:: | Varios |
:: | Hetero |
:: | Lésbicos |
:: | Gays |
:: | Incestos |
:: | Masturbación |
:: | Confesiones |
:: | Dominación |
:: | Fantasías |
:: | Fetichismo |
:: | Orgías |
:: | Sadomaso |
:: | Maduras |
:: | Ciber Sexo |
:: | Transexuales |
:: | Voyerismo |
:: | Zoofilia |
:: | No Consentido |
:: | Primera Vez |
:: | Flechazos |
:: | De Fiesta |
:: | Infidelidad |
:: | Parejas |
:: | Intercambios |
:: | En el Trabajo |
:: | Entre Amig@s |
:: | Juegos |
:: | Aberraciones |
:: | Románticos |
-“No peque Gracias, otro día si eso”.
-“¡¡Dijiste que sí papá!!” En mi mente se barruntaba un no quiero que suceda lo del mal camino en una relación filio paternal que acaba en ruptura de las normas y el final de una familia bien avenida. Mi hija insistía… “¡Anda papá déjame darte un masajito!” Cedí a sus encantos e insistencia. Con un gesto la invito a hacerlo, contenta se acerca a mí mientas yo me acuesto boca abajo, mi nena comienza a dar un suave masaje en la espalda…
Sentí sus manitas tan suaves… -“¡Te quiero mi niña… te quiero mucho!”
-“Y Yo a ti papi. También te quiero mucho”. Me decía mientras mi nena me daba el masaje la mar de relajante… Tocaron la puerta y le dije que fuera a ver quién era mientras me ponía un pantalón. Era Santiago un Chaval de 21 años que trabaja para mí como peón de albañil, mi cría me grita diciendo… -“es tu amigo papá”. Salgo como estaba solo en pantalón y sin camisa. Noto que la chica miraba mucho al chaval, creo que le era de su agrado, pues ese día Santiago llevaba puesta solo una camiseta de tirantes y vaquero a juego. Santiago tiene buen cuerpo, es alto, es algo musculoso y tiene bien definidos sus brazos y abdomen. Al parecer a mi nena le gustan así con cuerpo y sin cabeza. Yo soy muy parecido, pero con unos años más y la cabeza amueblada…
-“Ella es mi hija Carolina tiene solo 12 añitos”, solté para exhortar cualquier mal gesto dada la deferencia de edad entre ellos… mi nena se pone roja cuando el chico se le acerca para saludarla con un besito… Tras una corta charla sobre el negocio se marchó por donde vino.-“¿Quieres algo de comer cariño?”
-“No papi Gracias…” Ese día no pasó nada entre ella y yo.
¡Pasaron los días! El Lunes como a las 14:00, vi de lejos a Santiago caminando con mi cría dirigiéndose hacia el edifico en obras donde yo estaba con más de 15 albañiles. Mi nena venía con su uniforme colegial, Santiago traía su mochila. Se portó caballeroso con ella. Los dos venían Sonriendo y conversando… Al llegar Santiago me dijo…
-“Encontré a tu Hija”.
-“Gracias por acompañarla, anda cariño siéntate por ahí, en unos minutos nos vamos para casa, es casi la hora de la comida”.
Al llegar a casa mi nena se sentía acalorada y un poco sudada de estar tanto tiempo en el sol… decidió meterse a ducha, le dije que pasase a la ducha de mi cuarto. Se desnudó en mi habitación y con una toalla se cubrió toda, se mete al baño. Mientras ella se bañaba sopesaba la posibilidad de compartir el baño con ella, pensaba en cómo estaría ahí desnuda y el agua recorriendo su cuerpecito de niña a mujer como hace tan solo unos años lo solíamos hacer a menudo compartiendo la ducha juntos. Recordé como jugábamos en la ducha aseándonos uno al otro, como recorría su piel impúber dejando deslizar mis dedos por su espalda, su pecho… entre sus piernas, su culito y hasta por su coñito infantil. Notaba que sus pezones se excitaban quedando erectos, en unos pechitos que tornaban por brotar, cuando ya contaba con tan solo 8 años, ya eran dos pequeños montículos coronados por dos pezoncitos a los que gustaba su padre lamiera y chupeteara en un juego perverso y divertido… mamaba sus pezoncitos incipientes mientras ella reía y me acariciaba buscándome el cipote en un recreo travieso, yo la besaba, abrazaba y recorría con mis labios su piel en un juego que nos gustaba a ambos por diferentes razones. Era inevitable no obtener una excelsa erección…mis 18 cm de verga se extendían con el prepucio remangado y mi gorda cabezota liberada para admiración de Carol, que se regocijaba con su visión, textura y dureza cuando presionaba sus dedos entorno a ella. Siempre pretendí que esos momentos de jovialidad nunca dejasen de ser naturales, pese a que mi niña iba creciendo, ya que desde bebé compartíamos la ducha y el baño, convirtiéndose en el mejor argumento de nuestra complicidad y de consolidar una relación paterno-filial duradera. Tras veinte minutos seguía en la ducha y yo rasuraba mi súper tupida barba con mi cuchilla de cuatro hojas. Cuando mi nena salió de la ducha me giré para verla con una toalla que la cubría por debajo de las rodillas, ella se puso coqueta…
-“¡¿Qué tal el agua mi niña?!”
-“Muy rica papi”. Pasó a mi cuarto a vestirse y en unos segundos entré sin avisar, viendo a mi retoño solo en bragas…
-“Perdona nena, vengó por mi bóxer…, también me voy a duchar”. Ella se tapa con sus manos las pequeñas tetitas en acto reflejo.
-“Vale papi”. Me acerqué a ella y le acaricié el cabello y su carita le dije…
-“No avergüences mi vida, soy tu padre y conozco tu cuerpecito desde que naciste. No te acuerdas cuando no duchábamos juntos… ya te visto enteramente desnuda… he tocado tu vaginita, tu culito muchas veces, sobre todo cuando te aseaba siendo un bebé y después de más niña… Mi nena se queda agachadita y me dice…
-“No, si no me da vergüenza papi, no me importa que me veas desnuda…, Yo también te he visto a ti Me gustaba mucho cuando me chupabas mis pezoncitos haciéndome cosquillas con la lengua”. Con mis manos le quitó sus brazos que cubría de sus tetitas… empiezo a tocarlos explicándole que se están desarrollando muy bien… que ya son de mujer y empiezan a gustarles a los hombres así. Le comencé a acariciar los pezones con dos dedos, sus tetas ya eran bastante grandes desafiantes a la gravedad, dos ojivas coronadas por unos pezones rosados hinchados formando un mismo perfil ovalado. Le sonreí y ella me dio el permiso para satisfacerla con un lametazo… no lo dudé, bajé mi boca a su pezón y lo mamé al tiempo que mi lengua lamía el erecto tetón que se le puso a Carol. Cerraba los ojos interiorizando cada chupón, desgraciadamente no sabía a ella, sino a lavanda…mordisqueaba y eso le agradaba más, cuando de pronto…
Me dijo de seguido… -“¿Te gusto como mujer papi…? Me quedé pensativo ante ese tipo de pregunta trampa, pero que requerida por mi niña no lo parecía tanto… ¡Quiero que me la metas! ¡Que me hagas mujer… y dejar de ser virgen! Ya tengo 12 años y sé que puedo aguantarlo aunque la tengas tan gorda y grande”
Como arrepentida se sofocó y me abrazó correspondiéndole a su abrazo desnuda con tan solo las braguitas en mis brazos. Acariciaba su espalda, ella se aferraba a mí. También comencé a darle besitos muy suaves en su mejilla y en sus Hombros. No me controlé más y bajé mi boca hasta sus pezones de nuevo, ya no eran tan pequeños como cuando apenas tenía 8 o 10 años…, ella cerró sus ojitos mientras yo besaba despacio y con cariño los pezones de mi nena. Ella tenía sus dos manos en mis hombros mientras yo no dejaba de Chupar sus tetitas de pezones puntiagudos empitonados, gesto inequívoco de que estaba excitada.
Después me quité la camisa y también el pantalón… ambos en ropa interior nos echamos sobre la cama jugueteando en los juegos de la seducción. Nos pusimos cómodos recostados en la cama, le acaricié las piernas y pasé mis manos por sus nalgas apretándolas. De inmediato besé a mi cría en su rico cuello. Después le doy uno que otro besito en la cara buscando su boca en tanto no dejaba de acariciar su cuerpo con mis manos recibiéndome con sus ojitos cerrados. Le quito lentamente la braguita y abrí sus piernas para ver su vagina rosada un poco húmeda, completamente apretada con unos pocos vellos incipientes que cubrían su coñito impúber. Meto mi cabeza y empiezo a lamer su coñito con mi lengua sedienta, permitiéndomelo descaradamente abierta de piernas totalmente ofrecida. En esos momentos comprendo que Carolina ha interiorizado toda la filosofía de vida que su madre y yo hemos cultivado en casa en cuanto a la libertad de expresarse con el pensamiento y el cuerpo. Mientras se lo mamo ricamente ella se retuerce en la cama…, al ver su comportamiento decido meter mi lengua lo más profundo que puedo en su vagina. Sentí el líquido de su chochito encharcado con un sabor delicioso. Después de dejar bien lubricado su conejito, me quito el bóxer, y paso por su entrada la gorda cabeza de mi polla entreabriendo sus pequeños y cerrados labios vaginales. Hay que reconocer que poseo un mostrenco considerable muy desproporcionado a su chochito efebo virgen… con un cipote de unos 18 cm de largo y unos 5 cm de ancho en la base, un capullo en forma de punta de lanza que facilita la entrada, para luego expandir los coños al máximo cuando la clavo hasta los mismos huevos. Todo ello ayudaría para desvirgar a mi niña… Nunca me falla, a todas le gusta como utilizo mi herramienta de fornicación… Abrí bien sus piernas y comenzó a meter mi cabeza lentamente, ella se quejaba un poco no queriendo ser lastimera diciéndome…
-“¡¿Ay papi me va doler?!”
-“Tranquila peque, tu padre nunca te hará nada que te lastime…”
Con fuerza meto un poco más de mi polla en ella, mi nena suelta un Grito, aguanto para clavar un poco más despacio en mi mete saca regocijándome en ese momento único que nunca más se repetirá…, la nena tiene su vagina súper apretada y húmeda. Decidí meter más abriéndole los labios con mis dedos, le inserto un poco más de mi verga haciendo tope en la tela de su virginidad…, Sentí que chocaba con algo que impedía el paso con facilidad…sin duda alguna era su himen, solo hube roto uno hace tanto que no recordaba, este sería el segundo.
-“Argghhh, papaiitooo, hasta ahí nada más, te lo ruego, más ya no por hoy…”.
Para este momento llevaba apenas metido el glande… -“Mi amor estoy a punto de romper tu himen, vas a sentir un poco de dolor, y como algo se te desgarra en tu coñito… no te preocupes”. En sus ojos se reflejaban la ansiedad de acabar con su virginidad y el temor del dolor que ello conlleva…finalmente sus su mirada cedió al deseo voraz de la hembra que toda fémina lleva grabado en sus genes.
-“Papiii por favooor Sí ¡Métemela…Quiero ser mujer!”
-“Claro que lo vas a ser a partir de hoy… Hija, quiero que me mires a los ojos cuando te desvirgue”. Deseaba ver el gesto de mi pequeña hembra en el instante de partirla y hacerla mía marcándola irreversiblemente
-“Sí papi hazme tu mujer ¡Fóllame!”. Le besé en los labios mirándonos a los ojos, y entonces sin pensarlo más empujé con contundencia unos centímetros más, logrando rompérselo. Del envión con el glande puntiagudo rompí su himen en el momento que ella vuelve a Gritar un poco más fuerte, sentí que su vagina soltó un líquido llenando mi rabo, al notarlo decidí sacarlo un poco percibiéndome que era parte de sangre mezclado con sus jugos vaginales..“¡Arrrgh, papi! Me duele… duele un poco ¡Sácala, te lo ruego! ¡LA TIENES MUY GORDA Y DURA!”. Empezaron a salir lágrimas en sus ojos, yo ya estaba demasiado excitado para poder pensar, pero reacciono al verla desmantelada…
-“Mi amor lo peor ya ha pasado. Ahora solo nos queda follar y disfrutar ¡Pronto se te aplacará el dolor!”
Con unos pañuelos húmedos le aseo su coñito y después mi verga, dejando ambos sexos listos para continuar y rematar la faena iniciada. Por suerte solo le salió una poquita porque el himen lo tenía medio abierto… no nos asustamos pues es normal, ambos sabíamos que iba a ocurrir. Ella me decía que le molestaba un poco, pero que siguiera hasta el final, no lo dudé un segundo más y volvía a metérsela de nuevo en su oprimido chochito. Comencé muy despacio y con cuidado hasta lograr tener la más de la mitad de mi verga dentro de ella, donde decidí iniciar el primer mete y saca ayudado por la alta lubricación de su vaginita sobreexcitada que ayudaba a resbalar más rápido. Metía y sacaba muy despacio y con amor, oyéndola decir al tiempo que le estaba gustaba mucho… me la follaba cadenciosamente notando en mi sensible glande cada roce sus paredes vaginales internas. Cuando su vagina daba muestras de estar más abierta, más expandida y acogedora, metí un poco más de verga pese que en cada incursión ganábamos en grosor y a ella le turbaba un poco el ensanchamiento que mi cipote le producía. Su cuerpecito al lado del mío era como comparar a la pequeña Bamby con un venado macho, el semental de la manada que ha de cubrir a todas las hembras en cada temporada de celo. De igual forma la naturaleza me ha posibilitado de un órgano genital abrumador, donde a modo de ejemplo mis pelotas no caben en una sola mano de mi niña, por eso cuando observaba mi rabo enterrado en su conejito partido en dos con su vulva hinchada a cada lado de mi tronco, daba la sensación que la estaba empalando, sin embargo me la follé súper bien sintiendo a mi propia Hija como Mujer, poniéndome extremadamente cachondo, o más bien súper caliente… Me la follaba a un ritmo suave muy delicioso mientras ella resistía con jadeos y algunos que otros gemidos, los empujones sobre su cadera que la hundían en el colchón. Levantando su culo dejando la responsabilidad de su peso y de la fuerza de mis acometidas en su espalda.
La profundidad de mis inserciones lograron enterrar toda la verga hasta los mismos huevos al cabo de cinco minutos, entonces ya la enterraba entera una y otra vez percibiendo los quejidos cuando mi capullo topaba con su pared vaginal aporreando su culito con mis bolas cargadas de una gran cantidad de material seminal acumulado de varios días. Por mi excitación y por cómo veía venir mi corrida, sospechaba que sería de campeonato, tal y como mi hija se merecía en su debut de Mujer. De arriba abajo casi en vertical machacaba su ajado coñito con suavidad, templanza y mucho amor, una, dos y tres veces sin pausa, me estaba volviendo loco de placer… no besábamos en la boca transfiriendo además de nuestra saliva y lujuria, el amor y templanza de la complicidad entre los dos. Todo mi cuerpo se hallaba en un estado catatónico de gozo y justo cuando pasaron cerca de diez minutos follándome a mi amada Hija, mi voluntad de aguantar se quebró sin más remedio viendo como su coñito impregnaba cada centímetro de mi falo venoso, hinchado y duro como el pedernal. Sus manos acariciándome el pecho, abdomen y brazos buscando donde asirse en cada clavada entre gemidos casi gritos en el instante de atorarla con todo el badajo hasta los huevos en aquella estrecha gruta del placer.
Llevaba un semana sin follar, y las ganas de hacerlo me perturbaron para acabar jodiendo con mi niña, a usarla para mi desahogo, pero eso no fue inconveniente para ella porque al parecer también lo buscaba. La penetraba severamente hundiéndola en el colchón a cada envión, ella aguantaba estoicamente las incursiones de la verga inhiesta de su padre, una tranca que no paraba de expandir sus paredes vaginales en su trayecto al fondo del coñito, sintiendo su estrechez aprisionando mi balano como ninguna otra mujer lo había logrado, en un roce bestial sobre la sensibilidad de mi glande. Todo ello solo me excitaba más y tras diez minutos solo me quedaba dejarme ir…, me corrí dentro de ella eyaculando una cuantiosa de esperma, una cantidad demasiado grande para su pequeña cavidad. Percibí como mi polla se endureció, ella no fue ajena a ello también, y de pronto solté el primer chorro de leche, seguido de un segundo igual de cuantioso. Este sería el más largo y copioso de todos, tanto que parte comenzó a salir fuera de su conejito pese a estar atorado por mi cipote… la clavaba a fondo vaciándome en lo más profundo de su coño en el mismo cérvix. Los siguientes chorros de lefa fueron igualmente vaciados en el fondo de su vagina… en el mismo conducto uterino de mi niña, pero al tener toda su vagina llena de polla, cualquier desove de semen, apenas era retenido en su interior, por tanto en su consecuencia solo parte del engrudo depositado quedó retenido en su chochito en el momento que extraje mi falo de su vagina, dejándola que se le escurriera un poco. Fue realmente rápido pero muy intenso quedando exhaustos.
Decididos a descansar nos quedamos boca arriba, yo con mi cipote aun endurecido y ella despatarrada con toda la entrepierna chorreado leche como un manantial, las sábanas quedaron perdidas del enorme flujo vaginal y del copioso desove de leche paterna…, no menos de 20 cm3. Se observamos las estadísticas, lo normal son de 4 a 6 cm3, pero en mí son unos 12 cm3 lo corriente. Una hora después la llevé a casa de su madre, pues vivimos separados pese a estar bien avenidos con la educación y mantenimiento de nuestros hijos, la verdad me encantaría que viviera conmigo, como es evidente, pero un acuerdo entre mi esposa y yo nos tiene medianamente separados. Esta fue mi primera vez con mi nena Carol, cuando tan solo contaba con 14 añitos, por suerte no estaba en sus días fértiles y en nada hubo problema de follar a pelo y correrme dentro de ella…, yo no tenía ninguna E.T.S. y ella no iba a quedarse preñada todavía ¡Todo perfecto para seguir intentándolo! Después de ocho meses de abstinencia casi total por mi separación, con puntuales desfogues, mi hija y yo hemos encontrado una salida a nuestras inquietudes y necesidades fisiológicas compatibles con nuestros roles vitales de padre e hija.
Desvirgada mi hija, se abre el campo de nuestra relación, así que lo volvimos a hacer dos días después… Mi polla se sentía en su estrecha cueva y me impulsaba penetrarla con más intensidad. Luego Carol comenzó entre temblores a experimentar oro de sus primeros orgasmos de su vida, yo la acompañé y empecé a eyacular dentro de ella. Al sentir esto ella apretó con más fuerza sus piernas contra mi cintura y durante unos segundos nos fundimos uno con el otro, en el clímax del mejor sexo de nuestras vidas.
Mi esposa es una mujer atractiva y que se ha conservado muy bien con la edad, pero cuando notó cierto desgaste en la relación dejando de disfrutar del sexo como antes me propuso una separación temporal. Tengo dos hijos… Nacho de 17 años y Carolina de 12. Carol mide 1.65, tiene el pelo castaño y los ojos marrones, y aunque es un poco delgada, posee unos senos bastante grandes para su edad y un culo bien duro respingón lo cual la hace muy atractiva sexualmente, una cintura estrecha frente al culazo partido en dos hermosas nalgas y unas tetas de tamaño desproporcionado a su cuerpo. Como ya saben todo comenzó hace unas semanas, y comenzó a hacer una poco más de vida que de costumbre en mi piso de soltero. Aquella tarde estábamos solos ella unos días después de desvirgarla… me encontraba viendo la TV, en tanto se duchaba, de repente oí que me llamaba desde el baño…
-“¡Papa!, ¿Me alcanzas una toalla?” Dijo ella, un poco disgustado por estar algo cansado del trabajo fui y se la alcancé.
Cuando se la estaba llevando la encontré desnuda en la puerta del baño, toda mojada esperando su toalla. Cuando la vi, inmediatamente me percaté de que mi hija ya no era esa niña de entonces, sino toda una mujer. Su cuerpo estaba mojado y quizás por efecto de la ducha sus pezones arrugados completamente empitonados y firmes. Se podía ver entre sus piernas un pequeño y bien afeitado triangulo de vello casi invisible señalando la entrada a su inmaculada vaginita… Me quedé embelesado un momento contemplándola, pero ella pareció no darse por enterada, tras tomar la toalla de mis manos se metió en mi cuarto para vestirse. Esto me dejó con la polla muy dura y unas cuantas ideas nuevas en la cabeza. Al principio intenté olvidarlo pensando que siempre había sido así en casa, nada de intimidades ni tabúes, lo del otro día desvirgándola se convirtió en un punto de inflexión, en donde ya nunca más nos veríamos de igual manera. Aquello se asemejaba a una locura por haber tenido sexo explícito y coital con mi propia hija, pero con el paso de los días comencé a pensar cada vez más en ella, en el propio acto como uno más de amor entre Padre e Hija, un paso que de no controlar podría llevarnos al punto de la obsesión. Finalmente decidí ser coherente concibiendo un plan para poder gozar con mi hija de todos los aspectos de la vida, dado que no tenía a mi disposición a su madre, ella era una sustituta válida para lograr complacer ese deseo incontrolable que tenemos los machos, máxime si hemos nacido para sementales. Solo me tomó unas horas pensar todo y luego me dispuse a llevarlo a cabo y cumplir mi fantasía.
El sábado de esa semana mi esposa y mi hijo Nacho decidieron ir al pueblo de sus abuelos maternos, Carol desdeñó la invitación por no llevarse bien con una de sus primas que tendría que ver irremediablemente…, se quedó conmigo bien acompañada. Tras cenar decidimos a ver la televisión en el sofá los dos juntos. Carol llevaba una camiseta larga de fino algodón, la cual me permitía darme cuenta que no llevaba sujetador contribuyendo a aumentar mi excitación. No llevar sujetador era costumbre dado que sus tetas son firmes, pero si llevaba unas braguitas que apenas le cubría la entrepierna. En sus movimientos se le perfilaba la bonita raja del culo en el momento que su camiseta se ajustaba realzando su hermoso y firme culo… Nos sentamos en el sofá, ella se acurrucó a mi lado poniendo su cabeza en mi pierna, lo que me ocasionó una monumental excitación que recorría todo mi ser, por suerte no llegó a plasmarse en mi exagerada erección, ella no descubrió mi estado de ánimo en esos instantes. Decidí preguntándole si quería ver otra película a lo que ella respondió afirmativamente y me preguntó que podíamos ver…
-“Bueno conmigo tienes libertad de elección, como no está tu madre puedes optar lo que tú quieras, a condición de que quede entre nosotros dos”.
-“¿Podemos ver lo que sea?” Dijo ella con una sonrisa picara en el rostro.
-“Si, lo que tú quieras”.
-“Bueno, entonces me gustaría ver una porno de esa que tienes en tu ordenador…”
No tuve ningún inconveniente de compartir mis debilidades con mi Hija, mi nueva amante. Por otro lado agradecí la buena suerte de tener una niña tan decidida y precoz, su inteligencia lo hacía todo mucho más fácil. Procedí a poner la película y al poco rato ella comenzó a excitarse tanto que se metió una mano en sus braguitas, encontró el botoncito y empezó a masturbarse, me miró el paquete y no lo dudó mucho, también metió mano bajo mi bóxer haciéndome una paja divina. Aun flácida la fue agitando poniéndoseme dura entre sus dedos, que se me hinchara tan rápido la sugestionó machacando más duramente. En nada perdió el tiempo mi niña bajándome el pantalón y el calzoncillo casi a la vez, dejando al aire mi durísima verga en todo su esplendor. En el momento que la vio ella me dijo que era la polla más grande que veía vivo y en directo…
-“La de mi hermano es mucho más pequeña y en nada tienen que ver los huevazos tuyos con los suyos…, Estos huevos hacen mucha más leche ¡¿Verdad?!”
No hizo falta contestarle, ella misma lo había comprobado el día de su estreno como Mujer. Me hallaba loco de deseo y me fue muy difícil mantener la cabeza fría y continuar respetando a mi niña como Hija…, le dije si quería tocarla y ver como se sentía, a lo que ella respondió tomando mi cipote con sus dos manos masajeando suavemente de arriba abajo una vez liberado mi capullo de su prepucio…
-“¡Papi por qué no me enseñas a masturbarte! Quiero aprender a hacerte las pajas…”, le respondí que lo hiciera igual que en la película con una o con las dos manos.
Ella comenzó a masturbarme lentamente mientras me miraba con cara de traviesa fijándose en la actriz con el cipote de un macho calzando un 22 cm por lo menos. Al rato paró de pajearme con sus manos y se metió toda mi polla en su boca imitando a la chica generosa del video, y comenzó a hacerme una estupenda mamada…, a pesar de ser inexperta, no lo hacía mal. Pasado un buen rato haciéndome la felación, cuando le vi algo agotada… le pedí que se quitara las braguitas y se pusiera sobre mí en el sofá haciendo un 69. Lo hizo en el acto dejándome a mí que se las quitara… y allí comenzamos una espectacular sesión de sexo oral. Mientras ella devoraba toda mi falo con gran avidez nada más que la cuarta parte de su largura, algo más allá del glande donde cambia de color el tronco…, por mi parte iba recorriendo con mi lengua todos los rincones de su impúber coñito, que despedía un aroma a gata en celo que solo aumentaba mi excitación. Es tierno, sabroso, incontenible y comenzaba a ser insaciable…
Su boquita envolvía deliciosamente el glande con pequeñas y lustrosas chupadas como cuando era un bebé en las tetas de su madre, acompañando a tal tarea su mano apretando fuertemente sobre las hinchadas venas. En los descansos se erguía un poco para sostenerse con sus piernas y continuaba con ambas manos masajeando el duro cipote y mis gónadas a punto de detonar. De repente sentí una segunda convulsión, ésta era más fuerte que la primera queriendo escapar de mi boca no la dejé separarse dándole más lengua, más fuerte, más profundamente abrazando su cintura para sumergir su coñito y su culo en mi cara y boca anhelante. Tras el trasiego del segundo orgasmo de mi niña, reinició la marcha sobre el mástil de su padre…
-“¡Vamos mi niña a papi le falta muy poco!” Se amorró de nuevo a nabo paterno a darle de sí.
Comenzaba a notar que la eyaculación andaba cercana y sin avisarle explícitamente entendió haber llegado mi momento, ella se metió todo mi verga en su boca succionando con mayor ahínco si cabe y con la ayuda de mi mano sobre su cabecita, no fuera que me dejara a medias en el instante álgido, se hizo con toda mi leche de una manera que nadie me lo había hecho jamás. Al percibir el primer chorro que suele ser de aviso a navegantes, el segundo es el más grueso, así fue en esta ocasión también. Le llenaba su garganta de lefa soltando chorro tras chorro de esperma espeso macerado largo tiempo en mis congestionados testículos, pero pese a su cuantiosidad y sin lugar a dudas varonil sabor a macho de mi semen, mi cría no dejó una sola gota por derramar fuera de su boca. Se lo tragó y seguidamente lamió el capullo puntiagudo de su padre por donde aún brotaba un último borbotón de engrudo. Tras de eso se recostó a mi lado dejándome que le acariciara sus flamantes tetas de pezones puntiagudos como ojivas de misil, mientras ella sobaba mi polla cayendo de su dureza a una flacidez relativamente gruesa. Mis manos deslizaron a su entrepierna buscando su clítoris no tan chiquitín como era de de esperar en una niña tan pequeña, reconfortándole con un nuevo orgasmo para mi chiquilla, al tiempo que ella se metía varios dedos en su vagina para continuar lo que yo había empezado con mi lengua sin dejar de presionar vigorosamente mi falo y pelotas ofrecidas para mi niña sobre la cama.
Después de un rato de pajearnos hice que se abriera de las piernas, me situé entre sus muslos e enfilando comencé a penetrarla lentamente. Ella comenzó a gemir como desesperada a cada centímetro que conquistaba dentro de ella, me rodeó la cintura con sus piernas empujándome hacia ella a la vez que mi hija se pegaba a mí elevando la cintura haciendo que la penetrara de una vez hasta los mismos huevos. Antes de darme cuenta todo el rabo en sus 18 cm ensanchaba su pequeña rajita vaginal, e increíblemente desaparecía dentro de ella, esta segunda vez su himen ya solo quedaba en el recuerdo y lo que fue una experiencia dolosa se convertía en placentera en el momento que el coñito de Carolina se adaptaba al grosor de la verga de su padre nuevamente excitado al máximo. Comencé un rápido mete y saca mientras ella me besaba, se desgañitaba y me abrazaba arañando mis brazos…, con lo que correspondía intensificando mi ritmo y apretándola con más fuerza contra mi cuerpo en el abrazo del oso, a la vez que la hundía sin miramiento contra el colchón haciéndole tragar toda la polla hasta la base sin reparar que era mi niña con su recién estrenado conejito casi infantil de muñeca cachonda…
Mi balano se sentía especial dentro de una cálida, húmeda y sobre todo estrecha cueva, lo que encendía aún más y me impulsaba a incrustársela con más intensidad, sabiendo que su deseo también lo enfocaba en follarse al chulo del estúpido de Santiago. Todo ello ya duraba cerca de diez minutos, tras continuar gozando así por un buen rato, Carol emprendió entre temblores la experiencia novedosa y saludable de otro orgasmo, los primeros de su larga vida sexual. Decidí acompañarla y antes que rematara su extraño clímax mi sexo iniciaba la segunda y definitiva eyaculación dentro de ella. Al sentir el primer chorro de leche, ella apretó con más fuerza sus piernas contra mi cintura y durante unos segundos nos fundimos uno con el otro en un acople perfecto del tremendo apareamiento animal, en el clímax del mejor sexo que un hombre puede tener, pues nada es semejante a correrse en el mismo útero de la niña que tantas alegrías me había dado en la vida, y ahora ella hecha toda una hembra me recibía como hombre, dejándose sembrar su vaginita del semen que por el momento no geminaría por no ser una tierra aún fértil. Después de terminar nos quedamos desnudos, exhaustos y felices abrazados sobre la sábanas blancas de mi cama que un día fue de matrimonio, allí mismo tuvo fuerza para preguntarme…
-“¿Podremos repetirlo todos los días papi?”
-“¡Claro que sí mi vida, todas las veces que quieras!”
-“Presiento que me harás gozar más cada vez, ¿lo harás?”
-“Claro, lo que tú quieras. A cambio solo te pido una cosa…, Quiero que te olvides de Santiago, es demasiado mayor para ti…, no te conviene”.
-“No estoy de acuerdo contigo papi. Sé que no te gusta verme con él, pero es muy amable conmigo, y me gusta mucho… ¡¿Acaso no quieres que me enamore…?!”
-“No es eso mi vida, es que eres demasiado pequeña para eso, demasiado joven para él, para enamorarte de alguien ocho años mayor que tú”.
-“Pero papá, si tengo edad suficiente para follar contigo con más de 24 años de diferencia, no creo que sea demasiado para mi corazón poder trastornarse por alguien con solo 8 años más que Yo…” Al final tenía razón y uno por muy padre que sea puede evitar que sus hijas se enamoren de cualquiera, pero mientras llegaba ese momento de no poder retenerla a mi lado, Carol y yo continuábamos jugando al papá y la mamá.
CONTINÚA...
Este es mi correo... trovo_decimo@hotmail.com por si deseas contactar conmigo, sugerirme o contarme alguna de tus fantasias que leeré encantado. ¡Muchas gracias!
» | Total Relatos: | 38.524 |
» | Autores Activos: | 2.283 |
» | Total Comentarios: | 11.907 |
» | Total Votos: | 512.104 |
» | Total Envios | 21.927 |
» | Total Lecturas | 106.079.833 |
de 10 tu relato , me gusta mucho como va