Durante el viaje, los ojos de la hermosa azafata buscaban los míos, platicaba con su compañera, sonreían y disimuladamente buscaba mi mirada, la chica como dije era hermosa, blanca naríz respingada, ojos verdes muy hermosos, la otra chica también se volvía de vez en cuando a verme y sonreían con cierta complicidad.
Después de un reconfortante baño, y colocarme un traje para la ocación, salí en busca de un taxi, la noche era lluviosa, y hubo un problema en el fluído eléctrico de un sector de la ciudad, y los semaforos no estaban funcionando, el tránsito vehícular era un caos. Llegué más tarde de lo que pensaba a la reunión que iba, al llegar había mucha gente, en la entrada del salón entregué mi abrigo, y recibí una copa de bienvenida, el anfitrión se emocionó mucho al verme, no era para menos, viajar de un país a otro por siete horas, para asistir a la entrega de su libro, no era sencillo, aunque para ser honesto, cuando el me lo platicó por teléfono, coincidía con un viaje que tenía planificado, por negocios. Me presentó con unos amigos, y fué cuando nuestros ojos se volvieron a encontrar, allí estaba la chica del avión, nos sonreímos cosa que no fué del buén gusto de su acompañante, un hombre de 48 a 50 años, con un parecido extraordinario a un famoso actor Inglés, por su cabello y barba blanca, protagonista de Camelot. Seguí disfrutando de la fiesta conversando por aquí y por allá, pero la fuerza de la curiosidad era grande, buscaba a la chica, y siempre que la encontraba tenía sus ojos clavados en mi. El día siguiente por la tarde, tomando un café en una plaza. me encuentro con una persona que conocí en la fiesta, y me pregunta de que si yo conocía a Marcela, como no sabía el nombre de la chica, él se mostró sorprendido, haciendome el comentario de que por la forma de que nos mirábamos, el acompañante de ella, estaba irritado y que se habían ido temprano de la reunión, le pregunté de la relación entre ellos, y me dijo que eran padre e hija respectivamente, e incluso me dió referencias de donde encontrarla. Tomé un taxi y fuí a un restaurante, propiedad de ellos, a las orillas de Madrid, y efectivamente estaba tomando vino con la compañera del avión, al verme muy sonriente salió a mi encuentro y disculpandose son su amiga le dijo, que regresaba en un momento, al tiempo que me decía que en quince minutos, salían al aereopuerto, me llevó a un baño, y para mi sorpresa, empezó a desabrochar el cinturón, y en un santiamén me tenía pantalones y calzoncillo a los tobillos, manifestándome que tenía una soberbia polla, la empezó a acariciar, dandole lamidas chuponcitos, la verga empezó a crecer en su deliciosa boca carnosa, estaba dura y roja, con las venas muy marcadas, subió de intensidad sus chupadas, y en un momento le estaba llenando la boca de semen caliente, limpio muy bien con su lengua, y me subí la ropa. Me preguntó mi día de regreso, y no coíncidía con su estancia en mi país, hojeamos un calendario de la pared, y coincidíamos en cierta fecha, para pasar la noche juntos. pero eso es otra historia.