Estoy tumbado en la cama desde hace cuatro días me pego fuerte un virus junto con unos mareos de la grandísima madre que me tienen sumamente fregado, condoliéndose al no saber ni verme en todo estos días en la misma universidad mi queridísima como simpática igualmente encantadísima especialmente maravillosa Katiuska, me visita para ver en qué estado me encuentro fungiendo como mi enfermera de cama al cuidarme como hacerme un riquísimo y potente sancocho sabroso para chuparse los meros dedos.
Sirviéndomelo como llevándomelo incluso me hace el favorcito de dármelo en mi boca con muchas cucharadas que me hace la gentileza de soplarle aire para refrescarla y así no quemarme recontra quemarme mi lengüita, suficiente ando averiado con esté virus que tengo y estoy enfermito; sudando la gota mayor que dicen los médicos que he eso le viene hasta le cae al cuerpo ya que colabora a mejorar y aliviar al mismo enfermo, terminando de almorzar me hace el favorcito de mudarme de camiseta de pijama como de pantalón también acomodarme mi almohada para ver si estoy cómodo y confortable, la tengo sentadita a mi lado derecho leyéndome un libro preferido y que es de lectura de cama entre tanto me tiene entretenido como consentido hasta mimado igualmente con un frenesí además de un zaceo que se asoma incluso está erecto, acariciándome como masajeándome la glande de mi pin gota que está inflamad sima especialmente en la mera punta como cabeza que intensifica la influencia interna al retorcerme divinamente por este acto en que soy presencia y exhibido por ella en vivo y a todo color.
Al cabo de transcurrido unos cinco minutos termina de leerme el libro al dejarlo en la mesita de lado de mi cama al atenderme concentradita al correrle el pantaloncito del pijama hasta quedar en mis meros pies de ahí sigilosamente se ingenia para correrme también mi calzoncillo, entrándole de lleno y a pedir de boca Katiuska al tomar con su mano mi pin gota, mirándome sonriéndome hasta excitada en que me habla coño no pareces nada enfermito por lo que puedo ver y notar hasta palpar sabías que venía a verte como a cuidarte condenado sinvergüenza como travieso hasta juguetón finalmente fascinado por mí por todos los coños que nos adornan como afloran hoy día en nuestras vidas personales, laborales, académicas, sociales en fin me gusta está muestra corporal y física de tu parte tirándole unos besitos inocentes por su rica y deliciosa hasta sabrosa boquita, al comerse con sus labios y lenguas recorriéndome desde mis escrotos que los tengo reverencialmente muy calientes como ardidos hasta con un frenesí de la mismísima madre al recorrerlo desde abajo hasta arriba finalizando en la cabeza y punta de mi pin gota en que se lo chupa y mama dobladita de rodilla metida en el pleno centro de mis piernas al tenerla dominada con mis manos en sus piernas subiendo a sus muslos como manosearla en todas sus nalguitas continuamente jadeándole y gimiéndole espectacular y eufóricamente sin parar al violarme por la mismísima enferma que me cuida que se llama Katiuska.
Efectivamente poniéndome en punto la intensidad de mi erección la tomo de sus brazos al montarla encima de mí al dejarla que siga cabalgándome entre tanto estoy gozando como lamiéndole hasta besándole como jalándole levemente por los efectos propiamente mis labios en toda sus tetitas que se las saborea a pedir de boca a la mismísima Katiuska que está endemoniada como desquiciada igualmente enloquecida finalmente incitada por todos los coños colmándola y complaciéndolas sobre todo la tengo deleitada especialmente colosal para mi solito.
Follandonos y cogiéndonos en todas las posturas y posiciones envolviéndonos como desencadenándonos con mucho frenesí también mamándole a plenitud sus senos quedamos rendidos pero satisfechos abrazados y muy pegados semi encuerados y empelotados por mi parte completamente y Katiuska con su falda azul oscura corrida y levantada a la altura de la cinturita con la blusa abierta y por fuera de la falda al tener libres sus senos con el saco puesto y en botas italianas de punta negras de tacón bajo puestas volteada hacia mí con sus piernas dobladas delante de su ano y nalguita en que la tengo muy consentida con mi mano puesta por debajo de su nalguita acariciándola como sobándola hasta nalguearla levemente gustándole este trato por mi parte en la intimidad que nos acontece debido a que me encuentro enfermito en cama al ser mi enfermera que me cuida y atiende a mí solamente y solamente a mí.