Al llegar a casa, luego de un día largo de trabajo, frente a mi me encontré un espectáculo extraordinario, mi mujer cocinando pero con el agregado de tener puestas unas calzas blancas bien ajustada al cuerpo, que culazo, no podía creer que ese culo me lo cogía yo, me calenté tanto como las primeras veces que salíamos de novios y me la cogía por todos los rincones de la casa.

No pude aguantar, y ahí mismo en la cocina, contra la mesada, le partí un poco dicha calza a la altura de los dos agujeros, y la comencé a clavar, bien reventada quería dejarla, con ambas manos le amasaba las tetas bien fuerte y con rabia, ella gritaba no podía creer que estaba tan caliente y con tanta fuerza, a pesar de haber llegado del trabajo.

-No puedo creer que me estás haciendo tu puta de nuevo, que pasa la calza de tu hembra te calentó macho pijudo.

.Maldita puta, sabes bien como me la pone tu culazo y esas calzas de zorra que te pones que te hacen un culo tan enorme, bien gigante y gordo para mi pija venosa.

.No dejes de partirme en la mesada, cógeme bien el culo, hacele el culo a tu señora hijo de puta.

-Putas como vos merecen ser reventadas siempre, bien clavadas hasta las bolas.

La calentura continuaba, la puse en cuatro patas en el piso, con el culo bien empinado hacia arriba, mi verga súper dura parecía tener un imán para ese culo, y rápidamente se introdujo en ese pozo profundo y jugoso, era como si pidiera pija hasta morir, y de echo así sucedió, la clavada era rabiosa, se sentían chocar mis bolas llenas de leche, sumado al grito de placer de la puta, que a esa altura ya había dejado todo el piso empapado con su flujo, está siendo bien cogida.

-Empino bien el culo macho alfa? Como te gusta clavarla y explotarla a esta puta

.Sos la puta de la casa, con un culazo enorme, como no te voy a clavar con lo bien que te quedan esas calzas.

-El piso de casa parece un rio con el flujo de tu puta papi, que placer tener adentro una verga tan grande.

.Si que sabes calentar amor, sabes como ponérsela bien dura a un macho caliente.

Se levanto, me tomo de los pelos y me tiro boca arriba en medio de todo el flujo del suelo, se subió arriba mío y comenzó a cabalgar como una dios, en cada sentadilla que daba furiosamente, se amasaba las tetas, se las escupía, me escupía la cara y me la frotaba, me insultaba y me deseaba, se estaba volviendo loca con semejante cogida, todo con la calza blanca bien marcada en el orto.

-Dios mío que hombre tan resistente, si que aguanta la cabalgata furiosa de su puta, de la puta en calza de la casa.

.Que bien se ven tus tetas hija de puta, me tiraste para que me empape en el suelo con tu flujo, y vea como te hice acabar.

-Insúltame papi, tratame como basura, que es lo que soy, por ponerle a mi marido la pija dura.

.Puta de mierda, eso es lo que sos, solo servís para entregar el culo, es lo único que haces bien cogedora y así te voy a reventar.

Me levante con la espalda empapada, la arrodille y le pedí que abriera la boca y sacara la lengua, litros de leche serian dados, todo para ella, como buena zorra lo entendió y en un instante le explote la cara con mi leche, toda bañada de la calentura, no podía mas de tanto que salía, parecía que me iba a desmayar del placer, es que las calzas sacaron lo mejor de mí, y ni comentar lo de ella, nuevamente demostró ser una verdadera esposa de culo gordo.