Era un miércoles por la tarde, decidí escuchar música en mi cuarto para matar el tiempo, mi prima vive al lado de mi casa y acostumbra visitarme de vez en cuando, ese día no se qué paso pero cuando llegó, la note preocupada y como somos tan unidos, converse con ella; me comentó que en su colegio le dicen la virgen Maria por que nunca había tenido relaciones sexuales, yo reaccioné y le expliqué que el sexo no lo es todo, eso si, que es placentero y que algún día le iba a llegar su momento de probarlo.
Recuerdo que al día siguiente, me disponía a desayunar y ella se apareció como a las 10:00 AM, contenta por que sus amigas no le volvieron a decir ese sobrenombre, y es mas hasta le habían aconsejado sobre el tema (relaciones sexuales), ella se fue a mi cuarto, en cambio yo no preste atención ya que pensé que solo iba al baño, al cabo de un rato, note que no salía de ahí y me dispuse a investigar porqué; y ahí fue cuando la vi, totalmente desnuda, en el baño, depilándose su clítoris, me escondí, y solo observé, al cabo de un rato note que se tocaba constantemente su pecho, lo frotaba como si se acariciara, y me percate que así era.
No creí que a ella le encantara masturbarse en la ducha, acarició lentamente su concha y como no aguante mas, decidí salir de sorpresa, ella me miro como asustada pero no le importo y continúo con el acto, me arme de valor y le ofrecí mi ayuda, ella aceptó.
Deslice mi mano poco a poco desde su pecho hasta su pierna, e introduje mis dedos en su clítoris y su ano, posterior la acaricie con mi lengua todo su cuerpo hasta llegar a su coño, ella me pedía la penetrara enseguida. Poco a poco ella se sintió mas caliente y me pidió me desvistiera, accedí. Yo era virgen para ese entonces, y no sabia tanto como ella acerca de qué hacer durante el acto, así que lo dejamos a la suerte, recuerdo que nunca había sentido nada igual, ella introdujo mi pene en su boca, y sentí una sensación tan agradable que no espere más y la obligue a separar sus piernas, y me dispuse a penetrarla en su ano, ella gritó de placer y me pedía seguir y darle mas duro, al cabo de un rato la gire y la penetre en su clítoris ahí fue que ambos nos sentimos en la gloria, yo por mi parte acelere más y más rápido hasta donde pude.
Como no fue suficiente me obligó le penetrara con un pene artificial que ella llevaba consigo siempre y en conjunto con el mío le introduje ambos hasta que gritara de placer. Me pidió no me detuviera pero como saben llegamos al orgasmo y todo termino, conversamos sobre lo sucedido pero desde ese día ya no la veo porque se mudo a otra ciudad.
Esta historia es verídica y si quieres saber mas de mi contáctame a mi email