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El ruido de las primeras gotas de lluvia me hizo levantar la vista, había refrescado, se había levantado viento arrastrando hojas por doquier en forma descontrolada.
A un costado de la mesa la cerveza empezaba a calentarse, tomé un par de tragos más, un tanto incrédulo, cuanto tiempo había sido cornudo y yo tan inocente, tanto me había esforzado en complacerla, tanto trabajo, tantas horas perdidas, como un macabro rompe cabezas las primeras piezas empezaban a encajar, esa parte de la historia que jamás hubiera imaginado, otro trago, y de nuevo a sus letras manuscritas.
Te voy a confesar algo, en ese momento te odié, Juan, Juan, mi querido Juan… por qué diablos siempre tuviste que ser tan perfecto, tan respetuoso, tan romántico, tan sumiso conmigo… por qué nunca me tomaste por la fuerza y me trataste como una perra, como a una puta, por qué nunca no me diste unas nalgadas y me la diste por el culo a lo animal salvaje si era que tanto lo deseabas?
Sabes qué? no era el enorme tamaño del miembro de tu jefe lo que me había enloquecido, sabes que eso era irrelevante, sabes que fue? La forma en que me trató, la forma en que me humilló, como tomó lo que quiso de mí y solo me dejó sin miramientos, sin un beso, sin una caricia…
Seguro no lo recuerdas… pero esa noche estuve encendida, hicimos el amor como hacía tiempo que no lo hacíamos pero honestamente en mi mente estaba Dardo y lo que había vivido con él, te fui infiel, en cuerpo y pensamientos…
Pero no te escribo esto para que me juzgues, qué caso tiene ahora, cierto? Solo intento cerrar una vieja historia…
Miré la hora, era tarde, llovía torrencialmente y no quedaba casi nadie en el lugar, pero aún me quedaba texto por leer…
Después me sentí mal, me sentí sucia, cargos de conciencia sabes… quise hablarlo contigo, pero no tuve valor, cada vez que me decidí a hacerlo sencillamente no pude, no pude abrir la boca, no pude decir palabra… así que solo dije, ‘ya está… secreto de mujer’
Cobarde? Si… lo admito…
Un mes después, Dardo me llamó a mi celular, me consultaba por las horas extras, que pensaba hacer, ese contrato no escrito caducaba y salvo otro encuentro ya no habría trabajo, y con eso no habría dinero.
Yo no quería caer nuevamente, pero tampoco podía cambiar las cosas, le di a elegir dónde encontrarnos, en casa o en el trabajo, él me dijo que pasaría por casa en un par de días y así quedamos entonces.
Sin embargo adiviné que en casa volvería a someterme y te lo juro, te lo juro por la luz que me alumbra que en ese momento ya no quería que lo volviera hacer, por lo que decidí tomar la iniciativa y al día siguiente me presenté en tu trabajo, las locuras que hice… pensar que podría haberte cruzado en el momento menos indicado.
Bien, le avisaron de mi presencia por intercomunicador y me tocó esperar como una hora, al fin hizo que me acompañaran a su despacho, era la tercera vez que estaba en ese lugar.
Parecíamos locos, yo le hablaba de tus horas extras y que a mi entender, yo ya había pagado y que no tenía por qué volver a portarme como puta y él solo hablaba de que no quería que yo volviera a pisar la empresa, si acaso era tonta que no me daba cuanta a lo que lo exponía.
Parecíamos hablar en distintos idiomas, es que ambos largábamos palabras pero ninguno las escuchaba.
De pronto el dio un puñetazo sobre el escritorio, se paró, fue hasta la puerta y le echó llave, volvió, llamó a su secretaria por intercomunicador y le dijo que no lo molestaran por ningún motivo, que estaría ocupado.
Colgó, se levantó y vino a mi lado para tomarme fuertemente por el brazo, obligó a que me incorporara, corrió unos papeles de su escritorio como buscando lugar, me empujó sobre el haciendo que me sentara, era todo demasiado rápido…
Se metió entre mis piernas, sus manos aferraron mis muslos desnudos, protesté
Pará Dardo… estás loco? qué piensas que vas a hacer…
No voy a parar, adoro las putas como vos, y se lo que quieren, por eso te voy a dar lo que mereces…
No… no….
Traté de resistirme con poca convicción, ese loco forcejeo me excitó, recordé lo que había vivido con él, sentí que mi tanga se humedecía, no podía controlarlo, mi cerebro me obligaba a cerrar las piernas, mi concha caliente me obligaba a abrirlas.
Dardo subió la pollera hasta mi cintura, levantó mis piernas contra su pecho, quedé acostada mirando el techo, intenté levantarme pero una mano en mi frente le alcanzó para doblegarme.
Escupió su mano varias veces y ensalivó mi culo metiendo un dedo dentro, volví a protestar
Otra vez el culo no! ya te dije que por el culo no!!!
Pero el solo hacía a su antojo, la enorme cabeza de su verga acarició un par de veces mi esfínter y solo empujó…
Me arrancó un sordo grito, me dolió demasiado, no estaba preparada, el volvió a escupir y tapó con una mano mi boca para acallar mis palabras, mis quejidos, mis súplicas, mis gemidos…
Era loco, pero estaba sobre su escritorio de trabajo, con las piernas abiertas, y su verga entrando y saliendo de mi culo, tan larga y gruesa como era, no podía resistirme, como hacerlo?.
Dardo me miraba de una forma tan loca que solo me hacía suspirar, yo solo balbuceaba…
Esto está mal Dardo… mi esposo lo notará, tarde o temprano lo notará…
Recuerdo que el explotó en mi culo y cayó rendido sobre mí, tomo aire, volvió a incorporarse, sacó su verga y acomodó la tanga entre mis piernas, me ayudó a incorporarme, guardó su miembro en los pantalones y solo me invitó a retirarme, como si nada hubiera pasado en esa oficina.
A partir de ese momento, empecé a vivir una locura, no creas que las cosas fueron fáciles para mí, la culpa al verte, al hablarte, al escucharte, empecé a sentir vergüenza en la cama al estar contigo, a que vieras, a que imaginaras, a que preguntaras, que respondería? Y sabía que algo no estaba bien, porque te estaba siendo infiel, eras mi hombre, pero contigo todo era tan predecible, pero quien era Dardo, solo un bastardo que me había roto el culo dos veces, solo eso, pero también me había hecho sentir viva, me había hecho sentir puta, deseada, sucia, y eso era demasiado excitante…
La mesera vino a mi encuentro y me sacó de concentración, era tarde, seguía diluviando y casi no había gente en el lugar, me consultó si quería algo más, le agradecí pero dos cervezas eran suficientes, saqué unos billetes y saldé la deuda, me agradeció con una sonrisa y la vi alejarse.
Tomé el último trago del vaso y volví a llenar con lo que quedaba en la botella.
Así que era cornudo y jamás me había enterado, mi jefe, ese que se hacía mi amigo, tan bueno y que desinteresadamente me había regalado horas extras, y mi pequeño colibrí, como solía llamarla, si había sido todo amor y dulzura para ella…
Una lágrima rodó por mi mejilla y calló al papel, la tinta empezó a correrse, la sequé con la mano y me dispuse a seguir leyendo.
Medité mucho lo que pasaba, me decidí a terminar con Dardo, no podía seguir así.
Una mañana hacía un calor que derretía la tierra, me puse una minifalda y una remera holgada, no intentaba verme provocativa pero sabes cómo son las temperaturas de verano.
Fui a la empresa decidida a darle un corte y en la recepción me hicieron esperar, fue raro pero estuve más de dos horas sentada sin hacer nada, en esos minutos el cielo se puso negro y empezó a diluviar, esto solo hizo levantar la temperatura del asfalto caliente y el calor fue agobiante, me sentí transpirar, parecía el mismo infierno. Al fin Dardo se acercó al lugar, me saludó escuetamente y me invitó a seguirla tratando de no levantar sospechas en el personal de vigilancia.
Salimos en su coche sin rumbo fijo, los limpiaparabrisas no daban abasto para sacar el agua de lluvia que se depositaba sobre el vidrio haciendo casi imposible ver hacia afuera, comenzamos a discutir, como en su oficina parecíamos hablar distintos idiomas, no nos escuchábamos, yo solo decía que dejara de molestarme y extorsionarme, que para el solo era sinónimo de sexo y él me decía si acaso me había vuelto loca con esto de visitarlo en la empresa, si acaso no me daba cuenta el riesgo implícito de todo esto, él era un tipo conocido, yo era la esposa de un empleado.
Terminamos a los gritos como perro y gato, cuando el detuvo el coche en un semáforo me bajé y di un portazo tras de mí.
El estacionó y empezó a seguirme a corta distancia, pronto la lluvia nos envolvió y quedamos mojados de pies a cabeza, pero la discusión hacía que el agua tibia pasara a segundo plano.
Yo leía con atención cada una de las palabras, con una mezcla de sensaciones, dolor? excitación? ira? placer? odio?, tomé otro trago de la cerveza que ya estaba tibia, afuera el aguacero parecía no tener fin y me llevó nuevamente al texto, donde imaginé ese día, seguramente sería como este día…
Pasamos por un tenebroso y maloliente callejón, atestado de contenedores con basura, él me tomó del brazo y me metió a la fuerza en el, bramando
Así que no quieres saber más nada conmigo? ya te dije que sos una puta y conozco a las de tu clase…
Una vez que estuvimos apartados de la arteria principal me empujó contra la pared, y me sostuvo con fuerza, me hacía doler, mi trasero había quedado mirando a su lado, lo sentí subir mi corta pollera, otra vez hacía lo que él quería, no podía resistirme, metió los dedos entre mis piernas y me arrancó la tanga, sentí los elásticos estirarse hasta ceder…
Sabes que le decía yo en ese momento?
Pará! bastardo hijo de puta! te dije que no! basta con estos juegos! Sabes que soy una mujer casada! Eres una mierda!!!
Sabes que pensaba yo en ese momento?
Hijo de puta! rómpeme el culo de nuevo! Vamos! Vamos! Quiero sentir esa enorme verga en mi culo de nuevo! Hazlo!
Y Dardo no se detenía, jamos lo hacía, esta vez su pija entró toda, ya con más facilidad, mi esfínter parecía acostumbrarse poco a poco a su grosor, que hermoso y dulce placer! Como describirlo? Empezó a bombearme desde atrás como animal, la metía tan profundo que hacía que me parara en puntas de pies en cada empujón, solo dije
Estás loco? ayyyy!!!! mmm… que rica tu … verga dura… mmmm… pero mirá….ayyy! si nos ven…
Eso me encantaba de él, su locura, su impronta, su decisión, su forma de decir ‘tomo y hago lo que quiero’, él sabía que me gustaba, lo percibía, el sacaba lo peor de mi…
Las gotas de lluvia pegaban en mi rostro y parecían evaporarse al rozar mi piel, estaba tan caliente que el mismo infierno hubiera estado congelado en ese momento.
Al poco tiempo su semen caliente llenó mi culo, lo sentí tan rico…
Dardo se retiró y acomodó gentilmente mi pollera en su lugar, me giró y me besó apasionadamente, fue un beso único, maravilloso, perfecto…
Me había quedado sin ropa interior, reímos cómplices y le dije
Si sigues haciendo esto ya no podré sentarme…
Luego volvimos al auto y dulcemente me alcanzó a casa, no hablamos mucho más, solo me quedé encerrada en mis pensamientos, nos despedimos con un nuevo y cálido beso…
Las cosas se precipitaron tan rápido que no pude darme cuenta, nunca pude hablarlo contigo cara a cara, no tuve valor, solo trataba de olvidarlo pero con él era todo fuego y pasión y contigo todo hielo y costumbre.
Y más pasaba el tiempo más difícil se hacía, escritos a escondidas, llamadas indecentes, imagina la situación, me daba vergüenza hablarte, tocarte, hacerte el amor…
Tomé el último sorbo que ya parecía orina más que cerveza, reparé en el celular, lo tenía silenciado y no percibí las quince llamadas de Romina quien seguramente estaba preocupada por mi ausencia y por el temporal que se había desatado, pero en ese instante no había lugar para ella, solo quería ver la nota del amor de mi vida.
Había tomado la decisión y quería probarme a mí misma de lo que era capaz, le dije a Dardo que pasara por casa, sabíamos ambos que tu estarías en la empresa, así que me preparé para él, depilé mi sexo, me peiné con gel, me puse largos aros y gargantilla, también ese corsé ajustado rojo que afina mi cintura y levanta mies pechos, ya sé que era tu favorito, pero si a ti te gustaba tanto, porqué no le gustaría a él? Después medias de red, y una pequeña colaless que había comprado para la ocasión, tacos altos, por supuesto, y así lo esperé para probarme a mí misma que camino quería seguir.
Él llegó puntual, sabes que es muy detallista con los horarios, y se sorprendió al verme, quedó observándome como un tonto, intentó abrazarme y besarme pero yo puse distancia y le dije
No… querés ver que puta que soy? querés romperme el culo? muero porque lo hagas y me lo rompas todo, muero por sentir tu pija enorme llenándome por completo…
Lo hice sentar y que desnudara su sexo, su verga ya estaba enorme y erecta de solo imaginar, entonces me moví sensualmente en su derredor, acaricié su nuca y pasé la mano por debajo de la camisa acariciando su pecho, le mordí una oreja, fui adelante, desnudé mi intimidad mostrándole el trasero, abrí las piernas, me abrí para él, mojé tres dedos y me los metí sin dificultad en el culo, retrocedí un poco, tomé su pija y lentamente me senté sobre el, lo dejé resbalar hasta comerlo todo, sus casi treinta centímetros, no sé dónde entraban, pero se sentí exquisito..
Y empecé a moverme, por primera vez sentía que tenía la iniciativa, que tenía el control
Te gusta? es lo que querías? Ya me tienes dominada, contento…?
Fueron minutos exquisitos, pero era mucho para Dardo, lo sentí venir, y quería sorprenderlo nuevamente, salí de golpe y la metí en mi boca, su leche caliente saltó con bravura hasta mi garganta, llenándome por completo, estaba exquisita, empalagada, solo seguí chupando hasta arrancarle y tragar hasta la última gota, y seguí lamiendo su glande hasta que se le hizo imposible soportarlo…
Solo me arrancó de ahí y me dio un profundo beso, un beso que sabía a pecado y a semen…
Ya sabía de qué lado quería estar, había tomado una decisión y para tu desgracia, no estaría a tu lado…
Intenté beber, pero ya no había nada, las meseras me miraban con cara de malos amigos, era el único que quedaba en el bar, mi esposa estaba preocupada y yo debía regresar, debía improvisar una excusa, así que me acomodé lo mejor que pude y me arrimé a la puerta, parecía que el cielo se vendría abajo y seguramente llovería toda la noche, entonces empecé a caminar bajo la lluvia mientras leía las últimas líneas bajo las luces amarillentas de la calle
En fin, las cosas solo se dieron, nunca lo planifiqué, nunca quise hacerte daño, una se enamora sin proponérselo…
Después de esa mañana Dardo empezó a visitarme a diario, cada día, cada día cuando trabajabas el venía a casa y me cogía, empezamos a tener una vida digamos normal, de sexo tradicional y ya no fue solo esa locura de sexo anal, planificamos nuestro futuro detalle a detalle, paso a paso, decidimos cuando me divorciaría de ti, decidimos cuando fue conveniente blanquear nuestra situación.
Y solo quería que lo supieras, sabes que nunca quise lastimarte, eres un gran hombre y si me das la oportunidad me gustaría saber que es de tu vida, te dejo abajo mi dirección para que me escribas, y si quieres, podemos ser grandes amigos…
Amigos… que chiste… como un tonto esperé que al final me dijera ‘ven, toma un vuelo y ven a Canadá, empecemos de nuevo’, y me dirán que soy estúpido, pero hubiera dejado todo por ella, a pesar de todo, pero ella… ella solo me ofrecía amistad…
Las gotas de la lluvia se mezclaban con mis lágrimas, los trozos de papel se iban decolorando en tintes azulinos y poco a poco la caligrafía empezaba a borronearse haciéndose ilegible, tan ilegible como había sido ella para mí, porque nunca supe interpretarla.
Tiré las hojas al aire, pronto cayeron pesadas sobre el cemento y solo observé como el agua las arrastraba hasta perderlas de vista…
Fue lo último que supe de mi colibrí, de mi petisa, de mica, de la mujer de mi vida…
FIN
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