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La chica del BMW

Era un día caluroso, el trabajo en el taller mecánico era completamente difícil y pesado, había muchos carros que reparar y arreglar.



Julián estaba con sus herramientas haciendo una serie de ajustes finales a un BMW nuevo, parecía que tenía un problema con la transmisión, por suerte no era una cosa sumamente difícil, con ayuda de sus herramientas ya estaba poniendo punto final a ese asunto.



Julián era un hombre joven que recién cumplía unos treinta años, era corpulento y bien parecido, consecuencia de una vida sana y dedicada al deporte en sus tiempos de ocio, era el dueño del taller mecánico y era el mejor en su arte, el BMW negro era el último de unos cinco autos que se había dedicado a arreglar.



Generalmente como dueño él no tendría que ensuciarse las manos haciendo reparaciones de este estilo, pero como un hombre que había estudiado muy a fondo la ciencia automotriz, era todo un amante de su arte y no desperdiciaba ni un segundo en ponerlo en práctica.



Continuó laborando reparando el vehículo, hasta que finalmente concluyó de acomodarlo, luego de ello usando, la llave abrió el vehículo, entró en él y lo encendió, el auto prendió bien, sin titubeos ni ruidos extraños, lo aceleró un poco en neutro y pudo comprobar que estaba bien, sonrió de satisfacción por su éxito.



Acto seguido salió del vehículo y se dirigió a la oficina del taller en donde tenía el registro de aquel BMW negro, busco en sus registros y lo ubicó, los registros estaban al nombre de señorita llamada Jennifer, en ese momento fue cuando le invadió un pensamiento en la cabeza.



Recordó que sus empleados habían hecho referencia, a una chica joven muy linda con ese nombre, una tal Jennifer, hicieron referencia a que era una mujer despampanante y voluptuosa, todos los hombres habían enloquecido cuando la vieron, claro que en ese momento él no se encontraba en el taller cuando ella había venido a entregar el auto, así que no pudo verla.



Mientras estaba inmerso en ese pensamiento, sonó el teléfono, el en el acto levantó el auricular y atendió:



—Buenas tardes, taller de reparación, Martínez S.A.



—Buenas tardes, llamo referente a un BMW negro que fue enviado hace unos días para una reparación de la transmisión, soy la Jennifer la dueña del auto.



—¡Ah!... sí... señorita, soy Julián el dueño del taller, tengo que notificarle que en este preciso instante acabo de terminar de reparar su automóvil, todo salió a la perfección, quedó como nuevo, puede pasarlo buscando cuando quiera. —respondió Julián amablemente.



—Estupendo, estoy cerca del taller, a un par de cuadras, voy a ir a recogerlo, estaré en unos 20 minutos. —respondió la chica.



Julián notó una voz hermosa y seductora la que le hablaba por teléfono, en el acto le dio un atisbo de confianza y seguridad:



—Estaré esperándola para entregarle el auto. —concluyó.



—Muy bien estaré ahí, hasta luego... —la chica colgó el teléfono.



Bueno ahora era esperar a que la clienta viniese a recoger su vehículo, Julián en el acto se fue al baño en donde procedió a lavarse las manos, para quitarse toda la grasa y el sudor, seguido de eso limpió su rostro retirando todo el sudor, aquí ya había culminado con sus labores, así que se quitó el overol de trabajo y se puso su ropa normal.



Sus empleados se habían retirado momentáneamente, para hacer unos pedidos y buscar algo de comer, así que él tenía el lugar para él solo, ya se había cambiado y se había aseado, estaba mucho más cómodo, salió del baño y se metió en la oficina, ahí aprovechó para acomodar los papeles de los autos que ya había arreglado, luego de hacerlo iba a llamar a sus dueños para avisarles.



Estaba acomodando los documentos, cuando en el acto escuchó una voz femenina que venía de afuera, era una voz suave y tranquila:



—Hola, ¿hay alguien aquí?



Julián se levantó de su escritorio y abrió la puerta de su oficina asomándose para afuera, lo que vio ahí lo dejó boquiabierto....



Se trataba de una chica de unos 25 años de edad, de como un metro setenta y cinco, de cabello castaño oscuro, de un rostro hermoso y angelical, de ojos café de forma bien delineada, nariz perfilada, un rostro hermoso y bien constituido, un cuerpo sensual y apetecible, esbelto y deportivo, con senos bien pronunciados, pero no exagerados, piernas bien torneadas y hermosas.



Llevaba un traje de cuero negro que estaba escotado en la parte superior y abajo terminaba en una falda que llegaba a la parte superior del muslo, dejando una buena porción de piernas, las cuales se exhibían con frescura y terminaban en unos zapatos de tacón negro.



Julián se quedó boquiabierto ante semejante monumento, no sabía que decir en ese momento, la chica se le quedó mirando esperando alguna reacción, mientras que el dueño del taller estaba completamente embobado mirándola. La chica pareció no inmutarse ante eso, más bien parecía como si fuese algo normal que le pasase todo el tiempo:



—Señor. —repitió la chica.



Julián volvió en sí:



—ehhh... si señorita, disculpe, estaba distraído, ¿en qué puedo servirle? —se sintió avergonzado por quedarse mirando a la chica.



—Soy Jennifer, la dueña del BMW negro. —respondió la chica.



—Oh... sí claro, permítame mostrarle... sígame por favor.



Julián llevó a Jennifer hasta el BMW que estaba estacionado, se dio la vuelta y contempló de nuevo a la voluptuosa mujer que tenía al frente, vio ese sensacional traje escotado de cuero, a él le fascinaba el cuero:



—El auto presentaba una falla en la transmisión, cuando la revisé, descubrí que todo el equipo que estaba ahí estaba ya viejo y oxidado.



—No puede ser, el auto es recién salido de la fábrica, lo compré hace unos cinco meses, no puede tener partes viejas. —respondió la chica mostrando una expresión de preocupación.



—Pues me temo que la timaron, toda la transmisión es completamente vieja y obsoleta, pero no se preocupe, lo reemplacé con una nueva y el auto ha quedado en perfectas condiciones, puede usarse con normalidad. —respondió Julián con seguridad.



—¿Agregó nuevas refacciones al auto? —dijo la chica mostrando cierta preocupación.



—Pues sí, obviamente eso va a aumentar el costo de la reparación... —respondió Julián.



La sensual chica se mordió ligeramente el labio dijo:



—¿Cuánto me va a salir todo?



—Sí... vayamos a mi oficina para sacarle la cuenta total. —dijo Julián.



Ambos fueron de nuevo a la oficina, ahí Julián se sentó en su escritorio y se dispuso a revisar los documentos, ahí pudo observar los diferentes arreglos que hizo al carro, en el acto comenzó a sacar la cuenta de todo e hizo un total, ella también se sentó y quedó mirándolo:



—Bueno, sumando el impuesto al valor agregado, son unos 4.000.000 bolívares (moneda de Venezuela).



La chica se ruborizó con la suma, en el acto pareció mostrar incomodidad, al parecer esa cantidad de dinero le ocasionaba problemas:



—¿Ocurre algo señorita? —preguntó Julián.



—Caray... —dijo la chica.



—¿Que pasa? —insistió Julián.



—Verá usted, yo soy modelo profesional, pero últimamente he estado algo corta de dinero. —la chica reflejaba vergüenza al decir esto. —Ahora estoy haciendo una sesión de fotos y pronto voy a estar modelando en unas pasarelas, me van a pagar, pero ahora no dispongo de dinero, si usted puede darme un plazo para pagarle... Estoy realmente apenada.



Julián se sentía incómodo con ello, el nunca fiaba, era de los que pensaba en que el tener cuentas claras, era lo que mantenía las amistades:



—Pero, si no tenía dinero, ¿por qué dejó el auto para que lo reparase? —preguntó un poco contrariado.



—Es que lo necesito para transportarme a todos los eventos que tengo que cubrir, por favor señor se lo suplico. —la chica lucía un poco desesperada.



—Caray, es que no creo que sea conveniente hacer esto. —dijo Julián un poco preocupado.



—Mire, le voy a adelantar 500.000 bolívares, pero eso es lo inicial, para el resto debe esperar un poco. —dijo la chica tratando de convencerlo.



Julián se levantó de su silla pensativo, caminó por la habitación, luego de pensarlo unos segundos dijo:



---Ok, puedo darle un plazo, déme los 500.000, pero necesito el número de su casa y celular para mantener el contacto y hacer los arreglos, para el resto del pago. La chica sonrió de la felicidad:



—De acuerdo aquí están... —en el acto le pasó el número, Julián tomó el teléfono de la oficina y marco el número recibido para asegurarse de que correspondiese al celular de la chica, este efectivamente sonó:



—Muy bien, entonces me mantendré en contacto con usted para arreglar el depósito de la inicial de 500.000 y el resto luego... ¿de acuerdo? —dijo Julián sonriente, no estaba muy en acuerdo con ello, pero por complacer a una linda chica se podía hacer el esfuerzo.



La chica asintió sonriente y luego continuó:



—Gracias es usted muy amable... algo que me gusta mucho de los hombres es su amabilidad. —esa última parte la dijo con voz sensual y tranquila.



—Bueno, tengo que decirle que soy estricto con respecto a las reglas, pero a veces se pueden hacer excepciones. —dijo Julián.



La chica sonrió, de alguna manera comenzó a sentirse cómoda con el mecánico y este con ella:



—Bueno, creo que debe irle muy bien en su profesión... —comentó Julián.



—¿Por qué lo dice? —preguntó ella.



—Bueno, comprarse un BMW es un poco costoso, ¿no lo cree? —comentó Julián. La chica que se había sentado en la silla delante del escritorio, en el acto cruzó sus sensuales piernas y respondió:



—soy una chica que le gusta darse gustos de vez en cuando.



Julián notó la expresión de picardía y de deseo que ella tenía, en su rostro, esto también lo excitó y decidió seguir su juego:



—¿Y qué clase de gustos se da?



—Bueno, me compro las cosas que me gustan, también me gusta divertirme en la cama, ¿me entiendes? —dijo ella.



La chica estaba sentada con las piernas cruzadas, obviamente había visto a Julián y en el acto le puso los ojos encima, creo que había una atracción, Julián también lo notó, pero no lo impidió también le estaba empezando a gustar el asunto:



—Sí entiendo, ¿con quienes le gusta divertirte en la cama? —preguntó Julián.



—Con hombres apuestos, como usted, por ejemplo. —dijo ella, mientras que acariciaba su cuello con su mano. ---Me parece una persona interesante... eh…



—Julián. —agregó él.



—Sí Julián, he estado un poco estresada estos días, ¿podría ayudarme a relajarme un poco?, no sé alguna recreación. —dijo ella.



—¿Como? —dijo Julián algo nervioso.



La chica se levantó y caminó lentamente hacia él, contorneando su sensual cuerpo, con su diminuto traje de cuero negro:



—Quiero un hombre ahora mismo.



Julián tragó saliva mientras un profundo nerviosismo lo invadía, aquella chica se le estaba insinuando, en el acto se levantó y quedó enfrente de ella.



—Y si es uno atractivo y fornido como usted, eso me vuelve loca. —dijo la chica, mientras se le ponía al frente.



Julián miró su hermoso rostro, con su cabellera castaña suelta, no pudo evitar quedar hipnotizado por tanta belleza:



—Señorita yo...



—ssshhh... —ella le mando a callar sutilmente, mientras posaba su mano en su pecho y comenzaba a acariciarlo, Julián quiso hablar, pero algo le hizo callarse:



—Déjamelo manejar. —dijo ella.



Comenzó a descender su mano por el pecho, hasta que llegó al abdomen, ahí llegó hasta la cintura, en el acto con cuidado posó su mano en la entrepierna de Julián y comenzó con suavidad a sobarlo, Julián enloqueció por completo, su pene se puso erecto y se endureció como una piedra, ella a través del pantalón lo sobaba con tranquilidad:



—Siempre quise ver la verga de un mecánico. —dijo, mientras continuaba sobándole la entrepierna con tranquilidad, luego procedió a quitarle la correa, luego le abrió el botón y la bajó la cremallera, de un rápido movimiento bajó los pantalones, quedó un bóxer con un gigantesco bulto al frente:



—humm... ahora puedo trabajar con más comodidad. —dijo la chica, mientras comenzaba a acariciar el miembro a través del calzoncillo.



Julián aceptó rápidamente la situación, simplemente se quedó quieto y se dejó llevar por la situación, la chica siguió con sus manos acariciando, luego procedió a bajar el calzoncillo. Una verga enorme estaba erecta, con sus dos testículos endurecidos por la excitación:



—ohh... pero que verga, había visto unas cuantas, pero esta es definitivamente una de las mejores... —la chica miró a Julián, este tenía los ojos cerrados y dijo: —Sr. Mecánico, míreme...



Julián abrió los ojos y la miró:



—Voy a tener que hacer una revisión de su verga, ¿está de acuerdo?



Julián si acaso pudo articular una palabra asintió:



—OK, procedo...



En el acto comenzó a acariciar el miembro, con sus manos, teniendo cuidado de excitarlo, pero no hasta el punto de la eyaculación:



—Todo está estupendo, ahora el control de calidad...



En el acto la chica se quitó los tacones y se arrodilló, colocando la verga en su cara:



—Me fascinan las vergas grandes y dura, como la suya señor mecánico, una vez que las veo, no puedo contener y tengo que mamarlas, degustarlas, comérmelas, me encantan las vergas...



En el acto con cuidado se metió el miembro en la boca y dio una chupada, lenta y rítmica:



—ooohhh... —exhaló Julián ante la acción de esa chica especial.



—hmmm... —exclamó ella con la verga en la boca, mientras volvía a dar otra chupada,  luego ella se la sacó y la contempló, luego procedió con la lengua, a lamer la cabeza del miembro con suavidad, lo hacía de manera graciosa y rítmica, como una niña con una chupeta. —que chupeta tan deliciosa.



Luego se quedó mirando el miembro, lo beso y luego con delicadeza lo levantó y viendo los testículos, avanzó les comenzó a pasar la lengua, eso le dio otro tipo de excitación a Julián.



La chica se incorporó de nuevo, se colocó sus tacones negros y vio a Julián, tele transportado a otro mundo, su gigantesca verga afuera, la chica lo contempló y sonrió, en el acto se metió las manos debajo de su diminuto traje de cuero negro y se bajó las bragas, las cuales eran de color vinotinto y terminaban en forma de hilo dental, se las mostró con expresión maliciosa mientras decía:



—Así es más fácil.



Julián asintió:



—Ok, ahora quiero que me tomes en esta mesa, mi héroe, ahora soy tu yegua y quiero que me montes. —dijo ella.



—Eres una chica salvaje, quiero domarte. —respondió Julián sorprendiéndose por ese comentario que había dicho.



—Que esperas. —dijo la chica.



En el acto Julián avanzó y la tomó por la cintura y la besó salvajemente, ambos se entrelazaron en un beso, en donde sus lenguas se entrecruzaron:



—Ahora yo tomo el control. —dijo Julián.



—Como desees, mi Macho... —dijo ella henchida de deseo.



Julián aprovechó para manosearla, tocando sus senos, sus piernas, su trasero, ella procedió a quitarse el traje de cuero, pero en el acto Julián la detuvo diciéndole:



—No nada de eso, te voy a poseer con ese traje de cuero, a mí me derriten las mujeres que usan sensuales trajes de cuero como tú.



—Sí papito, lo que tú digas. —respondió ella.



El la llevó hasta el escritorio, donde la sentó y levantó sus piernas y la abrió, como no tenía bragas, pudo contemplar su extraordinaria vagina:



—¿Quieres que le dé una probada a tu vulva?



—Oh... sí papito, si... estoy deseosa de ti, lámela... por favor.



Julián se inclinó e introdujo la lengua en los labios de la vagina, una vez ahí comenzó a pasar la lengua:



—oohhh... ooohh... papito. —decía la chica.



Julián continuó trabajando la vagina de la chica, ella comenzó a gemir con más fuerza, este era consciente de los orgasmos múltiples de las mujeres, así que no se preocupó de que fuese a correr, continuó pasando la lengua, ahí se pudo percatar de que la vagina se lubricaba más y más:



—aaaahhh... ahhh... sigue. —decía ella.



Julián con sus dedos abrió los labios y vio la vulva en toda su esencia, recordó algo que vio en las películas porno y manteniendo los labios separados, metió el dedo índice, mientras le pasaba la lengua a la parte superior:



—AAAAGGGHHH.... PAPIIIIIII.... OOOHHH. -—la chica había aumentado de nivel.



Julián sabía que tenía la situación a control y que la estaba estremeciendo:



—SIIII PAPI, SIGUE OOOHHHH ME LLEVAS AL CIELO.... OOOHHHH —decía la chica.



Julián recordó que había películas porno, en donde las mujeres eyaculaban gigantescos chorros de fluido vaginal, se imaginó que por ahí venía la cosa, pero él tenía ya algo planificado por adelantado.



En ese momento aumento la presión del dedo y de la lengua sobre la vagina de la chica, de manera mucho más acelerada, eso para ella fue demasiado:



—aaahhh.... ahhh... OOOOHHH.... MACHO.... ME CORRO... ME CORRO.... ME



CORRO.... AY... AY... ME CORRRRROOOOOO!!!



En un chorro de fluido vaginal salió de la vagina como si fuese agua de una manguera, pero Julián abrió la boca y todo el fluido se lo metió en la boca, pero procuró no tragarlo:



-—OOOOOOHHHHH... —la chica terminaba su extraordinario orgasmo. Julián con la boca llena de fluido vaginal, se levantó trajo a la chica, abriéndole la boca y en el acto la besó con fuerza, haciendo que tomase de sus propios jugos, ella los recibió de manera apetitosa, mientras lo besaba, luego Julián comenzó a lamer, todo el traje de cuero, llenándolo de saliva y fluido vaginal.



La chica quedó sentada en el escritorio completamente extenuada y agotada, su respiración era acelerada, Julián tenía una erección todavía y había que hacer algo con ella, levantó a la chica de la silla y la atrajo hacía sí:



—¿Qué haces? —dijo ella con voz temblorosa.



—Preciosa tú te corriste, pero yo no. —respondió Julián.



Se sentó en la silla atrajo a Jennifer hacia sí, abriéndole las piernas y sentándola sobre la verga, la verga entró con facilidad en la vagina de Jennifer, gracias al trabajito que le hizo previamente.



En el acto la chica comenzó a cabalgar salvajemente sobre Julián, quién la tenía enfrente y aprovechó para arremeter contra sus senos, lamiéndolos, saboreándolos, devorándolos con desesperación, con otra mano le metió el dedo en el culo a la chica, penetrándola salvajemente:



—AAAGGHH.... AAAGGGHH... AAAGHH... —la chica gemía mientras era arremetida de semejante manera, pronto la intensidad comenzó a crecer poco a poco, Julián estaba empezando a alcanzar un cierto clímax, estaba a punto de correrse:



—Voy a correr. —dijo Julián mientras se follaba a su chica.



La chica en el acto reaccionó y dijo:



—Papi, córrete en mi boca.



—Sí mami. —dijo Julián mientras la chica se quitaba de encima y se agachaba. Julián le metió la verga en la boca y ella empezó a chupar con fuerza y ese fue el momento de la explosión:



-—AAAAGGGGHHH —dijo Julián mientras eyaculaba, la chica lo mantuvo metido en la boca de tal manera que mantuvo todo el esperma en su boca, continuó chupando mientras el monstruoso orgasmo de Julián continuaba:



—uuuggghh... —dijo Julián cuando terminó.



La chica se levantó y lo besó, le dio de probar su semen cosa que Julián degustó, mientras sus dos lenguas estaban entrelazadas en un beso inolvidable, luego la chica se agachó dio unas chupadas más, limpiando el miembro y el sobrante de semen se lo tragó, luego se levantó.



Ambos se miraron por un momento y luego se besaron apasionadamente, ambos agotados por toda la acción se desplomaron al piso, en donde quedaron tendidos por un buen rato, Jennifer apoyó su cabeza en el pecho de Julián.



Julián con los pantalones abajo y la camisa desabotonada y Jennifer sin bragas y con todo su sensual vestido de cuero negro, lleno de fluido vaginal, ambos estuvieron unos minutos en el piso abrasados, cuando Julián reaccionó rápidamente y dijo:



—Tenemos que levantarnos, mis empleados deben venir por ahí en cualquier momento.



—De acuerdo. —dijo Jennifer.



Se levantaron y se arreglaron rápido, Julián le pasó sus bragas vinotinto y ella dijo:



—No, consérvalas como un recuerdo.



—Pero, ¿no tienes que cubrirte allá abajo? —dijo Julián.



—No, me fascina andar por la calle sin bragas, me es excitante, además te lo mereces en verdad me supiste manejar. —dijo la chica.



—No quieres irte al baño, a refrescarte un poco, también puedes aprovechar para quitarte esas manchas, de fluido... —dijo Julián.



—¿Me dices donde esta? —preguntó la chica.



—Ven.



Julián le mostró el baño, la chica en el acto se hecho agua en la cara y en el pecho, para limpiarse el fluido vaginal, Julián le pasó una toalla y ella se secó, Julián aprovechó también para asearse y cuando terminó la tomó por la cintura y la trajo hacía sí:



—Que te parece si algún día, nos encontramos para tomarnos un café o ir al cine, ¿te gusta el cine? —preguntó Julián.



—Me fascina, el cine, también podemos tener otra sesión, tal vez les diga a mis amigas modelos que vengan a echarme una mano, no creas que soy la única que está deseosa de un buen macho como tú. —dijo Jennifer.



—¿En serio? —dijo Julián pícaramente mientras le agarraba el trasero a la chica, por medio de su traje de cuero negro.



Los dos volvieron a besarse de nuevo, apasionadamente, se abrazaron mientras sus lenguas se entrelazaban. En ese momento se escuchó una voz de un hombre joven que venía de afuera:



—Sr. Martínez ya hemos regresado.



—Son mis empleados ya volvieron, menos mal que terminamos justo a tiempo... —dijo Julián.



Jennifer se dio la vuelta y salió del baño por la puerta, luego seguida del Julián, los siete trabajadores que estaban en la entrada del taller vieron a esa nena caminar con elegancia hacia ellos:



—Buenas tardes chicos. —dijo ella sonriendo.



—Buenas.... —respondieron torpemente los empleados mientras contemplaban a ese monumento caminar hacia el BMW, en donde se montó.



Julián salió del baño y se acercó al BMW a la ventanilla de la conductora y miró a la chica, ella susurró:



—Tienes mi número, llámame. —acto seguido le tiró un besito y le picó un ojo. Julián sonrió pícaramente:



—No dudes en que lo haré.



La chica prendió su auto y puso marcha, saliendo del taller, bajo la mirada perdida de los empleados de Julián, quienes comentaban entre ellos, lo extraordinario que sería tener una chica así. El BMW salió a la calle y se alejó, mientras Julián lo contemplaba con una fría y pícara sonrisa.


Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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