A los 17 años tenia una asistenta que se llamaba Manolita, era una señora de casi cincuenta años, de pelo rubio teñido y de labios sexuales que se pintaba de un rojo chillon, siempre estuvo ahi, quiero decir que desde que yo era un bebe ella estuvo en casa.
La veia como una parte de la familia, fuera como fuese ese sabado serian las diez de la mañana y Maniolita me levanto de la cama, no tendria que haber venido ese dia pues ella libraba pero se ve que lo cambio por otro, cosas de casa que yo no controlaba en aquellos años ni me importaban la verdad.
Pongo los pies en el suelo y ella estaba por ahi, limpiando la habitacion, yo me levanto en mi "plena juventud" medio dormido aun. Manolita hacia sus tareas con una bata de color azul claro, siempre con unas medias oscuras, su cuerpo ya denotaba la edad de casi sus incuenta años, sus curvas se habian suavizado y su trasero habia caido algo, desde luego Manolita no era la misma de hacia diez años, pero por entonces yo esas cosas no las miraba.
"te hiziste mayor Marco" m dijo sin dejar de mirar mi bulto que incipiente apretaban mis pantalones.
"Supongo que si" respondo con voz ronca y adormilada.
Casi sin darme cuenta Manolita se sienta a mi lado en la cama, y me agarra el tronco, me lo empiza a menear por encima del calzon fino del pijama, me cogia la pija y me la meneaba como si me estuviera haciendo una paja pero mas suave.
El placer me recorrio el cuerpo, no le podia decir que parase, ¿habeis probado sexo recien levantados y en vuestra juventud?, es divino, un regalo de los dioses.
Manolita se habia lanzado se lo jugab todo a esa carta pero sabia que mi juventud era su mejor arma.
Me deje caer de espaldas en la cama, manolita me bajo el pijama y me lamio mi capullo con cuidado, la verdad es que a esa edad ya calzaba un buen aparato, ella me decia cosas delicadas y lo hombre que era, mientras que entre palbra y palabra lamia mi bola como una niña mala se come un helado, poco a poco para que no se acabe nunca.
Deseaba que se callase y se centrase en sus lameduras pero no se lo dije, solo gozaba de aquella lengua tibia y experta.
Me cogio la mano y se la metio bajo su bata azul celeste, "tocame Marco tocame" me decia mientras violvio a chupar mi pija que estaba ya enorme.
Le tocaba sus bragas, notaba su calentura, su coño peludo y sus humedades empezaron ha hacerse patentes en sus finas bragas.
Ella me empezo a chupar, se metia la mitad de mi polla en su baca, la chupaba y su lengua bailaba al rededor de mi prepuncio muy rapido, dios que placer, era enorme ah ah.
Manolita se bajo algo sus bragas y mi mano palparon aquel coño, lo tenia abierto, su vagina estaba humeda y mis dedos resbalaban en aquel coño que me parecio grande, mis dedos casi sin quererlo se introducian en su vagina, ella suspiraba de placer, cada vez que le metia dos dedos en su vagina ella se retorca de placer y llo demostraba chupando mi polla hasta el fondo, ahora se la metia casi toda en la boca, hasta la garganta, mis 19 cm de polla dura en su boca, al sacarme la polla de la boca su lengua me chupaba desde los huevos hasta la punta una y otra vez, eso fue ya demasiado.
Me corri en unos espasmos de placer casi incontrolables, ella se apresuro a chupar, mi semen salia en bocanadas de placer y lujuria.
Manolita trago las primeras embestidas de mi semen, las ultimas se aparto y lo limpio con su bata, era una experta, no cayo nada en la cama.
Yo habia dejado de masturbarla, debido a mi propia exitacion, ella me lo pidio al oido.
Volvi a tocarla, estaba mas caliente que antes, entonces me susurro al oido "chupame tu a mi".
No queria chupar a quel coño que me parecia viejo y dejado, pero tampoco queria herirla, asi que me decidi en un segundo quitar las bragas, ella estaba tan exitada que el acto la pillo de improvisto, si preferia follarla que comerle el coño la verdad.
La acaricie en su pierna, ella se abrio y se puso encima de mi, mis testiculos rugieron como si se estuvieran recargando, ella puso su coño encima de mi polla, lo notaba humedo casi chorreante y un olor a sexo lo inavdia todo.
Mi polla morcillona se levanto al notar a la hembra madura encima de mi cuerpo joven, la penetracion se hizo al acto, ella gemia y gozaba, saltaba encima de mi, con sus manos en mis hombros, yo cerraba los ojos y disfrutaba del momento, dentro de ella todo era amor y lujuria.
Su coño maduro estrujaba mi polla joven la devoraba, mi polla estaba en aquel coño humedo y calido, apretada, parecia que aquel coño esaba hecho para mi polla.
Me llego el orgasmo segundos antes que a ella, eso hizo que cuando Manolita se vaciase en mi, me dio tanto placer que llego a dolerme.
Yo me corri en su coño, no con la misma fuerza que antes pero si lo suficiente para que ella se retorciese al sentir mi chorro de vida en su ser.
Cayo sobre mi pecho jadeante, olia a hembra satisfecha a sudor y aplacer.
Nos despedimos con un beso en la mejilla, me habia desvirgado la asistenta, y lo agradeci pero no fue nada explosivo ni para no olvidar, ella tuvo la oportunidad de follarse a un joven y la aprovecho o simplemente le entro un calenton ¿quien sabe?, yo se que Manolita y yo fornicamos como crios aquella mañana de sabado.