriz, luego se la saco lentamente casi toda, para metérsela así, despacio, sintiendo como recorre cada milímetro de su cuevita.
-¿Y que más prima?- Le pregunto mientras sus gemidos no cesan.
-Acariciaba mis piernas y poco a poco iba subiendo su mano, hasta que llego a mi pantaleta, ahí me toco mi pequeña pucha. Yo solo abrí las piernas porque me encantaba como iban sus dedos recorriendo mis piernas, lo miraba y le sonreía.- Me decía.
-Toda una pequeña putita prima.- Le digo y ella ríe.
-¡Sí, como ahora lo soy contigo!- Me contesta mientras sus uñas se entierran en la carne de mi espalda. –Metió uno de sus dedos entre mi pantaleta y tocó mi pucha, sentí tan rico que apenas si supe de mí. Miró hacia las escaleras y mi madre no venía, entonces el hizo a un lado mi pantaleta y con varios dedos recorrió toda la raja de mi pucha, yo la sentía caliente y empapada. Sentí como sus dedos entraban entre mis labios, jugaban entre ellos y los tallaba, primero despacio y luego con fuerza, lo que me dolió un poco. Luego los saco y se los chupó, los volvió a meter para tallarlos de nuevo, los volvió a sacar y me los dio a chupar, lo hice obedeciendo sin chistar…me sonrió cuando lo hice, luego volvió a mirar a la escalera y yo también, mi madre no aparecía y ya había tardado. Entonces mi tío me paró de sus piernas y fue a buscar a mi madre, yo me fui detrás de él, entro a la recamara que le estaba preparando mi madre y la encontramos dormida en la cama, mi tío le hablo desde la puerta y ella no respondió, por lo que apago la luz y despacio cerró la puerta, luego me tomo de la mano y me pregunto cuál era mi recamara, ya le dije y ahí nos metimos.
Ahí dentro me siguió acariciando, me quito la falda y la pantaleta, luego me dio un beso en mi pucha y me lamió. Me gusto lo que me hizo y le dije que lo siguiera haciendo. Entonces me desnudo por completo y recostó sobre la cama, ahí me lamio las tetitas, luego bajo y me lamio por completo mi pucha. Me metía la lengua y sacaba, yo estaba al máximo en mi inocencia, luego se subió y me beso en la boca, entonces sentí que algo me tallaba ahí abajo, mientras me separaba por completo las piernas, luego sentí que algo duro empujaba y me iba abriendo mi pequeña pucha, al principio me dolía y ardía, le dije a mi tío pero no me hiso caso, siguió empujando. El dolor fue aumentando, sentía que me partía, quería cerrar las piernas pero no podía, hasta que sentí algo duro y grueso hasta dentro de mí. Mi tío se quedó quieto por un rato, me beso en la frente y en la boca, luego me dijo: “que rica mi sobrina toda un putita, que rica estas mi niña. ¿Te gusta que tu tío haya sido el que te rompiera el quinto?” y aunque me dolía, pero también sentía rico y le dije que sí, que si me gustaba que fuera el primero.- Me relata.
Con forme me platicaba, la bombeaba despacio, aunque por momentos arreciaba mis embestidas. Estaba súper excitado sabiendo cómo había perdido su virginidad.
-Luego empezó a moverse de afuera hacia dentro, primero despacio y luego más fuerte hasta que sentí algo caliente dentro de mí y que sentí chorrear por mis piernas y nalgas.- Me dice entre jadeos.
-¿Se dieron cuenta tus papas? ¿Te siguió cogiendo?- Le pregunte.
-No, no se dieron cuenta. Si, unas veces más, porque no estuvo mucho tiempo en casa con nosotros.- Contesto.
Ya tenía la verga entumida y deseaba explotar, por lo que arrecie mis embestidas, metiéndosela y sacándosela con fuerza de su puchita…mí prima gemía con fuerza, jadeaba y pedía más.
-¿Te gusto saber cómo perdí y con quien lo señorita verdad?- Me pregunto mi prima.
-¡Si, me encanto, aunque hubiera deseado ser el primero! – Le conteste.
-No será el mío, pero te daré dos regalos.- Me dijo, lo cual me excito más de solo imaginarme a que se refería.
Embestí con fuerza, ya sin detenerme y sin tenerle compasión hasta que estallé dentro de ella, una, dos, tres veces, luego se la saque y le eché el resto de mi leche en su cara, abrió la boca y la que no capeo, la limpio con sus dedos y se la llevó a la boca. Luego me chupo la verga hasta dejármela completamente limpia. Me derrumbe sobre la cama y mi prima siguió chupándomela, lamiéndola, así como mis huevos.
-¿Pero querrán ellas?- Le pregunte, dándole a entender sobre sus niñas.
-¿Qué si querrán? Hace tiempo que te lo quieren dar, pero les digo que se esperen, que ya falta poco, que mientras disfruten y vayan gozando y aprendiendo, para que sean felices los tres.- Me contesta mi prima.
Luego de unos minutos, nos levantamos y fuimos a bañar, regresando a dormir completamente desnudos. No supe que hora era, cuando se metieron entre nuestras sabanas mis sobrinas, acomodándose entre medio de nosotros, cada uno abrazo a una y así seguimos dormidos hasta que amaneció. Al despertar, seguimos nuestra rutina diaria, solo que ahora era ya algo diferente.
La primera experiencia que tuve con Susy, fue exquisita, a pesar de no penetrarla, fue exquisita, ya que me permitió conocer lo golosa que era. Lo cual se repitió a la semana siguiente, ya que no volvió a tener clases el viernes. En la noche me dejaba dormir, pero en la mañana, me exprimía todo.
Desde su llegada a mi casa ha pasado un año y meses. Ali tenía 9 años y Susy de 7, quienes al poco tiempo de llegadas, festejamos sus cumpleaños en septiembre, 10 y 8, así como los 11 y 9 respectivamente. Al igual como los de mi prima, quien es de octubre y que en ese mismo mes, comenzó los trámites de divorcio con su exesposo. Solo que tenía que ir a la capital, ya que allá estaban casados.
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