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Categoría: Maduras

LA CASA DE LA PLAYA 2

Esto sucedió a finales del mes de octubre de 1978, tenía 23 años, ese día muy temprano fuí al aereopuerto a dejar a mi madre, mi esposa y mis hijos gemelos, que se iban por dos meses de vacaciones a la Florida, y yo les alcanzaría un mes después, aprovechando que los padres de mi esposa le heredaron una casita en Orlando. Generalmente el mes de octubre tenemos superproducción en la fábrica para cubrir el mercado hasta el mes de enero, y darle vacaciones al personal, entre noviembre y diciembre. Como estabamos en la clasificación de la materia prima, la primera quincena de noviembre la pasaba en la planta de Escuintla al sur de la capital Guatemalteca, y vivía en la casa que teníamos cerca de la playa.

Ese mismo día, cuando regresaba de almorzar, pasé a un puesto de venta de frutas, a comprar algo para mantener en la refrigeradora, y en una camioneta Volvo del año, llegó una señora de aprox. 40 0 42 años, muy guapa a comprar un poco de fruta, y preguntó de quién era el auto que estaba adelante de ella, y le dije que era mío y lo corrí para que ella pudiera parquearse bién, me preguntó si yo era norteamericano o europeo, y me dijo que me preguntaba, por lo rubio y los ojos azules. Me comentó que su hija y su esposo estaban viajando por Europa y que si yo conocía un hotel confortable en la zona, pués tenía planeado permanecer una semana por el lugar, y que ella vivía en la capital y que era de nacionalidad sueca, se marchó después de las indicaciones que le dí. Cinco minutos después me marché, y empezó a llover a cántaros, kilometros adelante ví la camioneta con las luces de emergencia, y otro auto, al acercarme los tipos, se llevaron la camioneta y la dejaron abandonada a la interperie, y cuando bajé a auxiliarla me percaté que tenía una herida en la frente, y al hablar con ella no me reconoció y hablaba incoherencias en inglés, y después perdió el conocimiento, la llevé a la casa de la playa, limpié su herida pero no era algo de gravedad, procedí a desvestirla, porque estaba super empapada, le quité su blusa, tenía unos senos lindísimos, y sus pesones rosados, eran duritos, procedí a colocarle una playera, y quité su demás ropa, era todo un belleza, que cuerpo tan hermoso, piernas blancas largas torneadas, una vagina cubierta de vellos rubios, hermosa la señora, y procedí a ponerle unos pantalones de pijama, sequé muy bién su cabello rubio, y la arropé, metí su ropa a la lavadora, y me fuí al puerto para comprar comida. a todo ésto eran ya las siete de la noche, y ella no había despertado. Yo empezé a hacer unos ejercicios, (katas y otros de karate) y luego me zambullí en la piscina desnudo, cuando me estaba secando, al quitar la toalla de mi cara noté que me estaba observando por la ventana, ya que la cortina estaba un poco abierta. Llegué a la habitación y preguntó donde estaba, aún no me reconocía, le pregunte a que teléfono podía llamar para avisar, no recordaba nada, había perdido la memoria, a la policía no podía avisar porque en ese tiempo los mismos policías hacían de las suyas, y estaba 100% seguro que quienes le habían robado el auto, documentos y el dinero eran ellos. Comimos y siguió durmiendo, yo dormí en el sofá, en ese tiempo sólo había una cama, al día siguiente le dije que lo mejor era que permaneciera en casa, por seguridad ya que no sabíamos que hacer estaba su mente en blanco, le fuí a comprar ropa de acuerdo a las medidas de la que cargaba, como usaba tangas le compré tangas y brassieres. Así pasaron tres días y me dijo que no durmiera en el sofá que la cama era suficientemente grande para los dos, así dormimos esa noche, ella se cubría con una sábana y yo con otra, la tentación era grande, ella dormía con una playera mía que le llegaba a la mitad de los muslos, se le dibujaban los pezones, y sabía que no tenía nada abajo, yo siempre acostumbro dormir desnudo pero esa noches dormía con boxer, pegado a mi cuerpo y mi bulto era evidente por el tamaño y grosor de mi pene. Esa noche hacía un calor extremo, ella se quitó la sábana y por la ventana entraba la luz de la luna llena, la playera la tenía subida ariba a la nalgas, estaba de espaldas a mi de medio lado, le veía esa nalgas redondas duras y paraditas, y la rajadura de su culito y como tenía una pierna extendida y la otra doblada la veía la rajita de su vagina, sus labios rosaditos, porque tenía la concha grande y así de espaldas se la veía. No aguantaba la erección, es ese momento quería acercarle la verga y metersela de un sólo, me levanté y me fuí a refrescar a la piscina, cuando me percaté ella estaba parada en la orilla y me dijo en inglés que si podía meterse(sólo en inglés hablabamos por su falta de memoria), fué cuando me dijo que se iba a meter sin ropa, que de todos modos ya la había visto desnuda, cuando le cambié su ropa mojada el día del incidente, era todo un espectáculo ver ese cuerpo hermoso, ella me dijo que no me preocupara por mi desnudéz que sin quere me había visto desnudo cuando me estaba secando , no pasó nada me porté muy caballero. Nos fuimos a dormir y estábamos los dos desnudos en la cama, la verdad es que el pene empezó a levantarse estaba durísimo, ella lo observaba con pena, deseo, y curiosidad, lentamente acercó su mano y empezó a acariciarlo con las uñas a lo largo del tronco, y con las llemas de los dedos acariciaba la cabeza, empezé a soltar líquido y ella lo esparcía por la cabeza y parte del tronco, y me decía es enorme, se inclinó sobre mí y sentí la calidéz de su boca, cuando empezó a chuparme la cabeza, y se fué metiendo parte del tronco , sentía cuando tragaba saliva, la tomé suavemente por una pierna y la halé a manera de quedar en un 69, tenía la concha super empapada, pasé mi lengua del ano al clítoris y se contorsionaba, gemía de placer, su piel estaba eriza, así como sus muslos, en un momento me dijo no aguanto más quiero que me penetres, la acomodé, y lentamente la empezé a penetrar, sentía sus paredes calientes y húmedas cuando me fuí abriendo paso en su vagina, ella subía las caderas para que se la metiera de un solo, yo paraba y se la sacaba y le volvía a meter poco, ella me susurraba que se la metiera rápido, y lentamente se la fuí metiendo, hasta que sentí chocar mis testículos en sus nalgas, la topé y en ese momento estalló en un soberbio orgasmo, la seguí bombeando y cuando estaba por terminar la coloqué de lado, frente a mí subí su pierna sobre mi cintura y allí se la volví a ensartar hasta el tope, y empezé a besarle y chuparle ese hermoso par de tetas duras, se la tenía toda al fondo y bombeaba despacio, sin sacar mucho, no quería acabar todavía retardaba mi eyaculación no queia sacar mi pene de esa vagina rica, caliente y mojada, nos entorchanmos las lenguas en un beso soberbio, largo, y sentí cuando nuevamente se vino en otro orgasmo, luego otro, fueron casi simultaneos, y fué cuando me fuí al fondo y solté en chorros mi semen dentro de su vagina, ello buscó mis labios, y así nos quedamos dormidos, con mi polla adentro. Al amanecer nos fuimos a la piscina, nadamos un rato y luego empezamos con nuestros juegos previos a la penetración, ya a la luz del día pude ver la belleza de su vagina, sus labios delgaditos rosados casi rojos, su clítoris puntudito rojito, y la entrada estrecha y hermosa, y cogimos nuevamente, era una máquina para tener orgasmos, gozaba a lo máximo y me decía que mi pene era extraordinario, sentía delicioso sentirlo todo, que a veces la punta le rosaba algo adentro y sentía un cosquilleo maravilloso, que la primera vez le dolió pero que su vagina ya estaba adaptada a el y que no querìa que se lo sacara. A partir de entonces se iba conmigo a la planta, a media mañana solos los dos en la oficina me lo sacaba y me lo mamaba, la ponía inclinada sobre el escritorio y ahí se la ensartaba, eran polvos riquísimos. Generalmante lo hacíamos en las mañanas en la piscina, a media mañana en mi oficina, a las cuatro y media de la tarde en la piscina o en la habitación, cenabamos, y media hora después a la cama dos y a veces tres veces, hasta que le ardía su vagina, esa noche sucedió precisamente eso ya no aguantó el rose, y fue cuando la culié, puse suficiente gel, y empezé a penetrarla por el ano, cuando entró la cabeza, gimió de dolor pero no se quitó, poco a poco la penetré toda, sentía sus sollozos, pero se empujaba más hacia mi, empezó a moverse ella me pidió que me quedara inmovil, y era ella quién se la sacaba y metía, sentía como con sus manos se estaba masturbando, sentí cuando terminó y fué cuando le eché mi leche, al sacar el pene estaba manchado de sangre. Al décimo día de estar conmigo, hicimos un viaje a la capital, y recorrimos varias zonas, donde yo calculaba que podía vivir, por su condición económica, esa noche dormimos en la casa de mi madre, como siempre cogiendo a morir, al día siguiente fuimos por el aereopuerto, la avenida de las américas, yo le había comentado que antes del incidente había hablado conmigo, que su esposo y su hija estaban en europa que ella era sueca, pero no dió resultado. En un momento dado, me dijo vira aquí, luego aquí, espera me dijo, y estábamos en frente de un gimnasio, se quedó pensando y luego entramos pero no la conocían, luego me guió a otro lugar era un supermercado de una cadena muy conocida en Guatemala, un chico la saludó y yo le pregunté si la conocía y me dijo que sí, que cuando ella compraba en el super él siempre le lavaba la camioneta volvo, pero hasta allí. Regresamos a casa con la sospecha de que vivía por el sector, al llegar a casa, iba desesperada por chuparme la polla, me desvistió y me pegó una soberbia mamada, nos colocamos en un 69, y a mi me fascinaba chuparle su concha tenía un saborcito muy especial, me encantaba sentirlas venir en mi boca porque segregaba bastante líquido, luego la puse en cuatro, que rico sentir entrar mi verga en esa panocha estrechita y caliente, era un deleite, toparla y llenarla de semen, ella educó su cuerpo que al sentir mi primer chorro de leche se venía en tremendo orgasmo. Al día siguiente se me ocurrió que si vivía por el sector había algo que no podía fallar, un parque o una sala de cine, ella me dijo toma esta avenida y cruza en esta calle, había al fondo una garita de seguridad, y al llegar sale el policía y le dice que hace días la están buscando porque su camioneta había aparecido abandonada en un lugar de la costa desmantelada, el policía al explicarle el caso me dijo cual era su casa, como es normal no tenía llave, y me pidió que metiera la meta por la reja y que probara a abrir por dentro el buzón de correspondencia, con esfuerzo lo hice y ahí había un juego de llaves, entramos, vió fotografías, y empezó a hilvanar, había recuperado la memoria, y lloró por espacio de varios minutos, luego me dice, y que hago estoy enamorada de tí, no hablamos más me condujo a su recamara y de allí no salimos en tres días, sabíamos que eran nuestro últimos tres días, al cuarto día regresaba su familia. La volví a ver seis años después, de un manera completamente distinta y penosa, penosa porque sus sentimientos renacieron, y en mi el deseo de volverla a tener en mis brazos, porque ha sido una de las mujeres especiales en mi vida, se los comentaré como nos volvimos a encontrar, en un reencuentro que tuve con Helga.
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 6.29
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