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Cuando un paseo en bicicleta deriva en algo más de lo imaginado
Me gusta salir con la bici, pero no soy de estos fanáticos que llevan bicicletas último modelo y los GPS y demás medidores. Lo que si me gusta llevar es el equipo de primeros auxilios y es que soy muy torpe, lo reconozco, yo llevo mi maillot y mi culote y un chubasquero cuando amenaza lluvia o frio, pero el botiquín con su agua oxigenada, Betadine, guantes, jabón sin agua, barritas energéticas y agua isotónica y agua normal no me puede faltar, siempre que he pinchado o se me ha salido la cadena he terminado cortándome en las manos o dándome un pellizco en un dedo o cualquier otro tipo de accidente por eso mis rutas no son muy complicadas y por suerte aquí en la ciudad hay una zona de monte con su carril asfaltado y sus cuestas y en verano con el calor se está bastante bien porque es una zona boscosa. Es raro que pase algún coche, aunque se puede colar alguna moto sobre todo de noche cuando salen los niñatos y dejan todo el monte lleno de basuras con la celebración de los botellones y lo que no son botellones, es decir, encuentros entre parejas.
Muchas veces coincido con una chica que vive cerca de casa, aunque no quedamos expresamente en salir si coincidimos porque solemos hacer la misma ruta. La chica es mona se llama Elena tiene unas buenas tetas, aunque algo caídas y un culo y unas piernas perfectas, bien torneadas por el ejercicio físico. Ella es un poco competitiva y le gusta ser quien dirija la ruta y marque el ritmo, yo encantado para apreciar su culo, pero cuando no te concentras en pedalear y el amigo de abajo se emociona e intenta levantarse, como no te coloques bien el paquete lo pasas mal, en esos momentos la trato de adelantar hasta que se calma y me dejo adelantar otra vez para observar el paisaje delantero. Yo creo que sabe que le miro el culo, pero no parece importarle.
Íbamos realizando la ruta por el monte y yo iba delante, soplaba el viento entre los árboles y no escuché a los dos motoristas que pasaron por nuestro lado llevándonos un susto de muerte. Elena se llevó la peor parte porque se cayó al suelo y la bici cayó por un terraplén de difícil acceso, me paré y fui a auxiliarla comprobando que se había sollado la nalga hasta el punto que su pantalón de ciclista se rompió y se le veía el cachete magullado. Su intención era bajar a por la bici, pero era imposible. Observamos que poco más abajo de donde había caído la bicicleta se encontraba un pequeño carril, continuamos el camino mirando como podíamos acceder al carril y unos cien metros más adelante lo encontramos medio escondido, primero bajé yo con mi bici y luego ayudé a Elena a bajar que iba medio cojeando. Salimos a un pequeño claro donde había una gran roca plana, parecía como un antiguo altar pagano y allí se apoyó Elena para descansar. El lugar era apartado y bastante escondido de la vista de la gente entonces me acerqué a Elena para ver cómo estaba su pierna.
Como llevaba mi botiquín lo desplegué delante de ella y se lo ofrecí para que se curara. Le dije que lo mejor sería que se quitara el pantalón que como se secara la sangre con la herida debajo luego no podría quitárselo y que se curase mientras yo iba a intentar recuperar su bici. Me retire para darle un poco de intimidad y ella comenzó a quitarse el maillot de ciclista porque su culote era de tirantes. Cuando había dado unos pasos me llamó para que la ayudara, le dolía la pierna y no podía flexionarla, me acerqué resoplando al ver que debajo del maillot llevaba un sostén de deporte que enseñaba el canalillo de su escote, comencé despacio a quitarle los pantalones y la visión fue increíble, llevaba un tanga blanco y la parte delantera era transparente así que, aunque de refilón le vi su vello púbico recortado formando un triángulo negro. Mi miembro se puso rígido al momento y con esos pantalones de ciclista es difícil de disimular, así que me agaché para que ella no viera mi erección y comencé a curarla.
Le eché un poco de agua para limpiarle restos de tierra y luego le eché un chorro de agua oxigenada para desinfectar la herida lo que le provocó dolor e hizo que su cuerpo se irguiera y sus músculos se tensaran, rápidamente me puse a soplar su nalga herida como a los bebés, sería como instinto lo que provocó que se relajara. Luego le apliqué Betadine y la dejé reposar en la piedra donde se sentó de lado y pude verle otra vez su negro triángulo. Esta vez sí que me dirigí a intentar recuperar su bici, pero no llegaba. Estuve buscando una rama o algo, pero no había nada, se me ocurrió quitar el sillín de mi bici, pero no llegaba tampoco, me faltaba medio metro. Se me ocurrió acercar mi bici y subirme en ella, pero como se movía la llamé para explicarle mi plan y que necesitaba que me ayudase a frenar mi bicicleta. Elena vino hacía a mí, ya no cojeaba tanto y parece que tampoco le importaba que yo la viese en tanga y sujetador, si hace unos minutos tenía su culo a unos centímetros de mi cara. Mi miembro seguía erecto y disimularlo era difícil. Le expliqué lo que debía hacer y me subí a mi bici, enganché el sillín a su rueda y pude tirar de ella hacia a mí, salté a la vez que frenaba su bici y luego la examinamos entre los dos. Yo iba a explotar, demasiado tiempo sin tener relaciones con nadie y de repente dos grandes pechos bamboleándose junto a mí y un tanga transparente. Yo bebí agua y me dirigí a un rincón para mear, pero los culotes de tirantes estos son incomodos teniendo que medio desnudarme también. Y cuando conseguí sacarme la polla tiesa Elena estaba a mi lado con el bidón de agua viendo como orinaba. Yo me quedé de piedra mirándola de sus ojos a su escote y del escote a sus ojos, cuando terminé seguía allí de pie con la polla en mi mano y ella me preguntó si no me lavaba echándome agua sobre mi polla y echándose a reír, me dio la toalla y me sequé junto a ella sin ni siquiera intentar vestirme.
Me cogió mi miembro y sopesándolo me dijo
- No está mal, ¿y esto lo he conseguido yo solo con verme el culo y el escote?
-Si solo así.
-Entonces si vieras más que pasaría, no te correrías al momento ¿no?
-Espero que no, que pudiese aguantar lo necesario.
-Entonces debes esforzarte en los preliminares para que me corra antes de que me la metas.
Yo me quedé de piedra cuando me dijo eso y se fue hacia la roca donde se sentó después de quitarse el tanga y se abrió de piernas y comenzó a acariciarse. Fui hacía ella y la besé. Nuestras lenguas comenzaron una guerra dentro de nuestras bocas y mis manos se dirigieron hacía sus pechos que liberé del sostén deportivo. Eran unos pechos grandes, blancos, blandos, suaves y con unos pezones de grandes aureolas rosadas que fueron succionados mientras Elena seguía tocándose su sexo. Me fui deslizando y arrodillándome entre sus piernas, mi lengua recorrió su vientre hasta llegar a su triángulo de vello, aparté su mano y mi lengua pasó a ocuparse de su clítoris, Elena se recostó en la roca plana mientras sujetaba mi cabeza y la hundía en su sexo que era penetrado por un dedo mío mientras con otro masajeaba su ano.
-lo haces muy bien- me dijo Elena- Por favor sigue y no pares
Sus jadeos y gemidos aumentaban de tono y algún pájaro salió volando de un árbol cercano.
Yo seguía con mi lengua y mis dedos hasta que Elena se corrió, me reincorporé besando sus pechos y la besé de nuevo
-Lo has conseguido- me dijo mientras pajeaba mi miembro.
-Me he corrido y ha sido un gustazo, me gusta como mueves tu lengua, pero no hemos terminado tengo que agradecerte que me hayas curado y recuperado mi bici y que reconozcas que te pongo la polla dura y la comida de coño que me has realizado, es la primera vez que me lo hacen.
-Bueno, si te ha gustado me doy por satisfecho
Elena seguía con mi polla en la mano.
-La verdad que es que he tenido un calentón tremendo- me dijo- Y me has atendido bien y la adrenalina del accidente y el sitio tan apartado donde se ve que también han venido otros a hacer esto que hemos hecho, bueno que tú has hecho yo a ti todavía no te he hecho nada, pero eso se va solucionar ahora mismo. Y se metió la polla en la boca y se la sacaba para recorrerla desde los huevos hasta el glande con la lengua y se la volvía a introducir en la boca.
Yo casi me caigo, así que me apoyé en la piedra, Elena se levantó y me pidió que me sentase, pero antes conseguí desprenderme del culote. Elena se puso entre mis piernas abrió sus piernas cogió mi polla con una mano para dirigirla a su boca mientras la otra mano la dirigía a su sexo y se lo volvía a tocar. Yo miraba hacia abajo y veía la cabeza de Elena moverse y como su pelo recogido en una cola me provocaba cosquillas en mi ingle.
- ¿Vas bien? - me preguntó mientras pasaba mi polla por sus pechos
-Si. Le contesté
-Por favor no vayas a correrte en mi cara
-No te preocupes te avisaré antes de llegar
-Mejor cambiamos de postura- me dijo ella
Yo me levanté de la piedra y se recostó Elena
-Bueno vamos a ver ese aguante del que me hablabas, espero no haberte puesto muy a tono- me dijo mientras me besaba y con su mano dirigía mi polla para que la penetrara. Al principio fui despacio para que mi polla se adaptara a la vagina de Elena y ella lubricara su sexo, fui entrando y saliendo, cada vez metiendo más polla, los dos gemíamos de placer entre aquellos árboles que nos cobijaban hasta que se la introduje entera y agarraba sus pechos que mordía suavemente.
-Aaaaaaahhhh, sigue por favor un poco más rápido por favor, entra y sal de mí, sigue besando mis pechos por favor.
Me esforcé en complacer a Elena como pude. Pensaba en pajaritos y en bicis para alargar el momento quería que Elena volviese a correrse
-Un poco más rápido por favor, ya casi llego, aguanta y más rápido, me voy me voy siiiiii. Por favor es increíble, me corro, me corro. y Se desplomó sobre la roca mientras yo estaba a punto de correrme. Un par de sacudidas más y le saqué la polla a Elena para sacudírmela y correrme en su vientre y llegar a sus pechos. Me senté junto a ella jadeante y sudoroso y Elena se sentó junto a mí, me abrazó y me besó
-La verdad que es la primera vez que lo hago fuera de una cama-comenzó a decirme
-Y ha sido magnifico, gracias por hacerme flotar, pero creo que ya deberíamos recoger, está empezando a refrescar. Nos pusimos en pie y recogimos las cosas, pero antes de vestirnos la abracé fuerte, su pecho se oprimió contra el mío y mi polla acarició su sexo que con el roce se puso otra vez a tono. Elena se echó a reír miró mi polla y dijo es una lástima desaprovechar semejante miembro, pero vamos a recoger, conozco un sitio donde podremos estar mejor. Nos vestimos y su culo estaba al aire por la rotura de su pantalón entonces le cedí mi chamarreta para que pudiese tapar su herida. Salimos del lugar y volvimos a la carretera, ella se puso en marcha la primera y me invitó a seguirla. Le pregunté cómo iba con la pierna y me dijo que bien, que estaba bien curada. Llegamos a su casa y en el portal me invitó a subir con ella, así que cargamos las bicis y llegamos a su piso. Allí la besé, me dijo que pasara al salón y me pusiera cómodo mientras daba vueltas por la casa. Fue al cuarto de baño y abrió el grifo de la bañera y asomando solo la cabeza por la puerta donde yo me encontraba me preguntó si podía ayudarla. Me levanté y cuando salí al pasillo ella estaba desnuda dirigiéndose al baño, yo la seguí y cuando llegué al baño me dijo:
-No consigo una temperatura de agua adecuada.
Abrí el grifo monomando y cuando el agua comenzó a salir caliente le pregunté
- ¿Así está bien?
-Si gracias, pero por favor no te vayas, puede que tengas que volver a regularla.
-Vale aquí me quedo, le contesté
Ella se introdujo en la bañera y corrió la cortina y yo me senté en la taza del wáter, entonces descorrió la cortina asomó la cabeza y dijo que mejor entrase que desde ahí sentado no podría controlar la temperatura, Me desnudé y entré, sentí el agua caliente recorriendo mi cuerpo mientras cerraba mis ojos y sentí las manos de Elena recorriendo mi torso, al abrirlos estaba frente a mí con una sonrisa que iluminaba su cara nos besamos y nos acariciamos. Cogí el gel y me dispuse a frotar el cuerpo de Elena, más que a frotar a acariciar su cuerpo, la giré y vi su nalga magullada la cual me agaché para besarla. Elena repitió la acción conmigo. Enjabonó mi cuerpo y se frotaba contra él mientras nos besábamos. Mis manos bajaron por su espalda buscando su culo y deslizando un dedo por su raja buscando su vagina lo introduje, ya que Elena estaba mojada entró sin problemas provocando un pequeño gemido ahogado por nuestros besos. Ella restregaba mi polla por su sexo provocándome un placer que iba en aumento entonces Elena cerró el grifo y me ofreció una toalla
-Prefiero la cama, ya he tenido un accidente esta mañana y no tengo ganas de partirme la crisma
-No, la cama no -le dije- Ya has probado hoy un sitio nuevo, ahora vamos a probar otro donde no te tengas que preocupar de ningún accidente. Y cogiéndola de la mano la llevé al sofá donde la senté primero y luego la tumbé. Mis manos y mi boca recorrieron su cuerpo sin dejar un resquicio sin cubrir, desde su frente hasta su vagina mientras Elena gemía. Sujeté sus manos por encima de su cabeza y tiré varios cojines al suelo. Ella me apartó y me obligó a ser yo quien se tumbase ahora y comenzó a recorrer mi cuerpo. Se colocó entre mis piernas y puso mi polla tiesa entre sus pechos y comenzó a pajearlos mientras se los apretaba, la punta de su lengua intentaba meterse por el orificio de mi polla excitándome sobremanera. Como estaba a punto de correrme me senté en el sofá, le levanté su cara y la besé mientras mis dedos se enredaban en su pelo rubio y me atemperaba un poco. Al incorporarme para besarla Elena se puso a horcajadas sobre mí y con su mano firme asió mi polla y la fue introduciendo en su sexo. Elena subía y bajaba retorciéndose sobre mi polla tiesa hasta que quedó empalada. Nuestras manos no paraban de tocarnos el uno al otro, nuestras bocas buscaban piel cuando no estaban en contacto con los labios. Gemíamos al oído del otro, mordíamos nuestras orejas.
-El mejor día de mi vida, decía Elena. Me gusta, por favor continua a tu ritmo, haz que sea inacabable el momento, he perdido el número de veces que me he corrido hoy
Volví a tumbarla en el sofá.
-El sitio tampoco está mal, la compañía lo mejor
-No seas pelota, me dijo entre risas y bésame
-Me corro otra vez me corro no me lo puedo creer, pero me corroo, comenzó a decir entre jadeos
Por favor córrete tú en mis pechos, si en mis pechos
Y así lo hice, ella se cogió sus tetas y yo dirigí mi polla hacia ellos echando mi leche sobre sus pezones rosados.
El día fue para recordar. Elena me dijo que le gustaría volver a verme y la invité a cenar, teníamos que programar una nueva ruta en bici y visitar lugares como la cocina, el baño o la mesa del comedor.
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