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Categoría: Infidelidad

La amiga de mi mujer

Me llamo Juan y estoy casado con Sonia desde hace años. Todo ocurrió hace dos semanas cuando mi mujer invitó a Sandra, una amiga suya de la infancia, y a su marido a venir a nuestra piscina.



Quedamos una tarde para que vinieran a nuestra piscina para sofocar estos calores que tenemos. Sandra es amiga de mi mujer desde la infancia. Es muy risueña, siempre sonriendo y físicamente está bien, 165cm, pelo corto, un poco entrada en kilos, pero lo que llama la atención es un par de tetas impresionantes, a las que además saca partido habitualmente con escotes y camisetas ajustadas.



Yo además siempre me he sentido atraído por esta parte de las mujeres. Tengo 39 años, 180 y 75 kg. Me mantengo bien físicamente y ellas tienen 36 años.



Pues bien, quedamos en nuestra piscina la tarde del viernes. Cuando estuvieron abajo llamaron para que bajáramos. La primera sorpresa fue que Jorge, su marido, no vino. Dijo que le habían llamado del trabajo aunque sospecho que no le apetecía.



Entramos en la piscina y yo me moría de ganas de ver a Sandra en bikini, ya la había visto más veces pero siempre me gustaba verla y fantasear con ella. Pusimos las toallas y nos quitamos la ropa. Casi me caigo de culo, llevaba un bikini naranja que contrastaba con su moreno, y que casi no sujetaba ese par de tetas tan desafiantes.



La tarde transcurrió entre risas, cervezas y conversación. En esto que sobre las 7 llamo mi suegra para pedirnos que fuéramos a buscarles al pueble pues su coche se había averiado. Yo me ofrecí voluntario, pero mi mujer me dijo que iba ella, que yo había tomado 3 cervezas y mejor no arriesgar. Yo pensaba que Sandra también se iría, pero Sonia nos animó a quedarnos, ya que hacía mucho calor. Teníamos unas dos horas hasta que volviera mi mujer, (lo calculé porque pensaba masturbarme cuando se fuera Sandra).



Pasó el rato y al caer el sol y casi vaciarse la piscina decidimos darnos el último baño antes de irnos. Ya la salida del agua estaba fría y al salir no pude evitar ver los pezones de Sandra marcarse en su bikini sin duda debido al frio. Era una visión increíble.



- Perdona, me dijo al ver que la miraba, es que hace frio y no puedo evitarlo



-Tranquila, al contrario, disculpa por mirar pero es que no he podido resistirme ante esa visión



- Veo que no soy el único al que le afecta el frio, dijo sonriendo y haciendo un gesto hacia mi bañador que no podía disimular una semierección.



- Ja, ja, es que uno no es de piedra Sandra.



- bueno vale ya, jaja, anda vámonos o cogeremos un resfriado. ¿Me dejas que me cambie en tu casa?, ¿no quiero irme así con el bikini mojado?



- Claro claro, faltaría más.



Subimos a mi casa y entro al baño a cambiarse mientras yo me ponía otro bañador y trataba de bajar mi semierección.



Al salir del baño me quede mudo. Apareció con un vestido blanco, sin sujetador y con todos los pezones mojados y marcados a traves del vestido. Fue una imagen que provoco que mi polla se pusiera a tono al instante.



- Veo que te gusta lo que ves, dijo riendo



- Como para no, respondí.



- Lo único que estoy en desventaja. Yo solo llevo un tanga y tu bañador y camiseta. Al instante me quite la camiseta y me dijo



- Yo quería que te quitaras otra cosa, y me guiño un ojo. Me empujo contra el sofá y me sentó, quitando mi bañador rápidamente mientras me miraba a los ojos.



- Ostias, pero que es esto? Menudo pollón. Sonia me había contado que la tenías grande pero no esperaba esto.



Reconozco que estoy bien dotado.



Sin mediar más palabra la metió en su boca y comenzó a chuparla sin piedad, mientras yo agarraba sus tetas y las masajeaba, sus pezones... ella no paraba de chupar



-Cielo no aguantaré mucho así, le dije, pero en lugar de parar comenzó a masturbarme con la mano mientras seguía chupando. No pude más.



- Me corro Sandra, mmmm, y comencé a soltar chorros de leche en su boca, que ella recibía sin inmutarse. No se la sacó hasta que no deje de correrme y comenzó a bajarse la erección.



Entonces la sacó y dejo caer toda la leche de su boca a sus tetas. Creo que no borrare esa imagen nunca. Sus tetas llenas de mi leche cayendo desde su boca.



- No esperaba esta polla de verdad me dijo, dile a Sonia que sea más discreta en sus comentarios, y soltó una enorme carcajada.



- Hoy no nos da tiempo a más pero prométeme que me vas a follar con eso, a lo que asentí sin poder mediar palabra.



Se levantó, se limpió y se visitó y me dejó en el sofá recuperándome.



Aun no la ha vuelto a ver pero estoy contando los minutos para poder follarmela.


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