Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Varios

LA CHICA QUE VINO A HACER PRACTICAS II

ME ENTREGÓ SU VIRGINIDAD

Me desperté y estaba desnudo, ella no estaba, estaba solo, relajado, muy relajado. Dude unos segundos si lo que mi mente dibujaba había sido un sueño. Noté mi cuerpo sudado y pegajoso, muy relajado y muy pegajoso, como de haber sudado mucho. Al moverme sentí un escozor en mis partes nobles (genitales), baje la mirada y observe mi pene enrojecido y manchado con rastros de sangre, el capullo (glande) hinchado y enrojecido, cerca del ombligo, una fina capa rugosa, seca, (semen), me vino a la mente el placer recibido al sentirme dentro de su cuerpo. Acudieron a mi mente sus palabras entre cortadas por el placer “no te puedes correr dentro”. Recuerdo también que después de besarnos con pasión dentor de la habitacion del hotel le había dicho: ¿De verdad deseas que lo hagamos ahora? Mi mente recordaba que mi cuerpo ardía con la pasión contenida durante meses. Recordaba el sabor de sus labios. Recordaba que me cogió de la mano y me llevó junto a una pared. Recordaba que desapareció el mundo entero y todo el bullicio de nuestra cafetería de los viernes. Recordaba cómo me besó en el cuello y como cogió mi pene como si no llevara pantalones.

-- ella: Llevo todo un año esperando que llegara este momento, estar contigo, si lo deseo, aunque nunca podamos estar juntos deseo entregarme a ti y tu serás solo mío.

Lo era y ella lo sabía.

-- ella: Ven conmigo.

Me lo dijo como si hubiera otra opción, mientras me aferraba con sus brazos dejando claro lo que ambos sabíamos, que era suyo, solo suyo y ella era mía, solo mía. Me condujo hacia el baño de hombres. Me empujó hacía la única puerta reservada. Me besó, cerró la puerta. Se apretó contra mi pecho y me empujo hasta dejarme sentado en la taza del wáter.

-- ella: Cariño, quiero ser tuya, solo tuya.

La luz iluminaba su bonita melena de pelo rubio y perfilaba la silueta de un cuerpo sinuoso, perfecto en cada curva, que desafiaba desde el brillo de sus ojos color miel y prometía lujuria desde la dureza de los pezones erizados que acababa de sentir en mi pecho.

Esta vez no se levantó su vestido. Se inclinó para besarme mientras se quitaba las bragas.

-- ella: Cógelas, me dijo, mientras las acercaba a mis labios.

Las cogí cono los dientes, ella rio a carcajadas. Me las arrancó de la boca tirándolas al suelo, se subió su vestido para mostrarme su sexo.

-- ella: Tómalo es tuyo.

Me dijo mostrándome para mí un coño perfecto, de labios pequeños rozados, definidos y húmedos entreabiertos como esperando la visita de mi pene.

Se volvió a inclinar sobre mi rostro. Noté su lengua cálida prometiendo calor infinito. Me apartó, se acercó hasta dejar su sexo a la altura de mi boca y me dijo:

-- ella: - Pongo tus límites, sabes que tienes un límite y no puedes parar hasta que mi cuerpo deje de temblar.

No me aparté, recorrí suavemente cada pliegue de su piel. Me sumergí en el pozo de su ombligo y hundí mi boca en sus labios vaginales, frote con la lengua su clítoris en un beso en el que olvidé hasta respirar. Olvidé mi mundo mientras exploraba con la lengua su interior. No dejó de temblar mientras inundaba mis labios con los fluidos del placer. Jadeo y gimió todos los orgasmos que nos debíamos mientras me gritaba que no parase.

Obedecí sometido, no deje de paladear cada oleada del calor que bombeaba su sexo en mi boca, hasta que apartó mis manos y mi boca para coger mi pene con firmeza y colocárselo en la entrada de su sexo. Acariciándola con su clítoris, torturando mi deseo de hundirme dentro de ella. Saboreó el sabor de su sexo que perduraba aun en mis labios empapados y empezó a moverse sobre mí. Lentamente se fue dejando caer, note como su sexo abrazaba mi hinchada punta (capullo, glande). Algo frenaba su avance hacia su interior, sentía la estrechez de su sexo (vagina) oprimiendo mi pene.

Ella permanecía sujetándolo con una mano, sentí un fuerte escozor y como su rostro se tensaba y contraía en un gesto de dolor y como un UUIIII seguido de una fuerte respiración a la vez que mi pene avanzaba perforando su virginidad. Con la cabeza hacia atrás y mordiéndose el labio inferior fue bajando su cuerpo hasta hundirse la totalidad del pene notando como su sexo se aplastaba contra mis genitales.

Mi pene es bastante grueso y notaba las contracciones de su sexo en mi pene, notaba como se había hundido hasta el fondo de su ya no virginal rajita (vagina). Noté todo el placer que ella comenzaba a sentir. Percibí todo el calor que nos debíamos. Un río hirviendo bajaba sobre mí. Notó mi placer.

-- ella:  Ni se te ocurra correrte.

Me dijo entre jadeos que parecían sollozos mientras me cabalgaba.

-- ella: Ni se te ocurra correrte dentro, aguanta.

Insistió de nuevo subiendo y bajando su cuerpo cada vez mas rápido  dejándose caer con fuerza sobre mí. Su coño, (sexo) ardía abrazando mi pene, yo moría por estallar y inundarla, pero de nuevo ella volvió a decirme.

-- ella: Aguanta, no te corras, no puedes correrte dentro.

Habría estallado hasta morir dentro de ella, pero tenía, debía  de aguantar, podía ser peligroso hacerlo y ninguno delos dos deseábamos que eso pasara. Se retorcía de placer sin dejar de mirarme con los ojos muy abiertos, sus pupilas implacables reflejaban el placer que la estaba invadiendo mientras aguantaba la respiración para después dejarla escapar con fuerza:

-- ella: Ahhhhhhh, no se te ocurra correrte.

Se estremecía una y otra vez, resoplaba, me mordía el cuello, me clavaba las uñas en la espalda mientras aprisionaba mi cuerpo con sus caderas. Devoró mi boca hasta que perdí mi voluntad en sus labios. Aún saboreo sus besos, su aliento cálido y dulce, su calor bajando sobre mi polla, su respiración gritando “más más”.

Temblaba todo su cuerpo mientras nos besábamos. Era un beso y un gemido. La agarré con fuerza y me levanté, con ella a horcajadas aplastándola contra la pared del baño gimiendo jadeando, sin poder dejar escapar un grito ahogado mientras ella alargaba el orgasmo sintiendo la totalidad de mi pene golpeando sus entrañas, sentía un fuerte dolor en mis partes aguantando el orgasmo.

La elevé contra la pared manteniéndola apretada fundidos, rotos de placer.

-- yo: Ni se te ocurra correrte más.

Le dije, sonriendo, mientras la notaba estremecerse sintiendo las contracciones de su rajita (vagina) sobre mi pene d nuevo tras recibir un segundo y alargado orgasmo.

-- ella: Aquí mando yo.

Replicó, casi sin voz, aun sin reponerse del orgasmo.

-- yo: Ahora ya no.

Conteste, siendo consciente de que no era cierto, de que había creído  someter a quien nunca se había sometido. Gimió, me abrazó buscándome más. Llena y llenándome a mí.

-- yo: Ni se te ocurra correrte más, le insistí.

 Se volvió a correr, riéndose en mi cara, llenándome de satisfacción, mordiendo mi cuello, ahogada en mis besos.

-- ella: Ni se te ocurra correrte.

Replicó jadeando, notando los temblores de mí pene, duro, grueso y nervioso dentro de su cuerpo.

Nos besamos mientras la dejaba en el suelo y mi pene salía de su sexo. Se quitó el vestido, dio un paso atrás y se arrodilló delante de mí. Atrapó mi pene entre sus labios mientras la sujetaba con una mano. Sentí mi vida entera derritiéndose al sentir el calor de su boca. Sentí sus labios como si fueran míos, sentí que solo la sentía.

Me miró como cuando solo deseábamos arder juntos, pero no nos tocábamos. Y mientras me devoraba hasta el temblor, mientras succionaba y lamía mi pene en busca de mi éxtasis, mientras exploraba los límites de mi autocontrol recorriendo otras partes de mi cuerpo, arañando mi piel, acariciando mis huevos, (testículos) sus labios le dieron a mi pene una orden imposible de no cumplir, que rompió mi resistencia:

-- ella: Ni se te ocurra correrte.

Me dijo sacándose el pene de la boca levantando la mirada unas décimas de segundo para de nuevo atraparlo entre sus labios, estallé, (me corrí) en su boca. Engulló y luego derramó mi placer en mi pecho, luego buscó mis labios, y compartió nuestros deseos y fantasías.

-- ella: Esto solo acaba de empezar.

Me dijo mientras yo aturdido me dejaba caer sobre la tapa del wáter.

(CONTINUARA)

Datos del Relato
  • Autor: pakins
  • Código: 63605
  • Fecha: 23-10-2021
  • Categoría: Varios
  • Media: 9
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2358
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.218.108.8

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.525
»Autores Activos: 2.283
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.105
»Total Envios 21.927
»Total Lecturas 106.079.833